HOLA A TODOS!
Uff, tanto tiempo. ¿Como están? Hacía mucho que no posteaba nada eh?
Bueno, primero, el momento de la explicación: La verdad, es que la musa es caprichosa ¿Saben? Uno puede estar escribiendo una historia muy buena, y de repente la mente le explota en posibilidades sobre una idea. Y no hay vuelta atrás.
Esa idea es la que sigue.
Por ello es que dejé de actualizar mis otros fics. Por que me divierte escribirlos y seguirlos, pero la chispa voló a otros lares.
A estos lares.
Sin embargo, se lo malo que es seguir una obra y que despues no la actualizen por tanto tiempo, así que me tome todo lo que me hizo falta para no publicar nada hasta terminar una historia.
Y lo hice.
Este es, por abominable cantidad, el fic mas largo que he echo hasta el momento. Y está terminado, solo que ire posteando los capítulos a medida que los lean :P. Sepan que estan terminados, y que incluso los oneshot que giran alrededor de la trama de este fic también estan finalizados.
Se que los defraudé al dejarlos esperando la actualización de mis fic, y lo lamento mucho. Pero me he esforzado para darles un producto terminado, y que da de promesa, que esta cien por ciento finalizado.
En caso de que decidan leerlo, les indico como va a funcionar la publicación de capítulos: Es muy simple, dos reviews, y posteo un cap. No importa si lo postee hace cinco minutos. Si pasan tres días sin dos reviews, posteo un cap nuevo de todas formas.
Tomense su tiempo para leerlo, por que se describe mucho aquí, y no se guarden nada en sus reviews. Voy a ir posteando los capítulos con una correción apenas echa, dado que creo que ya los dejé esperando por mi trabajo el suficiente tiempo. Sin embargo, voy a estar corrigiendo errores de gramática y consistencia cada dos por tres, no se preocupen.
Un ultimo aviso: Los Ost que puse para ciertas situaciones, funcionan de esta forma: El nombre de la canción que sale, sin estas señales " " se pone en el buscador de Youtube y el primer tema que sale es el que se reproduce. Sin embargo, sepan que siempre es opcional. Pero les recomiendo escuchar los temas :D. Son bastante temáticos y condicionan con el ambiente en mi opinión.
Espero que se diviertan leyendo, y no olviden dejarse una opinion. !Saludos y hasta tres días o dos reviews¡
Ese era su semblante ¿Eh?
Si el aura es la capacidad de manifestar el alma interna en forma de energía e influenciar el mundo con ella, el semblante era la forma que tenían ciertas almas de demostrar aquello que las hacía únicas. Aquello que definía el concepto de lo que ellos eran en su interior.
Ciertas personas querían aprender rápido, y obtenían velocidad. Otras vivir aventuras, y obtenían gran estamina y resistencia.
!Incluso una amiga suya tenía control sobre el magnetismo, por amor a Mounty¡
El, si bien no era alguien talentoso en el combate, o en las tácticas, e incluso había falsificado su ingreso a la academia de cazadores "Beacon", miraba con esperanzas hacia su semblante.
Como quizá, una forma de equiparar sus inutilidad en el campo de combate... pero no.
De todas las cosas decepcionantes que podían haberse manifestado como su semblante, solo se había mostrado una pequeña descarga eléctrica, que nada hacía a los seres vivos, y poco poder tenía para afectar a los objetos.
Lo descubrió en medio del combate contra uno de sus compañeros. Fue simplemente algo humillante el ver su trasero pateado con tanta violencia por el alumno Cardin Winchester.
Al frente de sus amigos y de todo el alumnado.
Fue en ese momento que, como si obedeciera al destino, de sus manos saliera por primera vez manifestado su semblante, disparado como un rayo de su mano, el cual solo impresionó a su enorme rival.
Aunque no evito que perdiera el combate.
Al final del combate, una realización muy oscura llegó a su mente...
Era un inútil, y su alma estaba manifestando su inutilidad.
Su carencia de habilidad...
Por ello, fue que se sorprendió al saber que Ozpin, el canoso, aunque joven director de la academia, le llamaba urgentemente a su oficina, no bien se enteró del semblante del que disponía.
Sin decir nada, aunque bastante desanimado, el muchacho acudió a sala de la dirección, sin muchas esperanzas de un final feliz para su dilema.
La puerta se corrió de lado, dejando ver al muchacho, vestido con un buso azul cubierto por tres placas de metal cubriendo sus hombros y pecho, unos Jeans como pantalones y un despeinado pelo rubio.
Sus ojos celestes inspeccionaron la habitación. Era algo peculiar.
Si bien no había venido muchas veces, siempre le llamaba la atención los adornos de engranajes y el vidrio circular en el suelo, al medio de la sala. Muy peculiar y llamativo.
La temática de la habitación era de color verde, y el silencio casi una ley. Aunque se cortó abruptamente con el sonido del chasquido de una taza contra el mármol de un pequeño porta vasos.
- Señor Arc, un placer que haya venido tan aprisa – Sonrió el director, tras sus pequeños lentes redondos, mientras se echaba para atrás en su asiento, mostrando su sobretodo verdoso y cuidado
– Tome asiento por favor.
Sin replicar, el muchacho obedeció. Lo menos que quería era hacer enojar al director de la academia. El sujeto ya era un cazador recibido, uno guerrero que defendía a la humanidad de los seres del Grim y de cualquier otro percance. No solo tenía su respeto, si no también su miedo.
- Encuentro su falta de habla inquietante, señor Arc – Indicó Ozpin, mientras tomaba un sorbo de su taza de te, oliendo antes del delicioso vapor que emanaba de su taza - ¿Sabe usted que le llamé a mi oficina para darle buenas noticias?
El muchacho le vio extrañado.
¿Buenas noticias? Eso era algo casi mitológico para el en esos momentos.
- Me he enterado de su semblante. Calculo que no sabrá que clase de utilidad tiene – De nuevo, el muchacho perdió esperanzas. Tenía que ver con su semblante, uno de los mas inútiles en los que el podía pensar. Sin mucha fuerza en el ademán, el muchacho asintió con lentitud – Pues bien, señor Arc. He analizado las grabaciones en las cuales se develó su semblante, y claro, logré identificar de donde proviene al instante. Su semblante es bastante único, señor Arc. Y si bien no es uno del cual carezcan otras personas, es uno de los mas preciados que existen. Y por ello mismo, no puedo ofrecerle el entrenamiento que usted necesita para controlarlo en mi academia – Claro. Era su forma amable de indicarle que le echarían de la academia por inutil. Por inservible. Ahora el muchacho lo entendía todo. Con una melancólica sonrisa, asintió derrotado cerrando sus ojos.
Por lo menos había sido divertido mientras duró. Conoció a muchas chicas muy bonitas, entrenó su combate con una de las leyendas mas potentes y bien vistas de todo el reino, y hasta incluso desbloqueó su aura en el proceso.
Aunque quizá su situación fuera de inutilidad, algo había aprendido. Y había echo amigos...
Quizá eso hacía la expulsión un tanto mas dulce...
- Por ello, es que e pedido a sus padres permiso para transferirle a la orden de St. Overia para continuar allí sus estudios.
Los ojos celestes del muchacho se abrieron estupefactos.
¿La orden de St. Overia? ¿La misma que se encontraba en los rincones del mundo, al otro lado de Vacuo? ¿La misma a la que se le atribuía el encierro de los Grim mas poderosos hasta el momento?
¿La misma a la que pertenecían los caballeros de los glifos oscuros?
- Se...Señor...- Comenzó a tartamudear, sin creer los que escuchaba.
- Señor Arc, lo que usted manifestó en el combate contra el señor Winchester no fue si no una demostración de su potencial innato – Aclaró Ozpin – Y tenga en cuenta que potencial y mi fe en eso fue lo único que me retuvo de expulsarlo al saber que falsificó su entrada a mi academia – Eso se ganó una mirada aun mas sorprendida y temerosa del muchacho – Así que, en cuestión, al parecer hice la decisión correcta al mantenerlo en mi academia hasta el día de hoy. Y ahora, le pido que me haga caso, y acepte la transferencia. En la Orden le enseñarán los alcances de su semblante, y a como usar esa monstruosa cantidad de aura que tiene en su cuerpo. Pero no lo obligaré a nada. Es su elección. Mañana a la mañana quiero su respuesta.
Sin mas, el director se recostó sobre el asiento. Su taza de café en la mano.
El muchacho salió a los pasillos shockeado. Quienes lo vieran afirmarían que el bufón de la academia había visto un fantasma. O que el director le había dado una dura reprimenda.
Quizá por ser un inútil. Quizá por su deplorable semblante. Los rumores corrían y corrían.
Pero el, ajeno a todo, caminaba por los pasillos, los ojos abiertos como platos, perdidos en la nada absoluta.
Paso lento, quizá contemplativo, cuando su mirar comenzó a cruzar los vidrios y navegar en los patios. Y se relajó súbitamente.
El pasto del patio. El viento moviendolo lentamente, casi como si tuviera miedo de quebrarlo.
Las flores, juntas, abiertas, vivas y llenas de vigor y color. Rojo, blanco, amarillo, rosa, verde, e incluso negro.
Árboles en medio del patio, dejando caer una que otra hoja de vez en cuando. Sus ramas meciéndose lentamente al compás del viento.
Suspiró hondamente. Por primera vez en mucho tiempo, no prestó atención a las voces de su cabeza, ni a las de su alrededor, ni a las de nadie en particular.
Solo a las de la naturaleza. Y se sintió bien.
Casi como si escuchara voces en el viento. Voces que le hicieran recordar a las historias que le contaba su padre de pequeño.
Acerca de sus antepasados, fieros guerreros capaces de dar hasta el ultimo aliento para defender la tierra de los de su especie frente a la amenaza del Grim. Luchadores poderosos y nobles, al servicio del bien y la justicia...
Era casi como escuchar las voces de esas personas en el susurrar del viento en el pasto. Era algo nuevo, interesante.
Casi sobrenatural.
Sin importarle quien le viera, se sentó en el suelo con suavidad, para luego dejar caer su espalda entre el pasto.
Algunas motas de tierra se elevaron al aire, pero cayeron suavemente a su alrededor.
Su mirada estaba tranquila, y algo parecido a una corriente cruzaba por su cuerpo gradualmente, aunque solo en sentimiento.
Cerró los ojos mientras suspiraba, y sintió como su conciencia viajaba a las nubes.
Era la tarde para cuando el muchacho volviese a su habitación compartida. Y es que era compartida no con cualquier grupo de compañeros.
Era compartida con su grupo. El grupo JPNR, del cual el era el líder. El inútil líder que podría matarlos si seguía siendo así de ineficiente, pensó.
Ren, un muchacho vestido de verde con rasgos orientales, calmado y reservado. Fino guerrero y gran compañero.
Nora, hiperactiva muchacha con gran fuerza. Jovial, risueña y llena de energía, esta muchacha se podría decir que era el alma del grupo.
Y por ultimo, Pyrrha, la bella muchacha, campeona cuatro veces del torneo mas importante del reino. Una chica que ya sabía acerca de la falsificación de la entrada a Beacon, y que en vez de volverse en su contra, se dispuso a ayudarlo con todo el tiempo del que disponía.
Podía seguir siendo su líder, pero eso podría ponerlos en peligro también...
No. No había manera...
Era la noche para cuando el muchacho fuese a la habitación de en frente a la suya. Y es que era la usada no por cualquier grupo de compañeros.
Era la del grupo RWBY. El grupo conformado por amigas tanto de el como de su grupo. Quizá ella pudieran mantener en alta estima el animo de su grupo, pensó.
Blake, muchacha de negro y blanco, con un moño negro en la cabeza. Oscura y misteriosa, sus movimientos eran siempre un enigma.
Yang, proporcionada muchacha de amarillo y marrón. Llena de fuerza y energía, siempre con sentimientos arrojados y altaneros, era siempre un fuego inapagable.
Weiss, la muchacha de alta cuna vestida de blanco, llena de orgullo y gracia en sus movimientos, al igual que de frío y cortante temperamento, era con quien el quería estar emparejado. Aunque no fuera reciprocó, e incluso cortante mente respondido.
Y por ultimo, Ruby, la joven muchacha prodigio, aceptada dos años antes de la edad adecuada en el colegio, siendo su antítesis total: Llena de energía e inocencia, talentosa en el combate y en el liderazgo. Capaz de llevarse el mundo por delante para ser una cazadora. Ella fue su primera amiga en Beacon. Y fue de la ultima de quien se despidió.
Le pareció correcto... y muy sorpresiva su reacción.
Nora casi llora mares de lagrimas de una forma ridícula y muy sobre actuada, pero sincera, sangoloteándolo en un abrazo que pondría a un oso en ridículo.
Ren le deseo la mejor de las suertes, dándole las palabras mas discretas, y a la vez mas cariñosas que escuchara de el hasta ese momento – No nos olvides.
Pyrrha... simplemente, su tristeza era desgarradora. Algo mas haya de lo que el podía comprender o entender. Era como que, al irse, le estaba ocasionando un daño mayor que el de las armas o los insultos.
Pero, pese a eso, ella se sacudía las lágrimas con su guante de combate, y con una forzada, aunque hermosa sonrisa, le deseaba toda la suerte del mundo con un cariñoso abrazo.
Yang pareció cómicamente triste de saber que no tendría al rubio dando vueltas, aunque nunca fue muy cercano a el tampoco. Simplemente se resumió a una palmada en la espalda.
Si Yang había sido poco cercana a el, Blake era casi una nulidad en su vida. Por ello le pareció raro encontrar un cierto ápice de dolor en sus ojos al escuchar la noticia, pero todo se resumió a un rápido – Adios. Cuídate
Weiss, fría como siempre, tomó una sorpresiva reacción de... sorpresa. Era como que de repente, se hubiera dado cuenta de algo. Quizá extrañaría tenerlo siempre rodeándola con inútiles intentos de llamar su atención. Mounty sabía que el también lo extrañaría.
Por último, Ruby, de quien esperaba una reacción mas madura y concisa que la del resto dado su talento y capacidad... le dio un abrazo potente como ningún otro.
Mas haya del dolor por la presión, entendió el significado de ese abrazo. Además, claro, Ruby sinceró el sentimiento con palabras.
- No te vayas. No quiero que te vayas- Y claro, no solo había sido ella su primera amiga.
El había sido su primer amigo. El no tenerlo mas alrededor iba no solo a ser difícil, si no que era algo inimaginable para ella en esos momentos.
Con suavidad, el devolvió el abrazo, y la apretó lo mas fuerte que pudo.
Iba a ser difícil estar separado de todos ellos. Pero si algún día iba a ser un hombre del cual su familia pudiera estar orgulloso...
Un muchacho del cual sus amigas pudieran estar orgullosas...
Del cual él mismo pudiera estar orgulloso...
Ir hasta la oficina de Ozpin y tomar la perilla fue una de las cosas mas difíciles que hizo en su vida hasta ese momento.
Ni siquiera esperó a ver al director para hablar – Acepto. Iré a la capital
- !Esplendido¡ El próximo vuelo estará listo en media hora. Prepare sus cosas y espérelo en la estación. Y señor Arc. Muy buena suerte.
El viaje fue... horrible.
No solo por que el sufriera de ataques de vómito al volar, si no por que una tormenta se les interpuso en el viaje, haciendo el apacible recorrido una temblorosa pesadilla.
Para cuando bajó, mochila en mano, de dejó caer al piso... y vació todo contenido de su estómago ahí mismo, sin dudarselo unos segundos.
Luego de unos segundos de trabajoso dolor estomacal luego del episodio, el muchacho se levantó, enjuagándose la boca con agua de su cantimplora.
Miró hacia el frente, y se maravillo ante la vista.
La ciudad de Rotarl era imponente.
Casas echas de ladrillos notorios en la construcción, pero compartiendo un color grisáceo bastante peculiar.
Terrazas llenas de adornos con picos en sus puntas, asemejando cruces y símbolos similares.
Grandes cúpulas de vidrio en inmensas catedrales que se mostraban en medio de los caminos, formados por elevaciones similares a puentes, aunque conectados al suelo, con ciertas profundidades que daban a la entrada de las casas.
Imponentes pilares se alzaban al cielo, conectándose por grandes rutas hacia otros pilares, formando una opción de paso para quienes necesitaban ir de edificio en edificio.
Vidrios de colores, mostrando imágenes de leyendas que de tan creídas por el pueblo, se transformaban en religión.
La gente, si bien podían hacerlo, no andaba en autos, si no a pie, o incluso a caballo.
Vestían todos con telas humildes, aunque para nada feas, cubriendo a muchos sus cabezas con capuchas suaves o formando túnicas que llegaban hasta sus rodillas.
Algunos, mas hozados, llevaban camperas de cuero, accesorios, y demases cosas que le hacían recordar al muchacho su antiguo hogar, pero incluso en estas situaciones, los ciudadanos vestían estas ropas modernas estando estas llenas de símbolos o teniendo un diseño que asemejaba las formas abstractas y barrocas en ellas.
Si, estaba en otro continente. Y no precisamente en un lugar cualquiera. Esta era la "Sagrada capital" según muchos, aunque claro, no era la capital de Vacuo en lo absoluto. Pero era la capital religiosa del mundo, si se lo quiere ver así.
Los mayores representantes de la religión y la iglesia se concentraban aquí, y la gente que vivía en estos lugares no tomaba partido en las situaciones de los reinos a no ser de a forma de intervención eclesial.
El muchacho caminó por las calles, maravillado, mirando los vidrios de colores, y maravillándose de las catedrales que formaban manzanas enteras, llenas de jardines preciosos llenos de flores y arbustos extravagantes, prolijamente cortados. En algunos casos, incluso, tomando formas extrañas y abstractas demasiado difíciles para que alguien siquiera imaginara que era posible hacerlo.
De vez en cuando, veía pasar a unas figuras que distinguían de las demás entre la gente.
Montados a caballo, o a pie, unas personas con ajustadas armaduras en el pecho y brazos, con grandes hebillas en los cinturones, y pantalones de cuero descendiendo en grandes botas.
Todos cubiertos por capas o chalecos blancos y negros en cuyas espaldas, ya sea en amarillo o un color mas oscuro, formadas otra imagen abstracta similar a una cruz, pero formada de varias líneas y círculos, dando la sensación de ser un glifo de algún tipo en particular.
Estaban patrullando, a la par de policías o guardias de seguridad. Todos con capuchas o grandes cuelleras.
Provocaban admiración. Y miedo. Pero mas que nada admiración.
Le gente les trataba como iguales, e incluso a algunos los saludaban. Definitivamente hacían las de guardias de la ciudad.
Se paró en un momento, y sus manos buscaron en su bolsillo izquierdo.
Un papel con indicaciones le indicaron como debía hacer para llegar desde la tercera catedral.
No estaba demasiado lejos, pero tampoco demasiado cerca. Sin embargo, no le importó.
Le gustaba la ciudad.
Mientras caminaba, pudo ver que los edificios allí no eran amplias construcciones tecnológicas, si no grandes obras de arte antiguo. Muy ricas en estatuas simbólicas y dibujos abstractos representados mediante salientes por los bordes de las elevaciones, que mas que un gran rectángulo gigante, como parecen ser todos los edificios, mostraban formas similares a pilares que intentaban alcanzar el cielo con su altura.
Incluso le pareció ver a lo lejos algunos, tan altos, que no podía ver el final.
Mirando de un lado a otro suavemente, el muchacho siguió caminando, hasta que se paró en seco frente a la majestuosidad de la construcción en frente...
(Ost: Chaos Legion - Blood Remains Main Title)
Con todos los derechos sobre los personajes de RWBY pertenecientes a Roostertheth...
Un frente imponente, formado de edificios circulares en forma de cúpulas de distintos colores, transparentando la luz en miles de varias formas distintas, dejando ver dibujos coloridos en su superficie vidriosa, cubiertos sus costados por poderosas formas de ladrillos verdes unidos por cemento gris reforzado.
Entre ellos, puentes de roca del mismo estilo y material surcando de un establecimiento a otro.
Comenzó a caminar debajo de ellos, asombrado del paisaje vidrioso tras las elevaciones de ladrillo verde...
Con todos los derechos de Chaos Legion pertenecientes a Capcom y Tow Ubukata …
Entre las propias elevaciones de ladrillo, habían miles de pilares del mismo color, pero parecían mas lejanos que el resto.
Continuó avanzando, bajo los puentes de ladrillo, con las elevaciones a su costado, dejando ver mediante intencionales u pequeñas aberturas, las vidriosas obras de arte que cubrían.
Otras personas pasaban a su lado, pero no le prestaban mucha atención. Algunas le saludabancon un ademán de manos, y el les respondía con un asentimiento gentil.
Fue entonces que lo recordó. Tener la capucha puesta era señal de educación en Rotarl, y siempre era mejor empezar con buen pie...
Wit Tandomen, Fan de Jaune Arc, presenta...
Se paró en frente para un ultimo deslumbro.
La esférica, majestuosa, barroca e imponente cede de la orden de St. Overia: La sagrada catedral.
La mas grande de las iglesias del mundo, mostrando sus bordes llenos con puntas y símbolos abstractos a la vez de cruces. Estatuas y fuentes en sus terrazas, flores y arboles a su alrededor, gigantescos vidrios de colores y todo con un suave verde oscuro, suavizado por los adornos de tela cubriendo las paredes exteriores...
Chaos in Remnant: A knigth of dark glyps.
Capitulo 1: Llegada a la sagrada catedral.
Al entrar, lo primero que vio fue una enorme sala, cubierta en el piso por una alfombra entre blanco y roja, muy amplia. Columnas sostenían el techo curvado, y docenas de personas iban de un lado a otro con mucha calma, rezando a Mounty y Ubukata, o dándoles las gracias por otro día de vida.
Entonces recordó acerca de lo que había leído con respecto a Rotarl. Tanto Rotarl como las ciudades que pertenecían a su soberanía religiosa creían tanto en un dios todos poderoso llamado Mounty como en su antítesis, pero no su rival, llamado Ubukata.
Nunca había sido muy buen creyente, pero como dice el dicho, a donde fueres, has lo que vieres. Trató de recordar con algo de esfuerzo un par de oraciones que usaba de niño antes de irse a dormir y caminó entre la gente, que aunque no estaba demasiado amontonada, eran demasiados.
Pese a tener la capucha puesta, lo cual dificultaba la vista hacia los costados, el muchacho podía observar a gente leyendo libros, llevando sahumerios, charlando entre si o incluso parándose frente a vidriosos dibujos en las ventanas, agachándose entre varios ídolos de distintos tipos, llenos de puntas y formas abstractas, y comenzar a reza con las manos juntas en frente de su rostro.
Imitando el gesto, continuó caminando, aunque rezando en vos baja.
(Ost: Canon en Re mayor, Johann Pachelbel)
Sus oídos le alertaron de algo melodioso, que reconoció en la lejanía.
Una mujer, vestida de negro, con radiantes cabellos rubios y una suave sonrisa en su rostro de ojos cerrados, bailaba a la par de un violín de madera muy bien armado, el cual tocaba con sus finos dedos sosteniendo el arco.
Detrás de ella, otros hombres y mujeres, con capuchas, tocaban instrumentos a su vez, aunque con ropas mas discretas y menos llamativas.
Y es que esta mujer de negro mostraba un vestido negro, con líneas amarillas en sus bordes y mangas largas. Su cuellera, generosamente grande, dejaba ver un collar contra su pecho.
Sus rubios cabellos no tenían capucha alguna.
- Es bella ¿No? - Preguntó una voz detrás de el, lo cual lo exaltó por la sorpresa. Pero no demasiado.
Tal era la calma y confianza que el lugar irradiaba.
Detrás de el, midiendo una cabeza mas, cubierto por una capa negra que le cubría todo menos su torso, mostrando un traje pulcro de color negro a su vez, un hombre de rostro puntiagudo y cuidado, con ojos celestes como los suyos y cabellera rubia a su vez, aunque un poco mas oscura, fácilmente confundible con el naranja, le sonreía con complicidad.
- Es mi hermana. Se llama Len. Si quieres conocerla, deberás esperar a que termine esta pieza. No te perdonaría que la interrumpieras.
Su voz era grave y directa, casi como si estuviera leyendo sus palabras de un libro. Ese parecía ser el acento de la gente en Rotarl.
El muchacho, saliendo de su estopor, sacudió su cabeza y replicó con algo de incomodidad, pero tratando de no sonar muy apresurado.
La calma de ese lugar le hacía sentir que era un pecado acelerarse.
- En realidad busco la sala de un... Señor – Encontrar las palabras adecuadas para no sonar demasiado vulgar no le era del todo fácil. Costaría un poco acostumbrarse a eso- El señor Clovis.
De no ser por estar perdido en la música, habría notado la voz ciertamente aguda, casi susurrante, del recién llegado. Sin embargo, prestó mas atención al contenido de la frase.
- A juzgar por tu acento, no eres de aquí. ¿Acaso eres quien venía de Vale? - Su rostro seguía manteniendo una sonrisa, pero esta ahora parecía mas trabajada que antes.
Con algo de incomodidad, el muchacho asintió, a tiempo que la música cesaba.
(Fin del Ost)
- Entonces tu eres mi futuro hermano. Ve hacia el fondo de este pasillo, pasa las cuatro salas siguientes, y luego sube las escaleras de la biblioteca. No te detengas hasta el final. Mucha suerte, mi querido...- La frase cortó con un ademán, invitándolo a indicarle su nombre.
El muchacho trastabilló un poco antes de acceder - !Jaune¡... Jaune Arc.
- Ha sido un gusto Jaune Arc – Sonrió, antes de despedirse con una formal reverencia – Mi nombre de Jericho Markova.
Sin mas, el sujeto de la capa dio media vuelta y comenzó a marcharse a paso lento, dejando que su capa ondease en el aire.
Agradeciendo su buena suerte, otra cosa a lo que no estaba acostumbrado, comenzó a caminar hacia el fondo de la sala, pasando al lado de la pequeña elevación en medio del camino, cruzado por dos pequeños par de escalones, en donde la muchacha y sus compañeros tocaban.
Al acercarsele, se paró en seco. Esta muchacha era particularmente bella, mas que de lejos.
"Ya saludala" imploró la voz dentro de su cabeza.
- Ho...Hola...- Sonrió tontamente, mientras saludaba con la mano.
- Saludos señor extranjero – Recibió la muchacha, muy educadamente – Le indicó que no hace falta que tenga la capucha puesta todo el tiempo. Eso es solo para quienes trabajan en una iglesia.
- !Oh¡ E... lo siento...- Se echó la capucha para atrás, y comenzó a recobrar su confidencia mientras sonreía - ¿Tanto se me nota que no soy de Rotarl?
Con una suave y deliciosa sonrisa, la muchacha se tapó la boca con la mano. Luego, añadió – Yo nunca dije que no proviniera de Rotarl. Pudo haber venido de cualquier otro pueblo aledaño.
- !Oh¡ E... ¿Oops? - Jaune de repente de sentía como la persona mas tonta del universo, por algún motivo extraño que no lograba comprender – De todas formas, me dirigía hacia la sala del señor Clovis.
- ¿En verdad? !Maravilloso¡ - Exclamó la muchacha sin perder la sonrisa en su rostro – Eso quiere decir que seremos compañeros en un futuro.
- ¿Compañeros? ¿Compañeros en que? - Preguntó Jaune, perdido como nunca.
- Tu debes ser quien vino de Vale. Mucho gusto, mi nombre es Len Siela Markova. Pero puedes llamarme Len. Será un gusto trabajar contigo. ¿Quieres escuchar algo en particular mientras te diriges a la sala de Clovis? - Dicho esto, se puso el violín al hombro y esperó.
El muchacho, incómodo frente a tanta amabilidad, solo atinó a sonrojarse un poco y decir – No es necesario...
- Insisto. Sería un deleite el hacerlo – Indicó la muchacha, sus cabellos largos y rubios moviéndose en frente de sus hombros con gracia y soltura.
Resignándose, el muchacho suspiró derrotado – De acuerdo. Toca... no soy muy fan de lo clásico.
- Se varias modernas. Mis gustos musicales son muy variados – Indicó Len, sonriendo mientras cerraba los ojos al apoyar su mentón en el instrumento – Intenta pidiendo alguna.
El muchacho lo pensó por unos segundos, tocándose la barbilla con el dedo. Aún tenía frescos recuerdos de sus amigos despidiéndose.
Y de un abrazo en particular.
- ¿Red like roses? La compuso …
- La conozco – Indicó la muchacha, mientras ponía su arco en las cuerdas del violín. Sin avisar, comenzó a tocar
(Ost: Videri String Quartet ~ RWBY: Red Like Roses)
Impresionado por la habilidad de la muchacha, tanto como por el echo de que ella supiera la canción, siendo esta tan extraña y poco conocida en su tierra natal, el muchacho sonrió, mientras comenzaba a caminar hacia el fondo de la sala.
Len le seguía los pasos, con los ojos cerrados, perdida en su propia música. Sus compañeros la esperaron en la elevación de la sala, comenzando a tocar a su vez, con sonrisas en los labios.
Las columnas sostenían la sala hasta llegar al fondo, donde un gran pórtico con rejas abiertas daba paso hacia un pasillo grande, con elevaciones escalonadas a los costados, dejando una bajada hacia un gran portón de madera. El cual, claro, estaba abierto.
Pasando atravez de él, dio con una sala circular, en donde varias personas, vestidas ahora con túnicas con los símbolos abstractos mostrados en sus ropas con notoriedad, estaban a los costados rezando. En medio, una gran estatua con forma de planisferio, pero con puntas en los costados que sostenían el globo planetario, se erguía echa de roca finamente tallada.
Impresionado, la siguió con la mirada hasta encontrar el pórtico con puertas de metal, abiertas también, que daba hacia unos pasillos menos grandes, pero conectados a algunas puertas que parecían tener la entrada a varios talleres, e incluso a salones que le hacían recordar a las salas de Beacon: Aulas en donde una persona daba clases a los alumnos. Pero claro, estos educaban como lo colegios normales, aunque, Jaune pensó, también educarían en las creencias religiosas del lugar.
Después de todo, esta era una catedral.
Luego de caminar por unos momentos mas, los pasillos llegaron a su fin mostrando un ultimo gran pórtico hacia lo que parecían ser unas escaleras circulares.
En el camino, creyó ver a muchas personas saludándolo, hasta que recordó lo que le había dicho Len, y se echó la capucha hacia atrás.
El resto del camino no prestó atención a que ya no le saludaban. No por que no quisiera, si no por que no se daba cuenta. Ser atento no era uno de los dones de Jaune Arc.
Pasando por el ultimo pasillo con columnas al costado y la muchacha siguiéndolo de atrás, aún tocando, el muchacho se maravilló al ver a donde lo conducía el pasillo.
Eran unas escaleras en espiral hacia arriba, muy arriba, rodeando varias plataformas talladas en un pilar que cruzaba el medio de las mismas.
Los costados que daban hacia afuera tenían grandes paredes de ladrillo verde cubriendo un vidrio de varios colores, representando con los colores un dibujo.
Sonriendo, el muchacho comenzó a recorrer con la mirada, maravillado de la majestuosidad del lugar. La gente en el leía en las plataformas, colmadas de repisas de libros, o rezaba en algunos ídolos con cruces o símbolos abstractos ubicados entre algunas repisas.
En este sitio, eran mas vistosas las personas de capa o chaleco que a Jaune llamaran antes la atención.
Estaban parados, taciturnos y pendientes, con una vigilia total. A Jaune pareció incluso algo intimidante.
Mientras subía por las escaleras, sonrió al reconocer en algunos dibujos de los vidrios las historias que le contasen de pequeño para dormir. Héroes legendarios cuyo altruismo salvó vidas y los llevo a la gloria.
A unas plataformas de destino, la canción acabó suavemente...
(Fin del Ost)
Len abrió los ojos con calma, esbozando una sonrisa al hacerlo – Veo que hemos llegado a la biblioteca en espiral.
Jaune la miró entre sorprendido y complacido. La melodía, si bien muy distinta a la original, había sido muy bella.
- Eres muy buena con el violín – Admiró el muchacho, con una sonrisa en su rostro – ¿Nunca has pensado en tocar en alguna orquesta? Creo que quedarías muy bien en una. Particularmente, creo incluso que podría encontrar a la compañera perfecta para hacer de solista con tu música.
- O no, no podría...- Comenzó a decir Len, mientras se ponía a la par de Jaune y comenzaba a subir las escaleras junto a el. Con sus dedos, nerviosos, comenzaron a tomar su cabello y enredarse con el. Este tema de conversación siempre la ponía así – Me debo a la catedral, señor Arc. Al tomar nuestros votos uno debe permanecer fiel a ellos de por vida...
- Pero tienes tanto talento – Inquirió el muchacho, poniendo énfasis en sus palabras al enturbieser su mirada - !Sería una lastima que lo desperdiciaras así¡ No digo que lo desperdicies ahora... pero dar tu habilidad a conocer en el mundo sería genial.
- Bueno... quizá mis votos... !No no¡ No puedo, no podría... no tendría tiempo...- Sonreía al hablar, su rostro sonrojado, mirando hacia el costado, formando una imagen muy adorable...
"!Despierta tonto¡" le gritó su voz interna, sacándolo de su estopor. Avergonzado, se rascó la cabeza y sonriendo con la cara sonrojada, trató de cambiar el tema – Estos... son muchos libros ¿Verdad? Es extraño que no haya nadie con armar a la vista.
"De echo tenía la esperanza de que me dijeras algo como "Yo tengo esto" Y transformaras tu violín en una guadaña gigante. Pero creo que solo Ruby puede hacer eso ¿Verdad?"
Len volvió a mirarlo, complacida de que la conversación tirara para otros lares – Las armas nuestras son la fe, señor Arc. La fe y el control. Mediante ambos, podemos tener armas mas mortíferas que la mas grande de las pistolas o las mas afiladas de las espadas. Y todo empieza por una sola cosa. El alma.
- ¿El alma?- Jaune estaba confundido, pero esto era interesante, así que bajó la velocidad de su andar.
- El alma se materializa mediante el aura, y cuando el aura es lo suficientemente fuerte, lo hacen nuestros semblantes, siendo el puente entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Aquí es donde nuestros semblantes actúan. Nosotros tomamos lo que no debería estar en este mundo, el caos que lo inunda, y lo armonizamos. Lo utilizamos para suavizar el mundo que nos rodea. Nuestras almas son nuestra mejor arma, y nuestro semblante es el gatillo.
- Claro, ahora lo entiendo – Indicó Jaune, haciendo un ademán victorioso con la mano.
- ¿De veras?
- No. No entendí ni una sola palabra – Admitió el muchacho, bajando los hombros y la cabeza, derrotado.
- Pues no se preocupe, señor Arc. Su tutor le explicará mucho mejor que yo acerca de como manejar su alma, y las almas del caos. Hasta entonces – Con una respetuosa reverencia, le dio la espalda y comenzó a bajar las escaleras.
El muchacho estaba apunto de replicar. De decirle que se detuviera, pero entonces notó que estaba frente a una un gran portón de madera, justo en el final de la escalera.
- Esta debe de ser la sala – Murmuró, tocando con algo de miedo, la puerta.
Un hombre alto, de pelo rojo, con una remera gris muy ajustada, unos pantalones con tiras de cuero que salían disparadas para los costados, y una mirada fría tras unos ojos amarillos, le miró directo y le dijo con voz cortante - ¿Si? ¿Que quieres?
Intimidado por semejante aparición, el muchacho tomó toda su fuerza de voluntad para preguntar
- ¿Está el señor... Clovis?
- Obispo, el chico de Vale ha llegado. Le estaré esperando en los patios traseros del bloque doce – Sin mas, salió de la habitación pasando por el lado de Jaune sin dar muestras de haber notado que estaba allí.
Aún temeroso, el chico pasó por las puertas, mirando hacia una habitación... normal. No muy grande.
Una pequeña biblioteca a un costado, y un cuadro de una armadura en el otro. Piso con alfombra, un escritorio de madera antiguo, con dos sillas en frente, y un sillón detrás, en donde se sentaba un anciano con un gorro azulado del clero en la cabeza y una túnica gris.
El rostro del hombre mostraba muchas arrugas, pero también mucha calma.
Detrás de el, una gigantesca ventana de varios colores, representando la pelea entre un legendario guerrero contra el mas grande de los Grim, transparentaba la luz solar.
- Bienvenido. Tu debes ser Jaune Arc ¿Verdad?
- Si. Si señor – Dijo el muchacho, duro como una piedra, mientras hacía una torpe reverencia tratando de parecer cortes.
El anciano sonrió con complicidad – Deja las formalidades. Me gusta ser amigo de mis alumnos. Aquí vendría a ser el equivalente de Ozpin, así que toma asiento – Invitó el obispo, señalando las sillas en frente de su escritorio – Y deja las mochilas en el piso. Es un largo camino hacia aquí y debes de estar cansado.
El muchacho no argumentó contra eso. Realmente estaba empezando a dolerle el hombro y los brazos.
- Bien ¿Por donde empezar? Me han dicho de tu semblante, Jaune. ¿Sabes algo sobre que es capaz de hacer ese semblante? ¿O su nombre al menos?
El muchacho negó con la cabeza.
- Entonces iremos desde el principio de todo ¿Si? Voy a explicarte, y solo me preguntarás cuando te hayas perdido en mi explicación. Luego te diré lo que debes hacer y a donde te hospedarás mientras estés aquí. ¿De acuerdo?
El muchacho no replicó en lo absoluto.
La explicación fue larga, y muchas veces el obispo tuvo que repetirse a si mismo de una manera mas clara y profunda. Pero el anciano se tomó todo el tiempo que fue necesario para explicar las bases de su entrenamiento, por que también eran las bases del motivo por el cual había sido enviado a la orden.
Si el semblante es la manifestación del alma de cada uno, en cada ser el semblante es único e irrepetible según la teoría de la identidad de las almas...
Pues bien, para algunos, eso es una burda mentira.
Mas de uno había desarrollado un semblante parecido al suyo. Podía tomar la forma de un rayo que saliera de la mano, de una luz cegadora que emanara de su cuerpo, o de su sangre endureciéndose hasta hacerse piedra en contacto con el aire.
¿Que quería decir este semblante? Estudios y teorías trataban de responder a esa pregunta por todo Remnant, pero ninguno lograba dar una respuesta concisa.
Pero ellos si.
Los fundadores de Rotarl, y de la orden en particular, eran personas con estos semblantes, pero que indagaron toda su vida en sus usos y particularidades, encontrando respuestas varias hacia sus predicamentos.
Primero, abordaron el tema del alma, la cual es la esencia de cada individuo, y en ellos demostraba el recuerdo. La vinculación hacia las personas que ya forman nuestro pasado y el del mundo en el mas halla.
Segundo, abordaron el tema del semblante, el cual es la forma que tiene el alma de manifestarse en la materia, y en ellos usaba maneras particulares de demostrar su existencia. Esos semblantes se relacionaban con las almas en su estado mas puro.
El rayo era para indicar a un alma en donde se encontraba un sitio, el cual brillaba como un faro al tener la electricidad rodeando su cuerpo.
La luz era para llamar a las almas a donde se encontraba uno, quien se manifestaba en frente de ellos como si fuera una sala abierta.
Y por ultimo, la sangre en forma de piedra era para mantener la propia alma en su cuerpo, no dejando que esta se pierda en el caos.
El tercer tema abordado se trató sobre esto. Caos.
El caos que existe en todas las cosas siempre que hay orden. Se mantiene el equilibrio entre uno y el otro.
Pero el caos, obedeciendo a su naturaleza, siempre busca expandirse. Y es mediante la oscuridad, o mas vulgarmente llamado, el mal, por donde trata de cumplir su cometido.
Es allí donde los usuarios de estos semblantes aparecen.
Ellos son los controladores y armonizadores del caos. Al caminar entre el plano de los vivos, estando en contacto con el de los muertos, logran ver entremedio de ambos y notar el caos.
En ese lugar es donde vagan las almas de aquellos sin rumbo o con propósitos caóticos, y con ellas es que los cazadores de Rotarl usan sus poderes.
El semblante indica como los obtienen. Nada mas.
Jaune le miró extrañado. Era demasiada información para digerir en un solo día, y ni siquiera había llegado a su habitación aún.
- Pues bien Jaune. ¿Tienes alguna otra duda? - Preguntó el anciano, sonriendo.
El muchacho simplemente negó con la cabeza. Mintiendo, quizá, pero el pensó que se veía creíble.
- Entonces, déjame acompañarte a tu habitación – Indicó hacia la puerta con un ademán, mientras se levantaba se su asiento.
Juntos bajaron las escaleras, Jaune de repente extrañando el tener una canción al andar y recordando a sus amigos y amigas de la academia de Beacon.
En Rotarl era tan distinto... con tanta atención a los detalles y tanta elaboración...
Bajaron hasta el final de la biblioteca en espiral, y hasta la salida de la catedral, por la cual el muchacho volvió a ver a Len tocando su violín entre sus compañeros, radiante y sonriente.
No quiso interrumpirla.
- Intentar volar hacia las estrellas puede ser peligroso, señor Arc- Insinuó el obispo, manteniendo su sonrisa, a lo que el muchacho desvió la mirada rápidamente, sonrojado – Pero ¿Quien puede culparte por intentarlo? Es justo en esta ciudad en donde se encadenó al mas grande de los poderes, en afán de abrazar un ideal superfluo. Tu ambición parece mucho mas humilde a mis ojos.
Con la mirada confundida, Jaune le preguntó, mientras observaba como saludaban al anciano muchas de las personas con capucha que pasaban a su lado - ¿A que se refiere con eso?
El obispo sonrió. Esta historia estaba entre sus favoritas.
- En el mundo hay cosas tan espeluznantes como el Grim mas despiadado, pero hay quienes, entre esos seres destructivos, logran sobrevivir lo suficiente para ser, o parir, a un nuevo tipo de monstruo- Caminaron hacia afuera de la catedral, y comenzaron a pasar por debajo de los puentes de ladrillo verde, entre las cúpulas vidriosas cubiertas por elevaciones, adornos y pilares del mismo material y color – A esos seres se los llama "Embodiment", y son los seres mas terribles de los que se tiene datación. Uno mas poderoso que el anterior– Salieron de entre las cúpulas, y empezaron a caminar cuesta arriba por las calles de la ciudad, el obispo con las manos entrelazadas a su espalda y una veterana sonrisa en su rostro –Uno de ellos, el mas poderoso, era la encarnación del caos, y se llamaba Azrail. En otros lugares, también lo conocen como Gabriel. Pero aquí le llamarás Azrail, por que fue así como el se dirigió a nosotros – Jaune de repente dirigió toda su atención al relato.
Gabriel, el destructor. Gabriel, el monstruo que casi destruye el mundo, aunque ninguna historia indica como ni por que...
Era el villano en muchaos relatos, el y sus seguidores.
- Un "Embodiment" como ya te e dicho, es un Grim muy poderoso, pero que de tan poderoso, a desarrollado las capacidades del habla y el razonamiento a una forma mas halla de la que imaginas. La venida de un "Embodiment" se cree que es una prueba hacia la humanidad, ya que si sobrevive a ellos, pasan muchos cientos de años antes de que otro aparezca. Eso... también es una burda mentira. Azrail es un Grim que existió desde la creación de Remnant, en incluso desde antes. Se comparte la teoría entre los estudiosos que fue incluso el primer Grim. Y el se manifestaba en nombre del caos, manteniendo en un estado de igualdad frente al desorden a los planos de los muertos y los vivos. Fue solo entonces que los primeros héroes surgieron en el mundo, pero ellos no usaron el poder del Dust, como está en los anales de la historia popular, debido a que el Dust en si no existía aún. Ellos usaron el poder de sus almas. Sus auras, para sellar al ser y tomar el poder para ellos. Pero no pudieron controlarlo, y el poder que obtuvieron se dispersó por el mundo, como remanentes del esfuerzo y codicia de los héroes, separando los planos y trayendo orden.
- Entonces, aquí se cree que Remnant se refiere al remanente de los esfuerzos de estos héroes – Reflexionó Jaune, con el dedo en el mentón.
- En otros lados puede creerse distinto, y respetamos esas creencias, pero aquí creemos en eso. No inicies discusiones en vano – Pidió el anciano, mientras se paraba frente a lo que parecía ser una cabina circular, en donde, detrás de un vidrio reforzado, se hallaba una muchacha con anteojos, camisa y pelo rojo enrulado.
- Buenos días obispo – Sonrió la muchacha - ¿En que le puedo ayudar?
- Si, buenos días Bermella. Busco la llave de la habitación número ciento nueve, en la sección dos del departamento siete.
- Como no, deme un segundo – La muchacha escribió breve mente en una computadora a su costado, antes de agacharse y correr una puerta de madera. Luego de unos minutos, la muchacha se levantó con un juego de llaves colgando de su dedo – Estas son. Denme un segundo – Tomó de su costado una caja que sostenía lo que, Jaune pensó, era la superficie en donde saben venir los anillos de compromiso.
Pero claro, esta en realidad cedía ante la presión de la llave, dejando su silueta en el material.
- Listo. Que tenga muy buenos días obispo – Saludó cordialmente con una reverencia, antes de sentarse frente a la computadora de nuevo.
Con el molde en la mano, el obispo se cruzó al frente, a un negocio de llaves. Jaune le esperó afuera, aprovechando para maravillarse con la arquitectura, hasta que el obispo salió de nuevo, unos diez minutos mas tarde, con un manojo de llaves en la mano – Esta listo. Una de estas servirá. Ahora vamos a tu habitación.
Y caminaron... por las calles de ladrillo, anaranjado ahora, haciendo distinción con el verde de las casas.
Y caminaron... en frente de las inmensas catedrales que poblaban la ciudad.
Y caminaron... mirando los enormes pilares que trataban de alcanzar el cielo, en un vano intento de tocarlo.
Y caminaron... entre los pilares conectados por puentes, subiendo enormes y largas escaleras en espiral...
Y Jaune, arrastrándose, sin aliento ni fuerza, sus mochilas colgando de su espalda, respirando dificultosamente, siguió los pasos del obispo, aliviándose de que al fin parara su andar en frente de una puerta.
(Ost: "Chaos Legion - FLY [English Version] (Performed by LIV)" )
- Pues bien, aquí hemos llegado...- Al instante en que el obispo se dio vuelta, Jaune estaba parado, mirando hacia el costado con gesto orgulloso, y los puños en las caderas – Eh... señor Arc... - El obispo hizo un esfuerzo sobre humano para no reírse – Sus pantalones.
Al instante en que el muchacho se dio cuenta de que al arrastrase había desabrochado si cinturón. Tres rostros salieron de la puerta de la habitación, mirándolo...
El les miró...
Ellos y ellas le miraron a el, a su cara de estupefacción... y a sus ropa interior de ositos.
Quizá lo peor era que, entre ellos, estaba Len, quien se sonrojó hasta emular un tomate y se metió rápida mente a la habitación.
Las otras tres caras le miraron durante un rato...
- !Hey¡ !Son iguales a los míos¡ !Copion¡- Replicó uno con la piel grisácea.
El rostro restante simplemente comenzó a reír a mas no poder.
Jaune levantó sus pantalones, mientras el obispo, sin ser escuchado por nadie, murmuró – Tenías razón Ozpin. Este será un año interesante. Aunque mas bien, diría chistoso...
Fin del capítulo.
PD: No tengo mis otras historia en hiatus, por las dudas. Voy a tratarlas igual que a esta, y voy a actualizarlas cuando las tenga terminadas y corregidas :P.
