Hola a todos! Lizzy reportandose para publicar este ~humilde~ one-shot. La verdad es que me identifico mucho con Fanny Price (soy muy tímida y prefiero no sobresalir la mayoria del tiempo), pero me molesta que haya terminado con el soso de Edmund en vez de Henry. Yo entiendo que Edmund tenía los mismos principios morales que Fanny y que ella siempre lo amó pero NO. ME. IMPORTA. eso no significa nada. ¡HENRY FUE EL PRIEMRO EN AMARLA Y VERLA COMO UNA MUJER Y NO COMO LA "PRIMITA BONITA"! ¡REATZIONA! Pero no estoy aquí para proclamar mi odio por Edmund, sino para publicar este one-shot que vino a mi mente ayer por la noche. Espero que les guste...
Los personajes son de una Señora inglesa de la Regencia, yo solo la admiro y juego con sus personajes.
La campanilla sonó indicando que había entrado a la cafetería. La verdad era que aunque el café era de los mejores en el lugar, no iba precisamente a degustarlo. Tomó asiento y miró a su alrededor, le gustaba ir a esa hora porque había poca gente y la mesera podía atenderlo solo a él, en ese momento no era la excepción: solo había una muchacha leyendo un libro en el rincón del local.
Sacó su celular y notó que tenía un mensaje de María.
"¿Dónde estassss? Te extraño ;) "
Bufó exasperado. Ni si quiera valía la pena contestarlo. Lo mejor era dejarla en visto tal vez así entendía el que no estaba interesado.
– ¿Otra vez aquí? –preguntó la ya conocida voz de Fanny.
Alzó la vista de la pantalla y sus ojos se encontraron con los de ella.
–Hola a ti también –dijo con una sonrisa.
–Hola ¿lo de siempre? –preguntó.
– ¿Tan predecible soy? –Fanny sonrió.
–Un tanto. ¿Entonces será eso?
–Sí, por favor.
Miró como se alejaba, no podía apartar sus ojos de ella. Era tan bella, un ángel sin duda. Ni si quiera se daba cuenta de cuando sucedía pero antes de darse cuenta sus ojos ya estaban contemplándola. Se sentía como un adolecente en su primer amor. Aunque tal vez si era su primer amor. No podía engañarse a sí mismo, lo que sentía por Fanny Price era muy diferente a lo alguna vez hubiera sentido por alguien más. Pero ella era tan distante, tal vez eso mismo era lo que lo tenía fascinado: el que Fanny no cayera rápidamente como las demás. Lo que sentía por ella era diferente porque ella misma era diferente.
–Aquí está –dijo su dulce voz a la vez que depositaba la orden en la mesa- Un capuchino y una rebanada de pay de zarzamoras.
–Gracias.
–Bueno, si ocupas algo estaré en…
–No –intervino él rápido- ¿Podrías quedarte?... Solo un minuto.
–Mi jefa me regañará –se excusó ella.
–Por favor, solo hay una clienta más. En cuanto llegue otro cliente te dejaré irte ¿sí?
Fanny se sentó. No supo si era porque en verdad quería quedarse o si solo lo hacía para complacerlo. Así era con ella, nunca se sabía.
– ¿Cómo has estado? –preguntó nervioso, vaya que se sentía estúpido.
–Bien ¿y tú? –era obvio que estaba incómoda. Se había sentado por compromiso, para complacerlo.
–Bien.
El silencio se instauró entre ellos. No podía permitirlo tenía que hablar, no podía quedarse así.
– ¿Puedo preguntarte algo? –cuestionó ella sacándolo de sus regaños internos
–S-sí, claro –sonrió intranquilo.
– ¿Por qué sigues viniendo?
–Porque el café es muy bueno –contestó más tranquilo-, y porque las meseras son amables –disfrutó de ver cómo Fanny se sonrojaba.
–Sabes lo que pienso de ti, Henry.
–Lo sé, lo sé. Pero esa fue solo la primera impresión.
–Y la segunda y la tercera… –le interrumpió Fanny.
–Soy más que un playboy engreido. En verdad me gustas, Fanny –dijo tomando su mano sobre la mesa; para su sorpresa ella no la retiró-. Cuando estoy contigo, siento que soy otra persona, tú me haces ser una mejor persona, Fanny.
Los ojos de la chica estaban fijos en sus manos unidas.
– ¿Eso es lo que le dices a todas? –preguntó sin apartar la mirada de sus manos.
–No. Claro que no ¿sabes por qué? –ella alzó la mirada y lo vio a los ojos-. Porque no eres como todas, tú eres única, diferente. Eres la chica más bella.
–Rayos Crawford ¿Esperas que te crea esa mentira?
–Es verdad –dijo sonriéndole con honestidad en sus ojos- y no puedo creer que nadie te lo haya dicho antes, eres en verdad bella. Y si el mundo no lo nota es porque necesitan lentes.
–Tal vez tú necesites lentes –contestó ella con una sonrisa.
–No, yo sé reconocer a una chica linda y tú lo eres. Tienes unos bellos ojos azules-grisáceos, tu sonrisa es la más sincera que he visto en mi vida, tu cabello es un desastre, pero uno bello, todo tu rostro inspira confianza –Henry notó que Fanny se revolvía incómoda ante esta descripción de su belleza física así que optó por cambiar de táctica-. Y no solo eres eso, eres tan lista, y amable, ayudas a todos, tratas bien hasta al cliente más difícil –Fanny sonrió débil pero sinceramente-. Por favor Fanny, dame una oportunidad para probarte que lo que siento por ti es real. En verdad me gustas –dijo tomando esta vez con ambas manos la pequeña y delicada mano de la chica.
Ella lo vio a los ojos y abrió la boca para decir algo pero la campanilla, que anunciaba la llegada de un cliente, los interrumpió.
– ¿La propuesta de cita sigue en pie? –preguntó Fanny tímidamente a la vez que se ponía de pie.
Henry sonrió complacido, feliz, eufórico.
–Sí.
– ¿Podría ser el viernes? Es mi día libre –aclaró.
–El viernes será. ¿A qué hora paso por ti?
– A las 5 de la tarde… si puedes.
–Perfecto.
¿Se puede morir de felicidad? Henry Crawford se sentía feliz. Más que feliz. Era algo mayor que solo una satisfacción momentánea. Era algo que jamás había sentido y se sentía más que bien. Se empezaba a dar cuenta que no solo le gustaba. Tal vez, a sus 25 años, empezaba a madurar. Tal vez en verdad quería "sentar cabeza". Tal vez Fanny era la indicada. En verdad quería que todo saliera perfecto. Quería una segunda cita, y una tercera, y una cuarta. Quería estar con ella todo el tiempo porque ella lo hacía ser una mejor persona, y porque la amaba como a ninguna.
Henry Crawford se dio cuenta; no solo le gustaba, en verdad estaba enamorado de Fanny Price.
No olviden comentar para saber qué piensan :)
Besos, Nan.
