1. Se renta

Observó con atención el letrero que rezaba la frase: Se renta departamento. Pase usted y vea. Sonaba un poco extraño y más si tal anuncio iba acompañado por el dibujo de una sirena. Se metió las manos a los bolsillos y caminó con paso lento, estaba a unos milímetros de tocar pero ella la jaló lejos diciéndole que había visto algo más hermoso enfrente. Sonrió con dulzura sin poder creer cómo su novia podía maravillarse por las cosas más absurdas del mundo. Desvió la vista al auto y luego a las personas que por allí transitaban.

"Qué ciudad "dijo para sí

Era una ciudad pequeña, de esas acogedoras y pacíficas que ya no se veían en Japón. Había demasiada quietud para ser cierto, pero era lo que necesitaba: Paz. Miró a uno y otro lado mientras escuchaba la voz aterciopelada de su novia leyendo por quinta vez el folleto de la Universidad. Qué le importaba si era la mejor de todo el mundo, en realidad nada le interesaba ya. Recargó la cabeza en la ventanilla dejando de observar el paisaje

"Es una hermosa ciudad" dijo su padre con esa gruesa voz que hacía temblar a todos

Sonriendo siempre, tan jovial y amable pero con sus rasgos tan toscos y brutales, la gente siempre creía esa mueca era un gesto perverso de crueldad y no la sonrisa del alma más pura y noble que ella conocía. Hasta su novia le temía. Su padre era muy alto, imponente y de musculatura fornida, en sus años de juventud había pertenecido al equipo de lucha y a raíz de ello sufrido varias lesiones que si bien no parecían muy notables, sí afectaron mucho su razonamiento.

"Si te gusta quédate padre" dijo ella con cierto afán de molestar

"Me encantaría… sí, aunque lo digas en burla de buena gana me quedaba… Además aquí está la mejor Universidad de…"

El mismo trillado discurso de siempre. Escuelas, educación, futuro, responsabilidad y ¿La diversión¿Alguien la robó cuando ella dormía? Lo cierto es que nada le interesaba, ni los amigos, las fiestas o su propio ser. Ahora se estaban estacionando, vería otro departamento más que seguramente sería igual al anterior ¿A qué hora terminarían?

"Cuando escojas uno" se burló su padre

Al atardecer se dio cuenta que había visitado más departamentos que ni escuelas. Nada le gustaba, pero debía elegir pronto o mañana sería la misma tortura ¿Y si vivía en un callejón como un vago? Por suerte tendría un breve receso gracias a que el auto se descompuso. Se hubiera portado atenta y ayudado a su torpe padre, pero él no se apiadó de ella cuando decidieron enviarla fuera de la ciudad. Odiaba las votaciones…

"La democracia apesta"

"Dímelo a mí" le susurró su novia "Cuatro años" masculló con pesar

"Igual no me gusta la carrera y regreso en un semestre"

Sabía que no podía hacer tal cosa, pero nadie le impedía soñar despierta. Caminó un rato para estirar las piernas, el regreso implicaba más de cuatro horas, sentada. Se detuvo para contemplar ese bello resplandor rojizo que iluminaba la playa. Qué majestuoso era el mar iluminado por el sol. Una inmensa tranquilidad llegaba a ella al escuchar cómo las olas golpeaban las rocas. Cerró los ojos escuchando la música que la naturaleza producía. Pronto las risitas inquietas de niños jugando terminaron el encanto. Frunció el ceño pero pronto esa mirada hostil desapareció al contemplar a la bella jovencita que corría por la playa

"Ya está" le anunció su novia "Tendremos que regresar mañana… escoge cualquier cosa y así tendremos el día para despedirnos"

"¿Cualquier cosa¿Cómo qué? Todo parece tan… igual y…"

"Qué importa" empezaba a enfadarse

No, no escogería si no le gustaba del todo. Bien, debía darle la razón a Mayle, su novia, si estaba esperando encontrar el departamento de sus sueños sólo perderían el verano en vueltas y visitas a horribles sitios para terminar tomando lo primero que viera… Lo primero que vieran. Y a su mente regresó ese cartel

"Creo que quiero ver otro"

"Todavía no nos muestran este cariño" sonrió afable su padre

"Sí pero no me gusta" se subió al auto

Volvieron a casa noche, su madre aún no llegaba así que se apresuró a sacar cuanto pudo del refrigerador y escapar graciosamente hasta su habitación. No quería verla, peleaban tanto que ya era imposible la convivencia. Qué extraños son los humanos, mientras la imagen física de su padre lo hacía aterrador, su madre inspiraba pasión. Era muy bella, su juventud pareció no ser tocada por el tiempo y sus ojos tenían una expresión tan sensual que más de uno deliraba con sólo verla. Pero su carácter era otra cuestión. Era dura, severa e incapaz de sonreír si no era para guardar apariencias. Tenía el alma de piedra así que no entendía de romance, amor ni la dulzura de la melancolía.

"Te descontaré la gasolina" golpeó la puerta de su habitación

"Buenas noches Magdalena" se rió la joven

Despertó a media noche bañada en sudor. De un salto corrió al espejo revisando que aún fuera ella. Contempló su figura. Era alta, su complexión era atlética gracias a que practicaba deportes desde muy niña y qué decir de sus largas y fuertes piernas. Se limpió el sudor y terminó revolviendo su cabello rubio cenizo. Lo usaba tan corto que muchas personas la confundían con un muchacho, hasta su voz y algunos de sus movimientos eran más que masculinos

"Ya me voy" canturreaba su padre

"Demonios" aventó el inútil despertador que no sonó "Es tarde, no dormí y me he estado contemplando en el espejo por horas… soy peor que Narciso" ya iba al baño cuando volvió sobre sus pasos "Pero qué hacerle. Ahora entiendo por qué todas se enamoran de mí… hasta yo me amo… qué guapo soy… tengo una sonrisa que derrite corazones y qué ojos… tan azules… como el cielo…"

"Haruka" gritó su madre "Más vale encuentres ya un maldito departamento… Y deja de hacerle al tonto frente al espejo"

La joven se quedó con la boca abierta, cómo sabía su madre se estaba contemplando, quizá tenía cámaras ocultas. Y el terror se apoderó de ella. Se aferró a ese rincón donde estaba segura la cámara no tenía visión sujetando su almohada

"Esto es ridículo" abrió la puerta su madre "Tienes dieciocho años y debo venir a levantarte como a los niños… ¿Qué haces durmiendo en ese rincón? No me digas" le ordenó o por lo menos a eso sonó "debe se alguna de tus estupideces… Ahora vístete y ve a buscar ese maldito departamento"

Por fin se había ido. Emitió un profundo suspiro y se puso en pie para cumplir con otro día de condena. Se tomó su tiempo, ansiando cuando bajara a desayunar su madre ya se hubiera ido. Escuchó cómo la mujer le gritaba a su padre por alguna tontería que hizo. Sentía tanta pena por él, claro que hubo un tiempo en que sintió vergüenza, se veía tan atolondrado y retrazado que no quería supieran era su hija. A veces creía que por ello no era buena en la escuela, debía tener alguna deficiencia mental como él. No, sólo era perezosa, lo demostraba el hecho de haber ingresado a la más prestigiosa universidad. Se necesitaba cierto promedio y una excelente puntuación en el examen de admisión, sin contar que la sola ficha tenía un coste equivalente a la inscripción de la preparatoria.

"Te invitaré a comer si escoges departamento ya" le propuso su padre

"Todos son iguales de feos"

"Entonces escoge el que esté más cerca de la playa o el que tenga algo mínimo que te halla llamado la atención"

Siguió su consejo. Otra vez estaba frente a ese letrero llamativo, pero esta vez escribieron algo distinto: Se Renta si se atreve a penetrar en el mar tómelo, pregunte por la muestra gratis… ahora tenía un delfín dibujado. Levantó la ceja divertida y llamó a la puerta.

"Qué" saludó el alto muchacho

"Vine por la muestra"

"¿Qué muestra?" frunció el ceño disgustado y Haruka señaló el letrero "Con esta niña…" y con la manga de la camisa corrió la tinta dejando ilegible el letrero "No hay muestras gratis. Quieres o no ver los departamentos" qué agresividad, necesitaba tomarse unas vacaciones o un curso sobre cómo vender y tratar a un cliente

"Sí" contestó el alto hombre rubio "Queremos ver… ¿Es lindo?"

"Qué cosa" y el hombre se encogió de hombros sólo quería ser cortes "Pasen pues… Es un edificio"

"¿Me lo juras?" bromeó la rubia y el chico la mató con la mirada

"Es un edificio que mantiene su estructura original, cuenta con tres pisos y doce departamentos… arriba se encuentra el cuarto de servicio… Tiene baño, cocineta, dos habitaciones, bueno el que se renta no… pero igual no creo ocupen mucho espacio" buscó entre su montón de llaves la que abría la puerta

"Tiene el número diez… debe ser tu día de suerte" la palmeó en la espada su padre "Es el número favorito de…"

"Helo allí" lo aburrían

Era como los demás con la diferencia que éste era un edificio mucho más viejo y con un muchacho muy huraño y tosco. Por lo que entendía él era el encargado de mantenimiento. Casi veía su futuro allí, ella llamaría por una fuga de la cañería tan vieja y él le daría una patada por respuesta. No, ese tampoco… ¿Y su muestra gratis? Qué entendió el muchacho que se enfadó tanto… claro que eso, sonaba extraño ¿Muestra gratis de la casa¿Y cómo esperaba rentarla entonces?

"Es muy acogedor… Ve la vista Haruka"

"Como sea" con el rabo del ojo miró al joven. Tenía la tez bronceada y por la musculatura apostaba era muy diestro en el surf y los deportes. Él se llevó la mano al pelo, parecía una reacción propia de impaciencia. Tenía ojos de color verde que si no fuera por ese toque furioso hubiera dicho eran hermosos.

"Cómo" gritó su padre al escuchar el precio "Es muy caro"

"Tómelo o déjelo" se recargó en el marco de la puerta "Tenemos la mejor vista, la playa está cerca y hay estacionamiento… muy seguro por cierto"

"¿Podemos verlo?"

"Si lo va rentar sí… sino ya váyanse"

Qué genio. Sonrió y él más se disgustó. Pero la rubia seguía con lo mismo ¿Y su muestra gratis? El muchacho abrió la puerta obligándolos a decidirse pronto, pero su padre no pareció entender la indirecta, seguía contemplando el techo y las grietas en la pared sopesando los costes que traería un lugar así

"Ven acá" dijo el muchacho a alguien en el pasillo

Haruka se inclinó hacia atrás observando a la jovencita que él tenía sujeta del brazo. Era la misma que vio ayer en la playa. Sus rizos aguamarino estaban mojados, vestía de forma muy sensual que ella no pudo evitar se le escapara un pequeño suspiro

"No pongas nada en mis letreros" le decía

"¿Por¿Ya cayó un ingenuo?" se reía ella

"Eso de muestras gratis no es gracioso" gimió él. Volteó la mirada y la rubia sintió como un balde de agua fría que le caía encima "Vete… luego nos arreglamos tú y yo" entró de nuevo "Sí o no"

"¿Haruka?" volteó a verla su padre. Ella miró el reloj y sonrió

"Me debes una comida… sí, es igual a los demás pero tiene algo bueno… Una hermosa vista" observó por el balcón la playa

El muchacho no pareció alegrarse mucho. Maldiciendo fue por el contrato y se lo leyó tan velozmente al hombre que sólo le quedó firmar donde él le indicó. Haruka sonrió, antes que le pagara tomó el dinero y lo agitó frente a los enfurecidos ojos verdes del chico

"Tu nombre…" leyó el contrato "Hassel Myura"

"Sí… te daré una copia" le arrebató el bonche de hojas "Ahora paga"

La siguiente semana se dedicó a mudarse. No tenía mucho que llevarse pero era mejor estar allá que en casa con su madre. Hassel por su parte la mantuvo en estricta vigilancia, ni un movimiento escapaba a su sagaz mirada. Se sentía en una prisión, pasó de un régimen dictatorial a uno militar. Casi debía linearse como un buen soldado al verlo. Se hizo amiga de un muchacho que como él llegaba para el primer semestre en la Universidad, él le dijo que el famoso Hassel y su mirada asesina habían pertenecido al ejército japonés. Ahora Haruka estaba aterrada

"Me mudaré" decía como loca a su padre

"Qué si es militar"

"Me matará cuando duerma"

"¿No crees exageras?" respiró profundamente "Si lo vas a hacer hazlo antes que tu madre vaya a ver tu departamento y sea imposible… Es decir antes de este fin de semana"

"Mañana mismo encontraré otro departamento"

Al día siguiente llegó temprano al edificio, debió ser muy temprano porque el huraño y sádico soldado no estaba en la puerta esperándola como siempre. Abrió nerviosa el departamento y comenzó a empacar con tal presura que sólo consiguió romper unos cuantos platos y vasos ¡Necesitaba irse antes que él llegara!

"¿Qué haces?" Haruka saltó de la impresión "Tonto" se rió la joven al ver que hizo trizas toda la vajilla "Eso se rompe… deberías escribir frágil en la tapa para que lo recuerdes ¿Sabes leer verdad?"

"Casi me matas de susto ¿Cómo entraste?" así que era la chiquilla de cabellos aguamarino "dejé la puerta abierta con las prisas" se golpeó la frente "pero no importa porque me mudaré"

"¿Te mudas?" gritó tan fuerte que casi le rompe el tímpano "pero acaba de llegar"

"Sí y mejor me voy pronto o él llegará y…"

"¿Hablas de Hassel?" sonrió encontrando gracioso su histeria "No tonto" comenzó a desempacar "No te tomes tan apecho lo que sea que te hizo… No es malo, no tanto… bien a veces lo es… pero me encargaré se disculpe"

"Me voy y punto final" se quedó boquiabierta, ella desempacaba más rápido de lo que ella empacaba "Deja mis cosas"

"Lo haré si prometes quedarte… un mes… un mes y verás que es el mejor sitio en que puedes vivir… Hay otras habitaciones"

"No" echó todas las cosas que pudo a una bolsa de plástico

"¿No quieres tu muestra gratis?" Haruka dejó de empacar observó con cuidado pensando si la estaba bromeando, y qué más podía pensarse con esa sonrisa pícara que tenía "Supongo por eso venías… La muestra" repitió al ver la confusión en sus ojos azules

"Sí… ¿Me darás un bobo paseo por mi departamento?"

"No, pero si quieres… Si no te vas te doy tu muestra gratis"

"Bien" no podía evitar la curiosidad ganara

"Promete que te quedarás un mes"

"Sí" masculló algo molesta por el trato injusto

La joven la tomó de la mano arrastrándola hasta la playa. Le dijo que cerrara los ojos e inhalara profundamente contando hasta diez. Pasó su mano frente a sus ojos para cerrarlos de nuevo. Ahora sólo había calma, una tranquilidad tan acogedora y sobrenatural que la hizo olvidar hasta sus más profundas inquietudes. Sintió las manos suaves de ella sobre sus hombros… ¿Le estaba dando un masaje? Estaba por abrir los ojos pero ella la golpeó en la cabeza

"No te dije podías abrirlos" le regañó

"Eres muy tosca" se quejó

Ya nada le preocupaba ni le asustaba. Inhaló ese aroma a salitre y mar, emitió un quejidito para quedarse de nuevo sumergida en la tranquilidad. Un nuevo golpe la hizo abrir los ojos, la joven le indicó pusiera las manos que llenó de arena después

"Tu muestra gratis" sonrió "Y no hagas enfadar a nadie… en especial a mí" agitó la mano y se marchó

"Esa niña me tomó el pelo" miró sus manos llenas de la misma arena que había en toda la playa "¡Vas a pagármela estafadora!"

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NOTAS

Una Idea más de ABC Corporation

También será una historia corta y muy divertida. No hay mucho que decir o aclarar solamente pedirles un gran favor ¡Dejen sus reviews! Y saber así sus opiniones (Buenas o malas)

Ahora agradezcamos esta locura de historia al efecto de soda y caramelos ¡Jamás mezclarlos a media noche y menos cuando se ha dormido tan pocas horas en los últimos días!

He tenido mucho trabajo y estoy a punto que me pongan de aptitas en la calle sin contar la enorme cantidad de tarea pero no he olvidado las demás historias que tengo pendientes, así que mientras diviértanse con este fabuloso estreno

Próximo capítulo La estafadora