Secretos de Amor
Capítulo 1: El regreso
Suspiré con cansancio observando aquella edificación, hacía mucho tiempo ya que me había marchado, me pregunté que opinaría mi amiga y discípula después de tanto tiempo.
Las cosas no habían salido tan bien como pensaba dos años antes al marcharme, había tenido que interrumpir el entrenamiento de mi mejor amiga, cuando faltaba tan poco para su iniciación. Ahora las cosas se habían retrasado, por no decir del problema de su 'adorado' prometido
A pesar de todo había mantenido el contacto con Akane, y me había enterado el año anterior de la llegada del chico y como había trastocado la vida de mi amiga, según tenía entendido Neerima se había convertido de una localidad tranquila a un sitio de tensión permanente, sí, todo a causa de la llegada de un chiquillo...
... y su avalancha de prometidas, vengadores y demás.
Suspiré nuevamente pensando en cuanto habría cambiado Akane, y algo en mi interior me dijo que me tocaría comenzar prácticamente desde cero: finalmente me dispuse a golpear aquella puerta esperando que alguno de mis viejos amigos me abriera
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Aquella mañana Ranma dormía tranquilamente cuando el acostumbrado balde de agua fría lo despertó, refunfuñando molesto se dispuso a insultar a la más arisca de sus prometidas, pero esa mañana se encontró con una sorpresa
"Nabiki! Que demonios..." – refunfuñó molesto
"Ya despierta o llegaras tarde- indicó la universitaria con frialdad- debería cobrarte por esto, pero te lo dejaré pasar porque Akane está demasiado entretenida como para recordar despertarte"- la pelirroja torció el gesto ¿qué podría ser tan importante para Akane como olvidar despertarlo? Es que si no tenían su riña matutina podría considerarse la llegada del Apocalipsis- "Y arréglate Saotome, tenemos visitas"- sin más la más codiciosa de las Tendo salió de la habitación
"espero que no sea ninguna de esas locas o sino yo..."- rezongó para sí mismo mientras se introducía en el baño, sintió como el agua caliente golpeaba su cuerpo devolviéndole sus verdaderas formas, los grandes pechos dieron lugar a un musculoso torso, las caderas se volvieron rectas y la cintura se ensanchó, al salir vio con una sonrisa su reflejo en el espejo mientras trenzaba el oscuro cabello.
Terminó de vestirse con rapidez para dirigirse al comedor, donde se llevó una buena sorpresa, Akane tenía su rostro adornado por una imposible sonrisa hablando feliz con una desconocida, la joven de grandes ojos dorados, el largo y enrulado cabello oscuro, lo miraba intrigada, con fría expresión. Parecía ser algunos años mayor, y casi se le cortó la respiración al ver el provocador vestido que llevaba, similar a una túnica griega, su profundo escote llegaba hasta el ombligo, la falda, tenía dos grandes tajos, uno a cada lado, que llegaban hasta sus muslos. Con sorpresa descubrió al maestro Happosai se mantenía apartado con expresión atemorizada
"Buenos días"- anunció finalmente, mientras Akane volteaba a verlo y lo que vio en el rostro de la chica no le gusto nada
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"Galatea!"- exclamó Katsumi saltando a abrazarme- "es bueno tenerte de regreso, Akane te necesita"
"Yo también me alegro de estar de vuelta- indiqué con una sonrisa mientras nos internábamos en la residencia- han pasado muchas cosas últimamente según tengo entendido"
"Akane ha cambiado tanto en el último tiempo, desde que Ranma llegó ella no es la misma – anunció mientras la observaba incrédula- al parecer hace todo lo posible por ser lo menos femenina posible, hasta tal punto que el insulto favorito de Ranma es marimacho"
"Arrrggg- protesté- todo es culpa de ese maldito compromiso, Akane se comporta de esa forma para desagradarle, y llevarle la contra a tu padre por comprometerla"
"No dudo que haya algo de verdad en eso pero...- Sin importar el tiempo que pasara Katsumi siempre sería Katsumi, buscando la mejor forma de decir las cosas- Akane también tiene su carácter"- no pude evitar sonreír
"No lo niego- acepté encogiéndome de hombros- y donde está mi pequeña discípula?"
En ese instante pude ver a la joven de cabellos índigo, bajar a toda velocidad
"Katsumi no has visto mi..."- las palabras quedaron cortadas en su garganta en el instante en que se encontró frente a mí
"Creo que tenemos que hablar"- le indiqué con una sonrisa mientras me abrazaba
"Volviste!"- exclamó con una sonrisa mientras la mayor de las hermanas nos servía un poco de té- "te extrañé sensei"
"Y yo a ti Akane-chan, pero según me enteré no te has estado comportando como deberías"- indiqué con tono serio
"Es que... yo bueno..."- sus ojos demostraban arrepentimiento mientras jugaba con sus dedos avergonzada
"Entiendo que no estés de acuerdo con la decisión de tu padre y yo soy la primera en estar apoyarte, pero no por eso debes dejar de ser femenina ni..."- mis palabras se detuvieron al reconocer a la rápida mancha violeta que se dirigía directamente a los pechos de Akane
"Akane linda, abraza a este pobre viejo convaleciente"- rogó la conocida voz apretándose contra los pechos de la adolescente, sin dudarlo lo tomé del cuello de la camisa despegándolo de ella
"Happosai"- comenté observándolo molesta
"Ga... Galatea?"- preguntó volteando a verme atemorizado y por una milésima de segundo creí sentir algo de lástima por él
"Happosai no habrás estado molestando a Akane cierto?"- pregunté con falsa amabilidad
"Bueno yo...- comentó nervioso- esto... yo solo soy un pobre viejo en busca de cariño"- se excusó con cara de cachorro
"Lo que eres es un viejo libidinoso- indiqué con tono cansino- si aún recuerdas la paliza de la última vez supongo que no volverás a molestar y si lo haces, yo no tengo ningún problema en refrescarte la memoria"- sin más se soltó de mi agarre para sentarse en el otro extremo de la mesa con el pánico marcado en el rostro
Antes de poder continuar la conversación el resto de la familia llegando poco a poco, entre distintos saludos y bienvenidas Katsumi sirvió el desayuno en el instante en que apareció el inmenso panda, si bien Akane ya me había advertido de esto, una cosa es oírlo y otra muy distinta verlo, sin duda alguna, con un gesto de cabeza me saludó el inmenso animal, para luego sentarse tranquilamente en la mesa, no ayudaba nada en lo absoluto el que lo llamaran tío Genma a cada instante, en mi mente solo había una palabra que describía esa escena: subreal
"Cuando comenzaremos con el entrenamiento?"- preguntó Akane entusiasmada, pude ver aquella sonrisa en sus labios
"En cuando tengamos la oportunidad de dejar algunas cosas en claro"- le indiqué con seriedad- "pero a partir de ahora te comportaras como la aprendiza de sacerdotisa que eres, o aquí termina nuestro entrenamiento"
"Pero... Galatea no lo entiendes... yo..."- titubeo, en ese instante pude ver detrás de ella a un extraño joven, era bastante alto, y de extraños ojos azúlgris, el negro cabello recogido en una trenza, y vestía ropa china, que dejaba ver sus ejercitados brazos, no necesité sumar dos más dos para saber su identidad, el famoso Ranma, era guapo sin duda, pero eso no explicaba la cantidad de mujeres que parecían estar locas por él. Aunque no podría competir con ninguno de mis compañeros, mi atención se volvió a Akane en el instante en que él saludo, la peliazúl se mordió el labio mirándome, para volverse a encararlo con una radiante sonrisa
"Buenos días Ranma-kun – saludó haciendo acopió de todo el encanto que poseía- dormiste bien?"- el chico abrió los ojos como plato contemplándola embobado, el panda pareció atragantarse mientras los Tendo intentaban ahogar una sonrisilla cómplice
"Ehh... bien, dormí muy bien Akane te sientes bien?"- preguntó preocupado, Nabiki se puso de pie para salir corriendo, pude escuchar su carcajada fuera de la casa.
"Sí, estoy muy bien- indicó con una sonrisa que me hizo sentir orgullosa- Ranma, te presento a Galatea, mi sensei"
"Tu maestra?"- repitió sorprendido volteándose a verme-
"Es un placer"- indique con una sonrisa, mientras me contemplaba incrédulo
"Nunca dijiste que tuvieras maestro"- indicó con expresión preocupada
"Tuve que interrumpir el entrenamiento de Akane por algunos problemas de nuestra orden- expliqué- de todas formas creo que en como máximo en ocho meses Akane estará lista para iniciarse"
"Querrás decir ocho años- me corrigió, pude ver la furia reflejada en los ojos de mi discípula- la he visto pelear y aún le falta mucha práctica"
"Y quien dijo que yo era una maestra de artes marciales?- pregunté riendo, el moreno me miró pasmado- si bien la lucha es parte del entrenamiento es un factor mínimo en la educación de una sacerdotisa"
"Sacerdotisa?"- repitió incrédulo, miré a los presentes sorprendida
"Es que nadie se lo ha dicho?- todos negaron con la cabeza- Ranma, Akane es una futura sacerdotisa de Afrodita"
"Y eso es...?"- pude ver la gota orbitando mi cabeza, al igual que la de los presentes
"Es muy largo para explicar y se nos hace tarde para ir a clase"- indicó Akane poniéndose de pie, arrastrándolo a la salida
"Esto va a ser mucho más interesante de lo que esperaba"- aseguré con una sonrisa
"Ya lo creo"- aceptó Nabiki con una sonrisa traviesa- "Ranma no durará ni dos días sin caer a los pies de la verdadera Akane"- sin más se puso de pie para irse a la escuela
"Te quedarás con nosotros?"- preguntó Soun con calma
"Sí, al menos por un tiempo hasta que consiga un lugar"- acepté
"Sabes que eres parte de esta familia Galatea- me indicó el patriarca de la familia con una sonrisa- creo que a Akane no le molestará compartir su cuarto contigo, como comprenderás ya no tenemos cuarto de huéspedes"
"No se preocupe señor Tendo, no habrá ningún problema, al menos no de mi parte"
"Vamos, te ayudo a ordenar tus cosas en el cuarto de Akane"- ofreció Katsumi con una sonrisa, mientras nos dirigíamos escaleras arriba
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Ranma caminaba como todas las mañanas por la valla, aún pensando lo que había oído, a su lado Akane caminaba por la vereda con una sonrisa en el rostro, el chico no pudo dejar de mirarla, había algo extraño en la actitud de su prometida, a simple vista parecía la misma de siempre sin embargo...
"Hey Akane, si no es en las artes marciales me puedes explicar en que te entrena la tipa esa"- preguntó finalmente con su usual tono hosco, no sabía porque no le gustaba la recién llegada, y no iba a intentar disimularlo
"Fui elegida hace unos años para ser una sacerdotisa de Afrodita, si bien accedí por las técnicas de lucha descubrí que hay muchas otras cosas mucho más importantes"- explicó la chica con calma- "como Galatea me explicó, no importa que yo pertenezca a otra religión, el culto de Afrodita es algo primordial oculto en todas las religiones de una forma u otra"
"Y que diosa es esa?"- preguntó interesado, la chica lo miró incrédula, Afrodita era una de las diosas más conocidas de la mitología griega
"Por momentos olvidaba con quien estaba hablando"- recordó Akane ladeando la cabeza- "Ranma eres un idiota"- sin más entró en el colegio mientras el chico lo miraba sorprendido
"Algo me dice que tendré que descubrirlo por mi mismo"
Holitas a todos, a decir verdad tendría que terminar los fics que tengo pendientes sin embargo... acabo de salir de un terrible bloqueo de autor y lo que salió fué esto, es mi primer historia en esa seccion y espero sus opiniones ansiosa, acepto críticas (siempre y cuando sean con respeto y constructivas) tomatazos y demás, espero que les guste mi nueva locura!
