Una vez más como las anteriores de veces, Marinette se encontraba con Chat Noir en su habitación, charlando como los buenos amigos que ahora eran. La mayoría siendo acompañado con alguno postre –en este caso galletas– y un vaso de leche. Sin embargo no era como los otros días y eso no era porque no hablaban de sus problemas, de cómo había sido su día o el gatito decidió no hacer sus chistes.

Era por el mero hecho de que a Chat Noir se le había hecho un bigote de leche y este no se dio cuenta. Algo inusual, ya que normalmente cada vez que tomaba un sorbo era de limpiarse con la servilleta por si quedaban restos.

Pero hoy no.

Y para Marinette que no podía dejar de ver su adorable bigote que se le formo, había quedado colgada en medio de la conversación.

— ¿Estas escuchando? —El gatito la miro detenidamente.

— Umm... ¡Ah! Si, si —Contesto de lo más distraída.

— ¿Acaso te enamoraste de mí? —Pregunto repentinamente como juguetonamente poniendo una mano en su barbilla sin dejar un momento de mirarla.

Ella se sonrojo por lo dicho y refuto rápidamente que no. Ocasionando que el felino se riera.

— Al menos hubieras dudado, hieres mi corazón —Repuso fingiendo desilusión, posando dramáticamente una mano en su pecho.

No obstante luego de ese acto más que elaborado. Ella se quedó, nuevamente, viendo su bigote de leche, ahora considerando en decírselo, pero en vez de eso, solo le dio muchas ganas de reírse o al menos soltar una carcajada o sonreír como si estuviera drogada. Por esa razón su comisura de los labios se movía temblorosamente mientras sus labios querían dibujar una sonrisa.

— De verdad, Marinette ¿Por qué me estas mirando? —Le pregunto observándola con una expresión de extrañeza e intranquilidad— Sé que soy irresistible, pero tampoco para que pongas esa cara.

— No te estoy mirando —Dijo y desvió la mirada. Tomando un sorbo de leche.

— ¿Tengo algo en la cara no es así? —Cuestiono e inmediatamente, seguro de que era eso, se dirigió al espejo, viendo su "bigote"

— ¿Cuándo pensabas decirme que me creció el bigote? —Sonrió ahora clavando su mirada en ella, a punto de tomar una servilleta y limpiárselos.

— Perdón, pero te faltaban los "bigotes", gatito.

— En eso tienes razón My Princess y dime ¿Que tal me veo? —Deteniendo su acción de "afeitárselos"

Ella sonrió y contesto como habitualmente Chat Noir lo hacía.

— Purrfecto.

El minino rió y sonrió cálidamente, quien en toda su estadía no se limpió su bigote de leche. Entretanto Marinette se los quedo contemplando, sonriendo y en algunas ocasiones conteniendo la risa, ya que estos le quedaban adorables. Él era adorable y todo porque el bigote de leche se lo había dejado por ella o al menos por haber hecho ese comentario.