Disclaimer: A excepción de los OC, los personajes pertenecen a SEGA, o posiblemente a Archie. La cosa es que no son míos, solo los uso para complacer a mi imaginación uwu.


Princesa guerrera

Capítulo 1: Tu llegada.

Tomó una última flor, esta vez color rosa, el color favorito de ella, y lo agregó al hermoso ramo que estaba formando.

– Creo que así está perfecto –sonrió el erizo azul.

Ahora venía la parte más difícil: Enfrentarse a ella. ¿Cómo podría decirle a Amy Rose, la eriza que comenzaba a gustarle, que quería invitarla a una cita? ¿Él, Sonic the Hedgehog, quien tantas veces la rechazó por querer mantenerla segura y, aún más importante, para conservar su libertad?

Posiblemente ella piense que se trate de una broma de mal gusto, o tal vez se quede sorprendida, incluso Sonic se la imaginó aceptando sin ninguna duda, después de todo, ha sido el sueño de Amy por años. Sueño que apenas hoy el héroe de Mobius estaba dispuesto a cumplir.

¿Por qué?

Tal vez maduró; ya siendo mayor de edad, se ha dado cuenta de que se puede ser libre compartiendo la vida con alguien. Tal vez sea el hecho de que Eggman ha estado inactivo en el último año, provocando que el Team Sonic pase más tiempo junto sin la necesidad de que sus vidas corran peligro. Fueron unos buenos meses donde ambos erizos pudieron conocerse mejor. Tal vez, simplemente, ambas cosas juntas fueron el complemento perfecto.

Claramente ella también había madurado bastante. Esos últimos meses conviviendo con Sonic le hicieron perder esa manera obsesiva de verlo, pues ya no era el chico inalcanzable que huía de ella. Por fin pudo verlo como un amigo de verdad, no como un simple héroe que la salvará porque es su deber, y eso le calmó las aguas a la eriza. Y claramente, esa nueva actitud le agradó mucho a Sonic.

Tanto que los sentimientos comenzaron a florecer.

¡Y mira nada más a lo que ha llegado! ¡Está a punto de pedirle una cita! Y quien sabe… Si sale todo bien, tal vez le pregunte si puedan formalizar una relación.

– No te adelantes a los hechos –se dijo a sí mismo al estar pensando ya en un posible noviazgo–. Primero hay que ver si quiere salir… ¡Y sobre todo, debo saber cómo se lo pediré!

Claramente eso es algo que no hacía hace años. Ni siquiera recordaba cómo hablar con una chica en ese plan cursi.

Pero si hay alguien que se merecía una invitación como corresponde, esa era Amy.

Salió corriendo de aquel parque florido con una velocidad moderada, ya que no quería estropear con el viento el tan perfecto ramo que había preparado. Llegó a la casa del Team Sonic, casa en la cual Tails, Cream, Cheese, Knuckles, Rouge, Vanilla, Amy y él han estado viviendo juntos en los últimos años como una familia. Aún recuerda el día en que Rouge aceptó la oferta de unirse al equipo, y a pesar de ser aún una avariciosa amante de las joyas (y a veces ladrona), ha sido un pilar fundamental en las batallas.

Escondió el ramo dentro de un arbusto del jardín, tratando de no estropearlo. Primero debía encontrar a Amy para traerla aquí, ¡y claramente no estaba dispuesto a pasearse buscándola con flores en la mano para que todos le anden preguntando para quiénes son! Si hay algo que en ese momento necesitaba, es no ser molestado para no echar abajo las ganas de pedir esa cita. Estaba tan nervioso, que cualquier cosa podría hacer que se arrepintiera en el último segundo.

Se introdujo a la casa con total calma, o al menos eso intentaba. Al primero que vio fue a su buen amigo Tails, quien parecía estar inventando algo. Lo normal en él.

– Hey, Tails –llamó Sonic y agitó su mano a modo de saludo–. ¿Has visto a Amy? –preguntó precipitado sin siquiera esperar a que su saludo fuera correspondido.

– Hola amigo –dijo el zorro amarillo mientras se levantaba, dejando su invento de lado por un momento–. Recuerdo que salió después del almuerzo… Tal vez fue con Rouge de compras, ya sabes cómo es ella cuando se trata de moda y suele invitar a Amy con frecuencia –ríe leve. En el último año ambas se han hecho buenas amigas–. ¿Por qué? –preguntó por fin, alzando una ceja, aunque tampoco es que no supiera la respuesta. Sonic era su mejor amigo y lo conocía lo suficientemente bien para notar cómo se ha comportado el último tiempo con la eriza rosa.

– A-Ah… Curiosidad –respondió torpemente, a lo cual se regañó internamente –. Tenía que hablar con ella de algo –se corrigió rápidamente.

Tails se encogió de hombros.

– No puedo ayudarte… Tal vez debas salir a buscarla si es que es algo tan urgente lo que deben hablar –y Tails volvió a reír, lo cual no le hizo ni una pizca de gracia a Sonic.

El erizo estaba que no aguantaba más, y la idea de buscarla por la ciudad no era mala, después de todo él podía recorrerla en tiempo record y encontrarla rápidamente.

Como no le pareció mala opción se decidió a hacerlo. Fue corriendo hacia la salida, pero se detuvo bruscamente al ver como la puerta se abría, dando paso a la eriza que estaba dispuesto a buscar. A pesar de haberse frenado, no lo hizo a tiempo para quedar a una distancia prudente de ella.

Ambos se sonrojaron intensamente cuando vieron que sus narices se estaban tocando.

– ¡Amy! –dijo Sonic dando un paso atrás –. N-No te había visto, lo siento.

Genial, ya estaba actuando como un idiota. Una buena manera de empezar.

– Descuida –dijo ella acomodándose unas de sus púas detrás de su oreja–. Los accidentes pasan –desvió la mirada para que su enamorado no notara lo roja que estaba. Después de todo, se había vuelto algo más reservada en cuanto a mostrar sus sentimientos se tratase.

– Hey, ustedes–Rouge hizo notar su presencia al fin, estaba sosteniendo algunas bolsas de una tienda de ropa. Al parecer la suposición de Tails era correcta–. ¿Piensan quedarse en la puerta todo el día, tortolitos? Hay gente que quiere entrar también –y puso su mirada pícara.

Ambos la miraron avergonzados. Se apartaron de la puerta y ella pudo entrar, sin darle mayor importancia a la conversación. Se limitó a saludar a Sonic para luego ir a su habitación.

Y ahí se quedaron ellos.

– ¿Te parece pasear un rato por el jardín? –preguntó él, ya más calmado y con sus mejillas de color normal.

Amy también parecía más tranquila y no pudo invitar sonreír ante la propuesta de su erizo favorito.

– Claro, con mucho gusto –aceptó.

Los dos salieron de la casa y fueron rumbo al jardín. Ya comenzaba a oscurecerse, así que debía hacerlo rápido antes de que se hiciera muy tarde. Por un momento Sonic pensó en tomarle la mano, pero se arrepintió creyendo que tal vez se estaba precipitando demasiado.

Cuando se dio cuenta de que estaban cerca del arbusto donde dejó las flores, se detuvo.

– Dime algo Ames… –habló luego de un rato de silencio. Ella lo miró de reojo–. ¿Recuerdas la primera cita que tuvimos? –soltó una risa nerviosa.

– ¿Eh? –mostró un poco de sorpresa ante esa pregunta–. Pues… Sí lo recuerdo, pero no me atrevería a llamarlo una cita cuando tú ni siquiera pasaste tiempo conmigo –ríe leve con algo de nostalgia–. Siento que solo aceptaste para darme en el gusto, pero que nunca tuviste la intención de asistir, o al menos de convivir conmigo.

–¿Hice eso? –se rascó la barbilla. Realmente sonaba mal cuando ella lo decía de esa forma, pero era la realidad– Lo recordaba menos terrible… Lo siento –reconoció sinceramente.

– Fue hace muchos años, éramos jóvenes y no tenías interés en mí –le interrumpió con una sonrisa, dándole a demostrar que ya no tenía mayor importancia–. Supongo que yo era la que debía dejar de insistir tanto, pero descuida, ya aprendí de mis errores –reconoció con leve pésame–. ¿Por qué sacas ese tema ahora?

Sonic tragó saliva. Tal vez no empezó de la mejor manera esa conversación, pues le hizo recordar a Amy que años atrás las posibilidades de que estuvieran juntos eran casi nulas. Pero ahora las cosas son diferentes.

– Porque lo he pensado… Y creo que es momento de compensar esa cita tan mala, ¿no piensas igual?

Amy alzó una ceja.

– ¿A qué te refieres exactamente?

¿Acaso será lo que estaba pensando? ¿Después de tanto tiempo, por fin él le pediría una cita? No no no, había que tomarse eso con calma. Tal vez se estaba ilusionando en vano.

Sonic se volvió hacia el arbusto para extraer de él el ramo de flores que dejó previamente, y ya tendría tendría lo necesario para hacer su invitación.

Invitación que no se pudo realizar, pues se vio interrumpida.

Un leve temblor hizo que ambos se desestabilizaran, por lo que Amy sujetó el brazo de Sonic por acto reflejo. A pesar de que la eriza solo pensó que fue un susto del momento, su compañero se veía serio. Notó entonces que estaba mirando fijamente el cielo, a lo que ella hizo lo mismo.

Y ahí ambos vieron lo mismo.

Un extraño objeto se veía a lo lejos, al parecer apareció varios metros por sobre el bosque más cercano. Algo te parecía tener forma circular y plana, que irradiaba un brillo casi cegador en contraste con el cielo que ya se había oscurecido.

– ¿Qué es eso? –se apresuró a preguntar Amy, sin soltar por un segundo el brazo de Sonic.

De repente, algo pareció salir de ahí. Sonic trató de agudizar su vista para saber de qué se trataba y no fue difícil. Después de todo, era de un tamaño considerable. Un robot que al parecer tenía cohetes en los pies que le permitían quedarse en el aire sin caer.

– ¿Un portal?... –dedujo en voz alta Sonic para sí mismo.

A Amy se le hizo lógico ese comentario, pero aún era una incógnita para los dos quién o qué había salido de ahí.

Aquel robot no parecía haber llegado a hacer amigos, pues lo primero que hizo fue lanzar varios cohetes hacia distintas direcciones. Hacia el mismo bosque, hacia la ciudad…

Y uno de los cohetes iba directo hacia ellos.

– ¡Cuidado! –gritó Sonic mientras tomaba a Amy en brazos y se alejaba corriendo ahí.

El cohete impactó fuertemente con el jardín del Team Sonic y fuego comenzó a desatarse luego de la fuerte explosión que provocó. Los erizos habían logrado alejarse los metros necesarios para salir ilesos.

Todos dentro de la casa salieron precipitados al escuchar el estruendo.

– ¡¿Qué ha pasado?! –preguntó Knuckles con un notorio enfado, pero su expresión cambió a una de preocupación al ver el fuego en los arbustos de la casa.

Posiblemente el ramo de flores se destruyó, pero esa era la menor preocupación de Sonic en esos momentos. Al levantar nuevamente la mirada, se dio cuenta de que aquel robot ya no estaba, pero el supuesto portal seguía ahí. Escuchó a más de alguno de sus compañeros preguntar qué era eso, pero no hizo mayor caso, solo se quedó ahí, viendo aquel portal con serias sospechas.

Todos se sobresaltaron al ver como otra cosa salía de ahí y caía rápidamente como si de una estrella fugaz se tratase, e inmediatamente el portal se cerró.

– ¡Miren, algo está cayendo! –gritó Cream lo que ya era algo obvio para todos.

Sonic miró de forma seria a sus compañeros.

– Iré a ver de qué se trata –ordenó casi sin opción de réplica–, mientras tanto, ustedes apaguen el fuego de los arbustos antes de que se propague. Nos veremos ahí.

Y corrió a máxima velocidad. Los otros hicieron lo que pidió para que las llamas no llegaran a la casa. Querían terminar pronto y así lograr alcanzarlo. No hacía falta decir que todo el asunto los había puesto en alerta, al igual que a varios otros habitantes de Mobius. Esa invasión de cohetes no pasó desapercibido para nadie.

Ni siquiera para él, quien estaba viendo todo desde el punto más cercano posible.

Shadow observaba atentamente todo lo ocurrido desde el interior del bosque, quien había ido ahí para conseguir algo de paz, pero con lo ocurrido fue todo lo contrario. Pudo ver desde abajo a aquel robot que lanzó esos ataques, y ahora miraba lo que el Team Sonic identificó a simple vista como una "estrella fugaz". Pero no era eso.

– ¿Eso es… alguien? –se dijo Shadow a sí mismo.

Pudo identificar el objeto que estaba cayendo a gran velocidad como un cuerpo de una persona. No sabía si era un humano, un animal o un alien, lo que le preocupaba es que estaba cada vez más cerca del suelo y no parecía tener intenciones de detener su caída.

Caer de semejante altura a esa velocidad provocaría una muerte segura, y Shadow lo sabía, así que corrió para tomar velocidad y dio un salto lo más alto que pudo, superando incluso la altura del árbol más enorme de aquel bosque. Logró tomar al sujeto, pero venía con una rapidez tan grande que no pudo hacer mucho. Le abrazó con fuerza y ambos, luego de unos segundos, impactaron el suelo, siendo el erizo negro quien se preocupó de caer en primer lugar. El golpe fue tan fuerte que no pudo conservar el agarre, por lo que ante el rebote, el desconocido salió volando de los brazos de Shadow y terminó siendo arrastrado por el suelo.

Los dos quedaron en el suelo unos segundos, separados unos metros de distancia.

Fue Shadow quien recuperó el conocimiento primero. Logró sentarse adolorido y se llevó una mano a la cabeza que comenzó a dolerle. Se dio un buen golpe, pero se examinó y no parecía haberse herido, por lo que se levantó y se quedó quieto un rato para evitar un posible mareo. Era más resistente de lo que la gente creía.

Luego dejó de concentrarse en él para ver al individuo que salió del portal, quien también parecía haber reaccionado, pues ya se estaba moviendo. Shadow se sorprendió al tener ante sus ojos a alguien de su misma naturaleza. Era una eriza.

Estaba mirando a su alrededor algo atontada, confundida. Al parecer el golpe a ella sí le afectó.

– ¡Hey, tú, niña! –exclamó Shadow al momento en que se dispuso a correr hacia ella para ayudarla– ¿Estás bien? –interrogó mientras la tomaba del brazo para levantarla.

– Y-Yo… –aquella eriza finalmente lo vio y abrió los ojos de par en par, como si hubiera visto lo más terrible del mundo. La chica no dudó ni un segundo en soltarse del agarre y levantarse de golpe a la vez que se alejaba de él un par de pasos.

– ¡Hey! –gruñó Shadow levemente ofendido. Raras veces salía a la luz su lado caballeroso, sobre todo con los desconocidos, y el hecho de que ella rechazara de esa forma un amable gesto para nada común viniendo de él, además de que literalmente le salvó la vida, lo hizo fruncir el ceño– Con decir que estabas bien era suficiente, no te iba a hacer nada –chasqueó los labios para darle la espalda, olvidando por completo que la chica había caído de una altura descomunal y que posiblemente eso trajo consecuencias para ella.

Y así había sido.

Aquella eriza se miró el brazo, el cual estaba sangrando y de a poco se comenzaba a hinchar. Posiblemente fue un simple golpe, o a lo mejor se quebró un hueso. Tampoco es que en ese momento le importara su propia salud.

Se aclaró la garganta para llamar su atención, algo incómoda por su actuar.

– ¿Vio pasar por aquí a un robot gris con rojo y de gran tamaño? –le habló ella. Shadow volteó levemente y la miró alzando una ceja. Era difícil de asimilar que alguien que tembló de miedo hace pocos segundos, ahora se dirigiera a él con tanta seguridad en su voz.

– Pues…

Antes de que pudiera responder a la pregunta, una fuerte ráfaga de viento los sacudió, dando paso a un rayo azul que se detuvo entre ambos. Era Sonic.

La eriza volvió a abrir los ojos como plato al verlo. Ahí estaba, frente a ella, Sonic the Hedgehog, el héroe de Mobius. Sin desearlo, soltó un par de lágrimas que no dudó ni un instante en secar. Por suerte para ella, ninguno lo notó.

– "Si tan solo pudieras ayudarme…" –pensó la chica.

– ¡¿Qué ha pasado aquí?! –dijo el erizo azul primeramente mirando a Shadow– ¿Viste acaso ese extraño portal?

A pesar de que ellos dos no fueran enemigos mortales, sí era extraño que estuvieran en el mismo lugar sin tener intenciones de pelear por lo que sea.

– No solo vi el portal, pude ver perfectamente quiénes salían de ahí –se cruzó de brazos sin dejar de mirar a la eriza.

Sonic volteó al ver que Shadow no lo miraba a él cuando le estaba respondiendo, viendo por fin a la chica. Púas de un color cian, ojos negros y que brillaban con intensidad con la luz de la luna. Su ropa era de una sola pieza, un uniforme negro con detalles blancos, mangas cortas y pantalón largo, un bolso azul en su espalda, un cinturón blanco que sujetaba una vaina y espada, zapatillas oscuras y un sombrero negro que simulaba una boina con una flor blanca de adorno. Si no fuera por los leves toques de blanco en su look, cualquiera diría que esa muchacha estaba lista para ir a un funeral, y no solo por la ropa, sino por el rostro de pocos amigos que traía.

Pero a pesar de eso, ninguno de los dos presentes negaba que se veía muy bien para ser alguien con aire oscuro.

Era un agrado para los ojos de ambos.

– ¿Quién es ella? –preguntó al fin Sonic al ver la mirada enfurecida de la chica. Se había quedado mucho tiempo viéndola en silencio y eso incomodaría a cualquier extraño. Se maldijo mentalmente, deseando que no lo tomara como un psicópata de cuarta.

El resto del Team Sonic logró llegar al lugar.

Amy lo vio ahí y quería saltar a los brazos de su amado, pues sabía que había quedado algo pendiente de suma importancia, o al menos eso sospechaba, pero Knuckles puso una mano en su hombro para detenerla.

– Creo que hay un problema más serio aquí, Amy… –le susurró.

Ella hizo caso al captar el ambiente en que se estaba desarrollando todo.

– ¡Sonic! –gritó Tails y se detuvo en seco al ver a Shadow– Oh no… ¿Ya van a pelear otra vez?

– "Perfecto" –pensó la eriza desconocida, quien se había mantenido callada pensando cómo saldría del evidente interrogatorio que veía venir.

– No seas tonto –dijo Shadow de forma seca y dura, exaltando un poco al pequeño zorro–, ya sabes que hace tiempo que no tengo ese tipo de peleas de niños con Sonic… Además, creo que hay un tema más importante aquí –agregó, volviendo a mirar a la extraña. Todos los presentes dirigieron su mirada hacia ella–. Sonic te ha hecho una pregunta y seguimos esperando tu respuesta… ¿Quién eres y por qué has aparecido de ese portal?

– ¿E-Ella fue quien apareció portal? –preguntó Amy con tono de sorpresa.

– Silencio, Rose –la calló el erizo negro, ofendiéndola con creces–. Responde.

La chica miró a todos los presentes de su alrededor y se rascó la nuca. Se aclaró la garganta para no hablar con voz quebrada. Lo que menos quería, era que alguien se diera cuenta de que derramó una lágrima.

– No quiero ser descortés, pero eso no es algo que les importe a ustedes –habló con una seriedad fuera de lo normal, como si con cada palabra estuviera mandando a todos al infierno, o al menos así lo sintió Tails, quien se asustó al conocer a alguien que lo logró intimidar incluso más que Shadow–, así que agradecería que me dijeran hacia dónde se fue el otro que salió del portal y se mantuvieran al margen de esto.

– Para ser alguien que parece adorable a simple vista, pareces una auténtica serpiente cuando hablas –comparó Shadow con frialdad, mirándola con más seriedad que antes.

– No podemos hacer eso –interrumpió Sonic de forma más amable para que la conversación se desviara de aquel rumbo tenso que estaba llevando–, nosotros somos los que salvamos a este planeta, así que si creemos que hay algo amenazando la paz, es nuestro deber-…

– Lo sé –le interrumpió ella de golpe–. Sé quiénes son, pero eso no significa nada. Esta no es su lucha, así que será mejor que no me molesten –dijo mientras comenzaba a caminar para alejarse –. Si no van a decirme hacia dónde se fue, lo averiguaré yo misma.

Shadow se adelantó al acto y la tomó del brazo no herido, lo cual sorprendió a la eriza.

– ¿En serio esperas que te dejaremos ir así como así? Hay otras formas de sacar la información…

– Wow, wow –dijo Rouge volando a toda velocidad y alejándolo de la desconocida–. No seas tan rudo con las mujeres, hombre –dijo a modo de reproche.

– He oído de ustedes… Yo no soy de aquí, y el robot que llegó conmigo claramente tampoco –comenzó a explicar al no tener otra opción–. Somos de otro lugar, muy lejano, pero logramos llegar aquí gracias a este transportador –les enseña su muñeca que tenía una especie de reloj de alta tecnología, lo cual despertó la curiosidad de Tails–. Estos aparatos permiten crear portales para llegar desde un punto a otro, no importa si años luz de distancia los separan, llegarás a tu destino solamente abriendo un portal y cruzándolo.

– Eso es fascinante… –dijo Tails casi en un susurro, muy sorprendido con lo que veía–… ¡Aquí no hemos sido capaces de crear algo así en un tamaño tan reducido! ¡Nuestros portales son enormes!

– La cosa es que ese robot no debería tener ese transportador, lo quiere usar para fines malignos –continuó ella, ignorando los comentarios innecesarios del zorro–, y mi misión es quitárselo y obligarlo a regresar a donde pertenecemos, así no habrá daños mayores aquí en Mobius.

– ¿De dónde vienen exactamente? –habló Cream con curiosidad.

– ¿Qué clase de fines malignos? –preguntó Knuckles, yendo a lo que era más importante y del interés de todos.

– Ya les he dicho todo lo que pueden saber –dijo con un notorio enfado–. Repito: No se metan en esto, es mi misión y ustedes no tienen que interferir. No hagan que me enoje, no querrán conocerme enojada –todos se extrañaron ante ese último comentario. Si ahora su actitud reflejaba que quería matar a todos los que se encontraban presentes con una simple mirada, no se querían imaginar qué clase de persona sería cuando sacara toda su furia.

– Querida, estás herida… –dijo Rouge, señalando su brazo–… No puedes ir a ningún lado en ese estado, y mucho menos sola.

– Con todo respecto, eso es problema mío –dijo ocultando la herida con la mano de su otro brazo.

Al concluir la conversación, terminó por alejarse de todo el grupo a paso veloz, no sin antes dedicarles a todos una última mirada asesina.

– ¿Y bien? –dijo Shadow dirigiéndose a Sonic al notar que aquella extraña ya estaba lo suficientemente lejos– ¿La vas a seguir para ver qué sucede? ¿O te quedarás ahí, embobado, como típico idiota que se enamora a simple vista?

– ¡¿Qué?! –exclamaron Sonic y Amy al unísono. Mientras que uno mostró una notoria vergüenza mientras agitada sus manos en negación, la otra figurativamente lanzaba fuego por los ojos.

– Ya me oíste, cosa tuya y de tu grupito si se quedan atrás, yo iré a investigar. No confiaré en alguien tan desagradable como ella.

– Yo también iré, no creo que sea alguien de fiar, a lo mejor con ese robot son socios –agregó Knuckles–. Ni siquiera nos dijo su nombre o de dónde viene, definitivamente hay algo raro.

– Está bien –suspiró Sonic–, vayamos todos.


¡Hola!

A pesar de ser muy activa leyendo fics de Sonic, es primera vez que me animo a escribir uno. Este es el resultado de lo que tenía hace días en mi cabecita y lo seguiré si consigue apoyo (porque tiempo falta y que sad seguir algo que nadie lee xD). No prometo actualizaciones taaaaan seguidas por la universidad, pero intentaré esforzarme.

Ojalá les haya gustado, de ser así espero que me lo hagan saber. También las críticas constructivas y/o sugerencias son bienvenidas.

¡Saludos! S2

Tapitey.