Hola otra vez! Aquí va la segunda historia, es un Ron/Hermione pero con un ingrediente un poco extraño.
Esta es una historia paralela, que se desarrolla en sexto curso, unas pocas semanas después de haber entrado a la escuela. El pasado es el mismo, lo que puede cambiar son algunos sucesos del sexto libro (aunque es al principio). Todos los enunciados y frases en cursiva son pensamientos, los que están en negritas pertenecen a Hermione y los que están en cursiva simple son de Ron… espero no confundir mucho así, pero es que me agrada que se pueda leer lo que los personajes piensan en el momento.
Ya sólo espero que lo disfruten, y que dejen muchos reviews XD!
DISCLAIMER: Harry Potter es propiedad de JK Rowling.
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I. Sólo soy su amiga.
La sala común se había ido vaciando lentamente, y cerca de la medianoche sólo quedaban cuatro amigos muy cercanos: Hermione y Ginny estaban sentadas en cómodas butacas junto al fuego, actualizándose la información que tenían atrasada (pues al parecer nunca terminaban de contarse sus cosas), mientras Harry y Ron jugaban al ajedrez mágico en una interesante partida que ya había durado más de una hora, y que el pelirrojo seguro acabaría por ganar.
-¡Ajuuum! –Ginny bostezó estirándose lo más que pudo, cansada-. Ya me voy a la cama, Hermione, nos vemos en la mañana.
-Hasta mañana, Ginny, descansas.
-Hasta mañana chicos.
Al ver que no se habían ni enterado que se iba a acostar por lo emocionados que estaban con el partido (¡Harry tenía posibilidades de ganar! Era casi como el fin del mundo), Ginny puso los ojos en blanco y se marchó a su habitación, suspirando y pensando para sí misma "Hombres, al fin y al cabo".
Y era verdad que estaban muy concentrados, tanto que no notaban cómo Hermione miraba insistentemente a Ron, sin parpadear siquiera y con el ceño levemente fruncido. Pero como el aludido ni siquiera se enteró, ella se resignó a que terminara el juego. Pasado un rato, se acabó sin novedades: Ron venció a Harry por milésima vez y con un peón. Los chicos se levantaron de sus asientos y recogieron el tablero junto con las piezas, comentando entusiasmados sus jugadas, cuando Hermione les llamó la atención.
-¡Ron! ¿Puedo hablar un momento contigo? –su voz se escuchaba un poco desesperada.
-Claro, te escucho Herms –respondió el pelirrojo y siguió recogiendo, pero como ella no respondía, volteó a verla, al tiempo que Harry-. ¿Qué sucede, Hermione?
-Es que… quiero hablar contigo A SOLAS –se veía nerviosa y no lo miraba a los ojos-. ¿Sí nos disculpas, Harry?
Sonriéndole con complicidad a su amigo, Harry les deseó buenas noches y subió a los dormitorios de los chicos, esperando que por fin esa plática terminara en algo concreto (y alegrándose también de que no la iniciaran enfrente de él).
Ron se puso alerta de inmediato, era extraño que Hermione quisiera hablar a solas con él… sintió cómo sus mejillas se iban coloreando (cosa que le desagradaba mucho de su físico) y se sentó junto a la chica, en la butaca que hacía poco había ocupado Ginny.
-¿Qué sucede, Hermione?
-Ron… es que… hay algo que quiero decirte…–Hermione se sentía demasiado nerviosa, bajó la cabeza y empezó a jugar con la manga de su túnica
me da mucha pena decírselo, pero tampoco puedo estar más tiempo sin hacerlo…
con los dedos-. Espero que no me lo tomes a mal…
-¿Sí? –Ron puso cara de interés, acercándose un poco más a su amiga.
-Hay una persona que me gusta mucho, ¿sabes? –al terminar la pregunta, Hermione se ruborizó hasta la coronilla.
-¿Y se lo has dicho antes, Hermione? –Ron estaba al borde del infarto, más rojo que un tomate
¿qué me quiere decir con toda esta plática?
y no estaba seguro de lo que ella respondería a su pregunta-: ¿Quién es, Hermione?
-Es una persona muy especial para mí… -la chica pasó saliva con dificultad, y se mordió el labio inferior-. La conozco desde hace cinco años, tiene el cabello rojo y muchas pecas…
¿Por qué se lo estoy diciendo? ¿Qué gano con todo esto…? Ya qué más da, que lo sepa y nos libramos
-. Ron, tu me…
El corazón de Ron quería salirse por su boca: ¡¿Hermione se le estaba declarando! Era mucho más de lo que él esperaba, a decir verdad, era DEMASIADO para su mente,
¡todos los años desde que la conozco he esperado escuchar esto,
pero también era lo que más había deseado… Lentamente y armándose de valor, se fue acercando a ella para besarla, no iba a dejar que toda la responsabilidad de este momento (¡La confesión!) recayera en Hermione, la besaría antes de que ella terminara. Ya podía ver sus suaves mejillas, sus deliciosos labios… Cerró los ojos y se preparó lo mejor que pudo, considerando que nunca había besado antes (qué patética es mi vida).
-…tu me… ¿me podrías ayudar con Ginny? –terminó la castaña con timidez, levantando la cabeza y sobresaltándose ligeramente por la proximidad de Ron.
Ron se detuvo a unos centímetros del rostro de Hermione, y abrió sorprendido los ojos.
¿ayudar con Ginny? ¿Qué tiene que ver mi hermana con Hermione y conmigo?
No estaba entendiendo nada. Se echó hacia atrás para ver mejor a Hermione, que tenía los ojos como platos y lo miraba con sorpresa.
-La persona de la que te estoy hablando es Ginny, Ron.
Ron casi se cae de la butaca al escuchar esa confesión. No era precisamente la que él tenía en mente.
-¿Cómo que te gusta mi hermana? –preguntó al acomodarse otra vez en la butaca, apretando con fuerza los reposabrazos del asiento.
¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿Y yo, en donde quedo?
El pelirrojo tenía el ceño fruncido, y la miraba inquisitivamente.
-Yo también me sorprendí mucho cuando lo descubrí. No es nada fácil… ella ha sido mi amiga por años, y no hace mucho me di cuenta de que siento algo más que cariño y amistad por ella.
¿por qué Ron me mira así? De acuerdo, no debe ser muy normal que te pidan ayuda para conquistar a tu hermana, pero él ya se está pasando…
Continuó hablando, sin prestar atención a que Ron en vez de rojo estaba cambiando a verde, y a que abría la boca sin decir nada-. Entonces, ¿qué dices?
-¿De qué? –a duras penas podía seguir el hilo de la conversación, de tan asombrado que estaba.
-¡De si vas a ayudarme o no con Ginny!
-¡Por supuesto que no! –estalló su amigo-. ¿Qué te está pasando, por Merlín? Nunca me habías dicho que eras lesbiana… ¿qué te hace cambiar ahora de opinión?
Es una pesadilla, seguramente en cualquier momento voy a despertar y a reírme de mi subconsciente… ¡no puede ser lesbiana!
-No soy lesbiana, Ron… o no lo sé. Sólo sé que la persona que me gusta es ella –bajó la cabeza, un poco avergonzada.
Ron la observó un momento. No podía verla así, triste. Vacilante, puso su mano sobre la de ella
se siente tan bien… tan suave y pequeña… debe haber una confusión, pero mientras se aclara no quiero verla triste…
y le dijo en voz baja:
-Tranquila, Hermione, no quise decirlo de esa manera… Es simplemente que nunca pensé algo así, me tomaste por sorpresa. No te pongas así.
¿por qué me siento extraña (nerviosa) al sentir su mano sobre la mía? Él es, con Harry, mi mejor amigo…
-Gracias, Ron. Estoy demasiado confundida, ¿podríamos hablar mañana de todo esto, por favor? –dicho esto se levantó, sin separar su mano de la de Ron.
-Claro, Herms –el pelirrojo apretó ligeramente su mano como despedida, después la soltó
claro que estoy haciendo lo correcto, además no hay por qué negarlo, yo la quiero y haría lo que fuera por ella
y, sonriendo, le deseó buenas noches.
La siguió con la mirada mientras se iba a su habitación, preguntándose qué rayos estaba pasando.
