Bueno …bueno…bueno…he leído algunas historias sobre esta pareja y ¡me enamoré! Realmente me enamoré! Y como he seguido buscando pero encuentro realmente poco que no sea: ella viajando al pasado para compaginar su edad con la de él o historias de un solo capítulo que te dejan queriendo más. Por lo tanto he decidido escribir una a gusto y gana. No serán muy largos, pero la historia espero que sí. En fin..espero que les guste…a mí ya..a como se va formulando en mi cabezota!. Saludos! Y gracias por leer.
La finca de piedras negras
Capítulo 1. Situaciones desesperadas, medidas desesperadas
El 12 de grimmauld place era un lugar lúgubre, húmedo y muy solitario. Una casa con recuerdos impregnados en las paredes y no precisamente agradables. Sirius Black suspiró por enésima vez sentado frente a la madera crepitante de la chimenea. Tamborileó sus dedos en su vaso de Whisky y se echó el último trago. Era tarde, y debía tratar de dormir.
Iba a subir el primer peldaño de las escaleras, cuando giró en sí mismo para volver por su queridísima nueva amiga: la botella de Whisky. Fue entonces que levantó la botella a contra luz de la chimenea, y entornando los ojos prestó atención a las letras del frente, grandes y cursivas. Frunció aún más el ceño. Aquella firma, le era familiar.
-¡Cómo no!-murmuró para sí y sus labios se curvaron en una amarga sonrisa-
Subió las escaleras con gran esfuerzo, su equilibrio le estaba jugando una mala pasada o era quizá esa condenada botella del destilado.
El sonido de las cortinas corredizas le hizo rebujarse contra sus sábanas pero lo que le trajo al día que iniciaba fue el sol que se coló por las grandes ventanas.
-¿Pero qué carajos?-refunfuño levantándose de forma perezosa y evitando el reflejo de luz con una mano-
-¡Sirius Black! Levántate ahora mismo-ordenó una figura frente a él que logró reconocer sólo por su voz, la luz no le permitió asimilar sus gestos-
-¿Lunático? ¿Qué intentas? ¿Dejarme ciego?-vociferó tanteando el suelo en busca de sus pantalones de pijama-
-¡Oh! ¡Anda!-apuró lanzándole su camisa holgada-..Tenemos cosas que hablar-
-¿Tan temprano?-
-Es hora del almuerzo..no lo es tanto-
-Lo es para mí-gruño antes de salir tras de su amigo rumbo a la cocina-
Remus Lupin preparó café, por las enormes ojeras que su amigo tenía, era más que evidente su desvelo. Además del mal humor. Con un movimiento de la varita, apareció una tarta de manzana y unos cuantos bagguets.
-Gracias querida, tú siempre realizas los mejores almuerzos-bromeó mientras se sentaba en la mesa-
-Bromea mientras puedes, Canuto-Remus lo observó de manera reprobatoria y se sentó frente a él-
-¿Y bien?-
Remus suspiró con pesadez y cruzó sus manos. Se hizo un silencio tan largo que Sirius se sintió incómodo ante la mirada escrupulosa de Lupin.
-….Remus..Lunático..no estoy de humor para sermones, así que ahórrate palabras de una buena vez si tú piensas reprender mi estilo de vida como acostumbras y...-
-El banco de Gringotts fue saqueado-no era la forma ni el tono en que lo quería decir, pero así salió tan abruptamente de sus labios-
Sirius arqueó una ceja, y Remus advirtiendo su cuestionamiento prosiguió.
-Una de las principales bóvedas saqueadas.. fue la tuya-
-¿Cómo? ¿Quién? ¿Cuándo?-Sirius detuvo el café entre sus labios y barbilla estupefacto, se suponía que ese lugar era impenetrable-
-Anoche, y aún no sabemos quién ni cómo-Remus suspiró pesado- ..No parece forzado, no hay indicios de magia, nada. Lo que hace pensar que..-
-Fue interno-
Remus asintió enérgicamente.
-¡Mierda! ¿y ahora qué?-Sirius parecía tan impasible ante Remus, pero por dentro se cuestionó ¿Qué tanto le afectaría esto? Realmente le gustaba su vida solitaria, de encierro y sin preocupaciones -
-Tendrás que ir al ministerio, al departamento de robos y extravíos. Específicamente al de bienes raíces magicas…y es probable que debas buscarte..un empleo-
-¿Empleo?-Sirius arqueó una ceja, es algo que realmente nunca llegó a conocer. Y no es que le disgustara el término ni lo que conlleva pero ¿de qué diablos iba a trabajar un ex convicto que aun otorgado el perdón por el mismo ministro de magia, recibía miradas de recelo-
-Sí, Sirius..eso que realizamos los simples mortales-bromeó Lupin-
-Me puedes decir ¿de qué puedo trabajar? ¿Quién me dará empleo en todo caso? ¡Ilumíname con tu sabiduría! Porque francamente en este momento mis neuronas no logran conexión!-ironizó casi al borde del cólera-
-No lo sé..no te enojes conmigo…esto no es mi culpa-se aventuró Remus a murmurar y dio un leve sorbo a su té, luego observó meditante la taza-..
-Lo sé, lo sé…lo siento lunático-Sirius suspiró y se expandió por sobre la silla-..¡esto es una mierda!..-murmuró-
-Sí-respondió Lupin- ¿Estarás bien? ¿Canuto?-le miró, parecía perdido en sus pensamientos-..sabes que cuentas con nosotros, Dora y yo..Harry.. ¿lo sabes? ¿Cierto?-
Sirius asintió ensimismado. Se hiso el silencio de nuevo, tan sepulcral. Remus miró su reloj de bolsillo y luego la cara contrariada de su amigo. Era una noticia que sopesó, pero más valía que fuera él quién le diera por enterado antes que alguno de los "enanos desgraciados" como les llamaba Sirius a los duendes.
-No olvides ir al ministerio mañana. A Gringotts también y ver cómo es que se resolverán las cosas. Debo marcharme, Dora se va de misión y debo cuidar a Teddy-
Sirius se limitó nuevamente a asentir, se levantó para acompañarlo a la salida. Le dio una escueta despedida con la mano y se ensanchó en el sillón de su sala. ¿Qué diablos iba a hacer ahora? Tenía poco dinero consigo, a decir verdad guardó en la casa por si algo pasaba con su bóveda, predisponiendo una situación actual; siempre sospechó de esas criaturas que cuidaban con tanto afán las monedas y posesiones brillantes acabarían por torcer su camino.
Y en cuanto se resolviera dónde jodidos se fue su dinero, debía idear una entrada del mismo. Grimmauld place no era un sitio que se mantuviera por sí solo, había que pagar facturas ¡claro! El ministerio no dejaba pasar una. Se levantó del sillón y fue rumbo a la licorera. Al verla vacía, buscó entre los estantes debajo encontrándose nuevamente con una botella de whisky igual a la que bebió una noche anterior.
-Piedras -leyó la etiqueta en voz alta-
Siguió leyendo la etiqueta:
Orion Black & hijos desde 1977
Piedras negras
Etiqueta negra
Destilado, etiquetado y embotellado en Escocia
Recordaba vagamente los negocios de su padre. Este era uno de tantos que se quedó en el olvido tras su muerte. Seguro la destiladora y todas sus hectáreas estaban desiertas, más que desiertas. Serian ruinas. Además, seguro ese fue uno de sus tantos usufructos a los propósitos de Lord Voldemort. De pronto sintió vergüenza de llevar el apellido Black.
-Me temo decirle que no podemos hacer mucho por usted Sr. Black-dijo el hombre tras el escritorio, que le miraba con una sonrisa en la cara de soberana satisfacción-
-¿Qué quiere decir con eso?-Sirius trató de guardar compostura y ser cortes a pesar que tenía unas enormes ganas de estrangularlo-
-Debe esperar a la resolución de los hechos, y a que averigüemos a dónde fue a parar su dinero. Le mantendremos informado-
-¿Y? ¿mientras me quedo desvalido?-Sirius dio un golpe en el escritorio y el hombre que él tenía de frente frunció los labios en una línea blanca-
-Señor Black, le ruego no hacer ese tipo de arrebates en mi presencia. Su situación es lamentable ¡sí! Pero no tenemos culpa de ello- El hombre parafraseó un montón de normas y artículos del ministerio como si un loro. Sirius se tomó las sientes y levantó la otra mano buscando acallar al hombre-
-¡Ya entendí! ¡Ya entendí!-resopló-..¡estoy jodido!-
-Pues, podría vender su casa..por ejemplo-sugirió con malicia el "Jefe de bienes raíces mágicas"-
Era demasiado por asimilar. Cierto era que Grimmauld place no era su sitio favorito, de hecho en algún momento lo llegó a comparar con su celda en Azkaban pero ¿de eso a venderlo? -Y así iniciar un negocio con el monto que reciba de el-terminó por oírle decir al hombre llamado Richard Memphiss-
Sirius no estaba muy seguro. Pero de pronto un pinchazo de luz llegó a su embrollado cerebro ¡por fin Grimmauld place serviría para algo bueno!
-¿Qué opina?-preguntó Memphiss-
-Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas-respondió Sirius después de lanzar un largo suspiro hosco-
