Nota de autora:¡Hola, caballeros y caballeras! Aquí Toylad, reportándose con un Drabble por el día de San Valentín (Ya vi que las historias de varios capítulos no me sirven para especiales e.e). La verdad siento que me quedó muy tierno y, aunque reconozco que hay historias muy parecidas, me gustó hacerla. En fin, espero que les guste.

Disclaimer:Las PPGZ y sus personajes no me pertenecen. El fic sí.


Intercambio.

-Vamos, Kaoru. No es tan malo. Sólo debes entregarle esta cajita de chocolates a Butch y ya –animó una Momoko de siete años con una sonrisa decorando su rostro.

-¡No! Seguro los demás van a creer cosas que no son –habló la pequeña de la misma edad de su amiga con firmeza, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

-Pero es sólo el intercambio que la profesora Keane nos pidió que hiciéramos –habló una Miyako de seis años, colocando su dedo índice en el camanance de su rosada mejilla.

-¡Pero no quiero! –ahora hizo un puchero.

-¿Quieres una nueva gorra, Kaoru? –preguntó la pelirroja, escondiendo una sonrisa maliciosa.

-Obvio, es lo que te pedí.

-Entonces ve y habla con Butch o no te la doy –dijo, con una sonrisa triunfadora.

La de ojos verdes la fulminó con la mirada, tomó la cajita de chocolates y fue en dirección a su contraparte.

-¡Oye, bobo!

-¿Qué quieres, verdecita?

-¡Toma! –exclamó, estrellándole el regalo en la cara.

Butch se quitó el objeto de la cara y lo tomó entre sus manos. Lo miró un instante, luego a Kaoru, luego la caja y así sucesivamente.

-¿A ti te tocó regalarme esto? –preguntó.

-Nooooo. Lo hago por puro gusto –respondió sarcásticamente, rodando los ojos.

El azabache se sonrojó levemente. Miró por el rabillo del ojo para comprobar que hermanos y las amigas se su contraparte estuvieran distraídos y, aprovechando esto, sacó de su mochila una cajita de chocolates verde con forma de corazón, para entonces entregárselo a su contraparte rápidamente.

-¿Qué? ¿De quién es esto? –preguntó ella.

-Tuyo.

-Pero a ti te toca regalarle algo a Brick.

-¿Y? ¿No puedo darte esto por gusto? –preguntó elevando una ceja.

Ella miró la caja y luego a su contraparte, luego la caja y luego a su contraparte y así sucesivamente. Después de percatarse que era verdad y no un sueño, se aseguró que nadie los observara y, casi a la velocidad de la luz, besó la mejilla del chico, provocando que éste se sonrojara notablemente.

-Gracias –murmuró desviando la mirada, igual de ruborizada que él.

-N-no hay problema –respondió, rascándose la nuca.

Kaoru lo miró un instante, le mostró una pequeña sonrisa y corrió en dirección a sus amigas, ocultando la caja de chocolates bajo su sudadera.

-¿Y? ¿Cómo te fue? –preguntó Brick acercándose a su hermano, el cual dejó escapar un suspiró y sonrió.

-Bien –respondió–. ¿Sabes? Los intercambios del día de San Valentín no son tan malos como yo creía –mencionó, sonriendo de oreja a oreja y dejando escapar una risilla.

Fin.