Un bulto, en que se asomaba cabello revuelto color del azabache, se movía inquieto entre las sabanas. Curiosamente éste se encontraba casi oculto entre botellas de leche. El pequeño bebé movió su delicada manita, chocando ésta contra un sobre que estaba escrito con una caligrafía estilizada y antigua.
Se removió inquieto ya que no sentía el calor materno ni el ambiente familiar acostumbrado. Se encontraba cansado, pero vivo.
Él acababa de llegar y desde entonces se había dedicado a observarlo detenidamente, como si entre ese revoltijo de sabanas pudiera encontrar el consuelo que necesitaba entre tantas perdidas recientes que ambos habían tenido, aunque por ahora el pequeño no lo supiera.
Había luchado y lo había logrado, se había liberado de Azkaban para cumplir la promesa que le había hecho a James: no dejaría solo a su ahijado, casi sobrino, que ahora seria su hijo. Pero… ¿Cómo podría ver a su ahijado a la cara después de haber dejado escapar al culpable de la muerte de sus padres?
Estaba totalmente seguro que no había vuelta atrás. Buscaría a Peter y luego vendría por su ahijado. Lo adoptaría y lo criaría como a un hijo.
Miró de nuevo la cicatriz en donde había caído la maldición asesina. Ahí estaba, casi como iluminada como un recordatorio de una gran desgracia y a la vez del mejor acontecimiento desde hace mucho tiempo: la caída de Voldemort.
Inconscientemente apretó los puños con fuerza, no sabia qué odiaba más, si a Voldemort, a Peter, o a él mismo por haber confiado en Peter. Una lágrima se deslizó por su mejilla perdiéndose en su barba de tres días. Sabía que ellos, sus mejores amigos, habían muerto por él; por Harry, pero no los culpaba en absoluto, solo pensaba que si en vez de ellos él pudiera haber muerto; si tan solo pudiera darle a Harry sus padres y una vida normal.
Yo se el escondite de Peter, solo tengo que ir, capturarlo y llevarlo con Dumbledore y él sabrá persuadir al ministerio de su inocencia; él sabrá qué hacer. Sólo puedo pensar en el momento en el que pueda torturar a ese maldito traidor, y con la
cuenta pagada, regresar a este lugar para recoger a Harry.
Luego ambos nos marcharemos para iniciar una nueva vida.
Lejos de todo aquel dolor que amenazaba con herirlo, de aquella culpa le rodeaba y de aquellos recuerdos. Lejos de aquellos que por venganza pudiesen ir a buscar al pequeño Harry para hacerlo "pagar" por la caída de "su señor".
Se agachó a su lado y le dio un delicado beso en la frente, sellando de aquel modo la promesa de que él volvería triunfante, reparando al menos una pequeña parte de su fatal error. El pequeño se movió ya más tranquilo, como si presintiera que aún, a pesar de todas las desgracias, tenía una familia con él, tal como se lo prometió a James y a Lily: él sería su padre, su familia.
Se puso de pie, ya más calmado ante aquel pensamiento. Aún se tenían el uno al otro. No sabia si contar con Remus, ya que él había desconfiado de Remus en el pasado, tal y como ahora Moony desconfiaba en él, por lo que técnicamente estaban a mano.
Sonrió al ver cómo el pequeño balbuceaba en sueños. De repente tuvo una idea, se quitó un dije de plata con las formas animagas que tomaban en la escuela con la luna llena. James no había esperado mucho salir vivo de su batalla por lo que le dio su dije: un majestuoso ciervo y a su vez
el de Lily: bella y delicada cierva.
Los unió para que fuera uno solo y luego de hechizarlo para que solo él y Harry pudieran abrirlo, acarició la pequeña cabeza de su ahijado y se levantó. Caminó con paso decidido hacia la verja y comenzó a caminar
lentamente por la banqueta. Volteó una ultima vez y entre el rojizo y dorado
amanecer desapareció.
Porque Sirius Black era un mago, al igual que el pequeño del que se acababa de despedir. Había dado su palabra de volver y la palabra de un mago siempre se cumple, más si eras Canuto, un merodeador.
Bueno, pues qui esta de nuevo el primer capitulo, este fin de semana voy a actualizar y corregir algo del desastre que hice en los capitulos que siguen.
Mi especial agradecimiento a Hela Morrigan, gracias, por todo (en especial por la paciencia), sin ti no me hubiera tomado la molestia de volver a checar los caps y no me hubiera percatado de los (muchos) errores, a demás de que no contaba con este gran regalo, gracias por tu ayuda, consejos y favores respecto a este capitulo y mi trabajo.
Saludos
Eliey
