Disclaimer: Soul Eater no me pertenece, es de Atsushi Okubo.

Nota: Universo alternativo.


Mí música, sólo para ti.

Escuchaba atentamente el sonido que producían los dedos del albino al tocar las teclas del piano. Era un sonido hermoso que la envolvía en un universo diferente casi angelical. Sentía que las tonadas del piano le traspasaban la mente y cuerpo, llegaban a su alma. Sólo había una palabra que definía lo que sentía: Amor.

Se levanto del pequeño banco de madera. Oía los aplausos dirigidos al pianista e instantáneamente ella dio un pequeño aplauso, inaudible para los demás pero no para él.

Volteó a verla y sonrió, al final aquella chica cumplió su promesa. Recordó las palabras que le dijo la noche anterior:

— Mañana iré a escuchar tu concierto. Lo prometo.

Y así como lo prometió lo hizo.

Se acercó a ella y con una sonrisa le dijo:

— La siguiente canción, te la dedicare a ti Chrona.

La muchacha se ruborizó.

— S-será un honor que, me dediques una can-canción.

Se despidieron con un beso en la mejilla.

El albino subió al escenario y se sentó junto al piano blanco. Se tronó los huesos de los dedos, se subió hasta los codos las mangas de su traje y comenzó a tocar, primero lo hizo de una manera suave y relajante, después de una más fuerte y tosca y finalizó con una tonada lenta y dulce. Se acercó al micrófono.

— Gracias por estar presentes esta noche —parpadeó—. La canción que acabo de tocar fue dedicada a una hermosa dama. Espero que la hayan disfrutado.

Cerró los ojos y al instante escuchó los aplausos del público. Volvió a bajar del escenario y se acercó a la peli rosa.

— Gracias por dedicarme tu hermosa música —le agradeció y sonrió.

— No tienes por que agradecérmelo —dijo—. Mí música, es sólo para ti.

Chrona sonrió y un leve color rosado apareció en sus mejillas.

Soul se acercó lentamente al rostro de la chica. Los dos sentían la respiración del otro en sus caras y de pronto inesperadamente para Chrona, los labios del albino estaban sobre los suyos.

Yo, siempre tuyo.