Prologo
Konoha la cuidad de los vivos la joya de la corona del faraón Kizashi I, hogar del poderoso hechicero Suigetsu y sacerdote del faraón guardián de la muerte, también hogar de Karintunamon, la favorita del faraón a ningún hombre es permitirlo tocarla, pero por su amor eran capaces de arriesgar su propia vida.
Con pasos lentos y mirando Suigetsu y Karintunamon se fueron acercando y ella pasando su mano sobre el rostro del Suigetsu le demostraba que lo quería. El solo la beso, pero cometió el terrible error de borrarle los signos que tenía en el brazo derecho con su mano. Mientras tanto los sacerdotes de Suigetsu cerraban la puerta el faraón Kizashi I entraba al recinto.
Kizashi I: Iractac ijada (¿Qué están haciendo aquí?) -los sacerdotes de Suigetsu no dijeron nada, pero el faraón Kizashi I no se iba a quedar con eso así que camino dentro del recinto para poder encontrarse con Karintunamon sin imaginarse que encontraría su perdición.
El la observo atentamente mientras que ella posaba como una modelo de pasarela sosteniéndose sobre una estatua de un gato. Él le miro de pies a cabeza y con el dedo índice le apunto a una zona y el pregunto.
Kizashi I: Yatami tata (¿Quién se atrevió a tocarte?) -ella simplemente se miró la zona borrada por la mano de Suigetsu, mientras que el faraón voltea y ve a Suigetsu detrás de él y le quita la espalda que trae en su cintura y al empuña con la intención de atacarlo.
Kizashi I: Suigetsu Ai sum (Mi sumo sacerdote) –en ese momento en un ataque traicionero Karintunamon le clava una daga en la espalda y se empieza una masacre a la pobre persona del faraón.
Entre Suigetsu y Karintunamon le fueron arrebatando la vida poco a poco primero le corto Suigetsu un brazo con la espada, luego Karintunamon le volvió a clavar la daga en el pecho, mientras que los sacerdotes de Suigetsu solo observaban a través de la cortina como despedazaban al faraón.
De repente a tras de ellos se escucharon que golpearan la puerta Suigetsu y Karintunamon pusieron atención después de mutilar el cuerpo del difunto Kizashi I.
Suigetsu: Yaira becha (La Escolta del faraón) –mientras decía eso sus sacerdotes sabían que tenía que sacarlo de ahí.
Karintunamon: Ipuru hani inimi yotu (Huye sálvate) -diciendo desesperadamente a Suigetsu.
Suigetsu: Yejame (No) -diciendo para no irse de su lado.
Mientras ellos discutían la puerta cedía poco a poco.
Karintunamon: Aitara yujo jaguy (Solo tú podrás resucitarme) -decía mientras de un momento a otro la puerta cedió y los guardias del faraón entraron con sus armas por delante.
Suigetsu: Kunaidejame (No te abandonare), Aicamich (Déjenme) -Decía mientras que los sacerdotes trataban de llevarse a Suigetsu.
Ella solo le paso su mano en forma de aprecio mientras que sus sacerdotes se lo llevaban para no ser descubierto por los guardias del faraón y solo le puso hacer una promesa a Karintunamon mientras que se lo llevaban.
Suigetsu: Sisonjunaigue (¡Volverás a la vida!), Turenniatanenca (¡Yo te daré la vida!) -Gritando mientras era llevado por sus sacerdotes.
Karintunamon solo volteo cuando los guardias entraron y vieron el cuerpo mutilado del ex faraón Kizashi I, ella solo puso hacer una cosa para poder escapar de esa situación y fue.
Karintunamon: Bembi ai guenyis ahus (Mi cuerpo no es su templo) -Dicho esto se clavó la daga en el pecho mientras Suigetsu observaba a los lejos lo que ella hacia y se arrepentía de no ser el que esté en su lugar.
Para resucitar a Karintunamon, Suigetsu y sus sacerdotes entraron a su cripta y robaron su cuerpo, se internaron en el desierto con el cuerpo de Karintunamon llegando después de algún tiempo a Hamunaptra cuidad de los muertos, antiguo cementerio para los hijos de los faraones y lugar de reposo de los tesoros egipcios. Por el amor que se tenían Suigetsu desafió a los dioses entrando a la cuidad donde tomo el libro negro de los muertos de su biblioteca sagrada.
El cuerpo de Karintunamon estaba tendida sobre una mesa de pierda como si fuera una pieza de sacrificio, mientras que los 20 sacerdotes hacían un extraño cántico para atraer el alma de Karintunamon que fue enviada al mundo de las tinieblas y sus órganos fueron puestas en 5 vasijas sagradas con forma de animales sagrados.
De la pequeña piscina que estaba enfrente del cuerpo de Karintunamon y los sacerdotes se levantó una especie de sombra oscura que se fue acercando al cuerpo inerte de Karintunamon, mientras que los sacerdotes aumentaban el ritmo del cántico. De un momento a otro la sombra entro al cuerpo de Karintunamon y la regreso a la vida, pero antes de que se completara el ritual la guardia del faraón había seguido a Suigetsu y el alma de Karintunamon regreso al muerdo de las sombras y ahora todo estaba perdido.
Los sacerdotes de Suigetsu fueron condenados hacer momificados vivos por seguir las órdenes de Suigetsu y llevarse el cuerpo, mientras que algunos les arrancaban la lengua, otros ya estaban listos envueltos. En cuanto a Suigetsu fue condenado a soportar la peor de las maldiciones antiguas de Egipto el "Hom-dai" es tan terrible que nunca se había aplicado.
Primero le agarraron la lengua con unas tenazas y luego con un cuchillo le cortaron la lengua, le cortaros los oídos y luego lo empezaron a vendar ya que después vendría la peor parte, ya completamente vendado lo metieron en un sarcófago especial y lo depositaron, él se empezó a mover de un lado a otro como si fuera un gusano.
Un guardia con mascara de chacal se fue acercando al sarcófago con un extraño recipiente y se lo hacharon enzima eran millones de escarabajos carnívoros, cerraron el sarcófago mientras que Suigetsu y los escarabajos estuvieron adentro y lo sellaron con una llave especial. Suigetsu fue condenado a en esta vida y en la siguiente, las momias los descendientes de los guardias del faraón jamás permitirían que fuese liberado y si eso pasara se esparciría la enfermedad, una plaga sobre la humanidad, un maléfico comedor de carne con la fuerza de las eras, el poder sobre las arenas y la gloria de los invencible.
