The legend of Titan.
.
.
.
Prólogo.
Durante todo un siglo, la humanidad vivía en armonía y con prosperidad a lo largo y ancho de las cuatro naciones.
Hasta que de la nada y por causas inexplicables, apareció un enemigo que aniquilaba todo lo que tuviera enfrente, un enemigo que dejaba desgracia y enormes heridas conforme su paso. A este nuevo enemigo lo llamaron "titán", por su enorme tamaño y su complexión similar a la de un ser humano tan asquerosa. A pesar de todos los intentos por derrotarlo no hubo resultados, ya que la diferencia entre el enemigo y los humanos era demasiada.
Por más que se esforzaran continuaban perdiendo, tanto territorio como población. Ambas tribus del agua, junto con la nación del fuego se vieron obligadas a trasladarse al Reino Tierra. Aunque no dio mucho resultado, por que como era de esperarse, también ocuparon un 15% del territorio del Reino Tierra.
Los pocos humanos que lograron sobrevivir construyeron tres muros: Ursa, Yangchen y Kyoshi. Gracias a estos muros, que abarcaban casi por completo el Reino Tierra, al ejército y a las armas que diseñaron; los humanos lograron "restaurar" sus vidas.
Ciento siete años habían pasado con exactitud desde que se enfrentaron a los titanes.
Cierto era que su vida dio un giro de 180°, vivían encerrados como animales, ya no podía disfrutar de viajes en barcos, ya no podrían disfrutar de los hermosos paisajes polares, ya no podrían disfrutar del mar. Se tuvieron que hacer sacrificios enormes, pero gracias a estos, la humanidad pudo volver a vivir tranquila y lo seguiría haciendo hasta que uno de los muros colapsara; claro estaba que ningún humano consideraba la posibilidad de volver a vivir aquella pesadilla.
Capitulo 1: Recordatorio.
Muchas veces se preguntaba porque soñaba cosas tan perturbadoras para su edad, justo como ahora.
Sus sueños siempre eran borrosos, pasaban demasiado rápido como para distinguir un rostro. A donde quisiera ver había sangre, cadáveres, ruidos de cuerpos chocar bruscamente con el suelo y uno que otro lamento.
Por eso odia soñar, siempre era el mismo tipo de sueño, siempre sentía esa sensación de ansiedad y miedo al despertar; por más que quisiera no podía decírselo a nadie, estaba seguro de que si sus padres se enteraban no dudarían en llevarlo hasta Ba Sing Se y encerrarlo en el mejor manicomio; como se decía él mismo, soñar esa clase de cosas a su edad no era normal.
Abrió los ojos en cuanto logro tranquilizar su respiración, entrecerró los ojos para poder acostumbrarse a la luz del sol que entraba por su ventana. Se incorporo con ayuda de sus codos y se quedo mirando el cielo azul a través del cristal.
Examino con la mirada su habitación y agradeció que su hermano menor no estuviera ahí, aunque seguramente su madre lo obligaría a ir a buscarlo para evitar que se metiera en un lio.
Salió de su habitación y encontró a su madre en la cocina, lavando los trastes como siempre lo hacía. Se sentó en silencio en la mesa y empezó a dibujar con sus dedos las líneas que sobresalían de la mesa de madera.
-ya te despertaste-dijo dulcemente su madre sin dejar de hacer lo que estaba haciendo- últimamente duermes mucho, Mako. ¿Seguro que no estás enfermo?
-no-contesto perezosamente-solo estaba cansado.
-ya veo-guardo silencio unos minutos- tu hermano se fue hace como media hora-le informo cariñosamente- quería ir contigo, pero estabas profundamente dormido.
-¿quieres que lo valla a buscar?-pregunto a la defensiva. Sabía que cuando su mamá empezaba a usar ese tono era porque quería que tomara el papel de la niñera personal de Bolín.
Khala suspiro y se giro para poder mirar a su hijo mayor- no entiendo porque siempre tienes que estar a la defensiva, Mako. Siempre que te menciono algo de tu hermano te pones así.
-si no me pidieras que fuera su niñera.
-no te pido que seas su niñera, hijo. Bolín va a ser lo único que tengas cuando tu padre y yo ya no estemos.
Mako no respondió, solo miro de reojo a su mamá e hizo una mueca. Por más que quisiera hacer su voluntad, no podía, y menos cuando su mamá lo mira con sus hermosos ojos verdes, muy iguales a los de su hermano. Sin decir nada, se levanto de la silla y se dirigió a la puerta.
-ahora vuelvo- le informo sin mirarla. Tan solo se limito a cerrar la puerta de un fuerte golpe.
.
.
.
-¡Korra! ¡Ven aquí ahora mismo!
La nombrada giro la cabeza precavidamente, su cara que hasta hace unos momentos era de felicidad y tranquilidad, se convirtió en una de angustia.
¿Por qué siempre la tenían que encontrar?
-¿acaso no piensas bajar de ese árbol?-grito una vez más Senna, ligeramente molesta y desesperada.
Korra dejo salir un suspiro e hizo una mueca; salto rápidamente y se acerco lo menos posible a su progenitora.
-hola mami-saludo ella en un tono inocente.- ¿Qué haces aquí?
-esa misma pregunta debería hacerte a ti-suspiro en rendición- te hemos dicho muchas veces que no es seguro que…
-pero esta ese horrible muro, mamá-la corto ella-no me va a pasar nada mientras este de este horrible lado.
-no me interesa, es peligroso que estés aquí- se acerco más a ella y la tomo de la mano- y si no quieres que le avise a tu padre, será mejor que empieces a caminar- la amenazo.
-está bien-dijo en tono de rendición y comenzó a caminar detrás de su mamá.
Comenzaron a caminar por el verde pasto, rumbo a la puerta interior del muro.
-¿Por qué siempre te me escapas? En serio que a veces no se qué hacer contigo.
-no estaba haciendo nada malo-se defendió- solo quería un poco de aire fresco.
-hija, tienes 7 años-la miro por unos segundos-es peligros que estés aquí afuera sin protección.
-no piensas eso cuando me mandas por madera-contra ataco ella con una sonrisa juguetona.
-no me vengas con eso niña, esa es una de tus obligaciones y…
-hola Senna-la saludo un hombre de unos 60 años vestido con el uniforme de las tropas estacionarias y con un ligero rubor en las mejillas y más feliz de lo normal -¿ahora que hizo esta pequeña delincuente?
-hola Bummi-saludo la mujer con una ligera sonrisa- ¿acaso nunca la ven cuando pasa la puerta?
-no en mi turno, te lo juro-dijo divertido.
-¿acaso estas borracho?-pregunto de golpe la pequeña Korra.
-¡Korra!-la reprendió de inmediato su madre.
Bummi tan solo se rio divertido, se arrodillo a la altura de ella y coloco una mano en su hombro.
- no estoy borracho, es solo efecto del calor-le corrigió- además, es justo que quiera tomar un par de copas. Después de todo, hoy es mi último día de servicio.
-¿y por eso estas ebrio?
-Korra, deja en paz a Bummi.
-déjala Senna, es una niña curiosa-la defendió él- seguramente le preocupa que los soldados que defienden el muro estén ebrios.
-no-contesto rápidamente- si alguno de esos monstros quiere entrar, mi papá lo puede detener-respondió con orgullo al imaginarse a su padre.
-no lo dudo Korra-sonrío ampliamente y le revolvió su cabello corto-Tonraq fue uno de los mejores soldados de su generación.
-bueno Bummi, me dio mucho gusto verte. Pero tenemos que irnos.
-por supuesto Senna-le dio la mano y la estrecho amigablemente-no regañes tanto a Korra.
-lo intentare-bromeo ella-despídete Korra.
-adiós.
-deja de meterte en problemas-le grito animadamente antes de que se alejara más-esa niña no deja de meterse en problemas-sonrío un poco y después volvió con sus amigos a seguir celebrando tantos años de servicio.
.
.
.
Golpeo en la cara al más grande, esto lo distrajo y ya tenía al de su misma estatura encima de él junto con otro tipo; pero él se las ingenio para quitárselos de encima y seguir golpeando al otro. Después los tiro a los tres al suelo, tomo a su hermano de la mano y lo obligo a correr.
Continúo corriendo por un largo rato, hasta que encontró un callejón en donde esconderse. Afortunadamente contra los que peleo eran demasiado idiotas como para seguirlos buscando.
Reviso una última vez para asesorarse de que la calle estaba despejada, suspiro de alivio y miro a su hermano con esa mirada tan fría que solo el poseía.
-lo tenía bajo control, no tenias por que meterte Mako-le reprocho Bolín mientras se sacudía la ropa.
-claro, por eso esa bola de idiotas te quitaban todo tu dinero.
-no es así.
-vámonos a casa, no quiero que mi papá me regañe de nuevo por tu culpa-empezó a caminar con la mirada en el suelo y sin esperar a su hermano.
Bolín corrió hasta alcanzarlo y caminar junto a él, quiso pedirle disculpas por la paliza que le acababan de dar, pero lo vio tan enfadado que prefirió guardar silencio.
Iban pasando por la calle que daba a la puerta del muro, en cuanto el menor noto como la gente se iba agrupando sonrió de felicidad, aquello solo se podía significar una cosa. La legión de reconocimiento había regresado.
Sin pensarlo, tomo la manga de la chamarra de su hermano y lo jalo hacia la calle principal. Mako se dejo guiar mansamente hasta donde su hermano quisiera, no tenía más ganas de seguir peleando.
Como no pudo hacerse espacio entre la gente, rápidamente ubico un cajón de madera, ideal para que él pudiera ver como entraban los héroes de la humanidad.
En cuanto estuvo arriba, sus ojos de emoción cambiaron a unos de confusión. Todos los soldados regresaban mal heridos, con sangre en todos lados, con miradas que reflejaban toda su desesperación y su dolor rebasaba lo físico.
Mako no alcanzaba a ver todo, pero si alcanzaba a escuchar todo lo que las personas decían, todos los llantos de las madres y esposas que acababan de perder a sus hombres en el campo de batalla. Instintivamente cerró los ojos y apretó los puños, esto solo le recordaba eso sueños que tanto le asustaban.
.
.
.
-creo que ya llegaron los soldados de la legión-informo la pequeña Korra sin apartarse de la ventana.
-me da gusto- respondió Senna mientras cortaba las zanahorias para la cena.
-¿Por qué nunca vamos a ver cuando regresan?-pregunto curiosa, recargando su cabeza en el marco de la ventana.
-no es algo que me guste ver-se giro para ver a su hija-y creo que todas esas personas que están para "recibirlos" solo lo hacen por morbo y para juzgarlos.
Korra se aparto de la ventana y se acerco a Senna- ¿tú también piensas que los soldados de la legión son suicidas?
-no Korra- le sonrió maternalmente y le acaricio su cabello corto y castaño- yo creo que son personas muy valientes que dan su vida a cambio de un mejor futuro.
-¿Cómo papá?
-si Korra, como papá-continuo acariciándole el cabello a su hija-deberías dejártelo crecer, sin duda te verías muy hermosa con el cabello más largo.
La niña de hermosos ojos azules sonrió ampliamente y se llevo su mano a la altura de su cabello, que le llegaba justo debajo de la oreja.
-puedes ir a darte una vuelta a la plaza central si gustas. Solo no tardes demasiado ¿de acuerdo?
-de acuerdo-sonrió aun más y salió rápidamente de su casa.
.
.
.
-por fin llegan ¿en donde estaban?-pregunto el padre de ambos, quien era la misma imagen de Mako.
-fuimos a ver como regresaba la legión papá-contesto el menor de los hermanos.
-que bueno-miro a su hijo mayor e hizo una mueca la ver su rostro- ¿Qué te paso Mako?
-tropecé y me golpeé con una roca-mintió perfectamente.
Bolín miro a su mamá, ella solo le hizo una seña de que guardara silencio.
-en ese caso, debes tener más cuidado.
-lo hare-se sentó en la mesa y volvió a dibujar las mismas líneas que hace unas horas.
Bolín hizo lo mismo y comenzó a devorar su comida en cuanto su madre coloco el plato de comida frente a él.
-¿saben algo? Cuando tenga edad-se llevo otro trozo de pan a la boca-me reclutare en el ejército y seré de los diez primeros para entrar a la legión de reconocimiento- informo el pequeño Bolín con un montón de comida en la boca.
Tanto como Kuhei, como Khala se miraron angustiados. Mako lo noto perfectamente, pero continúo comiendo.
-¿y por qué quieres hacer eso?-pregunto Kuhei lo más amable posible, pero tenía cierta angustia en su voz.
-porque ellos son los mejores papá-se puso de rodillas en la silla y levanto sus brazos aun más emocionado-yo también quiero que me admiren cuando regrese de las misiones. Yo quiero ser igual que tú, quiero ser el mejor soldado de la legión al igual que tu papá.
-y terminar con una prótesis en la pierna-concluyo Mako sin dejar de comer.
-¡Mako!-lo reprendió de inmediato Khala-no tienes por qué decir esas cosas.
-déjalo Khala, es la verdad-miro a su hijo mayor y después a Bolín- mira hijo, no creo que unirte a la legión sea algo muy bueno, tienes que pensar en los riesgos que lleva esa decisión. Como bien dijo tu hermano, puedes perder un brazo o una pierna, incluso puedes perder tu vida en ello. Y Mako, aunque también decidiera reclutarse, él no siempre te va a poder proteger de todo.
-¡no es justo!-grito el de ojos verdes y con pequeñas lagrimas en los ojos-¡yo puedo ser tan bueno como tú o Mako! ¡Y quieran o no me voy a unir al ejercito! ¡Con o sin mi hermano!
Se bajo rápidamente de la mesa y salió corriendo de su casa.
-¡Bolín! ¡Regresa!-grito Khala justo en la puerta, en un intento inútil de que su hijo regresara.
-¿Por qué dejaste que fuera a ver como la legión regresaba?-lo regaño su padre con un tono serio.
-yo no lo lleve-se defendió-él quiso ir, no soy su niñera para estarle diciendo lo que está bien y lo que está mal.
-eres su hermano mayor, es tu obligación proveerlo-suspiro y se masajeo el espacio entre la nariz y la frente-si tu madre y yo te pedimos que lo cuides es porque sabemos que Bolín no tiene la madurez para hacerlo solo.
-yo también tengo mis problemas-respondió a la defensiva- y no se me hace justo que yo tenga que pagar los platos rotos por culpa de mi hermano-dijo aun más molesto, señalando su nuevo moretón.
-yo sé que es difícil cuidar a tu hermano, pero piensa que lo único que vas a tener cuando tu madre y yo faltemos, va a ser a Bolín.
-siempre me dicen eso, y no es justo. Tú eres un soldado retirado, tú y mamá bien podrían cuidarlo.
-Mako-lo llamo dulcemente su mamá.
-Mako, tienes que entender que…
-¿entender qué?-esta vez alzó un poco más la voz- siempre me dicen lo mismo, que mi deber es cuidar al inmaduro de mi hermano. Yo siempre me llevo la peor parte de las palizas, a mí solo me regañan de cualquier cosa. ¿A mi quien me cuida? ¿Tú? Sinceramente ya no estoy dispuesto a seguir siendo la niñera de Bolín.
Sus padres se quedaron callados, Khala comenzó a lavar de nuevo los platos sucios y empezó a hacer todo lo posible para que no se escucharan sus llantos. Mientras que Kuhei se levanto de su silla y fue hasta la de su hijo, se arrodillo frente a él y le coloco una mano en su hombro.
-escucha Mako, sé que esto es muy difícil para ti, que quizás tu madre y yo no pensamos en lo que tú puedas sentir-hizo una pausa y miro a su hijo a los ojos-no sé si lo sepas, pero yo soy el ultimo de mis hermanos, la mayoría muertos por culpa de los titanes, tal vez yo no pude disfrutar a mis hermanos como debí hacerlo-suspiro y sonrió melancólico- quizás a mi me falto la protección de un hermano mayor, tal vez por eso me empeño tanto en que cuides a Bolín. Pero tienes razón, tu hermano debe de crecer por sí mismo.
-ya no sé si creerte- a veces decía las cosas con tanta frialdad que él mismo se asustaba.
Kuhei miro de reojo a Khala, ella solo dejo salir un suspiro doloroso y continúo con su trabajo. Apretó un poco más el hombro de Mako y le sonrió, se incorporo y se quito su ya vieja bufanda roja, sin pensarlo le coloco aquel pedazo de tela sobre el cuello de su hijo. El pequeño Mako se le quedo mirando extrañado.
-tal vez pienses que tu madre y yo nos preocupamos solo por Bolín, pero quiero que sepas que te amamos a más que a nada en este mundo-le revolvió su pelo azabache con una sonrisa paternal-conserva la bufanda-le pidió- espero que cuando la veas, recuerdes que tu madre y yo te amamos ¿está bien?
Solo asintió, estaba lleno de coraje; odiaba cuando su padre "fingía" que lo amaba tanto como a su hermano, pero para él no eran más que cuentos para lavarle el cerebro y que siguiera haciéndole de niñera de su hermano. No entendía el porque sus padres siempre le daban prioridad al menor.
-voy a salir un momento-le informo con un hilo de voz.
-de acuerdo-su padre lucia decepcionado-no te tardes mucho, quiero que estés aquí antes de que anochezca ¿está bien?
-sí.
.
.
.
Para Korra, no había mejor cosa que sentir el agua fría contra su piel, por alguna razón siempre le había gustado sentir la fluidez del agua y de esa danza silenciosa que hacía con su piel.
Muchas veces se preguntaba qué era lo que había después de los muros ¿habría más muros? ¿Habría mucho más agua?
Lamentablemente, aquellas preguntas y sus múltiples dudas tendrían que guardárselas. En donde ella vivía no era bien visto que alguien preguntara por lo que había más allá de la seguridad de sus muros.
Aunque muchas veces no podía evitar esos enormes deseos de querer salir; aunque aquello estuviera mal.
.
.
.
El sol se iba ocultando poco a poco en el horizonte, pronto tendría que regresar a su casa y fingir que todo estaba estupendamente. Simplemente no quería hacerlo, sabía que en cualquier momento sus padres volverían a hacer lo mismo y que a pesar de que le dieron ese discurso de que los amaban igual, una parte de él seguía creyendo que amaban más a su hermano.
Continúo caminando por la plaza central, mirando a varias parejitas tomadas de las manos, a varias señoras haciendo sus últimas compras para la cena, a uno que otro señor bebiendo alegremente, como si celebraran algo. ¿Pero que podían celebrar? ¿Estar encerrados de por vida?
Muchas veces pensó en escapar de su casa, librarse de la enorme carga que significaba cargar con su hermano, si toda esta situación se daba apenas a sus ocho años, no quería imaginarse como sería en un par de años. La solución más sencilla seria huir, escapar de todos los sermones y preocuparse solo por sus problemas, pero aquella idea era tan absurda como pensar que Bolín algún día se cuidaría solo. La ciudad en donde vivían era muy grande, pero por sus padres siempre lo terminarían encontrando, fuera a donde fuera. Pero eso no significaba que tenía unas enormes ganas de marcharse legos de su familia, por muy egoísta que sonara.
-¡por favor! ¡Todos aquí sabes que algún día los muros van a caer!-dijo un hombre bastante ebrio, logrando sacar a Mako de sus pensamientos-¡y cuando eso pase todos vamos a estar perdidos!
-¿quieres callarte?-hipeo el otro-si alguno de sus ancianos te escucha te mandara a la cárcel.
-no me importa-le dio otro buen trajo a su cerveza- que me escuchen, al fin de cuentas sabemos que eso va a pasar, y ni el loto blanco, ni todos los soldados del ejército nos van a proteger.
-shhhhh-lo callo de nuevo su compañero-en verdad ya cállate, ya sabes cómo son los del loto blanco, aman a sus muros más que a los humanos-eructó y continuo-si te escuchan decir toda esa bola de estupideces te van a mandar fuera del muro.
-decir la verdad no es nada malo-se cruzo de brazos- es más… ¡todos deberían empezar a preocuparse por eso!-grito levantando los brazos como si estuviera loco-¡los titanes nos van a comer a todos!
Mako no estaba de ánimos para soportar todas esas locuras, por lo que continúo caminando con la cabeza baja, tenía que salir de ahí antes de que los guardias del loto blanco llegaran y se metiera en un problema realmente.
Técnicamente toda esa idea era ridículamente imposible, sonaba como la típica historia de terror que le cuentan a los niños pequeños para que se vallan a la cama y no causen problemas. Pero como era obvio, él no creía en esas cosas.
.
.
.
Caminaba rumbo a su casa con pasos lentos, realmente disfrutaba estar fuera de su casa, ya que esa era una forma de no sentirse tan encerrada. A pesar de su corta edad, a ella le encantaba estar al aire libre en vez de estar en cuatro paredes todo el día, ya era suficiente con tener el muro alrededor de ella.
Llego a la calle principal y frunció el seño inmediatamente al ver a su mamá en la panadería. Eso era una muy mala jugada del destino (si es que existía tal cosa)
Se acerco lentamente y trato de mejorar su cara; no era que no quisiera a su mamá; la amaba mucho, pero había ciertas cosas que la desesperaban. Por ejemplo, estársela encontrando a cualquier lado al que iba.
-hola mami-saludo suavemente mientras la tomaba de la mano.
Senna miro hacia abajo y una sonrisa se extendió en su rostro-hola Korra, pensé que ya estarías en casa.
-iba para allá-afirmo ella en un tono levemente agresivo.
-está bien, hija- sonrió aun más- solo vine por un poco de pan para la cena.
-¿entonces ya nos vamos?
-sí, vámonos a casa.
Termino de pagar las cosas y tomo de la mano a la pequeña Korra, ambas comenzaron a caminar tranquilamente, hasta que vieron como unos soldados de las tropas estacionarias se llevaban a dos sujetos. Senna también lo noto y solo apresuro aun más el paso.
-¿Por qué se los llevan?-pregunto curiosa.
-cuando se ponen borrachos empiezan a decir varias cosas incoherentes-le explico pacientemente.
Korra no dijo nada solo continuo caminando, sin decir nada.
Entonces, de la nada el cielo se oscureció y un rayo cayó fuera de la muralla; todas las personas que estaban cerca se detuvieron de golpe, quedándose inmóviles ante lo que había pasado en tan solo unos segundos.
Senna apretó la mano de Korra y su mirada estaba atenta a la espesa y gran nube de humo que estaba frente al muro; tenía un mal presentimiento.
Las pupilas de Korra se dilataron debió al miedo que sintió al ver esa enorme cabeza sobre el muro. Era un titán, sin duda alguna, era el más grande que había visto, tenía la cara de un ser humano, solo que parecía que le habían arrancado la piel y lo habían dejado con el musculo expuesto.
Todas las personas se quedaron aun más quietas, como esperando el próximo movimiento. Todo esto era como para no creerse, era como un mal sueño, uno realmente malo.
Como si las cosas no pudieran empeorar, se escucho un gran estallido, como si hubiera chocado algo inmenso con otra cosa.
-¡rompió la puerta principal!-grito un hombre corriendo desesperadamente-¡van a entrar! ¡los titanes van a entrar!
Con tan solo escuchar esto, la gente enloqueció por el miedo y comenzaron a correr desesperadamente de un lado a otro.
Senna tiro lo que llevaba, cargo a Korra y comenzó a correr lo más rápido que sus piernas le permitían.
Tenía miedo, miedo a lo que pudiera llegar a pasar; sus ojos azules no podían creer que todo lo que la gente temía estuviera pasando justo ahora.
.
.
.
Nunca en su vida corrió tan rápido, le dolían las piernas y le ardían los pulmones, estaba desesperado, nunca en su vida quiso encontrar a su hermano con tantas fuerzas como en ese momento.
Busco en otro de los callejones en los que su hermano acostumbraba estar, pero no lo encontró. Continuo corriendo por las calles, eran una locura, toda la gente gritando como loca y corriendo igual de desesperada como él, a lo lejos podía ver las cabezas de los titanes y esto solo aumentaba su preocupación.
Sabía que algo saldría mal desde que ese trueno callo de la nada, en cuanto vio esa enorme cabeza no dudo en correr a buscar a su hermano. Lo único que esperaba era que no fuera demasiado tarde.
.
.
.
-¡mamá! ¡¿A dónde vámonos?! ¡Mamá!-gritaba de nuevo Korra mientras veía como las cabezas de los titanes se iban haciendo más pequeñas.
-¡cállate Korra!-le respondió entrecortadamente, sin dejar de correr.
-¡mamá!
No le hizo caso, continuo corriendo en dirección al límite de la muralla; no sabía a dónde más ir, eso era lo único coherente que se le ocurría, tenía que conservar la calma si quería sacar a su hija de ahí.
-¡Senna! ¡Korra!
-¡papá!-grito esperanzada Korra al ver a su padre bajar de unos de los edificios e ir corriendo hasta ellas, con tan solo verlo sintió que todo iba a estar bien.
-¡Tonraq!-se detuvo y giro para ver a su esposo.
-tranquilízate-le pidió en tanto tomaba sus hombros- las dos van a estar bien, solo ve a la otra puerta de la muralla, están saliendo barcos para el muro Yangchen.
-¡¿y tú?!-pregunto la mujer aun más alterada-¡¿no vendrás con nosotras?! ¡No puedes quedarte aquí, Tonraq! ¡Korra y yo te necesitamos!-le grito al borde de las lagrimas.
-tengo que quedarme aquí y ver que no queden ciudadanos-apretó el agarre de sus hombros-necesito que estés tranquila, por ti y Korra. Yo las protegeré desde aquí, pero necesito que me prometas que tú vas a mantener a salvo a mi hija y a ti.
Senna tan solo asintió, apretando más el abrazo que le daba a su hija, su esposo tenia razón; debía de ser fuerte si quería salir con vida de ahí.
-Korra, prométeme que pase lo que pase vas a ser valiente ¿de acuerdo?
-si-contesto en un susurro.
-las veré pronto-prometió él- sube al barco, las buscare en Trost cuando todo esto termine-las abrazo rápido- las quiero. Date prisa, aun estas muy lejos de la puerta, corre lo más rápido que puedas, Senna.
-lo hare, ten cuidado-le pidió.
Tonraq asintió con una sonrisa, se despidió de ellas con la mano y se fue corriendo en dirección opuesta a la de ellas.
Mientras Korra veía la espalda de su papá alejándose, pedía internamente que nada malo les pasara.
.
.
.
-¡muévete Bolín!-le ordeno Mako a su hermano menor mientras trataba de encontrar el camino más corto a su casa.
-¡yo puedo correr solo!-le reclamo, intentando seguirle el paso a su hermano-¡me vas a arrancar el brazo! ¡Suéltame Mako!
Mako se paró en seco y le dio un puñetazo directo en el ojo-¡ya cállate Bolín! ¡Otra vez te salve la maldita vida! ¡Entiende que quiero llegar a casa de una maldita vez! ¡Así que muévete!
De nuevo lo tomo del brazo y lo obligo a correr a su ritmo, en esos momentos algo le quedo muy claro a Bolín; su hermano estaba asustado y deseando estar protegido en los brazos de sus padres. Nunca lo había visto así, nunca pensó ver a Mako tan asustado y fuera de sí.
.
.
.
Dejo salir un grito de dolor al sentir como el filo de una piedra se le enterraba justo en la pantorrilla. Otra vez su mamá había tropezado con los escombros y habían caído ambas al suelo.
Entendía que su mamá estaba desesperada y que estaba haciendo lo posible por salvarla, pero entendía que si continuaban así, jamás llegarían a los barcos.
Se levanto lo más rápido que pudo y tomo a su mamá del brazo.
-mami-la llamo ella-por favor levántate, tenemos que seguir corriendo. Ya no es necesario que me cargues, te prometo que voy a correr a tu ritmo, pero por favor levántate.
Senna se levanto con dificultad y tomo a Korra de la mano, cojeaba un poco, pero intentaba ir lo más rápido que se lo permitía sus piernas.
Korra le apretaba la mano a su mamá, en un intento inútil de tranquilizarse, pero no engañaba a nadie.
Estaba asustada y mucho.
Continuaron caminando, pero el suelo comenzó a temblar violentamente. Aquello solo podía significar una cosa, los titanes se estaban a cercando.
De nuevo, Senna cargo a Korra y obligo a sus piernas a correr, tenían que salvarse.
Continúo corriendo, pero su vista se estaba nublando y cada vez ese sentía más y más cansada.
-¡mamá! ¡La roca!-le grito Korra.
Se dio cuenta muy tarde y de nuevo tropezó, ambas cayeron al suelo, ganándose más heridas.
Senna miro hacia el cielo y empezó a temer lo peor; un titán de 7 metros estaba frente a ellas, mirándolas con detenimiento, como analizando a su presa.
Las lágrimas le comenzaron a salir de una forma violenta ¿de dónde había salido ese titán? Ahora todo estaba perdido. Ambas morirían.
Como pudo, Senna se puso de rodillas y tomo a Korra de los hombros, la miro fijamente e hizo un enorme esfuerzo por reprimir las lágrimas; solo había una forma de poder salvar a su hija.
-escúchame bien Korra-le apretó más los hombros-voy a distraer al titán, en cuanto lo haga, prométeme que sin importar lo que pase, lo que veas o sientas…tu seguirás corriendo, te pondrás a salvo-dijo entrecortadamente y reprimiendo sus lagrimas.
A Korra le costaba entender lo que su mamá le estaba pidiendo –no te entiendo, mamá.
-te quiero Korra, tengo que ponerte a salvo-abrazo a su hija lo más fuerte que pudo. Inmediatamente todo se le vino a la mente: el día en que ella nació, las muchas veces que le había dicho un "te quiero", esa forma tan peculiar que fruncía el seño cada vez que la encontraba, esa sonrisa traviesa , esa hermosa sensación cuando veía a su marido. Todo se acabaría, pero prefería morir ella al ver morir a su hija-te quiero korra-le repitió con la voz entrecortada-prométeme que tu seguirás corriendo.
No la entendía, estaba asustada y quería salir corriendo de ese lugar. Pero en vez de eso, estaba ahí parada frente a su madre, que le sonreía de una manera muy extraña.
Levanto un poco la mirada y vio como la mano del titán iba directo a ellas.
-¡mamá!-le grito Korra aterrada.
Senna miro hacia arriba y empujo a su hija lejos de su alcance. De un momento a otro, el titán la había atrapado y la subía hasta su boca.
-¡mamá!-gritó de nuevo, su voz sonaba desgarradora y desesperada-¡mamá!
No podía ser cierto, no se podían comer a su mamá. Quiso correr hasta ella e intentar hacer algo, pero sus piernas no se movían, ella no podía moverse, lagrimas le salían de sus ojos de una forma violenta.
-mamá-volvió a susurrar.
La mano del titán subía y subía más.
Sentía un dolor inexplicable en todo su cuerpo, sentía como cada hueso se rompía en mil pedazos. Estaba cerca, sabía que no había nada que la salvara, lo único que deseaba era que Korra se salvara y no viera todo aquello. Deseaba que su hija estuviera corriendo.
Hubo un momento en que Senna miro a los enormes ojos del titán, los cuales no expresaban nada, pero te hacían sentir un miedo que no eras capaz de medir, en ese momento se quedo inmóvil, ya no intentaba zafarse, ya no lloraba más, ahora de lo único que era consiente era del dolor que sentía.
Una de sus piernas sintió el diente, cerró los ojos y espero lo inevitable.
-¡Mamá!-grito de nuevo al ver como la mitad del cuerpo de su madre estaba dentro de la boca del titán-¡por favor! ¡Mamá!
Un grito de verdadero dolor sonó por todo el lugar, pequeñas gotas de sangre comenzaron a caer en los escombros.
Korra se tapo los oídos, como si de esta forma no escuchara como su mamá gritaba de forma agonizante. Levanto la mirada y vio como el titán le daba otra mordida al cuerpo de su progenitora; cerró los ojos y los apretó fuertemente. Quería que todo terminara, que terminara lo más rápido posible.
De pronto, solo sintió como el suelo volvía a temblar violentamente. Por inercia, abrió los ojos y vio a tan solo a unos pocos metros la cabeza del titán, con el cuerpo de su madre en su boca.
Sin pensarlo se acerco a ella, grito de dolor al ver los ojos sin vida de su mamá.
-¡Korra!-grito Bummi en tanto sacaba sus espadas del cuello del titán-gracias a los espíritus estas bien- bajo de un hábil salto del cuello del titán y camino a ella-¡donde está tu ma…
La pregunta quedo inconclusa, ya que vio la respuesta. Abrió los ojos y su cuerpo comenzó a temblar; no era posible que estuviera viendo el cuerpo inerte de Senna.
Bajo la mirada, tomo a Korra de la mano y comenzó a caminar; Korra se negaba a seguir caminando, por lo que ponía mas fuerza en sus piernas para detener a Bummi.
-aun podemos salvarla, está viva, aun podemos salvarla-dijo ella con dificultad, el llanto le impedía hablar bien.
-no Korra, no podemos-le respondió gentilmente Bummi-tu mami, ya no está.
-¡ella no está muerta!-afirmo con más lagrimas-por favor, tenemos que regresar por ella, tenemos que…
Se detuvo y se coloco a la altura de ella-es inútil Korra, ambos sabemos que Senna está muerta, que hizo todo lo posible por mantenerte a salvo-suspiro dolorosamente y una sonrisa débil se asomo en su rostro-voy a ponerte a salvo, lamento no haber llegado antes, pero ahora te voy a poner a salvo. Justo como ella quería.
Se incorporo y la volvió a tomar de la mano, caminando lo más rápido que podía.
Korra miro por una última vez en donde estaba la cabeza del titán, esperando que toda esa pesadilla terminara pronto.
.
.
.
"doblando esta esquina esta mi casa, estará bien, yo se que lo estará"
Se lo repetía mentalmente, tenía que creerse la diminuta idea de que su casa iba a estar bien, que dentro de ella estarían sus padres, esperándolos.
Tal como lo dijo, al doblar la esquina llegaron a donde estaba su casa. Se paralizo por unos momentos al ver varias casas destrozadas y con grandes rocas encima.
Cuando salió de su trance volvió a tomar a Bolín y corrieron hasta su casa.
-¡mamá! ¡papá!-grito Mako mientras se acercaba a ellos.
-¡Mako!-grito Kuhei al verlos ahí-¡vete con Bolín a los barcos!-le ordeno-te prometo que los alcanzaremos allá.
Haciendo caso omiso, corrió hasta ellos. El aliento se le fue al ver como su padre hacia un esfuerzo sobre humano por levantar la viga del cuerpo de su madre.
Sin pensarlo se acerco hasta él y tomo el otro lado de la viga, imitando lo que hacía su padre.
-¡Bolín!-lo llamo Mako desesperado-muévete y ayúdanos a sacar a mamá de aquí-le pido en tono suplicante, uno que jamás pensó escuchar en Mako.
Haciéndole caso, se coloco al otro lado de Mako y comenzó a tirar de la viga.
Kuhei levanto la vista y vio como los titanes iban directo a ellos, la angustia le vino encima al darse cuenta de que no podía salvar a los cuatro.
-¡Mako! ¡Haz lo que te dice tu padre! ¡Por favor, toma a Bolín y corre!-le pido su madre.
-¡¿crees que me gusta estar aquí?! ¡Yo también me quiero ir! ¡Pero no lo hare sin ustedes!
Kuhei y Khala se miraron por un largo rato, ambos lo sabían; no podrían salvarse ellos y a sus hijos. Uno de los dos tendría que tomarlos y correr hacia los barcos, mientras el otro se quedaba atrapado aquí; ambos sabían que tenía que hacer cada uno.
Bolín levanto su mirada, levemente nublada por las lágrimas. Un hueco enorme se le hizo en el estomago al ver como un titán se acercaba a donde ellos estaban. No lo pudo soportar, el miedo que sentía era aun más fuerte que él, no lo soportaba. Termino desplomándose en el suelo.
-¡Bolín levántate!-le ordeno Mako con pequeñas lágrimas en los ojos-¡as algo útil en tu vida y ayúdame a sacar a mi mamá de aquí!
-¡Mako!-le grito de nuevo su padre-¡carga a tu hermano y haz lo que te pedí! ¡Ponte a salvo!
-¡no! ¡yo no me voy a ningún lado sin ustedes!
-¡no seas necio Mako!-le grito Khala-¡haznos caso! ¡por favor!
-¡les voy a hacer caso en cuanto los saque de aquí!-las manos le dolían. Las astillas, sangre y el peso de la viga no ayudaban a que se tranquilizara.
-¡entiéndelo! ¡Mis piernas están aplastadas! ¡Tu padre tiene una prótesis en la pierna! ¡Por más que quisiéramos correr, no lo vamos a lograr! ¡No podemos salvarlos!
-¡eso no me importa! ¡yo los voy a obligar a que corran!
Kuhei se enternecía en oír hablar así a Mako, aun no lograba entender que sus padres eran un blanco fácil para los titanes. Miro de nuevo al frente, un titán se estaba acercando a ellos.
-al paso que vamos, moriremos los cuatro.
-¡toma a tu hermano y corre!-le ordeno de nuevo a su madre.
-¡que no!
-¡Mako!-lo tomo de los hombros y sus miradas doradas se encontraron-¡lo sabes! ¡Sabes que tu madre y yo no vamos a lograrlo! En verdad necesito que ustedes dos se salven, no puede permitir que mis dos hijos mueran.
El mayor de sus hijos estaba por contestarle, pero escucho un sonido similar al de un equipo tridimensional de los soldados. Quizás lo lograrían.
-¡Kuhei! ¿Qué fue lo que paso?-pregunto Tonraq acercándose rápidamente a ellos.
-¡Tonraq! ¡Por favor llévate a mis hijos a los barcos! ¡Yo me encargare de sacar a Khala de aquí!
-¡no! ¡Aun podemos sacarla!-interfirió Mako mientras volvía a tirar de la viga.
-por favor Tonraq, sálvalos a ellos-le suplico Khala.
-por favor Tonraq-insistió Kuhei-Khala y yo no lo vamos a lograr. No con mi prótesis y ella con sus piernas aplastadas.
-Kuhei, no los voy a dejar atrás-le apretó el hombro levemente-yo me encargo del titán, tu encárgate de sacar a Khala de aquí. Lo haremos juntos, justo como lo hacíamos en el ejército.
-no vas a poder con el titán-le dijo suavemente-aun si pudieras matar a ese, vendrán otros-negó con la cabeza-además, no sé cuánto tiempo tarde en sacar a mi esposa de aquí.
-el que necesites-fue su simple respuesta- no me subestimes, Kuhei. El hecho de que no haya visto un titán en años no quiere decir que les tenga miedo, veras que tu y Khala saldrán de aquí junto con sus hijos.
Sin darle tiempo a responder, se echo a correr hacia los titanes. Era verdad que no había visto un titán en toda su vida, pero sabía lo necesario para poder matarlo, además estaba seguro de que si la situación se invirtiera, su ex compañero haría lo mismo que él.
Saco sus espadas y las coloco frente a él, listas para clavárselas en la nuca de un titán.
Cuando estuvo a pocos metros del titán, se paralizo. Basto con solo ver sus ojos diabólicos y esa dentadura superficial formando una sonrisa para que el miedo lo invadiera.
Lo único coherente que pensaba era que tenía que correr, salvarse. No podía matar al titán, tenía demasiado miedo como para siquiera intentarlo.
Se sentía impotente, le había prometido a su amigo que los salvaría, pero ahora…solo salvaría a sus hijos.
Guardo las espadas y corrió de vuelta a ellos.
Cargo a Bolín como si fuera un bulto, hizo lo mismo con Mako y se echo a correr.
-¡¿Qué estás haciendo?! ¡ suéltame!
Comenzó a correr más rápido, sin mirar atrás, no podía ver a los ojos a Kuhei, no después de haberle prometido salvar a los cuatro y estar huyendo como un cobarde.
-gracias-susurro Kuhei con una leve sonrisa, tomo la mano de su esposa y la apretó fuertemente.
-¡Mako! ¡Bolín!-grito Khala-mis niños-susurro mientras lloraba más fuerte.
.
.
.
Bummi seguía corriendo con Korra, ya les faltaba poco para llegar a la otra puerta, ya le faltaba poco para ponerla a salvo.
Por alguna extraña razón, giro la cabeza hacia la izquierda, viendo como a un titán sacando una persona de una casa. Apresuro más el paso, sabía que estaba siendo muy duro con Korra, pero en esos momentos era más importante sacarla de ese lugar.
A lo lejos vio a Tonraq correr con Mako y Bolín en brazos, las cosas no iban bien, ya que el mayor forcejeaba de una forma muy violenta para soltarse. Mil ideas se le vinieron a la cabeza, una de ellas era que: Tonraq había dejado atrás a Kuhei y Khala.
Rápidamente se acerco hasta él, Korra al verlo de nuevo se alegro de que su papá estuviera bien.
-¡Tonraq! ¿Qué paso?
-te explico luego, tenemos que sacarlos de aquí.
-¡regresa!-le pido Mako de nuevo mientras lo golpeaba con todas sus fuerzas-¡tenemos que salvarlos!
Bummi giro la vista hacia atrás y vio como Kuhei hacia lo posible por sacar a Khala de los escombros de su casa, al igual de que el titán se acercaba más a ellos.
El titán llego a ellos por fin, haciendo que el suelo temblara y que Kuhei quedara bajo uno de los pies de este.
-¡papá!-era un grito desgarrador, hacia uso de todas sus fuerzas para poder ir con sus padres pero era inútil, el seguía corriendo y mirando ese horrible espectáculo.
Instantáneamente vio como su mamá era sacada sin dificultad de los escombros y era levantada para ser devorada por ese monstro.
Korra también grito, todo eso le recordaba como había muerto su mamá.
Mako no quitaba la mirada del titán, se la llevo a la boca como si de un dulce se tratara, masticándola y matándola en el proceso.
Ni Mako, ni Korra quitaban la mirada del titán. Los dos habían perdido mucho debido a ellos, no entendían como su vida dio un giro tan drástico en cuestión de segundos.
Ese día, les había servido para dos cosas:
Demostrarles que el mundo es cruel.
No importaba cuanto se esforzara la humanidad para sobrevivir de los titanes, los titanes siempre iban a ganar.
.
.
.
Continuara…
¡Hola!
Como verán, si me anime a escribir un fanfic de Attack on Titan mezclado con la leyenda de Korra. Antes que nada quiero aclararles que va a ver cambios muy drásticos en la historia original (Attack on Titan) porque no quiero que sea una copia tal cual, quiero que sea una historia diferente, con la misma trama pero con los sentimientos de los personajes de la leyenda de Korra.
Quizás sea algo confuso por el momento, pero conforme avance la historia, todo irá teniendo más sentido.
Para los que ya vieron la serie, pensaran que hay varias cosas cambiadas, pero ese es el chiste, que sea algo original. Ahora, no lo puse en la categoría de crossover por qué no incluyo a los personajes de las dos series, solamente tomo a los personajes de una y el trama de la otra.
Lamento si fue muy largo el capitulo, pero el prologo quita espacio y sinceramente no quise cortarlo.
Espero les guste y me ayuden con un review, en verdad que eso me ayudaría mucho y me haría muy feliz.
Pd. Espero ser lo más clara posible, si no es así, por favor díganmelo.
Besos y abrazos.
Atte. Isabella.
