Recuerdos
Me siento en la cornisa de la ventana. A lo lejos un rayo cae y su trueno retumba las paredes. Contra el vidrio las gotas de lluvia resbalan, creando caminos y perdiéndose más allá de donde las pueda ver. Mi aliento crea una delgada capa de vaho cada vez que exhalo y, por unos pequeños instantes, me impide ver esos ojos turbados que ya bien conozco.
Me siento y veo a la distancia, trato de ver más allá de la luz intensa de esta ciudad, pero la oscuridad no es más que eso en el negro de la tormenta, por más que lo intente no puedo ver por donde desapareciste. ¿Por qué no te seguí cuando tuve oportunidad?
Todos los días pienso que podría haber sido si mi miedo no me hubiese consumido. Todos los días me imagino a tu lado, luchando por creencias que aún hoy no son más que sueños, sueños que nunca van a ser hechos realidad. Todos los días cierro los ojos y te veo, veo tu sonrisa, veo tu seguridad, veo tu fortaleza, veo tu miedo, veo tu soledad.
Recuerdo las sonrisas que me dabas todas las mañanas, cuando te encontraba en clase. Recuerdo todas las cejas alzadas, cuando hacia una pregunta que era estúpida. Recuerdo la pasión detrás de tus ojos cuando defendáis tu causa. Recuerdo tus obsesiones con los libros, como tenía que rogarte para que los dejara y pasaras un poco de tiempo conmigo. Recuerdo cuando me dejaste, cuando me diste ese último beso, cuando te fuiste volando por esa ventana.
Creo que me arrepentiré toda la vida. Deje que te escaparas y no hice nada para ir contigo. Pero creo que ya no puedo seguir recriminándome… eso fue hace años, no hay razón para llorar por lo que no se puede cambiar.
Me siento en la cornisa de la ventana y me observo. Hoy, como todas las noches, miro el reflejo de una coraza sin alma, de unos ojos sin vida, de una sonrisa falsa. Después de que la tormenta pase volveré a mi cama y agarraré tu almohada y tratarle de inhalar lo que queda de tu aroma en ella. Y lloraré, lloraré aunque no importe, aunque no valga la pena, hasta caer dormida y soñar contigo… y despertar, para ver que no importa cuánto le ruegue al cielo.
Después de todo, moriste por lo que creíamos correcto.
Charis~chan 2010.10
