Me encontraba corriendo a toda velocidad, en un lugar donde jamás había estado pero, sentía como mi corazón me guiaba hacia donde sea que debiera ir, se aceleraba con cada paso que daba, como si me estuviera acercando a mi objetivo.

Fui disminuyendo la velocidad hasta que llegué a un hermoso claro iluminado por la luna llena, escuché un ruido tras mi espalda, me giré, pero lo que vi me sorprendió, era... ¿Un hombre?...no, era uno de esos seres que se llamaban pokemón. Extrañamente no estaba asustada, al contrario, mi corazón latía sereno y tranquilo, pero comenzó a aumentar sus latidos a medida que ese pokemón se acercaba, sentí mi rostro arder y para mi sorpresa, él ya estaba enfrente de mi

—Al fin te encontré— dijo con su cálida voz

—¿Quién eres tú?— pregunté mientras lo miraba fijamente a los ojos, el sonrió tiernamente

—Tu ya me conoces— dijo mientras acariciaba mi mejilla sonrosada

—No...no te reconozco...— respondí entregándome de lleno a la sensación

—Tu corazón me reconoce, tu cuerpo me reconoce y tú me reconoces—

Sin previo aviso tomó mi rostro entre sus manos y me dio un tierno beso...

Me desperté de golpe sintiendo como mi corazón latía fuertemente aturdiéndome los oídos —¿Pero qué demonios fue eso?, ¿fue un sueño?, no importa sea lo que sea no sucedió—

Me dije a mi misma para tratar de relajarme, la verdad estaba sorprendida por lo que había soñado, era la primera vez que soñaba con un pokemón y...era la primera vez que soñaba...un beso...jamás en mi vida había sido besada por lo que supongo, era lógico que alguna vez tendría que soñar con eso pero...era raro que lo soñara con un pokemón que en mi vida había visto.

Sacudí mi cabeza para espantar esos pensamientos de mi mente, era mejor que los dejara de lado, me estiré un poco y luego bajé de la rama donde estaba dormida

—Que mal sueño— me dije a mi misma mientras comenzaba a caminar

—¿Eso es lo que crees? calu calu— dijo una voz a mis espaldas

—¿Calulumon?— me giré viendo como ella volaba directo hacia mi aterrizando en mis brazos cruzados

—¿De qué trataba tu sueño? calu calu— preguntó inocentemente

—De nada importante— respondí cortante, no quería recordar lo que había soñado

—Si estas así dudo que no haya sido importante calu— dijo poniéndose una mano encima de su boca

—Es... es algo complicado— dije simplemente

—¿Me lo podrías contar? calu— insistió

—Esta bien pero no le digas a nadie— dije para luego sentarme en el pasto y comenzar mi relato—... y al final el... el me beso— dije sonrojada

—¡Que romántico! calu clau— chilló emocionada

—No sé qué significa— admití

—Tal vez se trate de tu alma gemela calu calu— dijo emocionada

—¿Mi alma gemela?— pregunté sin entender a que se refería

—Si, ella fue hecha especialmente para tí calu calu— respondió con una sonrisa

—¿Para mí?— pregunté confundida

—Si quieres saber más pregúntale a tu tamer calu— sentenció para luego escapar de mis brazos y salir volando

—¡Oye espera!— dije tratando de detenerla pero fue inútil, ya se había ido—pero ¿qué es eso de alma gemela?, será mejor que le pregunte a Rika— dije para luego comenzar a correr hacia la casa de ella. Al llegar a la casa de Rika fui directamente a su habitación donde ella se encontraba despierta

—Rika— susurré

—¿Renamon?— preguntó confusa para luego verme e invitarme a entrar a su habitación

—Necesito hablarte de algo— dije seria

—¿Qué sucede?— preguntó interesada

—¿Sabes que es un alma gemela?—

—¿Alma gemela?— preguntó mientras adoptaba una pose pensativa

—¿Sabes algo?— pregunté esperanzada

—Creo que te refieres al hilo rojo— dijo mirándome a los ojos

—¿Hilo rojo?—

—Si, se dice que todos los seres predestinados tienen un hilo rojo atado al dedo meñique, el hilo puede enredarse, tensarse pero jamás romperse, ya que siempre por asares del destino los seres predestinados se llegan a encontrar—

—¿Seres predestinados?, ¿hilo rojo?— eso significaba que el pokemón de mi sueño era mi otra mitad

—Si, pero ¿porque lo preguntas?— dijo sacándome de mis pensamientos

—No por nada, será mejor que ya me vaya adiós— dije huyendo literalmente del lugar

—Esta bien adiós— dijo extrañada

Salí de ahí y me dirigí hacia el parque, me senté en la rama alta de un árbol y comencé a pensar en todo lo que me habían dicho Rika y Calulumon

—¿Será acaso que yo tengo una persona predestinada?— pregunté al viento

—Pobresita se hace ilusiones de que es especial para alguien— dijo esa voz que de inmediato reconocí

—Que es lo quieres Impmon— dije mientras veía como él se posaba en los pies del árbol donde yo estaba

—Quitarte esos sueños tontos de la cabeza ¡toma esto!— dijo mientras lanzaba una flama hacia donde yo estaba, salté esquivando su ataque y colocándome en el suelo a una distancia prudente de Impmon

—¿Eso es todo lo que tienes?, ¡Koyotetsu!— lo ataque con mis diamantes

Impmon esquivó a duras penas mi ataque y me contraatacó con su fuego pero yo lo esquivé haciendo que su ataque fuera a dar directo en un árbol abriendo un extraño portal

—¿Pero qué?...— veía el portal sin poder creerlo, sentía una fuerza magnética que me atraía al portal así que caminé hasta él y lo toqué con una mano mientras veía como esta desaparecía y al mismo tiempo me absorbía.

En vez de luchar simplemente me dejé llevar y de la nada aparecí en un hermoso lugar, todo era pasto verde y abundante, por alguna extraña razón me sentía feliz.

Un movimiento a mis espaldas me hizo girar para enfrentarme a lo que sea que hubiera ahí pero lo que vi me dejó totalmente en shock

—¿Quién eres tú?...— preguntó ese no tan extraño ser frente a mi

—Tu... tu eres el de mi sueño— dije sorprendida

—¿Qué?— preguntó confundido

—Si tú eres el pokémon de mi sueño— dije más convencida a cada momento que lo veía

—Preferiría que me llames Lucario— dijo cruzándose de brazos

—Lucario— susurré su nombre

—Y se podría saber cuál es tu nombre—

—Re... renamon— dije nerviosa, me sentía extraña, el ver a Lucario hacía que mi corazón latiera desesperadamente por él, y vaya que era mucho mejor esta realidad que la de mi sueño—pero dime ¿en dónde estamos?— dije desviando mi mirada mientras miraba ese bello lugar

—No lo sé, yo llegué aquí por medio de un portal— dijo

—Yo también pero... ¿Porque nosotros?— pregunté mientras ambos nos veíamos a los ojos

—Porque yo te mande traer— dijo una extraña voz

—¿Quién eres?— dije poniéndome a la defensiva

—¡Da la cara!— dijo Lucario mientras tomaba posición de ataque

—¿Un Lucario?, ¡qué estás haciendo aquí!— dijo de nuevo esa voz oculta en algún lugar de ese bello paisaje

—No se supone que tú nos trajiste aquí— dijo retador Lucario

—Yo hablaba de ella— dijo de nuevo esa voz

—¿De mí?— pregunté sorprendida

—Si, por que tú eres la criatura más bella en todo el mundo, te he estado observando durante algún tiempo y no cabe duda que tu eres la hembra destinada para mi— sentenció

—¿Disculpa?, yo no soy la hembra de nadie—

—Claro que si, eres la hembra predestinada para mi— respondió

—¡Deja de decir eso!— gritó Lucario

—Creo que tendré que aniquilarte para quedarme con ella, ¡Toma esto!— gritó ese ser extraño oculto entre las sombras mientras una especie de llamarada oscura se dirigía directamente a Lucario, él la esquivó y contraatacó con una especie de bola blanca que se dirigió a un punto desconocido.

Yo solo miraba de un lado hacia otro sin saber que hacer, Lucario luchaba contra un enemigo que ni siquiera veía. Pero de pronto, de un movimiento rápido Lucario saltó a la nada y se escuchó un ligero gemido

—Te tengo— dijo Lucario mientras retornaba de nuevo al suelo junto ese sujeto—¿cuál es tu nombre?— preguntó

—Shadow y ahora sabrás porque—sin saber cómo ni cuándo Shadow se desvaneció de nuestra vista—eres fuerte, pero no lo suficiente como para derrotarme, tú no sabes dónde estoy— dijo burlón, Lucario sonrió arrogante

—¿Eso es lo qué crees?, yo sé dónde estás todo el tiempo—

—¡¿Cómo?!— gritó alterado

—Yo sé dónde exactamente te encuentras en estos momentos—

—¡Demuéstramelo!— demandó

Veía a Lucario asombrada, ¿cómo era posible que supiera la posición de su enemigo a cada momento?, de pronto Lucario cerró sus ojos, parecía estar concentrándose para algo pero...

—¡Cuidado Renamon!—

—Hmm...—

No lo vi venir, Shadow por fin había salido de la oscuridad, se parecía mucho a Lucario a excepción del color de sus pieles. Shadow era de color negro, rojo y amarillo.

Lucario se acercó a nosotros con claras intenciones de atacar a Shadow por su cuenta, vi como Shadow lanzaba una nueva llamarada hacia Lucario, yo me interpuse en el camino de la llamarada para recibir el ataque, pero en el último segundo, Lucario se colocó frente a mi recibiendo el ataque de lleno

—¡Lucario!— grité mientras él se desvanecía dejándose caer pesadamente, sentí como una parte de mi corazón moría lentamente al verlo tendido e inerte en el suelo

—Eso te pasa por meterte con mi hembra— dijo con una risa burlona

Trató de tomarme por la fuerza pero lo ataqué con mi Koyotetsu, Shadow recibió el ataque directamente y huyó herido, me senté colocando la cabeza de Lucario en mis piernas

—¡Lucario!, ¡Lucario! contéstame— dije tomando su mano, estaba al borde del llanto

—No te... preocupes por mí ...estaré bien— dijo mientras afianzaba el apretón de manos, su voz me reconfortó pero eso no me quito de la cabeza que estaba herido

—Debo buscar un lugar para pasar la noche— dije mientras comenzaba a buscar un lugar, una cueva, una choza, algo que nos sirviera de refugio por esta noche

—No quiero ser una ...carga, ayúdame a... levantarme— dijo mientras pasaba uno de sus brazos encima de mis hombros, le di un pequeño impulso y luego ya estábamos los dos de pié

—Debemos buscar un refugio—

—Yo me encargo—vi como Lucario con su mano extendida hacía el vacío cerro sus ojos y se concentró en buscar algo —adelante, hay una cabaña— dijo mientras con su mano señalaba un lugar escondido entre la densa naturaleza del lugar

—Bien, vamos—

Con mucho cuidado y con Lucario apoyado en mi, fuimos hacia la cabaña, al llegar vi que en el suelo había unas cuantas mantas, dejé a Lucario apoyado en la puerta y rápidamente improvisé una cama con las mantas, volví con Lucario y con cuidado lo guié hasta la cama donde él se recostó

—Quédate aquí buscaré algo de leña para hacer una fogata—

—No te demores—