Título: Angel de la guarda Capítulo 1

Tipo: Swanqueen, drama, Frozen.

Disclaimer: Ubicado sobre el episodio 4x02, Regina le da una nota a Henry y se va de Storybrooke, pero el pueblo la necesita, el hielo cubre sus calles.

Nota: Omitimos la escena de la cueva entre Emma y Elsa, omitimos a Hook y todo lo que le rodea.

Agradecimientos; Muchas gracias a todos los que dejáis reviews y me apoyáis para que siga escribiendo! Vane, Daniela, y demás SQ! Gracias!

Las últimas noticias de Regina en Storybrooke habían sido en forma de una escueta nota hacia Henry. Nada ni nadie sabía que había sido de ella, la única pista que tenían de la alcaldesa era que se había llevado "El libro", que lo había sacado de Storybrooke y que quería encontrar al escritor. La alcaldía había pasado a manos de Mary Margaret casi por obligación, con un pequeño Neil de tan solo dos meses la joven Snow se encontraba agobiada por sus quehaceres, las reuniones y las continuas quejas de los habitantes.

Habían pasado solo tres semanas desde la ausencia de Regina y la ciudad estaba algo desubicada, la población se encontraba inquieta ante un muro de hielo que rodeaba la Storybrooke, llevaban dos días sin luz, y Gold estaba ilocalizable, se había tomado un tiempo sabático para pensar, Bella estaba al corriente de todo y lo entendía.

Un trozo de hielo de uno de los muros cayó sobre un tanque de agua y se inundó una calle céntrica. El pueblo estaba en la calle observando los destrozos desde la entrada del Granni's. Inmediatamente Snow llamó a Regina pero el teléfono parecía sin señal.

Gruñón, desconfiado, le quitó el teléfono de las manos a la joven y volvió a llamar. Emma salió del Granni's con el suyo en la mano –Regina no contesta.

-Dímelo a mí, que la he llamado quince veces- respondió Ruby con su Smartphone apagándose por la baja batería. –Yo le he mandado dos correos pero no hay respuesta- contestó Archie.

Un grupo de habitantes se acercó casi violentamente hacia donde estaba Emma, ésta trataba de mantener la paz –Vale, calma, calma- indicó con sus manos a todos.

-Buscaremos una solución tan pronto como sea posible

-Necesitamos a Regina- dijo David apareciendo de entre la multitud y acercándose a Emma –ella sabría que hacer.

Miró a Snow que estaba en el umbral de la puerta, y se justificó con un gesto de perdón. Snow acunaba a Neil entre sus brazos.

El frío se hizo más presente ante una corriente de aire y la gente se alborotó -¡Queremos una solución!

-¡Necesitamos la electricidad!

-¡Y una alcaldesa!

Gritaba la gente formando un jaleo que hizo llorar al bebé de los Charming, Mary Margaret se metió al Granni's entristecida y se sentó en una mesa junto a la ventana, se sentía mal por Emma, porque tenía que acarrear con un pueblo enfadado cuando ella era la alcaldesa, pero no daba más de sí.

-¡Vale!- gritó Emma exasperada, todos callaron.

-Lo sé, lo sé, necesitamos a Regina. Mi magia no es lo suficientemente poderosa.

-Hombre, parece que ha entrado en razón- dijo Gruñón suspirando.

Emma pasó entre la multitud y se fue hacia el centro de la carretera, donde al fondo se podía divisar el muro de hielo.

Cerró los ojos y respiró profundamente concentrándose, en su mente se formó el rostro de la morena y la llamó –Regina- pronunció su nombre –Regina ¿estás ahí?- abrió los ojos y los alzó al cielo gris que los cubría –Regina ven, te necesitamos- suplicó con esperanza ante la atenta mirada de sus amigos.

Un viento se levantó de nuevo y una nube color lila apareció frente a ella, al desaparecer la vio, estaba preciosa, Emma sonrió inconscientemente, la morena estaba con el pelo recogido y dos mechones caían sobre su mejilla, ambas se miraron a los ojos, ella llevaba un vestido azul verdoso de tirantes que le llegaba por encima de las rodillas por delante y más largo por atrás, le daban un aspecto de elegancia pero sin llegar a ser de gala, estaba como nunca la había visto. Se cruzaron las miradas de nuevo. Ella tenía las mejillas algo rosadas por el maquillaje.

-Gracias por venir- dijo la rubia humildemente.

Regina miró a su alrededor, sintió el frío y observó el muro de hielo.

-¿Estáis bien?- se acercó un poco a Emma. Inconscientemente la rubia se mostró nerviosa.

-Sí… - David y Archie se acercaron hacia ellas.

-¿Henry está bien?

-Está en la escuela- dijo David situándose al lado de la ex alcaldesa.

Regina asintió. –Te lo habrá dicho Emma, pero gracias por escucharnos- y posó su mano sobre el hombro de ella.

La morena asintió y esbozó una sonrisa triste, se alegraba de verles, pero algo no le estaba saliendo bien en su misión.

-¿Quién ha hecho esto?

-No sabemos su nombre, la hemos visto siempre en la distancia, no deja que nos acerquemos a ella, su rostro es pálido, y a veces es violenta, nos tiene atemorizados a todos.

De repente un temblor surgió desde el suelo, y una bola de nieve rodó por el otro extremo de la avenida que empezaba en cuesta, una bola del tamaño de un coche aplastaba lo que se cruzaba en su camino, todos observaron la esfera con temor, y al llegar hacia el final de la calle chocó contra el muro y se deshizo.

La gente empezó a señalar desde donde provino la esfera y observaron aparecer una chica rubia con una trenza a un lado, -¡Es ella! ¡es ella!- la gente la señalaba temerosos.

Algunos se metieron en la cafetería de la abuelita.

-¿La conoces?- le preguntó Emma a la morena, ésta negó sin dejar de mirar a la chica.

-Viene hacia aquí- dijo David mirando hacia Mary Margaret que estaba tras una ventana del bar, su gesto era de preocupación.

-Huid, ¡todo lo que toca lo congela!- dijo uno de los enanitos metiéndose en la cafetería.

-Se está acercando- dijo Regina, y sin mirar a nadie dio un paso en dirección a la desconocida, Emma la agarró del brazo y la detuvo, la morena giró el rostro –ten cuidado- le advirtió la sherif, sus ojos reflejaban temor. Regina sonrió levemente y posó su mano sobre la que la rubia tenía sobre el brazo de ella y partió.

Bella apareció por una calle trasversal al Granni's y se quedó expectante, llevaba una bolsa de una tienda de ropa, y el pelo ondulado.

Emma dejó su arma desenfundada, Ruby se transformó en lobo y se colocó frente a la puerta del Granni's.

La ex-alcaldesa vio como la chica andaba calle debajo de forma decidida, sin mirar a nada ni nadie, parecía como hipnotizada, el suelo se iba congelando a su paso, Regina se colocó frente a ella, a unos 6 metros y reduciendo el espacio porque ésta no paraba.

-Hola- le preguntó casi retóricamente.

-¿Me escucha?- la joven seguía acercándose a Regina.

-¿Por qué no usa sus poderes?- preguntó Snow a David, que estaba junto a su mujer.

-Creo que quiere hacerlo por las buenas, usar la palabra antes que la magia- besó a su mujer en la sien y salió para hablar con Emma.

Emma la observaba asombrada de que no hubiese hecho una bola de fuego y la hubiese hecho cenizas.

-David, ¿le va a pasar algo?- le dijo la rubia nerviosa mirando la escena.

-Es Regina, ella nunca pierde- se miraron y él la tranquilizó acariciándole el brazo.

Elsa pareció mostrarse furiosa, se detuvo a voz de pronto y le lanzó un rayo celeste a Regina, pero ésta invocó un escudo protector justo a tiempo haciendo que el hielo que iba destinado a ella chocase contra él y cayese al suelo hecho añicos. La gente se alborotó. Bella se acercó a Emma totalmente confusa -¿qué está pasando?

-Regina ha venido a ayudarnos

Ambas observaron la escena

-Vamos a ver qué es lo que te pasa- dijo Regina acercándose a la rubia Elsa de forma decidida. La cogió de las manos aun ella teniendo la intención de retirarlas, una luz blanca salió de las manos de la desconocida, casi cegando a todos, y ascendió hacia el cielo.

La joven recobró lentamente su tez natural y comenzó a respirar agitadamente, primero inquieta y luego más calmada, miró a Regina con emoción.

-¡Gracias…!, ¡gracias, gracias, gracias!- dijo abalanzándose sobre ella para abrazarla con fuerza ante la sorpresa de todos. Emma sintió algo en su estómago, ¿celos quizás?.

La gente ya curiosa, y viendo que no corrían peligro iban saliendo del Granni's, Emma se fue acercando a Regina.

-No te he quitado tus poderes - dijo separándose de la chica. Elsa miraba a todos asustada.

-Solo te he quitado lo que te nubla la vista, ¿qué te ha sucedido para dejar que te controle tu magia?

Le dijo Regina colocando sus manos sobre su cintura.

-Mi hermana, no encuentro a mi hermana- Elsa parecía suplicante. -¡No lo podía controlar! Es todo tan …- dijo apagándose.

-Tranquila, te entiendo perfectamente.

-Es que le he podido haber hecho daño a Anna, llevo desde pequeña evitándola por eso.

-Eso lo podemos remediar, te voy a hacer un hechizo que temporalmente te va a dejar sin poderes, solo los recuperarás cuando te sientas segura de poder controlarlos ¿vale?.

De las manos de Regina salió una luz estrellada, acercó una de sus manos al corazón de Elsa, esa luz fue introduciéndose en su interior y el muro de hielo comenzó a derretirse poco a poco. Regina se giró para observar como su entorno iba cobrando su tono natural, verdes, marrones, grises.. pero no blancos.

-Ahora te dejo en buenas manos, has venido al lugar idóneo, aquí solo hay buena gente, te ayudarán a encontrar a tu hermana y serás uno más, ¿verdad que sí?- dijo mirando al resto de los presentes, la abuelita asintió con la cabeza, Ruby que seguía en forma de lobo aun por seguridad, se acercó y le lamió la mano a Elsa, ésta sonrió.

-Por supuesto- dijo Emma seriamente, la rubia estaba tras la morena, ésta se giró y le ofreció una sonrisa.

Elsa agradeció a todo el mundo la comprensión, -Bienvenida a Storybrooke- dijo Regina.

-Gracias Regina- dijo príncipe con sinceridad. Y el pueblo casi sin darse cuenta empezó a aplaudirla.

Snow lo observaba todo desde el Granni's, el pequeño Neil se había dormido y no quería despertarle.

Regina miró de soslayo a Bella y se le acercó.

-Bella, ¿puedo hablar contigo a solas?

Ésta la siguió a un lugar un poco más apartado, Emma no las perdió de vista, quería hablar con Regina, explicarle como se sentían sin ella, pero siempre pasaba algo.

-Bella, sé que hay cosas que no puedo redimir, como esos 28 años que te tuve encerrada, pero quisiera regalarte algo.

Bella la miró una pizca desconfiada

-No vas a volver atrás para vivirlo todo pero voy a hacer que ese tiempo haya transcurrido de alguna manera, voy a borrar de tu memoria esos años que estuviste apresada y te voy a dar recuerdos nuevos, recuerdos de algo que has vivido, recordarás antiguos amores, sentimientos, peleas, ilusiones, como si hubieses vivido todo. Vas a seguir en la época actual pero ese tiempo no va a estar vacío, serán cosas que de verdad has vivido.

A Regina le brillaban los ojos, Bella soltó una lágrima, dejó su bolsa en el suelo y se acercó más para abrazarla con fuerza, gesto que hizo a los presentes sorprenderse y chismorrear y que a Emma hizo sentir en su interior una envidia que jamás imaginó.

¿Cómo es que Regina abraza a todos menos a ella?.

Regina correspondió el abrazo de Bella dejando escapar una lágrima. Se separaron y Bella la cogió de las manos –Gracias Regina, sé que en tu corazón reina algo bueno, de no ser así no te extrañarían tanto por aquí.

Regina quedó pensativa, y miró a Bella -¿Preparada?

Bella asintió feliz, cerró los ojos y la morena puso su mano sobre su frente, una luz celeste salió de su palma y le cubrió la cabeza rodeando a Bella como si estuviese en el interior de un tornado.

Cuando éste cesó Bella abrió los ojos y miró su entorno, al principio confundida hasta que fue mostrando una enorme sonrisa, respiró hondo, inhalando aire como asimilándolo todo y asintió.

-¿Lo recuerdas?

-Lo recuerdo todo- y mostrándole una mirada agradecida se fue.

Regina la observó dos segundos y se giró alejándose a paso ligero calle abajo, giró una esquina, y Emma se apresuró a seguirla -¡Regina!-, tras una breve carrera le dio el encuentro por fin, -¡Eh!- se aproximó a ella y la agarró por el brazo, la giró y la vió conmocionada, una mezcla de alegría y tristeza navegaban por sus ojos acaramelados.

La mano de Emma descendió por el antebrazo de Regina hasta encontrarse con la mano de ésta, la cual estaba abierta como esperando para aguardarla, ambas apretaron el abrazo.

-Tengo que irme Emma.

-¿Por qué?- preguntó la rubia temerosa.

-Necesito más tiempo

-¿Tienes problemas?

Ella sonrió tristemente, Emma supo que no iba a sonsacarle nada.

–Pues ven pronto, te echamos de menos.

Regina la miró agradecida y entre tanto sentimiento, suspiró y le guiñó un ojo de forma cómplice desapareciendo tras una nube lila, la mano de Emma quedó suspendida en el aire, sintiendo el vacío y la ausencia de calor que había dejado el tacto de la mano de la alcaldesa.

Continuará….

Bueno, parece ser que Regina es más imprescindible de lo que el pueblo pensaba, solo era cuestión de tiempo. ¡Pronto más!