Hola, me presento ante ustedes, soy Pollux Dioscuros de la Cd. de México, y pongo a su consideración mi primer fan fiction. El disclaimer: pues todos los personajes, a excepción de aquellos creados por mí en esta historia (que son alrededor de ¡2! XDD), son propiedad intelectual de Masami Kurumada y de Toei Animation (pues mi historia está apegada más a la historia del anime que del manga.)
Espero que lo disfruten. (Así como opiniones, ya sea aquí o a mi correo electrónico: por favor, si mandan una opinión a este, díganlo en el título, pues generalmente no abro correos de gente que no conozco, muchas gracias.)
HUÉRFANOS DE LA DIOSA
El frío
monitor de la televisión presentaba la noticia que había
tomado por sorpresa a la sociedad griega durante el transcurso de la
noche anterior, los encabezados del noticiero se mostraban anunciando
la explosión de la fábrica de textiles Mileto. La voz
del conductor del Noticioso del Canal 6 de Athenas informaba con tono
monótono.
"En el lugar de los hechos, perecieron los 4
guardias de seguridad y la totalidad de los empleados del turno
nocturno. La fábrica Mileto, era el principal distribuidor de
colorantes de la Corporación Kido en Grecia, y el principal
suplidor de dichos materiales, en Grecia, Albania y Turquía."
La pantalla mostró entonces el equipo de rescate buscando
sobrevivientes entre los escombros.
"La policía y los
bomberos no han dado aún una explicación satisfactoria
de las causas de la destrucción de la planta, algunos
testigos, sin embargo, han descrito que un gran fulgor y consecuentes
explosiones fueron vistas y escuchadas en repetidas ocasiones, sin
embargo, no hubo ningún incendio ó algún signo
de fuego posterior, tras un gran estruendo, dicen, la planta se vino
abajo como 'un castillo de naipes', una mujer, que se encuentra
bajo custodia con la policía, describió que antes de
los hechos, la costa y el mar tenían 'una apariencia
espectral'. Ahora escuchen de viva voz de ésta mujer, lo que
dijo ante las cámaras de Canal 6 antes de ser llevada en
custodia por la policía"
Las imágenes del
rescate dieron lugar al rostro en pantalla, de una mujer madura que
hablaba notablemente excitada.
"¡Fue la venganza de los
espíritus marinos! ¡El mar está enojado!"
El
rostro del conductor del Noticiero volvió a aparecer en la
pantalla.
"Estas palabras fueron suficientes para confirmar
los rumores entre algunas fuentes policíacas, que una de las
líneas de investigación se basarán en la
hipótesis de un atentado por parte del grupo bio-terrorista
que se sospecha, ha hundido ya algunos barcos en la costa griega y
que ha causado severos daños a varias industrias. El grupo aún
es desconocido ya que nunca ha hecho ningún comunicado, pero
el modus operandi, de destrucción sin explosiones con fuego,
es que parece demostrar que es éste grupo el responsable
detrás de éste siniestro. La policía, sin
embargo, ha dicho en repetidas ocasiones que están cerca de
desvelar la identidad de los terroristas que están causando
estragos a las finanzas griegas..."
PRIMER
ACTO
EL OMBLIGO DE LA BESTIA
"La belleza es
una venda que nos cubre los ojos."
Es el pensamiento que
ocupa en estos momentos la mente de una mujer de rostro cubierto que
avanza por una asoleada y ordenada calzada apenas transitada.
Tan
increíble como pueda parecer en éste mundo moderno,
escondido por la gracia de una antigua diosa, en el territorio que
hoy en día denominamos como Grecia, se encuentra oculto
(apenas de milagro), una pequeña ciudad que maravillaría
a arqueólogos, antropólogos e historiadores en general.
Más asombroso aún, ésta pequeña
Ciudad-Estado guarda secretos tan asombrosos, que su revelación
implicaría rescribir totalmente la historia del mundo tal como
la conocemos, y ocasionaría, con toda seguridad, disturbios
entre miles, quizá millones, de seres humanos alrededor del
planeta, al poner en tela de duda sus principios religiosos, pues en
verdad ¿qué pensaría el mundo que una diosa, una
verdadera diosa, vuelve cada cien años a éste lugar
asombroso a defender al mundo de amenazas difícilmente
imaginables?
No es de extrañar que este sitio, entonces, es
su apariencia, sea tan hermoso y mesmerizante como lo es hoy El
Partenón con su gracia clásica. No sólo eso, los
pocos edificios que componen el cúmulo de ésta calzada,
así como otros edificios más, guardan en su interior
grandes secretos no sólo del mundo, sino también
guardan secretos de los propios habitantes de dicha ciudad. Dichos
secretos, son repetidos sólo en susurros, pero nunca
comprobables. La belleza, la belleza es pues, otro recurso explotado
para desviar la atención de los secretos.
Entre los
transeúntes se refleja sorpresa por lo poco común en la
figura que camina decidida por la calzada sin prestar atención
a nadie. Pero no es la decisión con la que camina, o la poca
atención que muestra por los demás o su extravagante
belleza lo que ocasiona que todos aquellos en su camino se aparten a
su paso, y que murmuren tras verla apenas de reojo, la causa detrás
de esto, es el peligro que ella entraña.
La mujer es una
Amazona de Plata, la Amazona de Plata del Ofiuco, también
llamada por algunos por el nombre de Shaina. Aunque es común
verla caminar por El Santuario y por la cercana villa de Athene, el
cosmo que irradia a su alrededor ésta tarde sugiere lo sombrío
de su estado de ánimo.
En raras ocasiones, Shaina ha
reparado en la belleza de El Santuario de Athena, por lo que resulta
irónico de que lo haga hoy día para lamentarse de
ella.
"¿Porqué? ¿Porqué ha
seguido con ésta Cruzada estúpida? ¡Nos costó
tanto trabajo convencer a Gigas de que guardara silencio la vez
anterior! Ahora ha llamado la atención del propio
Patriarca"
El tono angustiado de sus pensamientos no es
escuchado por nadie, pero su cosmo va destrozando pequeñas
piedras a su paso que levanta una pequeña arenisca que lastima
los ojos de algunos transeúntes.
Doblando en una esquina,
con fachada de piedra y grandes puertas, enclavado en una montaña
y guardada por dos soldados, Shaina detiene su andar y pide la
entrada a un edificio que todo mundo evita con temor.
Aún
las utopías tiene lugares desolados, lugares oscuros y llenos
de dolor. Pues ésta, es La Cárcel del Santuario, y
dentro, aguardan su destino, algunos Caballeros defensores de la
diosa y protectores del mundo, que están aprendiendo una dura
lección: aquella de que los decretos divinos son, la mayoría
de las veces, incompatibles con los pensamientos de los simples
mortales.
Con pesado estruendo, las puertas de la cárcel
se cierran detrás de la Amazona de Plata, y es recibida a su
vez por otro centinela.
"¡Llévame ante el
carcelero!" Ordena la mujer de cabello verde con acostumbrada
autoridad. "Tengo el permiso de Gigas."
Como única
respuesta, el centinela intenta disimular un temblor nervioso,
silenciosa y servilmente, el hombre lleva a la mujer a la presencia
de un hombre pálido y de rostro siniestro.
Casi
esquelético, nariz aguileña y mueca sádica, la
palidez de su piel denota que a éste hombre apenas le toca la
luz solar, palidez que contrasta con el oscuro tono de su cabellera
larga, que sin embargo es rala y que cubre apenas su cuello, no así
su coronilla.
Sin inmutarse, el hombre observa a la Amazona con
una sonrisa taimada y mirada torva. Shaina nota, para su sorpresa,
que éste hombre, no le teme.
"¡Milady Shaina!"
exclama el hombre con voz chillona, aunque sin levantarse. "¿A
qué debemos el honor de su visita?"
Shaina, recuperada
de la sorpresa de encontrar a un hombre que no le teme responde con
tono firme.
"Tú pregunta es redundante, Polifemo .
Sabes perfectamente porqué estoy aquí no pretendo
perder mi tiempo con tú absurdo intento de socializar
conmigo."
Polifemo, aún sin borrar su siniestra
sonrisa, escucha paciente la desdeñosa respuesta de la Amazona
del Ofiuco. Tras una breve pausa, responde finalmente.
"No
veo el porqué de su molestia, Milady no estoy haciendo sino
tratarla como la dama que usted es de acuerdo a su rango."
Poniéndose de pie con agilidad, Polifemo extiende sus brazos
mostrando una huesuda mano con largas y oscuras uñas, al
parecer, invitando a Shaina a tomar asiento en una olvidada
silla.
"En cualquier caso" prosigue el carcelero "las
reglas de cortesía se esperan no sólo del anfitrión,
" y con tono ominoso concluye "sino también de los
visitantes." Cruzando sus manos, Polifemo agrega. "Después
de todo, no soy más que el humilde sirviente de Athena y su
representante en La Tierra El Patriarca."
Tras pronunciar
esto, Polifemo sonríe y observa el efecto de sus palabras
sobre Shaina.
Sin embargo, la máscara que cubre el rostro
de la Amazona oculta cualquier gesto que pudiera haber hecho y su
lenguaje corporal no traiciona a la guerrera, dejando sin respuesta
fácil a la pregunta interna de Polifemo sobre si su amenaza
surtió algún efecto sobre ella. Al contrario, con
aplomo, Shaina logra responder con tono frío.
"Soy una guerrera. Disto mucho de conocer de etiqueta y sus normas de las que hablas... sólo conozco del combate y de sus reglas..." con un aura apenas perceptible, Shaina se inclina sobre el escritorio de Polifemo quien, por primera vez, muestra algo parecido al temor en su rostro, mientras que sus dos escoltas caminan para protegerlo. Apenas levantando la mirada, el cosmo de la Amazona de Plata es suficiente como para rechazar firmemente a los guardias, rompiendo de paso sus lanzas. Volviendo su atención, al ahora, totalmente sorprendido carcelero, Shaina dice, suavemente, mientras el fulgor de su cosmo parece desvanecerse. "¿Quizá estarías interesado en intercambiar conocimientos?"
Con una
sonrisa y movimientos nerviosos, Polifemos suena sus palmas, sin
dejar de observar a la amazona, que recupera una postura más
relajada. Un guardia aparece al llamado del macabro carcelero, el
cual, al entrar, se detiene asombrado al observar a los guardias
inconscientes atrás, y las lanzas rotas.
"¿Se...señor?"
pregunta el joven, rogando que no le sea ordenado luchar con tan
peligrosa presa.
"¡Lleva a ésta mujer con la
rebelde!" ordena Polifemo el cuál es interrumpido por la
mujer de cabellera verde.
" ¡Aún no es juzgada,
Polifemo! Cuida tú lengua."
Recuperando algo de su
postura arrogante, Polifemo responde.
"Su actitud no ayuda a
su hermana, Shaina. El negar lo que es evidente en defensa de ella es
noble aunque tonto. Ahora váyase y no me ocasione más
problemas."
Con un dejo de asco, Shaina responde.
"Hasta
nunca"
Y dicho esto, la mujer y el guarda desaparecen por el
oscuro pasillo.
En su lugar, Polifemo escupe, pensando con odio.
"Ojalá que de verdad nunca caigas en mis manos,
Amazona ¡te juro que no la pasarías nada bien!"
Shaina
mientras tanto, siguiendo al guarda que prende una tea para iluminar
el oscuro camino, baja algunas escaleras, ponderando lo que Polifemo
le dijo.
"Negar lo evidente es tonto."
Por
lealtad, Shaina defendió a su hermana, pero, aunque le
molestaba, en su interior, estaba de acuerdo con el juicio de
Polifemo, y sabía que el caso de ella estaba prácticamente
perdido.
Bajo la máscara, Shaina hizo una mueca, se dio
cuenta de que comenzaba a respirar con dificultad, el calabozo,
oscuro y profundo, no contaba con ventilación, ni ventanas, el
aire enrarecido, con algunos dejos de sal, se encontraba viciado, por
un momento, Shaina se estremeció al pensar en encontrarse en
una situación semejante.
"Es como morir" pensó horrorizada. "Siento que estoy descendiendo por el ombligo de una peligrosa bestia"
Por fin, los escalones
terminaron, dirigiendo aún a Shaina, el guardia encaminó
a la mujer por un angosto pasadizo. Estrechas e incómodas
celdas se desplegaron a ambos lados del túnel que daba vueltas
y vueltas era como bajar al infierno.
"¿Se merece esto
ella?" se preguntó la Amazona de Plata sin apartar las
preguntas de su mente. "¿No importa que sea servidora de
Athena? ¿Acaso la diosa puede llegar a ser tan cruel con sus
elegidos?"
Casi de inmediato, Shaina suprimió ese
pensamiento. Si por error, El Patriarca se enterase de lo que cruzó
por su mente, no sabía que podría ocurrir. El Patriarca
había mostrado un comportamiento algo errático durante
los últimos años. Desde la última encarnación
de Athena, de hecho, acaecida hacía ya doce años. Su
comportamiento a veces se balanceaba entre la tolerancia y la
justicia, y de pronto, entre le beligerancia más grande y una
disciplina que rayaba en la tiranía.
Absorta en sus
pensamientos, Shaina no había reparado en que el guardia se
había detenido al fin ante la última y más
profunda de las celdas.
"¿Milady?"
Shaina
reaccionó con sorpresa al ser abstraída de su
mente.
"Hemos llegado."
Efectivamente, en el oscuro
rincón, de una todavía más que oscura celda,
sentada en el suelo, vestida con ropa sencilla, con un rostro
cubierto por una máscara, una joven mujer, de aproximadamente
la misma edad de Shaina se encontraba quieta.
Con el negro cabello
cubriéndole los brazos, la mujer parecía derrotada y
triste. Shaina no pudo por menos dejar de lamentar ver a su, otrora,
vibrante amiga, reducida en esa figura llena de desilusión y
pesar.
El eco de los pasos y de la llave que abrió las
medio oxidadas rejas, hicieron reaccionar a la prisionera.
Con
desgano, Gaist, Amazona de Plata de la Salamandra, reaccionó
de la manera más inesperada para Shaina con total desinterés
volvió a apartar su mirada, como si ella no se encontrara
allí.
Continúa...
---
Mileto: En la antigua Grecia, Mileto era una de las rivales más grandes con Athenas en la producción de textiles, Aracné del mito griego era originaria de dicha ciudad y parte de la explicación de dicho mito se encuentra en este hecho.
Polifemo: Cíclope monstruoso de la mitología griega, despechado y horroroso destruye a quien no le corresponde en amores. Cegado por Odiseo en el libro Homérico: La Odisea
