Y si es como escribo mi segunda historia de Vocaloid, con el cual me he obsesionado de un tiempo para acá, no lo sé, me encantan los personajes.

Esta historia se me ocurrió cuando recordaba una ocasión en que llovió por 2 días seguidos, se fue la luz, casi se cae el cielo y no pude salir de mi casa, algo realmente desesperante y aburrido.

Agrego que Vocaloid no me pertenece T_T

Miedo a los espacios cerrados

Prologo

-¡Rin deja de saltar!-grita exasperado Len al sentir como la enorme camioneta en la que viajaban se movía de un lado para otro, balanceándose al ritmo del navideño villancico que sonaba en la radio.

-¡nooo!- lo dijo largo y extenso entre jugarreta y sorna- ¡es muy divertido!- comienza a cantar a todo pulmón, casi en la oreja del chico, logrando solamente agotarle por completo la paciencia.

-¡CALLATE RIN!- explota finalmente.

-¡ven y cállame!- dice de la manera más tranquila, procurando no perder la estrofa. Fue grande su sorpresa cuando sintió la mano de su hermano sobre su boca, presionando para no dejar escapar sonido alguno; de mas esta decir la pelea que se armo en los asientos intermedios de aquella camioneta para 8 personas, parecía que terminarían matándose; Miku se pego lo mas que pudo a la puerta para que no la llevaran arrastrando, incluso se tapo con ambas manos la cara, mientras las patadas, jalones de pelo y golpes se acercaban cada vez más a ella, hasta que finalmente Gakupo la jalo al asiento de atrás, junto con Luka y Haku, para mantenerla segura.

-ya pónganse en paz, hacen esto en cada maldita salida grupal que hacemos, no sé porque se siguen sentando juntos- pone orden Meiko, derramándoles lo que le quedaba de cerveza para separarlos, como si fueran gatos- ¡ven lo que provocan!- los separa con los brazos a ambos, saliéndose casi por completo del asiento delantero- ¡desperdicie una cerveza casi entera en ustedes!- su voz detonaba una furia tal que hizo paralizar de inmediato a los gemelos.

-¡Miren como dejaron a Miku!- la señala con el dedo, tenía una cara desorientada y su cuerpo temblaba levemente- por eso nadie quiere sentarse a un lado de ustedes, antes de subirnos a la camioneta hicimos un piedra, papel o tijeras, por dios…- tenía un fuerte olor a alcohol en el aliento, lo que hizo preocupar más a los niños, había una regla de oro entre ellos, la cual era: "cuando Meiko se emborracha, entre más lejos mejor", porque nunca se sabía que cambios de humor tendría.

-perdón…- dicen los dos en unisonó, agachando la cabeza.

-no volverá a pasar- esta vez solamente habla Len.

-más les vale- amenaza con el dedo a una esquina del asiento, donde seguramente pensaba que se encontraban ellos- ahora pídanse una disculpa…-espera cruzando los brazos.

-perdóname Rin- se disculpa primero Len, como era costumbre.

-te perdono…- contesta la rubia, subiendo el rostro, pero decide agregar algo mas al ver la cara de Meiko- discúlpame tu también Len…-dice finalmente de mala gana.

-¡muy bien!- embolsa una sonrisa algo torcida- ahora desde la mano… vamos… ¡ahora!- cambia de enojada a dulce y nuevamente enojada- ¡muy bien!- vuelve a decir, sonriendo de igual forma- ahora beso, abrazo…y aquí no paso nada- muestra la misma cara gentil- si vuelven a hacerme voltear, aunque sea por la cosa más insignificante, los enterrare bajo 3 metros de nieve- y regresa a su asiento, se acomoda y saca de su enorme bolso una de tantas latas de cerveza que habia en su interior.

-Meiko, ¿me podrías dar una?- habla Haku desde la última hilera de asientos- es que llevo más de una hora sin beber nada y me están comenzando a sudar las manos…- se las frota nerviosamente contra el suéter.

-claro que si- y se la arroja sin siquiera mirar donde se encontraba, afortunadamente para los que iban a un lado de ella, la consigue atrapar en el aire con una inquietante facilidad, la abre casi al instante y se la toma de un trago- ahh, gracias…- suspira aliviada y se recarga contra la ventana para mirar el paisaje.

Y así paso un tramo de 5 minutos en calma, la nieve caía lentamente del cielo, inundando todo de una blancura pulcra y de un frio muy superior al que proporcionaba la temperatura bajo cero, el cual ni siquiera se sentía por la calefacción del vehículo. El viaje en si era demasiado largo, pero el lugar al que se dirigían para pasar las fiestas navideñas era hermoso, tranquilo y alejado de las presiones del trabajo, los reporteros molestos y los entrometidos paparazzis.

-¿ya vamos a llegar?- le pregunta Rin a Kaito, logrando romper el silencio.

-sí, estamos a punto de llegar, según el mapa solamente faltan 3 horas- contesta señalándole el camino impreso en el papel al mismo tiempo que manejaba.

-¡3 HORAS!- se levanta sorprendida de su asiento-¡yo no puedo esperar 3 horas!- toma a Len del cuello de la chamarra y lo comienza a agitar- ¡es mucho tiempo!

-deja de hacer tanto escándalo Rin, no quiero que Meiko me saque de aquí- la intenta calmar en vano- siempre termino pagando por cosas que ni siquiera hago por tu culpa

-¿mi culpa?- lo fulmina con la mirada- no es cierto- le dice de forma amenazante, arqueando la ceja.

-¡si lo es!

-¡¡no lo es!!

-¡¡¡si lo es!!!

-NO LO ES- y una vez más la típica discusión entre hermanos termino mal.

-¡Les advertí muy claramente las consecuencias!- la castaña sacaba chispas de los ojos- Kaito para la camioneta, necesito bajar por la pala- le ordena al peli azul, el cual tarda un poco de tiempo para estacionarse.

-noooo-se abrazan los dos y comienzan a suplicar.

-esperen aquí mientras hago el hueco- abre la puerta y un frio inmenso la invade, ya que no traía ningún tipo de abrigo- esta helado- comienza a temblar de pies a cabeza.

-¿esa no es acaso la casa que rentamos?- pregunta Miku señalando con el dedo índice, en su voz se podía notar una singular alegría.

-Si… creo que estaba sosteniendo el mapa al revés- se disculpa el chico.

-qué bonita es…- baja el vidrio Luka para mirar detenidamente la gigantesca casa de madera, todos se bajaron para estirar los pies y observarla mejor.

-¡woow! Es muy grande- dice Rin asombrado.

-sí, eso es verdad, pero solo tiene 4 habitaciones, así que habrá que compartir- corre de forma torpe sobre la nieve Meiko en dirección al maletero para encontrar algo que la cubriera.

-este lugar es bellísimo- exclama Haku al ver los frondosos pinos, los caminos blancos, el lago congelado y el cielo intensamente azul, combinando con la delicada nevada y la casa, que a pesar de ser muy lujosa daba una acogedora sensación hogareña.

- debo admitir que al principio estaba preocupado por la distancia, pero realmente vale la pena- felicita Gakupo al chico de larguísima bufanda por haberse tomado la molestia de elegir personalmente el lugar.

-lo sé…- comienza a bajar las maletas después de esperar a que Meiko terminara de buscar- vale cada kilometro, además…-hace una pausa para agregar el alegre pensamiento que desde hace un rato traía en la cabeza y que por un minúsculo momento llego a olvidar- presiento que esta será la mejor navidad de nuestras vidas…

Fin del capítulo prologo, ahh Kaito, si supiera todo lo que les espera no diría eso.

¡Feliz navidad adelantada para todos! Al principio tuve la tentación de ponerle de titulo claustrofobia, pero neee, al final este me gusto más.

Nos vemos (si quieren) en el próximo capítulo.

Pdta. ¡Todavía están a tiempo de portarse bien para que Santa Claus les traiga algo! Aunque yo ya soy muy vieja como para considerarme niña pero tengo un corazón infantil (algunas veces).

Tengan una linda tarde, noche, día, lo que sea!