Diclaimer: The Tudors no es de mi propiedad.

Advertencias: Slash, lime.

Tipo: Viñeta.

Agradecimientos: A Kmiya, por betearlo y en cierta forma por mostrarme la serie xDD

-

Thomas dejó que la musa guiara sus manos sobre el papel, en ágiles trazos, con la tinta salpicándole las manos. Escribía con violencia, como si no fuera él, un virtuoso mortal, si no un dios de la música el que estuviera allí mismo, en la cama de sábanas blancas, completamente desnudo y todavía pegajoso por su semen. Sus ojos apenas reparaban en el movimiento; incluso, no necesitaba entornarlos para lograr una mejor visión del que la tenue luz de las velas le otorgaba. Sus oídos no escuchaban la respiración del hombre, su amante, a su lado, tampoco el latir incesante y alocado de su corazón, que bombeaba la sangre como si estuviera corriendo desesperado.

Thomas escribía sobre sí mismo, lo que sentía y lo que le inspiraba, lo que fue su mundo hacía pocos minutos y lo que le quedó después de acabar al compás del otro, de Sir William. Thomas escribía sobre amor y sexo, las palabras que se juntaban en la cama y las que hacían que su miembro se excitara ante cada toque de su noble amante.

Escribía sobre esos besos, tiernos en su punto más bajo para luego transformarse en verdaderas llamas devoradoras de su pasión; sobre esos dientes que mordían su piel, con una necesidad inmensa de tener al otro; sobre esas manos llevadas por la locura y el deseo, las ansías de recorrerlo por completo y en todos los detalles conocerlos. Acarició su espalda, lamió sus pezones hasta volverlos erectos, masajeó su piel y se detuvo especialmente en cada lunar y en cada pequeña cicatriz, subió y bajó por su estómago con su lengua, luego por sus piernas hasta rozar peligrosamente sus testículos. Fue demasiado de esas notas particulares que se producían dentro de él, los roncos gemidos eran como la música y todo de William el instrumento.

La nota más alta se alcanzó cuando fue suyo, cuando William estuvo dentro de él y comenzó el vaivén que lo cegó de placer. Derramarse al mismo tiempo fue el final del primer concierto. Thomas escribía y se preguntaba si sería el último también. Temía que fuera así, porque a pesar de sus confusiones y sus negaciones, quería que lo que sucedía entre ellos durara toda una eternidad.

Thomas escribía sobre el amor, sobre el sexo, sobre su pasión.

Thomas escribía sobre William.

-

¿Reviews?