Hola… aquí les traigo un fic, que supongo que serán solo siete capítulos…. (O tal ves más), y emmm… bueno espero que sea de su total agrado…

South Park no me pertenece, les pertenece a Matt Stone y Trey Parker

Frágiles deseos como la arena

Chapter one: Solo quiero ser feliz

Ya era medio día, se encontraba listo para ir a su encuentro con la persona a quien amaba; llevaba puesto la ropa de siempre para no levantar sospechas de sus padres o de su hermano, aunque ¿Por qué preocuparse de Ike?, el pequeño canadiense apoyaba su relación con Stanley Randall Marsh, no había ningún problema.

Kyle y Stan, con 16 años de edad, habían empezado una relación amorosa ya cuatro meses atrás, de los cuales sus padres no estaban del todo enterados, ellos creen que sus hijos llevan apenas un mes juntos y eso era lo que odiaban Randy Marsh y Gerald Broflovski, habían hecho todo lo posible para separarlos, aun no aceptaban que sus hijos sean bisexuales, eso iba en contra de la naturaleza humana. Sheyla Broflovski también estaba en contra de eso, pero Sharon… ella había…

Sale de su habitación y se dirige a las escaleras, tenia casi todo calculado, es decir sabia lo que tenia que hacer y decir para poder salir de su casa, y sabia como hacer para que sus padres confiaran ciegamente en él y no dudaran de su palabra, nada podría salir mal. Baja por los escalones rápidamente y llega al pasillo que lo llevaba a la puerta principal de su casa, era ahora o nunca, tenia que hacerlo rápido para evitar la palabrería; uno…dos…tres…cuatro pasos y…

- ¿Kyle?-

Era la voz de su madre, el mencionado voltea y se encuentra con el rostro de Sheyla, mostraba enojo.

- ¿A dónde planeas ir jovencito? – la pelirroja se cruza de brazos.

- Yo tengo un trabajo grupal – mintió.

- ¿Y planeas irte así como así sin avisar donde vas a estar y con quienes? - Sheyla mostraba aun mas enojo.

- Pues yo... – pensaba en que decir para salir de esta; su idea había sido que al dar un paso fuera de su casa gritaría fuertemente como que para ella lo oyera y diría "ya vuelvo", pero esto no funciono.

- Yo le dije que no estabas mamá - se hizo escuchar el pequeño canadiense.

- ¿Eh? – ella voltea sorprendida.

- Yo creí que habías salido y pues yo le dije que no estabas… lo siento si cause algún problema-

- Entiendo pero igual debió haber avisado antes – voltea a ver de nuevo al pelirrojo.

- Se me olvido – dijo desviando la mirada hacia su hermano, Ike solo le regalaba una sonrisa.

- Que esta sea la ultima vez Kyle… y ¿Dónde vas a estar y con quienes? – se quería asegurar de que en ese supuesto trabajo grupal no estuviera involucrado Stanley Marsh.

- Pues va ha ser en la casa de Kenny, y solo somos cuatro… Cartman, McCormick y… -

- ¿Stan? – pregunto Sheyla antes que su hijo pudiera terminar de responder la pregunta anterior.

- No Butters – respondió tranquilamente.

- Esto es raro, ustedes siempre involucran a Stan en sus grupitos – dijo con cierta duda.

- Pero ahora no hicimos grupo con él –

- ¿Por qué?-

- ¿Pero no eran tú y mi padre los que todo este mes me han estado diciendo que me aleje de Stan?-

- Si… uhmmm… esta bien, puedes irte- debía confiar en su hijo, pero igual lo mantendría vigilado.

- Gracias…- dijo con un poco de molestia, para luego dar media vuelta y salir de su casa, pero antes de cerrar la puerta detrás de él escucho decir a su madre.

- Vuelve temprano-

- No lo creo mamá- murmuro para si mismo.

Se sentía mal por mentirle a su madre de esta manera, pero era la única forma para poder ver a Stan, pero esto se volvía cada vez una molestia, verse a escondidas y aparentar amistad ante algunas personas para que no fueran con el chisme a su familia ni al padre de Stan.

- Todo esto es una mierda – murmura con enojo apretando los puños con fuerza.

¿Por qué simplemente no los dejaban ser felices? ¿Por qué todos se tenían que entrometer?, definitivamente odiaba esto; semanas antes había pensado en terminar su relación, pero no tenia las fuerzas suficientes como para hacerlo, él quería bastante a Stan, se sentía como si su vida estuviera completa, como si fuera ese algo que llena ese vacio dentro de él.

. . .

Tenia que haber salido de su casa hace dos minutos atrás, pero era difícil, su padre estaba en la sala, además estaba castigado, no podía salir ni con una mentira. El pelinegro se encontraba en las escaleras ideaba algo para poder salir, y rápido; si no se apresuraba Kyle seguro se enojaría con él, sabia muy bien que al pelirrojo le gustaba la puntualidad en todo.

Cuanto deseaba que su madre estuviera con ellos, ella quizás podría haber intercedido por su relación con Kyle, pero no, ella… había fallecido en un gran accidente automovilístico, pero su cuerpo nunca fue encontrado, eso le había dado esperanzas a su padre, a su hermana, y a él de que ella estuviera con vida; pero ya había pasado un año y las esperanzas se perdieron para Randy y para Shelley, pero para Stan no, el pelinegro aun creía que su madre estaría con vida en algún lugar y que de seguro quería estar de nuevo con ellos, para volver a ser esa familia que siempre fueron.

- ¿Que haces aquí mojón? – esa voz provenía de detrás de él y si que lo había tomado por sorpresa.

- Y-yo… -voltea lentamente.

- ¿Piensas salir?- pregunta maliciosamente.

- Pues yo… - estaba muerto, Shelley se lo diría a su padre.

- ¿Qué pasaría si ahora llamara a nuestro padre?- forma una sonrisa en sus labios, era una de esas sonrisas maléficas.

Sin duda con el pasar de los años, Shelley no había cambiado para nada, al parecer le encantaba ver sufrir a su pequeño hermano.

- Por lo que mas quieras Shelley te pido que no hagas ni digas nada, te daré lo que quieras-

- ¿Lo que quiera?- pregunto con cierta malicia, segura de todo lo que podía pedir.

- Si pero deberás ayudarme a salir-

- ¡JA! Ayudarte yo –

Stan se estaba arriesgando demasiado, pues no tenía ni una garantía de que Shelley lo ayudaría sin antes traicionarlo de la más vil manera.

- Si ayúdame y te daré… -

- cien dólares- se adelanto en decir Shelley, a la oferta que le iba a hacer Stan.

El pelinegro no sabía que hacer, aceptar o decirle una cantidad menor a la que ella pidió, pero él solo contaba con trescientos dólares, que eran todos sus ahorros; pero sin duda tenia que aceptar conociendo a su hermana de seguro no cambiaria la cifra.

- Esta bien –

- Muy bien, pero eso si, los cien dólares me los tienes que dar ahora-

- Ok- saco del bolsillo de sus jeans negro una billetera para luego extraer de esta dos billetes de cincuenta dólares.
- Buena elección – dijo mientras se los quitaba rápidamente de las manos, luego pasa a guardarlos en el bolsillo trasero de su jeans color rosado.

- Escúchame mojón, yo iré a la sala y distraeré a Randy, mientras que tu aprovechas para salir ¿entiendes?- baja algunos escalones

- Ok – dijo Stan y se dispuso a seguirla.

- Pero te advierto algo – dio media vuelta antes de llegar al los últimos escalones (unos tres o cuatro).

- … si no lo logras, no va ha hacer mi culpa, y no te voy a devolver los cien dólares – forma una sonrisa en sus labios, le da la espalda a Stan y siguió su camino.

No sabia si Shelley estaba hablando enserio, no sabía si ella no traicionaría, pero tenía que confiar en ella, después de todo ella era su hermana, llevaban la misma sangre, siempre se apoyarían ¿no?

… Ella al llegar al último escalón, se queda para unos momentos, para después voltear y ver detenidamente a Stan, luego le regala a este una sonrisa escalofriante.

- ¡Randy Stan quiere salir! – grito con todas sus fuerzas.

¿Confiar en ella?, ni el mismo diablo confiaría en Shelley, claro que no; ella nunca cambiaria, así la estuvieran extorsionando o algo, ahora ella era una maldita persona que lo traiciono, como fue estúpido, como pudo haber pensado en confiar en alguien como su hermana, era un total imbécil.

Randy no tardo en llegar en donde ellos estaban.

- ¿A dónde piensas ir Stan? – interrogo molesto.

- yo…- tenia miedo pero… ya era hora de enfrentar a su padre, pero antes de que pudiera decir algo…

- Iba a ver a su noviecito papá – Shelley se le adelanto.

- Stanley Randall Marsh sabes que tienes prohibido ver al hijo mayor de los Broflovski- dijo severamente.

-Pero… papá debes entender él y yo nos amamos y ni tu ni nadie nos va a separar, porque el amor que yo le tengo es así de intenso como el amor que tenias por mi mad… - no pudo decir mas porque Randy le había dado una bofetada.

- eso es totalmente diferente- dijo en un tono totalmente frio.

-No…- susurro mientras posaba su mano el la mejilla golpeada.

- Mira bien las cosas, él es hombre ¿Cómo puedes compararlo con la relación que tuve con Sharon?-

-Amor es amor…-

- Escucha jovencito, ya es hora de que abras los ojos y veas que te estas equivocando- quería que su hijo entrara en razón.

- Yo no me equivoco con respecto a lo que siento Randy-

- aun eres joven y chicos de tu edad se equivocan demasiado-

-No lo creo-

-Que hay de Wendy, porque no mejor dejas a Kyle y regresas con Wendy ella te ama-

-Ella me engaño con otro… ¿Qué… ya no lo recuerdas? Fue por ella, por quien entre a un estado depresivo-

- Si pero ella me dijo que quiere regresar contigo-

- No entiende de una ves por todas, yo ya elegí y elegí a Kyle, desearía que respetaras mi decisión-

Randy ya estaba harto de escuchar tonterías como esas, ya había hecho todo lo posible para que su hijo pudiera entrar en razón, ¿Por qué no entendía? Lo que estaba haciendo estaba mal, muy mal, eso no era aceptable en la sociedad.

- La repetiría si eligieras por pareja a una mujer, que es lo normal- debía seguir intentando.

- ¡No!... te pediría que esto lo discutamos luego, ahora yo debo salir-decepcionado de su padre por no poder entenderlo, se dirige a la puerta principal de su casa.

- Cruzas esa puerta y te juro que yo ya no te reconoceré como hijo-

Stan quedo petrificado ante tal amenaza, pero no, él haría lo que su corazón le decía, el no se dejaría manipular por su padre, sabia lo que quería y deseaba, y si por aquello que amaba perdía a su familia, lo aceptaría, no le importaba perderlo todo por Kyle, por él haría muchas locuras.

-Si eso quieres muy bien- toma la perilla de la puerta, la gira para poder abrir la puerta y salir.

- ¡Stanley estoy hablando enserio!-

- Lo se… - dijo sin voltea a ver a su padre, para luego salir y cerrar la puerta detrás suyo.

Sonríe amargamente, pero todo ya estaba dicho, y sabía que no se arrepentiría. Apresura el paso, ya era tarde y de seguro Kyle ya estaba en el parque de diversiones.

¸.•*¨*`•.Continuara… ¸.•*¨*`•.¸