-Eternamente buscándote.-

Draco y Hermione se encontraba sentados uno en frente de otro en la Sala Común de los Premios Anuales. La chica leía atentamente un libro mientras el rubio la observaba minuciosamente.

Hermione levantó por un momento la vista y se encontró con los penetrantes ojos del rubio, cosa que la desconcentró de su lectura.

-¿Qué te pasa?- Preguntó monótonamente.

-¿Qué lees?

-¿Tan aburrido estás que te interesa tanto lo que leo?- Draco asintió y Hermione rodó los ojos.- Eternamente buscándote. Es mi libro preferido.

-¡Vaya! Yo me creía que todos los libros eran tus preferidos, Granger.- Acusó Draco con una sonrisa muy divertida.

-Si vas a empezar con tus insultos he de decirte que no tengo ningún interés en seguirte el juego…

-¡Venga, sólo quería divertirme un rato!- Comenzó a decir él sentándose al lado de la china.- ¿Acaso tú nunca te diviertes, Granger?

-Malfoy, no te acerques más y sí, sí me divierto; pero no es asunto tuyo.

-Te pones nerviosa si me acerco, verdad?- Draco se aproximó más a ella mientras Hermione se echaba hacia atrás hasta que llego al otro extremo del sillón.

-Sí… Digo no! Quédate ahí.- Al ver que el chico no le hacía caso, Hermione cogió su libro y se sentó donde anteriormente se encontraba Draco.

Hermione volvió a ponerse a leer ignorando al chico. Esto le molestó tanto que se inclinó hacia ella y sin que le diera tiempo a reaccionar, le arrebató el libro ojeando las hojas sin cuidado alguno y haciendo que la castaña se enfureciera mucho.

-Malfoy, devuélvemelo.- Al ver que Draco no le hacía caso, se paró frente a él e intentó arrebatárselo a la fuerza.

El rubio, como ella ya supuso, era mucho más fuerte que Hermione y se apartó con facilidad dejándola sin aliento en el sillón.

-"La joven de cabellos cobrizos- comenzó a entonar Malfoy, provocando el sonrojo de la chica-, corría desesperadamente hacia la torre de cristal en la que vio a su amado por última vez. Al llegar, no le encontró, mas su amor por él era tan fuerte que no perdería las ganas de seguir aventurándose a encontrarle."- Concluyó entre risas posando el libro en la mesa mientras Hermione hundía su cabeza en un cojín.

Draco se sentó junto a ella sin parar de reírse y esperando a que la joven se calmara para seguir burlándose un rato. Hermione le miró con furia y con los ojos entrecerrados.

-Jajaja. No entiendo a las personas que van detrás de otras cuando éstas no quieren saber nada de ellos.- Dijo intentando parar de reírse.

-Tú no lo comprendes…- Intervino ella cogiendo su libro de la mesa y poniéndolo en su regazo.- Ellos se aman, pero aún no han encontrado el momento oportuno para demostrárselo mutuamente.

-Por favor, amar a alguien sólo es una pérdida de tiempo.

-Quién piensa eso es porque nunca ha tenido oportunidad de amar a alguien.- Draco se quedó callado muy serio incomodando a la chica por sus palabras.

Draco miró al suelo pensando en lo que acababa de decir Hermione, puede que ella tuviera razón; no obstante, también era verdad que él nunca tuvo un buen ejemplo de "amor". Su padre jamás fue cariñoso con él y eso le hacía pensar de esa manera. Ella se arrepintió enseguida de lo que había dicho.

-Y¿quién es el chico por el que estarías eternamente buscándole?- Preguntó él, volviendo a sonreír.

-Alguien que es inalcanzable para mí.- Dijo Hermione, bajando la mirada.

Hacía algún tiempo que la chica estaba notando cosas por su compañero de Sala Común, pero jamás lo admitiría pues, sabía que él no sentía lo mismo y no tendría valor para escuchar una negación de su parte.

El rubio empezó a observar la tristeza del rostro de la chica y un escalofrío le recorrió desde la espalda hasta la nuca. Sintió lo afortunado que sería si Hermione sintiera algo tan fuerte por él y a la vez sintió unos celos tan fuertes por aquel chico en el que ella pensaba.

-Creo… Creo que voy a ir a acostarme ya.- Dijo Hermione, levantándose.

-¡Espera!- Exclamó Draco agarrando su mano y sentándola de nuevo.

Él se acercó lentamente y la besó de una forma muy tierna y llena de sentimiento. A Hermione se le abrieron los ojos como platos sin poder creer lo que estaba haciendo el rubio. Draco colocó sus manos en la cabeza de la chica atrayéndola hacia sí y para profundizar el beso mientras ella, se dejaba llevar y sentía como sus párpados iban cediendo hasta cerrase completamente. Tras uno cinco minutos, Draco se separó despacio prestando atención a como la chica seguía con los ojos cerrados y la cara sonrojada, observando lo linda y bonita que estaba. Hermione abrió los párpados pausadamente rezando por que lo que acababa de pasar no hubiera sido un sueño y al ver al chico frente a ella, no pudo evitar sonreír.

-Algún día ya no tendrás que seguir buscando más.- Explicó Draco, depositando un fugaz beso sobre ella y después, subió las escaleras asta su habitación dejando a Hermione boquiabierta por lo que acababa de pasar sin aún poder creérselo.