Capítulo 1: Una Segunda Oportunidad

Hola chicoooos! bueno, este es el primer fic que escribo en toda mi vida! es sobre mi pareja favorita de la saga Twilight, Bree y Diego

:D

Bueno, pues como saben, el libro no termina nada bien para ambos... SPOILER... Porque ambos mueren, u_u FIN DE SPOILER

Pero haber si con mi pequeño fic les alegro un poco la vida jajajaja. Ojala les guste, NO OLVIDEN DEJAR REVIEWS! Estare actualizando, porque la historia va para largoo!

Un beso a mis hermanitas de Swansea!

-Arya

Una Segunda Oportunidad

**-¿Félix? -dijo jane con pereza.

-Espera -interrumpió en voz alta el pelirrojo. Se volvió a Carlisle y prosiguió con rapidez-: Podemos ex plicarle las reglas a la joven. No parecía mal predispues ta a aprenderlas. No sabía lo que hacía.

-Por descontado -dijo Carlisle enseguida-. Estamos preparados para responsabilizarnos de Bree.

El rostro de Jane adoptó una expresión que daba el aspecto de no tener claro si se trataba de una broma.

Y si era tal broma, tenía mucha más gracia de lo que ella estaba dispuesta a reconocer.

-No hacemos excepciones -les respondió, diverti da-, ni damos segundas oportunidades. Es malo para nuestra reputación.

Era como si se estuviese refiriendo a otra persona. No me importaba que estuviese hablando de matarme. Sabía que el clan de los ojos amarillos no podía detener la. Jane era la policía de los vampiros. Y aunque aque llos polis vampiros fueran unos corruptos —realmente corruptos-, el clan de los ojos amarillos al menos lo sabía.

-Lo cual me recuerda... -prosiguió Jane con la vista clavada en la humana y una sonrisa cada vez más am plia-. Cayo estará muy interesado en saber que sigues siendo humana, Bella. Quizá decida hacerte una visita.

Sigues siendo humana. Entonces iban a convertir a la chica. Me preguntaba a qué estarían esperando.

-Se ha fijado la fecha -dijo la chica menuda del pelo corto y negro y la voz clara-. Quizá vayamos a visitaros dentro de unos pocos meses.

La sonrisa de Jane se desvaneció como si alguien se la hubiese borrado de la cara. Hizo un gesto de indife rencia sin mirar a la vampira del pelo corto, y me dio la sensación de que, por mucho que Jane odiase a la hu mana, su odio por aquella chica menuda era diez veces mayor.

Jane se giró hacia Carlisle con su inexpresividad de antes.

-Ha estado bien conocerte, Carlisle... Siempre creí que Aro había exagerado. Bueno, hasta la próxima... Así que aquí se acababa todo, entonces. Seguía sin sentir miedo. Sólo lamentaba no haber tenido la opor tunidad de contarle a Fred más acerca de todo aquello.

Se adentraría prácticamente a ciegas en este mundo lleno de peligrosas intrigas, policías corruptos y clanes secretos. Pero Fred era listo, cauteloso y tenía «ta lento». ¿Qué iban a poder hacerle si ni siquiera eran capaces de verlo? Tal vez el clan de los ojos amarillos se encontrase con Fred algún día. «Sed amables con él», pensé mirando al que leía la mente.

-Encárgate de eso, Félix -ordenó Jane con indiferen cia y con un gesto del mentón hacia mí-. Quiero volver a casa.

-No mires -susurró el pelirrojo. Y cerré los ojos.**

De pronto me encontraba en aquella cama. No estaba muy segura de porque habría una cama en la casa de un vampiro, mucho menos de un clan, pero estaba segura de que estaba allí probablemente por la presencia de la humana. El aroma me quemaba la nariz, y sentía que la garganta se me deshacía como si en lugar de haber bebido sangre, hubiera bebido alguna clase de ácido.

-¿Cómo te sientes?-Preguntó Carlisle al entrar a la habitación. Yo me incorpore. Me parecía estúpido estar tendida en una cama, cuando bien podía haber ido a buscar a Fred. "Ya que" pensé. Hacía mas de un día que Fred ya no estaba… tampoco Diego.

-Tengo mucha sed.

-Te costará acostumbrarte.

Yo cerré los ojos con rabia. ¿A esto le llamaban salvarme?, ¿A dejarme encerrada en una casa lujosa sin poder beber ni gota de sangre, mientras una suculenta humana andaba suelta por el piso inferior? En momentos así, hubiese preferido que la encapuchada, Jane, hubiese tomado mi cabeza entre sus manos, y me la hubiese arrancado.

-No suelo hacer esto, pero nuestra prioridad es mantenerte con vida, y lo mas cuerda posible.-Susurró Carlisle, y sacó de una bolsa de lona que traía, una bolsa de sangre, como aquellas donde se aplica el suero en un hospital.

-¿Qué es?-No quería decir eso, si no, ¿Porque me daba sangre si el otro vampiro, Jasper, había especificado que no debían alimentarme al menos en 48 horas?

-Sangre, la traje del hospital.

-¿Pero es?...

-Es humana, sí, no te daré sangre de oso el primer día.-Admitió Carlisle en una risita, seguía sin entender porque el clan de los ojos amarillos quería ayudarme.-Pero iremos reduciendo tu cantidad hasta que logres controlarte lo suficiente como para convivir con humanos sin querer asesinarlos.

Yo asentí, la garganta me escocía. Abrí la bolsa con los dientes, y me bebí la sangre del interior. No era caliente como la sangre directamente de un humano, y sabía a medicina, pero mi sed no me permitió darme lujos de selección, y en cuestión de segundos, la bolsa estaba vacía. Ni siquiera había sido suficiente para saborearla.

-Ahora baja, tenemos que explicarte las reglas.

-La humana…-Murmuré.

-Ella ya no está aquí.

Dicho esto, me tendió la mano para que bajáramos.

La casa era en exceso iluminada, todo estaba lleno de ventanales, y me pregunté porque un grupo de vampiros viviría en un lugar así. Las casas donde Riley nos llevaba eran oscuras y poseían un sótano donde nos ocultábamos (Y matábamos los unos a los otros). Pero estos vampiros eran sumamente extraños, se comportaban como…. Humanos.

"" -¡Espera!-Gritó el vampiro pelirrojo justo cuando Félix se disponía a arrancarme la cabeza.

Yo me volví asustada. ¿Qué esperaban?

-No la mates.

-Ya discutimos esto.-Repuso Jane enfadada, sin embargo dio la orden para que Félix se separara de mi. El vampiro pelirrojo suspiró.

-Conozco tu secreto Jane…-Murmuró con una sonrisa.-Si la matas, yo mismo iré con Aro y le contaré todo.

A pesar de saber bien de lo que hablaba, Jane actuó como si no tuviera idea.

-No se de lo que hablas.

-No, pero ella si, porque estuvo en el clan de Victoria.-Dijo señalándome con la mirada.

Pude ver como el semblante de Jane cambió por un segundo. De la segura y aterradora vampira, a la cachorrita asustada. Me pregunté si no habría sido solo una ilusión mía, luego de la carcajada que soltó.

-Alucinas Edward, ella no sabe nada que pueda interesarme, no tengo idea de que hablas.-Dijo divertida, aunque supe que obviamente los tres sabíamos bien el tema que tocábamos.

-Solo déjala tranquila.-Agregó el pelirrojo, Edward, demasiado seguro de si mismo.

-Jane, el propósito de los Volturi es proteger nuestra especie, esta niña no ha hecho nada, ni siquiera ha peleado en la batalla, podemos enseñarle, igual que hemos hecho con todos los de nuestro clan.-Pidió Carlisle, y Jane pareció meditarlo.

La amenaza del pelirrojo la había puesto a la defensiva, tal vez no era que mi vida le interesara en lo absoluto, si no que deseaba hacerle saber a Jane que conocía su secreto, que era un maldito clan de vampiros corruptos que deseaban su muerte, y que el aparente "jefe" de Jane le haría pagar caro si se enteraba de su pequeño y sucio negocio con Victoria. Ella pareció dudar, pero al fin, el miedo en ella cedió, aún sin dejarlo notar a los demás.

-Muy bien, estoy cansada de discutir. Si les parece divertido adoptar perros callejeros y entrenarlos, pues allá ustedes. Eso si les advierto.-Dijo mirándome de manera severa.-Si su nueva mascota causa el mas mínimo de los problemas, yo lo sabré, y vendré directamente a acabar con ella.

Dicho esto, volví a sentir como el fuego recorría mi interior, como se doblaban mis músculos y mis huesos, como una descarga eléctrica. Grité tan fuerte como pude, hasta que mis oídos me zumbaban, y cuando dejó de torturarme, caí rendida en el césped, sollozando.

-Hasta luego niña, vendré a visitarte pronto, de eso estoy segura.-dijo con una odiosa sonrisa que me provocó escalofríos.

Dicho esto, desapareció con su clan por donde habían venido. El vampiro pelirrojo me había salvado a mi y a Diego.

-Emmett, llévala a casa, debo ir a revisar a Jacob.-Dijo Carlisle tiempo después, ya que se había cerciorado que Jane y su séquito no estaban por ahí.""

-¡Hola Bree!, ¿Ya estas mejor?-Dijo la vampira menuda de cabello negro dando un par de brinquitos hasta llegar a mi, yo asentí asustada.

-Siéntense, vamos a hablar.-Indicó Carlisle.

La chica me tomó de la mano, y me llevó hasta un sofá, donde se sentó junto a mi. Pude notar que estaban todos presentes. Jasper, Esme (la mujer vampira que amaba a Carlisle), el vampiro enorme que había matado a Kevin, una vampira rubia con cara de pocos amigos, la chica menuda, y Carlisle. Estaban todos menos el vampiro pelirrojo que me había salvado, la humana, y aquellos extraños vampiros aulladores.

-Muy bien todos, tranquilos, estoy seguro de que Bree nos aclarará todas las dudas que tengamos, pero déjenla respirar un momento.-Dijo Carlisle.

Pude ver como Jasper se sentaba junto a la entusiasta vampira menuda, no sin antes mirarme de arriba abajo, como evaluando si planeaba algo.

Yo de todas maneras no habría intentado nada en contra de alguno de ellos, habían sido amables conmigo, y me agradaban mas que mi antiguo clan, pero extrañaba a Fred, y su poder para evitar que me miraran.

-Me alegra que te quedara mi ropa.-repuso la vampira menuda.-¡Soy Alice!-dijo tendiéndome la mano, yo la tomé dudosa, pero ella me parecía agradable.

Miré la elegante y suave blusa negra y los jeans que Alice me había prestado, llevaba meses con el mismo cambio de ropa, y sentir aquellas prendas suaves me hizo sentir bien… me hizo sentir bonita.

De pronto recordé a Diego… ¿Habría creído él que yo era bonita?

-Bree, primero, necesitamos que sepas como funciona esto.-Aclaró Carlisle.-Nosotros somos un clan diferente al tuyo.

-¡Vaya que sí!-Casi gritó el vampiro enorme.

-Emmett…-Lo reprendió Esme.

-Nosotros no bebemos sangre de humanos, nos consideramos "Vegetarianos".

Yo casi salté del sillón cuando escuche aquello.

-¡¿Qué?

-Tranquila, te acostumbraras.-Dijo Alice de manera tranquilizadora.

-Las reglas por lo pronto son simples. Vas a quedarte en esta casa, te vamos a vigilar. Vas a tener que acostumbrarte poco a poco. Se bien que ahora tu sed es atroz, pero necesitaras ir reduciendo tu cantidad de sangre cada vez, y también aprender a controlarte con los humanos. Será difícil, pero vamos a estar ahí para ayudarte.

-¿Por qué quieren ayudarme?-Pregunté confundida.

-Porque eres una pequeña que necesita ayuda.

Casi me sentí ofendida, ¡¿Qué acaso me veían como una pequeña e indefensa criatura a la que debían cuidar?

-No tienes que quedarte si no quieres.-Repuso Jasper.-La puerta está por allá, tu sabes si quieres continuar cazando humanos, para que Jane venga por ti.

Por el tono frío que utilizó, supe que no bromeaba. Sabía que de todo el clan, el que menos quería mi presencia ahí era Jasper, sin embargo, y por mas tentadora que me pareciera la idea de irme, y continuar por el mundo bebiendo tanta sangre como quisiera (ahora con la ventaja de poder cazar de día)… sabía que sin importar en que parte del mundo estuviera, Jane me encontraría, y me haría pagar, me mataría lentamente no sin antes torturarme tal como habían torturado a Diego. La idea me aterraba. La sensación de fuego quemante en mi interior que Jane era capaz de provocar, solo porque si, seguramente no podría compararse al dolor que me provocaría el matarme, seguramente me haría sufrir por horas, hasta que le suplicara que me matara. Los monstruos como ella hacían eso.

-No quiero irme, estoy dispuesta a aprender.-Contesté de buena gana, mas asustada que nada.

-Muy bien, pues entonces bienvenida a la familia Cullen Bree.

"Bree Cullen"… pensé. Ese sería mi nombre desde ese momento. Viviría como una vampira amaestrada… casi como una humana. El hecho de no poder beber sangre humana nunca mas, me puso la piel de gallina.

-Conoce a la familia.-Dijo Esme levantándose de su asiento.- Ya conoces a mi esposo Carlisle. Yo soy Esme.

-Es como nuestra madre.-Susurró Alice en mi oído.

"Una familia"… la idea me parecía extraña, lejana, desconocida… no había tenido una familia, ni de humana, ni de vampira… lo mas cercano que había tenido alguna vez, eran Fred y…

-Ellos son Rosalie y Emmett, y ya conoces a Jasper y Alice.

Asentí con un movimiento de cabeza. Así que esa montaña enorme se llamaba Emmett, y la hermosa vampira rubia se llamaba Rosalie. Ella no pareció darle ni siquiera la menor importancia a mi presencia, mientras que Emmett se puso de pie y me estrujó.

-Si te portas mal, te castigaré hermanita.-Me dijo Emmett. No se porque, pero eso me obligó a sonreír, cuando hubiera deseado darle un buen golpe.

-Faltan Edward y Bella.-Murmuró Alice.

-A ambos ya los conoces. Por el momento no podrás ver a Bella, por seguridad de ambas…

-Pero van a transformarla, ¿No?, eso es lo que Jane quiere.

-Si, va a convertirse en una de nosotros muy pronto, pero es peligroso que estén frente a frente mientras no puedas controlarte.

Yo asentí. Así que aquel vampiro pelirrojo se llamaba Edward. El que me había salvado la vida, el que había vengado a Diego… Y la humana, era Bella. Pude imaginar, por la manera en la que hablaban de ella, que no era solo la mascota, o el bocadillo del grupo, si no que, a pesar de que fuera humana, era miembro de ese clan… de esa "familia".

-Muy bien Bree, ahora, a explicarte las reglas…