Mi Segunda Debilidad

Por Nishi

Dedicado a mi querida amiga Haima

~*~~*~~*~~*~~*~~*~~*~~*~

Que día este y bueno aquí me tienen, no es que sea un gandul vicioso ni nada, pero por lo general no soy bueno madrugando, los que bien me conocen lo saben por experiencia. Amo dormir hasta entrado el medio día, si no es más - sonrisa pícara - y como es de esperarse tampoco abro un ojo hasta que los vapores de la cocina remuevan mi tripita y se me sirva el desayuno en la camita como todo un rey. En pocas palabras, una bandejita de comida bien surtida, jugo de naranjas frescas, panecillos calentitos, recién salidos del horno, como me gustan, un tazón de cereal y mi leche con chocolate, unas de mis perdiciones más amadas.

Ahhh y como olvidar la mejor parte, el tradicional e infaltable beso cariñoso y algo tímido de mi Koi dándome los buenos días… Nada del otro mundo ¿o no?.

Este… emhhh… ¿A quién deseo engañar?. Lo sé, lo sé, soy un cómodo holgazán, caprichoso, mimado y lo reconozco, pero no puedo evitarlo, me gusta hacer el gandul tanto como amo que me mimen. Sobre todo si es mi personita especial quien prodiga esos cariñitos.

Pero se a ciencia comprobada que esta mañana es diferente. Sí, ¡¡Mañana!!, porque me he levantado más temprano de lo normal, tan temprano que no he alcanzado a secarme el cabello después de una ducha rápida, no he desayunado como corresponde, ni tampoco esperado mi precioso beso de los buenos días, ¿raro en mi?, pues claro, absolutamente inaudito.

Al fin y al cabo desde que me interne en el delicioso paraíso que me ofrecían mis sabanas la noche anterior, contando las siguientes ocho horas que he dormido y luego los minutos que he ocupado en levantarme, ducharme y salir de mi hogar, el mundo ha cambiado en un santiamén, como una caja de sorpresas que se muestra totalmente atrayente y se habré misteriosa y novedosa a tus ojos.

Después de todo nunca creí ver tantas parejas como las veo hoy. Las hay de todas clases, juveniles, adultas y ancianas. Algunas tomadas de las manos, otras compartiendo un beso, y están aquellas que entre abrazos y sonrisas intercambian presentes, un oso de felpa, un ramo de flores, tal vez una tarjetita o una deliciosa cajita de chocolates… Wuaaauuu pues ya se me ha abierto el apetito.

Así es y ahora aquí estoy con un gran problemita. Una complicación dulce que desde mi infancia me ha traído una que otra dificultad. Aquel problema con nombre reconocido, "Chocolates"

Pero bueno, si a esta complicada ecuación le agregamos una x, el resultado de multiplica sin dimensiones conocidas.



"Chocolates y San Valentín".

El día en que mi autocontrol suele ceder con facilidad, como no resistirse a una exquisita barra de chocolate, crujiente y suave. Los chocolates, preciosos tesoros dulces que me aguan la boca, que se derriten con pecaminosa lentitud en el paladar. Dios creo que me volveré loco, después de todo el señor Choco Robot y todas sus variedades han sido una de mis debilidades, el punto débil que me vuelve un indefenso gatito.

Es fácil recordar como mi madre me convencía para que hiciera de las suyas sólo tentándome con una simple barra del Señor Choco Robot, o como Milki me sacaba la lengua y me fastidiaba mostrándome una ramita de chocolate blanco, si hasta mi hermanita menor se aprovechaba cuando aburrida buscaba en mi compañía para jugar y todo por un apetitoso, embriagarte y pecaminoso bombón con nueces.

Han pasado casi siete años desde que inicié mi viaje por todo el mundo, desde que abandoné mi antiguo hogar, ya no soy un niño, de eso estoy completamente seguro, pero luego de Gon, aquel manjar ha sido mi segunda y gran pasión.

Como regalar una caja de chocolates sin caer en el pecado…

Un verdadero reto, una prueba difícil de cumplir… Un tiempo atrás aquello no era un problema. Cuando el día de San Valentín llegaba, me limitaba a recibir chocolatinas de mis pretendientes sin más preocupación que comerlos… ¿Yo regalando un chocolate?, bah, un chiste!!!... Quien diría que el destino voltearía tan súbitamente…

Escupir al cielo no es bueno, ahora lo sé por experiencia…

Hace un año entre peleas y alcohol en un bar odioso de York nos cuasideclaramos… Divertido ¿no?, más tratándose de mi, sin embargo, hoy puedo decir que poseo un bello y delicioso novio. Nos correspondemos sin inhibiciones.

¿Fácil?, nunca lo fue, por un momento pensé que nuestra relación no tendría sentido, ni pies ni cabeza, y temí como jamás había temido, la idea de perderle me volvía loco, después de todo mi reputación de casanova nunca me ayudo mucho. Habían tantas diferencias, tan contrarias que nos marcaban a cincel, como el mejor tatuaje, uno que no se borra ni con el paso del tiempo. Gon sinónimo de perfección, orden y bondad. Yo su antónimo, un desastre.

Un escandaloso bocinazo y levanto la vista distraído. Un descapotable rojo atraviesa veloz y bullicioso la calle y yo gruño al molesto sonido. ¡¡Que odioso!!, levanto mi dedo anular y le apunto groseramente. –… ¡¡¡Púdrete hijo de Pu…%&*$!!!... - Observó a mi alrededor, una madre y su hijo me observan con la mandíbula desencajada.

-… Uppss, lo siento…- saco la lengua avergonzado. La mujer y el niño sonríen y continúan su camino. Pero ahora, emmh…. ¿Dónde estoy?, mis ojos se abren confusos. Parece absurdo, pero sin darme cuenta he ido avanzado como sonámbulo, el camino ya me lo se de memoria, pero me sorprende el no haber perdido ruta entre tanta divagación, una vuelta más y en la calle siguiente casi puedo ver mi lugar de vicios.

Frente a la calzada se alza el imponente "Palacio de la Abuelita Feliz" y aunque suene extraño todo mi ser se vuelve de gelatina, puedo sentir un calorcito subiendo hasta posarse en mis mejillas y mis sentidos completamente hipersensibles, el tacto, la vista, la visión, el olfato y el gusto multiplicados por cien.

He llegado y rezo a todas las divinidades para no caer en falta, no hay duda que una vez dentro de aquel saloncito de ventas mi resistencia será literalmente nula.

Uno, dos, tres, aquí voy… empujo la puertecita y mi vista se satura de tanto manjar.

Barras del Señor Choco Robot, pastillas de chocolate con menta, nueces bañadas con chocolate agridulce, chocolate en polvo, chocolate blanco, helado de chocolate, crema de chocolate, tartas de chocolate, bombones rellenos….



Estoy en el cielo.

-… Buenos días Killua…- me saluda la amable ancianita dueña del local, me sonríe y mueve su carita arrugada. Se acerca al mostrador y me observa con detenimiento, es una viejita sagaz, la cómplice de mis tentaciones, de mi debilidad azucarada -… Te has perdido mucho tiempo, ya empezaba a pensar que te habías abstenido de las golosinas…-

Que puedo decirle, mis mejillas se colorean, me observa esperando una respuesta, sus ojos ancianos me inspeccionan, casi se podría decir que sabe lo que estoy pensando, me conoce de muchísimo tiempo y a veces suele adivinarme cosas que me sorprenden, pero…. ¿Cómo explicarle que Gon se ha enfadado por que se me han cariado dos muelas?.

-… Entiendo…- murmura suavemente apoyando su mano en una mesita -… Gon te ha reñido porque se te han cariado un par de muelas…- Sonríe maliciosamente, al parecer le ha divertido mi rostro aturdido… ¿Pero cómo lo ha hecho? … ¿Usará algún tipo de Nen?...

-… Si tan sólo no fueses un goloso… Se que amas el sabor del chocolate después de comerlo, pero es necesario que te cepilles los dientes luego, no insistas con aquel mal hábito, permanecer tanto tiempo sin asearte la boca sólo para seguir degustando tu vicio puede ser perjudicial…- Triple gota sobre mi cabeza. A veces llega a asustarme…

-… Pero bueno, dime, ¿buscas algo para San Valentín?...-

Asiento con mi cabeza y rodeo el lugar con la vista. Imponentes estanterías repletas de delicias adornan cada rinconcito de la habitación.

Debe ser algo especial, no sólo una barra de chocolate. Siempre he sido un vanidoso y se que no me basta con una simple caja de bombones, necesito algo personal, algo que refleje cuanto le quiero, ¿Pero que puedo hacer?, desearía prepararle yo mismo una golosina, como se hace por tradición, pero soy un desastre en la cocina -Suspiro resignado – No quiero quemar nada como la última vez.

-… ¿Quieres algo especial?... – sonríe misteriosa -… pero temes que Gon se enoje como la última vez que quemaste la cocina…-

Suelto la caja de naranjitas recubiertas que había estado observando y me volteó impresionado, siento un escalofrío recorrer mi espina… ¡¡¡Es una bruja, una bruja y muy buena!!!…

-… No, no Killua, no soy bruja, al contrario, tú eres demasiado predecible, puedo leer en ti como si se tratase de un libro abierto…-

¿Yo predecible?, mentiraaaaaa, yo no soy predecible, ¿o si?. Frunzo el entrecejo. De seguro ha estado chismoseando con la cotillera de mi vecina.

-… Bueno, creo que… haber, siiii, me ha llegado una mezcla muy sencilla para preparar chocolates, no requiere gran trabajo, sólo calentar un poco, revolver y enfriar en un molde…- Me extiende una cajita de colores llamativos y sonrió cuando me percato de la marca del producto: "Señor Choco Robot, mezcla para moldear". Definitivamente mi amigo Choco me ha salvado de muchas.

Asiento divertido, ¡que diablos!, Gon tiene que acabar un trabajo pendiente y puedo aprovechar su salida, es perfecto. Le hago mi pedido -… Trescientas cajas por favor…-

La viejita me devuelve la mirada, no parece sorprendida, me conoce y sabe de mis excentricidades, teclea el número en la caja registradora -… Bien, trescientas cajas entonces…- recibe el dinero gustosa y cierra sus arrugados ojitos -… Feliz San Valentín… procura lavarte los dientes y emh, mimar mucho a Gon por si se molesta…-

-… ¿Lavarme los dientes?... ¿Gon molesto?...- ella mira de reojo el empaque que sus empleados han comenzado a embalar, ¿acaso piensa que no se controlaré con tanto chocolate?. Alzó una ceja ofendido… Ja!!!!... se equivoca este San Valentín será diferente, como que me llamo Killua.

~*~~*~~*~~*~

Me revuelvo sobre el sillón cuando escucho el suave click de la cerradura al girar la llavecita. ¿Qué hora es?. Me talló los ojos y busco entre las sombras aquel relojito digital que nos regaló Mito-san cuando inauguramos el departamento. 21:05 pm.

Rascó mi cabecita albina y suelto un leve bostezo. Ese debe ser Gon, sus pisadas aunque silenciosas las reconozco como siempre. De seguro se está quitando los zapatos en la entrada del departamento, sonrió con picardía, sin embargo, una extraña sensación pica en mi estómago, ¿me habré olvidado de algo?. Agudizo la vista para mirar alrededor…

¡¡¡OHHHH DIABLOSSSSSS!!!... mis piernas tiemblan cuando noto "ciertos" envoltorios vacíos… los chocolates que había preparado para Gon. Caigo sobre mis rodillas derrotado… cielos, "que predecible soy", suspiró enojado conmigo mismo… pero, ahora no tengo tiempo.

¡¡¡¡¡¿Qué hago?... ¿Qué hago?!!!!... remuevo entre los papelitos de celofán, busco sobre la mesa, en el piso, me arrastró bajo el sillón. Nadaaaaa, me los he comido todos. Sniffffff Dos cómicos riachuelos brotan de mis ojitos.

-… ¿Killua estás en casa?....-

¡¡¡¡Es Gon… es Gon!!!, corró por la salita como un idiota, San Valentín, Chocolatea, Gon, regaloooo.

Me detengo de pronto, no, no, debo serenarme. Gon no debe descubrirme, algo, algo se me ocurrirá. Con velocidad literalmente me arrojo detrás del sillón para que no se percate de mi presencia. Esta oscuro y veo su silueta delgada atravesar el pasillo hacia nuestra habitación, es mi oportunidad… gateó por media sala recogiendo cuanto papelito veo tirado. Por todos los… ¿cuánto chocolate habré comido?... Esto es de no acabar. Finalmente término con una gran bola de celofán… emhhh, mirándola mejor el "gran" resulta siendo un apelativo muy diminuto. No, definitivamente no es "Gran", sino ENORME.

Me incorporó de un salto tratando de no tropezar con los muebles, la cocina es el siguiente cuartito más cercano al salón así que me dirijo ahí sin pensarlo dos veces.

Gran San Valentín he tenido hoy, más perece cuento de terror.

Ingreso a la cocina y me detengo contra la puerta, cierro los ojos y suspiró un poquitín más aliviado, al parecer Gon no ha descubierto mis alocadas escaramuzas, sonrió. Bueno un San Valentín sin chocolates no es tan malo, siempre está la opción de ofrecerme a mi mismo como regalo principal - Gesto lujurioso -.

-… ¿Killua estás?...-

Es Gon nuevamente, abro los ojos lentamente y estoy a punto de responder pero….. ¡¡¡¡AHHHHHHHH!!!...

El gritó se debe haber escuchado por todo el departamento, inconscientemente suelto los envoltorios y me llevó las manos a la boca… Estúpido, tonto… Doblemente tonto…

He olvidado la cocina y ahora es… Dos nuevos riachuelos caen de mis ojitos.

Gon va a matarme en palabras mayores, he terminado tan cansado de preparar y comer tanto bendito chocolate que me he olvidado este desastre.

Doy dos pasos, caminando lentamente como quien cuenta las pérdidas en un terrible campo de batalla, pisó algo pegajoso que se pega a mi zapatilla y mi mano toca alguna sustancia que por su aspecto parece moco… Puajjjjjj.

Ouccch!!!!... ¿esa que esta por ahí no "era" la cafetera favorita de Gon? .

De esta no me salvo…

-… ¿Killua estás bien?...-

Emmm, yo… este… GONNNN, salgo precipitadamente de la cocina resbalando y dando tumbos con todo. Ha estado a punto de ingresar pero yo he sido más rápido y le he cortado el paso con mi cuerpo.

Él me observa, sus ojitos cobrizos, más aguzados que en la infancia, me dedican una miradita de preocupación.

-… Emm yo no… nada…- mi voz tiembla, al parecer es notorio mi nerviosismo, soy un desastre. Gon alza una ceja, no es un bobo se ha dado cuenta de que algo anda mal. Levanta su mirada por sobre mi hombro y veo su rostro esbozando una mueca cuando sus ojos se cruzan con la puerta de la cocina.

-… ¿Qué le has hecho a mi cocina?…- agudiza su mirada, un leve tic aparece en su boquita deliciosa -… ¡¡¡¡¡LA QUEMASTEEEEE OTRA VEZ!!!...- grita repentinamente y debo cubrirme el oído por que me he quedado sordo por un par de segundos.

-… Nooo, no la he quemado…- me defiendo y el parece algo más tranquilo con mi respuesta. ¿cómo puedo decirle que no la he quemado?, qué la he dejado peor…

-… Entonces no me impedirás prepárame un café calentito, su voz acaramelada me derrite y asiento como un felino embobado -… afuera ha helado repentinamente, tengo algo de frío, necesito echar a andar mi cafetera querida…-

¿Cafetera?... Le veo pasar junto a mi, su mano coge la manilla de la puerta y yo doy un salto tremendo, casi infartado le vuelvo a negar el paso.

-… ¿Tienes frío?… - trato de parecer seductor, quien diría que mi voz sonaría como si me hubiese atragantado con una espina de pescado -… ¿Por qué no entibiamos el ambiente juntitos?…- Me acerco para besarle, pero aleja mi cuerpo con sus manos.

-… ¿Killua que sucede aquí?... – Su ceño se acentúa otra vez, se cruza de brazos y arruga su nariz -… ¿Qué le has hecho a mi cocina?...-

Trago duro y Gon abre la boca confuso -… ¡¡¡¡Noooo, túuuuuu!!!…- me empuja de pronto e ingresa al destrozado lugar.

-… KILLLLUUUUAAAAAA….- inclino mis hombros cuando escucho su grito al otro lado de la puerta.

Este es el fin, me llevó una mano al rostro y suspiro.

~*~~*~~*~~*~

Continuará….

NA: Je bueno, este es mi primer Fic yaoi de HxH y también es la primera vez que escribo en primera persona, espero y les haya gustado, pero no canten aún victoria, todavía no se libran de mi, si desean saber que les ha sucedido a nuestros protas… pues (que mala soy, ssssiiii…) se aguantan hasta el siguiente cap. Ku ku ku ku….

Nos vemos y cariñitos… Nishi