Hola a todos!
Otra de mis traducciones n.n Y, de nuevo, NejiHina (yeahhhh!)
La autora original es Uchiha Yumi y el título, Some things you can never change. Está traducido de manera bastante literal, aunque hubo algunas palabras en que tuve que tomarme unas licencias para que quedaran más naturales en la lengua de Cervantes. No obstante, el buen estilo de la autora ha facilitado mucho las cosas :-) No es más que un drabble, pero espero que lo disfrutéis tanto como yo.
Y recordad que...
La letra itálica es narración normal
-La letra itálica precedida de guión es diálogo
La letra cursivasencilla sirve para resaltar
"La letra cursiva entre comillas son pensamientos"
Disclaimer: Naruto no nos pertenece ni a mí ni a la autora de la versión original de este fic
ALGUNAS COSAS NO SE PUEDEN CAMBIAR
El atardecer iluminaba la estancia, lanzando a las altas paredes algunas manchas de luz blanca.
El silencio era tan profundo y asombroso que estaba segura de que si su respiración no hubiese sido tan intensa y fatigada, podría ser capaz de escuchar los latidos de su propio corazón.
Hinata echó un vistazo a sus manos: pequeños, finísimos hilillos de sangre recorrían sus delgados dedos, goteando lentamente en el suelo de madera.
Probablemente tuviera un par de dedos rotos, pero tenía la sensación de que no podía parar.
No tenía que parar.
Volvió a golpear la pared, rítmicamente.
Cada golpe le arrancaba un quejido, un suave y doloroso lamento.
Pero no le importaba; cada agudo dolor en sus manos ensangrentadas aguijoneaba su carne, cada suspiro que escapaba de sus labios le recordaba lo duramente que debía intentarlo.
No tenía que rendirse
"La familia Hyuuga no necesita a alguien como tú. ¡Alguien que ni siquiera es capaz de competir con su hermana pequeña!" Eso fue lo que su padre le dijo cuando no era más que una niña.
Y eso era lo que seguía repitiendo. Todos y cada uno de los días de su vida.
Su cuerpo no soportó semejante esfuerzo. De repente, cayó al suelo, con sus hinchadas y deformadas manos inclinándose sobre la madera.
Cerró los ojos.
Cada respiración se había convertido ahora en algo doloroso.
Se mantuvo así por un momento, yaciendo en el invernal suelo de madera como una prenda vieja y rota, contemplando el ritmo irregular de los latidos de su propio corazón y los cortos y dolorosos suspiros que escapaban de sus labios separados.
-Hinata-sama.
Ella se giró abruptamente, abriendo los ojos con rapidez.
Una figura alta, con el cabello largo y castaño, estaba de pie a su lado.
-Neji nii-san –susurró ella débilmente.
Luchó por reunir los pocas y últimos indicios de sus esforzadas energías y se puso en pie, intentando sujetarse a la pared, la misma que antes había manchado con su propia sangre.
Se dio cuenta de que Neji miraba fijamente las manos de ella.
Hinata se ruborizó y las escondió tras su espalda, bajando la cabeza.
-No puedes cambiar tu destino, Hinata-sama.
Las cosas sucedieron en un abrir y cerrar de ojos.
Sintió la cálida respiración de él calentando su cuello, y sus tiernos labios posarse en los de ella.
Un beso.
Se derrumbó de nuevo sobre sus rodillas.
Hyuuga Hinata no pudo hacer otra cosa más q mirar, impotente, cómo el kimono de color azul claro desaparecía lentamente delante suyo.
Sus pálidos ojos estaban ahora oscurecidos por las lágrimas.
OWARI
