Los personajes aquí narrados no me pertenecen. Son propiedad de la escritora L.J Smith y del canal CW.

Mystic Falls, 16 de Noviembre de 1998

- Esta despejado Capitán.- Dijo uno de los hombres uniformados, saliendo de la casa destrozada a causa de la balacera.

- Sobrevivientes? - Los apenados ojos claros del capitán se posaron sobre el agente.

- Me temo que no Señor- dijo el agente.

Tras lo cual por la puerta delantera de la casa, salió un joven de no más de 18 años, también uniformado y con una niña castaña en brazos.

El Capitán corrió hacia él.

-Elena?- dijo con lagrimas en los ojos.- Elena cariño soy el tío Rick me recuerdas?- dijo tratando de que la niña voltee a verlo. Pero esta tenía su pequeña carita enterrada en el cuello del agente que la cargaba.

-Creo que esta en shock, lo presenció todo desde su escondite.- dijo el muchacho.

-Donde la encontraste Damon?- dijo Alaric preocupado.

-Estaba encerrada dentro del armario de la sala, creo que su padre alcanzó a esconderla ahí antes de que todo pasara, llegué a ella justo antes de que la encontrara uno de esos malnacidos- dijo el chico echando chispas por sus ojos azules.

-Que haremos con ella Capitán?, servicios sociales vendrá a buscarla seguramente.- dijo el primer agente que había salido de la casa.

-Lo sé, pero no lo permitiré, Grayson era como mi hermano, la llevare conmigo, ya ah tenido suficiente como para acabar en un orfanato, llévenla a mi coche, se irá conmigo a casa.- Dijo Rick muy serio.

-Será eso posible?.- dijo Damon con una mirada interrogativa.

-Pues con mi rango no me negaran la tutela estoy seguro, anda Damon vamos a casa.- Se giró y dio unas cuantas ordenes a su gente para que acabaran bien su trabajo allí y se dirigió a su auto.

Se sentó al volante y observo por el retrovisor como Damon se sentaba allí con la niña que aún no se desprendía de su agarre. Dio un fuerte suspiro, y miro al cielo con pena, tragó el nudo que tenía en su garganta y partió de aquel trágico lugar.

Más tarde y ya en su casa, Rick estaba sentado en su despacho con un vaso de whisky en su mano, se acerco a la vitrina donde se lucían sus medallas, condecoraciones y algunas fotografías de momentos importantes de su vida, entre ellas, una foto suya y de su amigo del alma cuando se graduaron de la universidad, ambos se notaban muy jóvenes y sonrientes.

-Descuida colega, no quedara así. Y no te preocupes por ella, la cuidare como si fuera mía.- Dijo mientras le rodaba una lagrima por la mejilla.