Capitulo 8:El profesor de pociones(Harry Potter 1)
- Allí mira
-¿Dónde?
- Al lado del chico alto y pelirrojo
-¿El de gafas?
-¿Has visto su cara?
-¿Has visto su cicatriz?
Los murmullo siguieron a Harry desde el momento en que, al día siguiente, salió del dormitorio.Los alumnos que esperaban fuera de las aulas se ponían de puntillas para mirarlo, o se daban la vuelta en los pasillos, observándolo con atención. Harry deseaba que no lo hicieran, porque intentaba concentrarse para encontrar el camino de su clase. En Hogwarts había 142 escaleras, algunas amplias y despejadas, otras estrechas y destartaladas. Algunas llevaban a un lugar diferente los viernes. Otras tenia un escalón que desaparecía a mitad de camino y había que recordarlo para saltar. Después habían puertas que no se abrían, a menos que uno lo pidiera con amabilidad o les hiciera cosquillas en el lugar exacto, y puertas que, en realidad, no eran sino sólidas paredes que fingían ser puertas. También era muy difícil recordar donde estaba todo, ya que parecía que las cosas cambiaban de lugar continuamente. Las personas de los retratos seguían visitándose uno a otros, y Harry estaba seguro de que las armaduras podían andar...
- Allí mira
-¿Dónde?
- Al lado del chico alto y pelirrojo
-¿El de gafas?
-¿Has visto su cara?
-¿Has visto su cicatriz?
Los murmullo siguieron a Harry desde el momento en que, al día siguiente, salió del dormitorio.Los alumnos que esperaban fuera de las aulas se ponían de puntillas para mirarlo, o se daban la vuelta en los pasillos, observándolo con atención. Harry deseaba que no lo hicieran, porque intentaba concentrarse para encontrar el camino de su clase. En Hogwarts había 142 escaleras, algunas amplias y despejadas, otras estrechas y destartaladas. Algunas llevaban a un lugar diferente los viernes. Otras tenia un escalón que desaparecía a mitad de camino y había que recordarlo para saltar. Después habían puertas que no se abrían, a menos que uno lo pidiera con amabilidad o les hiciera cosquillas en el lugar exacto, y puertas que, en realidad, no eran sino sólidas paredes que fingían ser puertas. También era muy difícil recordar donde estaba todo, ya que parecía que las cosas cambiaban de lugar continuamente. Las personas de los retratos seguían visitándose uno a otros, y Harry estaba seguro de que las armaduras podían andar...
