Nota de autora 03/07/17: ¡Hola! He decidido ponerme al día por completo con todas las historias que tenía abandonadas y ésta es una de ellas. Actualizaré de manera intermitente.
Y bueno, pues nada, gracias por leer :D
Nota de autora original: ¡Hola! Esto es de gente irresponsable pero no he podido evitarlo. Este fic he de decir que es de los primeros que escribí, estructuré, adoré y también es de los fics que jamás me atreví a subir. Este capítulo es casi original, le he hecho varios cambios (guiones, algunas frases y el final), pero de resto es tal cual lo escribí.
Realmente espero que os guste y solo una cosa más y que os volveré a decir abajo: SOLO SE ACTUALIZARÁ UNA VEZ AL MES.
¿Por qué? Porque tengo otras historias y esta estará en un "segundo plano" :)
Disclaimer: Todo lo de Harry Potter es de JotaKá.
-Dandelion-
Capítulo 1: Coming back home.
1 de septiembre de 1998.
La guerra nos afecta a todos de diferentes maneras.
Algunos se llenan de coraje, odio y ganas de vengarse. Todo se ve dominado por la furia que guardan en su interior, como un torbellino de fuego.
Otros se hunden en el dolor y se aíslan. Buscan una manera de olvidarlo todo o simplemente se pasan la vida recordándolo, por mucho daño que esto les haga.
Y luego hay personas que simplemente parecen estar vacías, no lloran, no se hunden en el dolor, no se llenan de coraje, no quieren vengarse. Se convierten en muertos en vida.
Hermione, Harry, Ginny, Ron... Muchas eran las personas que llevaban meses concienciándose (o intentándolo) de que pasaría cuando volviesen a Hogwarts tras la guerra, pero ahora que el momento llegaba un temor les embargaba y un sentimiento de ansiedad se instauraba en ellos; ahogándolos.
Los recuerdos de la sangre, la muerte, las cenizas, la destrucción, era todo lo que podían recordar al pensar en Hogwarts. Lejos habían quedado los días aquellos de risas y fiestas dónde la guerra solo era un clamor lejano, el eco de una voz que gritaba al viento.
—¿Estáis preparados? —preguntó Hermione a sus amigos.
El sonido del tren con rumbo a Hogwarts resonando en el casi vacío andén.
—No —respondió Harry, los demás afirmando lo mismo con la cabeza.
—Yo tampoco —murmuró.
Cinco minutos después el tren partía rumbo al colegio aunque, por alguna razón, el viaje resultaba más abrumador que nunca.
— Quiero daros la bienvenida a Hogwarts un año más. Acabamos de salir de un período de oscuridad, un tiempo donde nos hemos visto afectados y hemos perdido a seres queridos. Pero estamos aquí una vez más, dispuestos a seguir con nuestras vidas, enseñándole a aquellos que buscaron nuestra destrucción que somos más fuertes que nunca y que aquellos que cayeron siempre serán recordados.
Tras el discurso de McGonagall todos aplaudieron y la ceremonia de selección comenzó. Para sorpresa de todos había muchos niños y el comedor estaba hasta sus topes, las mesas llenas de alumnos que venían a terminar o a continuar sus estudios.
—¿Os habéis fijado? —preguntó Ginny a sus amigos y hermano.
—¿En qué? —cuestionó Harry.
—En la mesa de Slytherin, la zona donde siempre estaban Malfoy y sus amigos está vacía. Hay un hueco entre las serpientes.
La vista de los leones se clavó en el lugar que Ginny había mencionado, observando sorprendidos que lo dicho por la pelirroja era cierto.
—Hablando de Malfoy y sus amigos, ¿alguien los ha visto? —preguntó Neville.
El grupo se miró entre ellos.
—No los hemos visto desde la Batalla Final —murmuró Ron.
Un denso silencio se instauró entre ellos.
—¿No sobrevivieron? —preguntó Hermione.
Pero antes de que ninguno pudiese contestar la habitación volvió a llenarse a aplausos, dando final a la parte de selección.
—Es increíble —susurró Lavender.
—¿Qué pasó? —preguntó Ginny.
— De cincuenta y dos niños, veintisiete han sido mandados a Slytherin. ¡Veintisiete! Jamás han superado los diez alumnos y ahora son más de la mitad los que van a las mazmorras.
—La guerra desarrolla el instinto de supervivencia —murmuró Hermione—. Eso siempre ha sido algo característico de los Slytherin.
—¿Y mancharse las manos de sangre también? —cuestionó Ron con brusquedad.
—No, Ron. Eso jamás se puede saber.
La cena comenzó y las conversaciones comenzaron a llenarlo todo. Harry, Ginny, Hermione, Neville y Ron habían comenzado a comer lo que colocaron en su plato justo en el momento en el que la puerta del Gran Comedor se abrió.
Seis personas con las ropas de Slytherin se adentraron en el lugar. Todos los ojos clavados en aquellos que acababan de adentrarse en la habitación, interrumpiendo el ambiente.
Draco Malfoy, las hermanas Greengrass, Pansy Parkinson, Blaise Zabini y Theodore Nott ni siquiera miraron a la profesora McGonagall cuando esta les dio la bienvenida. Como si fueran una pelota fueron hasta su mesa sentándose justo en la zona donde nadie más estaba, la parte final de la mesa, alejada de los demás.
Poco a poco el ambiente se recuperó y rápidamente todos se encontraban conversando tranquilamente.
—Chicos —murmuró Lavender.
—¿Sí?
—¿Soy la única a la que se le ha quitado el apetito con la llegada de ellos?
—No, Lav. No eres la única —dijo Hermione.
La comida que había en los platos del grupo de leones se mantuvo intacta mientras que sus ojos se quedaban clavados en los Slytherin. Cuando por un instante los ojos violetas de Pansy Parkinson se encontraron con los de Hermione ella sintió que perdía todo el aire y una sensación de frialdad se instauró en todo su cuerpo.
Tenía frío.
Mucho frío.
¡Y ya está! ¿Qué os ha parecido? ¿Bien? ¿Mal? ¿Increíble? ¿Fatal? ¿Not bad?
Todo lo que queráis opinar sobre el fic puede ir en los comentarios o en un mensaje privado, como queráis. Espero que os haya gustado y que os queráis sumar a este nuevo fic. Recordar que solo lo actualizaré una vez por mes exceptuando en momentos especiales o cosas así.
¿Alguna idea de lo que puede pasar en el fic? ¿Alguna sugerencia?
Con amor,
AliciaBlackM.
PD: ¡REVIEWS y GO!
