Hola =) paso a dejarles un fic nuevo.
El otro día estaba leyéndome un One-shot que me hice hace mucho y luego medio me lo pensé y termine con esta idea.
Espero y les guste vale, es prácticamente basado en mi One-shot. Si quieren, bien pueden pasarse por él y criticarlo un poco ;D
¡DISFRUTENLO!
~Do you bet?~
Inicio
La miro a los ojos con la pieza en sus manos, alternando la vista de ella a la mujer y compañera suya frente a él.
Una gota de sudor se resbalo por su cien hasta llegar a su mandíbula y trago duro antes de dar su último movimiento.
Todos lo miraron con la cara y la quijada desencajada, sobre todo la rubia que veía que su juego estaba ya perdido, soltó un suspiro y aparto su pieza frente a la del pelirosa y soltó un leve murmullo, desconcertando al chico.
- ¿Que has dicho Lucy? - la ira subió al rostro de la chica nombrada y todos en el gremio que estaban alrededor de ellos la miraron atentos, levanto lentamente el rostro y con un puchero en el respondió.
- has ganado Natsu - soltó sin más y el rostro del joven se ilumino y se levantó mirando las piezas de ajedrez como si no supiera que hizo.
- ¿Gane? ¿Yo? ¿Cómo? - repaso sus piezas y las de ella, no sabiendo como logro ganarle
- eso mismo me pregunto... ¿Cómo has ganado si ni siquiera sabes cómo lo has hecho? - se levantó igual que él y lo miro de manera retadora
- quizá solo es un golpe de suerte - la voz suave y melodiosa de Levy se hizo escuchar y todos asintieron ante lo que había dicho
- como sea, te he ganado Lucy... - sonrió de manera maliciosa y la rubia sintió una corriente eléctrica en su espalda, al parecer el pago de su derrota no sería muy grata - eres mi esclava -
En el gremio se escuchó una carcajada al unísono al saber el castigo
Porque el par de amigos hicieron la apuesta de ser el esclavo del ganador en ajedrez, mas la rubia nunca contó con que ganaría su amigo y no ella.
Dura semana se le venía encima.
¡Continúe!
¿Qué os pareció? Espero y les allá gustado la idea.
Esperare sus reviews! :3
Sin más que decir, se despide Alexiel Izumi~!
¡HEY, SIGUE LOS PUNTICOS!
.
.
.
.
.
.