Resumen:

GLEE AU: Situada 7 años después de la graduación. Kurt es Kurt, excepto que nunca conoció a Blaine Anderson. Blaine creció en Brooklyn con su madre y padre que era bombero. Rachel y Kurt se graduaron de NYADA, Kurt se ganó una maestría en Tisch y ahora viven en su primer departamento después de la universidad, listos para lograr sus sueños.

Desafortunadamente, Rachel nunca aprendió a cocinar de manera adecuada y casi le prende fuego a su casa nueva. Ahí entra Mr. Bombero de Calendario.

Notas:

Esta maravillosa historia fue escrita por Stone321, dejo sus links al final como siempre. Son 12 episodios más un epilogo, así que iremos más rápido que con las otras.

Si, ya sé que no debería de empezar a traducir nada si no actualizo primero las otras, pero… ¿podrían culparme de caer en la tentación de traducir a Blaine bombero?

Capítulo 1/12

Burt estaba revisando otra vez la habitación del frente, asintiendo aprobadoramente a Kurt. Kurt le había dado el tour en cuanto había llegado, y Kurt ya se había encargado de hacer los arreglos más sencillos, como reparar los marcos de las puertas y tapar un hoyo en la pared ocasionado por un golpe por la manija de la puerta. Quería que su padre pudiera ver que eran capaces de hacer eso; que podían tener una casa y ser responsables, y quería que su papá dejara de preocuparse de que estuvieran viviendo en la Gran Manzana. Cualquier oportunidad que Kurt viera para reducirle el estrés a su padre, la aprovechaba.

Rachel estaba parada en el marco de la puerta con su kit de herramientas rosa - aun sin usar, pero lleno de estrellas doradas como refuerzo positivo-. Kurt había apreciado el esfuerzo, aunque ella no era capaz de diferenciar entre un clavo y un tornillo.

"Muy bien. Ahora chicos…"

Kurt se cruzó de brazos y rodó la mirada. "Papá."

"Lo siento. Hey, perdona, me estoy haciendo viejo." Burt sonrió indulgentemente a su hijo, rascándose el delgado cabello bajo la gorra de beisbol. "Está bien, ustedes adultos maduros y responsables. Recuerden cambiar las baterías cada vez que el horario cambie, ¿me están escuchando? Las baterías son fáciles de remplazar, pero ustedes dos no."

Rachel sonrió al Sr. Hummel. "Si, señor. Incluso lo he escrito en mi calendario para los dos años siguientes. Cambiar las baterías de los detectores de humo."

"Buena chica. Ahora, Kurt?" Agarró a Kurt por el hombre, parpadeando al darse cuenta de que tenía que estirarse para alcanzarlo, y que probablemente había tenido que estirarse desde hace cuatro años. "Cuida bien a esta hermosa mujer, me entiendes?"

Rachel se pavoneó mientras guardaba su estuche de herramientas en la alacena bajo la barra que dividía la cocina del área principal de la casa.

"Y Rachel? Cuida mucho a mi muchacho, ok?"

Kurt sonrió y jaló a su padre para poder abrazarlo. "Gracias papá."

"No hay problema. Solo no olvides reportarte conmigo de vez en cuando. Ya sé que los dos ya son adultos maduros y eso, pero yo todavía soy tu papá, ok?"

Rachel corrió hacia Burt y se tiró a sus brazos en un abrazo apretad que le sacó el aire. "Gracias señor Hummel! Mis papás ya tienen su número y la noche del lunes es nuestra noche para hablar con la familia, ya lo decidimos. Eso en caso de que Kurt o yo tengamos un papel importante, esa es la noche que usualmente tenemos libre."

Ella se alzó sobre las puntas de los pies para darle a Burt un beso, el hombre un poco abrumado por tanto afecto. Kurt abrió la puerta principal para ofrecerle una salida de escape, acercándose a él para darle un último abrazo antes de que Burt regresara a Ohio.

Su papa se detuvo en el final de las escaleras, girándose antes de decirle bajito a Kurt. "No se te olvido que Finn va a venir el próximo sábado con el resto de tus cosas. Asegúrate de …uh" Burt miró hacia la casa, asegurándose de que Rachel no estuviera por ahí. "Asegúrate de que esos dos no tengan oportunidad para pelear ok? La última vez que esos dos se vieron, tuve que remplazar dos compresores de aire en el taller."

Kurt se rió suavemente. "No hay problema. Rachel tiene junta con uno de sus clientes, así que programare todo perfectamente."

Burt rodó los ojos y asintió, y se volvió a despedir mientras Kurt lo encaminaba hacia su camioneta, ya que tenía un largo camino por delante hasta Ohio. Kurt se quedó viendo hasta que la camioneta desapareció. Con la excepción de algunos libreros, algunas baratijas y muebles, y su guardarropa de invierno, estaba ya instalado en su primer hogar post-graduado.

No más closets minúsculos que le obligaban a enviar una y otra vez la mitad de su guardarropa, no más dormitorios o mini departamentos sin cocina. Habían tenido suerte - cualquiera que consiguiera un departamento decente en Nueva York tenia suerte- cuando un ex compañero de Rachel había tenido que salir de gira y había tenido que entregar ese lugar

Kurt subió las escaleras, dos escalones a la vez. Cerró la pesada puerta de madera, giró sobre un pie y aplaudió sonriéndole a Rachel. "Nuestro primer apartamento de adultos!"

Se agarraron de las manos mientras brincoteaban, sin importarles que tan infantiles se veían. Ambos habían pasado 4 años en la universidad con el flujo interminable de trabajos y presentaciones, luego Kurt había pasado tras agotadores pero asombrosos años especializándose en diseño de vestuario en Tisch mientras Rachel pasaba todo el tiempo audicionando y tomando cada rol que podía.

Finalmente, finalmente tenían su casi ideal departamento en Nueva York. Estaba en Brooklyn, no en el Upper West Side, y una de las 3 habitaciones de seguro había sido un closet en vidas anteriores, pero era de ellos. Tenía una cocina que podía alojar a mas de una persona a la vez, había un espacio para comedor, los techos eran altos, la estancia era los suficientemente grande como para albergar un piano vertical, un sofá y varias sillas y una tina de verdad, lo que significaba que al fin Kurt se iba a poder sumergir hasta los hombros cuando la usara y todo eso era de ellos.

Su departamento estaba en un lugar tranquilo y amable. Los arboles se alineaba en las calles y algunas personas con muchas esperanzas habían sembrado pensamientos alrededor de cada árbol, esperando que florecieran. Los edificios eran casi todos de ladrillo rojo, la mayoría con dos unidades aparte de un sótano grande para almacenamiento y lavandería. Cada piso era una unidad, había grandes entradas para estos. Los habitantes de los pisos superiores tenían su propia entrada en la parte de atrás. Y mucho mejor, había espacio entre cada edificio, lo que significaba que no habría más cabeceras pegando contra la pared, manteniéndoles despiertos toda la noche ni peleas de los vecinos a todas horas.

Kurt estaba a dos estaciones del teatro donde era director de vestuario; estaba justo en el centro de Broadway, así que podía caminar a las audiciones que consiguiera. Rachel podía trabajar en casa; ella llevaba contabilidad a unos teatros pequeños para proveerse de un ingreso más o menos estable mientras seguía audicionando cada oportunidad que tenia. Su sueño de Nueva York los estaba esperando..

Ambos estaban libres de ataduras, Rachel y Finn habían roto hace algunos mese, al parecer, ahora si definitivamente. Kurt había salido con algunos tipos desde que había llegado a N.Y., pero nada duradero que alimentara su naturaleza romántica. Todavía tenía la esperanza de ser arrasado por el amor; y encontraba a sus compañeros actores demasiado pretenciosos y siempre buscaban algo de una sola noche o encontraba con hombres más grandes que solo lo buscaban por lo joven que se veía. No había existido nadie que lo hubiera retado, nadie divertido, y emocionante y romántico. Bueno, si ya había esperado todo ese tiempo por el amor, podía esperar un poco más hasta que fuera el correcto.

Su estomago rugió. Se abrazó a su mismo, encorvándose ante la falta de comida y el exhaustivo trabajo que había sido la mudanza.

"Vamos a salir a cenar!" Kurt se movió a su habitación para cambiarse de los jeans y la playera que vestía, cuando Rachel lo agarró por la presilla del pantalón.

"¿Estas bromeando? Acabo de conseguir los ingredientes hace rato! Necesitamos inaugurar nuestra nueva cocina!"

Kurt se detuvo nervioso. No era que tuviera un problema con la filosofía vegetariana, más bien, estaba nervioso de lo que Rachel Berry intentaba hacer con la comida vegetariana. Rachel no era conocida por sus habilidades culinarias, por mucho entusiasmo que le pusiera a la comida. Y este era su primer departamento con una cocina completa, no nada más una parrilla y un microondas.

"Tus padres tenían una estufa de las modernas, y esta parece que era usada con carbón. ¿Estás segura de lo que haces?"

"Absolutamente!" dijo con confianza


Las sirenas resonaron por la calle, señal de que el camión de bomberos había llegado.

"No puedo creer que casi quemaste la cocina Rachel. Ni siquiera hemos estado cuatro horas en este apartamento."

Rachel se limpió una lágrima que había manchado su mejilla con la esquina de su delantal rosado. "Lo siento! Pensé que el tofu rostizado era buena idea!"

"Lo quisiste flamear con whiskey. Trataste de flamear el tofu con whiskey! Esos dos estilos de cocina no van juntos por una razón, Rachel." Kurt suspiró tratando desesperadamente de ser paciente. "Al menos sabemos que los detectores funcionan; mi papá estará feliz de saberlo." Kurt se congeló en su lugar, el pánico invadiéndolo. "Mi papá! No le vamos a decir nada de esto, ok?"

Kurt tembló, recordando la imagen de las llamas explotando del sartén donde Rachel estaba torturando a un inocente tofu. A la primera señal de fuego, Rachel había empezado a gritar como una tetera hirviendo. Kurt se estiró para poder apagar el gas y aventar la sartén hacia atrás. Ni siquiera habían desempacado el polvo de hornear, así que no podían hacer nada para evitar que el fuego se hiciera peor.

Habían corrido a las escaleras; el chillido de los detectores de humo sonando demasiado fuerte como para dejarlos pensar claramente, mucho menos dejarlos quedarse adentro. Kurt casi había tirado su celular a una alcantarilla frente a ellos antes de tomar un respiro hondo para calmarse y poder marcar al 911. Le dijo a una señorita muy aburrida que la estufa de su cocina estaba incendiándose y que por favor mandara a alguien rápido.

"Oh, sí claro," la voz le respondió, "por que usualmente le dijo a los bomberos que se tomen el tiempo que quieran. ¿Con quién crees que estás hablando?"

Kurt se tuvo que retirar del teléfono . Antes de que se instalara en pleno estado de diva tipo "Effie, estoy harto!", pero oyó las sirenas a la distancia, a unas cuantas cuadras. Aparentemente, la operadora no les dijo que se tomaran su tiempo. Soltó un suspiro, "Gracias," y abruptamente terminó la llamada.

Ahora estaban los dos en las escaleras, Kurt tratando de mantener sus palmaditas en un sentido de "todo está bien, todo está bien" y no "te voy a asesinar por casi matarnos".

Los inquilinos del piso superior, que estaban ahí , claramente molestos de que su noche de sábado viendo el football hubiera sido interrumpida. Las barrigas cerveceras, la cara de molestia y los jerséis de Michigan mantuvieron a Kurt alejado. Si había algo que su padre le había enseñado, era que ningún oriundo de Ohio que se respetara- incluso uno poco patriota como Kurt – era nunca confiar en quien le fuera a Michigan.

Kurt les sonrió queriendo verse apenado, y se encogió de hombros, pero estaban demasiado enfocados en ver el juego en las mini pantallas de sus teléfonos como para ponerle atención a sus intentos.

Las sirenas se apagaron, pero las luces seguían girando dándole el caleidoscópico efecto a las paredes de ladrillo mientras el camión se estacionaba frente al apartamento. 3 hombres vestidos en abrigos pesados y botas negras se bajaron de la parte trasera y energéticamente entraron por la puerta. Uno de ellos se acercó a Kurt, que estaba balanceándose en sus pies ansiosamente. Rachel estaba acurrucada en la esquina de la entrada, tratando de no estorbar, completamente mortificada.

"Llamaron por un incendio pequeño en la cocina?"

Kurt tosió intentando limpiarse la garganta y trató de responder, pero demonios. El nunca hubiera pensado que tuviera algo particular por los bomberos, era un cliché por completo, pero este bombero… bueno! Casi tan alto como Kurt, uhmm, quizás un poco más bajo, con hombros anchos, con un rostro amable, labios llenos y sensuales, No te le quedes viendo a sus labios, pensará que estas trastornado, y un corte de cabello todo arreglado con los rizos mas lindos que Kurt hubiera visto. Era una noche húmeda, y Kurt podía decir que esos rizos sobre la frente del hombre habían peleado y ganado.

Kurt parpadeó y se sacó a sí mismo de su fantasía de enredar sus dedos alrededor de esos rizos oscuros, jalando al propietario más cerca de él para mirar mejor esos labios sonrosados. "oh, uh, si. Un incendio pequeño."

El bombero señaló a los otros hombres en el camión, que estaban desenredando una manguera. "Oh dios! No creo que necesiten nada de eso," Kurt exclamó. "Nosotros nos acabamos de mudar, y ni siquiera tenemos un extinguidor, pensándolo bien…" terminó, sintiéndose terriblemente apenado.

El bombero hizo un ruido sin comprometerse y le hizo una señal a un hombre que manejaba un extinguidor tamaño industrial. Se lo pasó y el bombero principal les hizo señales a los otros con los ojos hacia la puerta.

"Por aquí," dirigió al bombero por la puerta, señalándole la parte trasera. La humareda originada en la sartén hubiera sido suficiente señal, pero Kurt no podía apagar su gen acomedido, al parecer.

"Quédese aquí hasta que hayamos determinado si hay peligro, por favor," el bombero dijo, levantando su mano, impidiendo que Kurt entrara.

El calor se expandió a través del pecho de Kurt, justo donde el bombero casi lo había tocado. Cada nervio en su cuerpo estaba zumbando de nerviosismo. Bueno, duh, tu apartamento nuevo acaba de incendiarse. Mmhh, si eso era. Los ojos de Kurt siguieron cada movimiento del bombero mientras este dirigía a los otros dos hombres. Kurt se quedo de pie en la puerta y dijo en voz alta, "Tofu. Se supone que iba a ser flambeado, ha ha," la risa forzada de Kurt se volvió una tos por el humo acre en el aire. Se hizo hacia atrás, limpiándose los ojos llorosos. "Es la primera vez de Rachel cocinando, y no está acostumbrada a usar estufas de gas, supongo."

El Sr-bombero-rizos-sexys se inclinó para evitar la mayor parte del humo espeso que seguía saliendo de la cocina. "Apagaron la cocina, bien pensado." El bombero le pasó el extinguidor a su compañero de equipo y dijo, "Parece que solo es el humo, no creo que haya riesgo de vuelva a prenderse."

Kurt se desplomó contra el marco de la puerta. El bombero le hizo señas. Kurt intentó sonar genial, diciendo. "bueno, ya sabes lo que dicen de donde hubo humo. Pensé que era mejor ser precavido."

Uno de los otros bomberos murmuró, "disculpe," mientras caminaba con una escalera grande, que dejó recargada en una pared. Subió para apagar la alarma en el aparato antes de abrirlo y checar las baterías. Kurt le dio una mirada de reojo, pero no pudo evitar mejor seguir al bombero de cabello rizado que se movía en la cocina, dirigiendo al otro hombre que esparcía espuma en la sartén de Rachel y sobre toda la superficie al alcance del gas.

Kurt se revisó rápidamente, satisfecho de que al menos no estuviera vistiendo un horrible suéter sin forma para la mudanza. Rachel se había burlado de el por usar jeans de diseñador para mover cajas polvorientas y muebles a Brooklyn –"Son de la temporada pasada – pero al menos mostraban su atlética y delgada figura. Su pecho y hombros se habían ensanchado desde la escuela, al perder los últimos vestigios de su figura infantil, con la excepción de su rostro juvenil. Sabía que eso le serviría mucho cuando regresara, o al menos eso le decía todo mundo. La playera azul desgastada se expandía bastante bien a través de su pecho y brazos tonificados. No demasiado delgado, no demasiado musculoso. Las obligaciones del teatro musical habían dado sus beneficios en su cuerpo.

Esperaba que Bombero.-Pestañas-Rizadas. no estuviera interesado en el tipo de jugadores de americano. O glándulas mamarias, pensándolo mejor. Su gaydar estaba mejorando desde que había llegado a NYC , pero todavía llegaba a ocasionar algún incidental y embarazoso error en el pasado.

No hace daño estar preparado en caso de que juegue para el equipo

Sr. Posibilidad, que Kurt podía jurar que se veía casi de su edad, se paró frente a Kurt con su casco bajo un brazo.

"Bueno, tu pareja.."

"Compañera…"Kurt lo corrigió con una sonrisa. "Ella nada más es mi compañera de casa"

El bombero miró hacia abajo para esconder la sonrisa por un momento. "Si, bueno. Ella hizo un gran trabajo flameando el tofu, pero la próxima vez, les recomiendo que pidan comida a domicilio. Wok-n-Roll está en la esquina y tienen opciones vegetarianas muy buenas."

McQueen dijo que había que ser confiado y no tener miedo… Kurt le sonrió abiertamente.

"Me asegurare que ella se entere, señor…?"

"Capitán Anderson."

Estrecharon manos, y Kurt tuvo que contenerse para no morderse el labio para esconder la sonrisa cuando sintió la fuerte mano entre las suyas.

"¿Capitán? Pareces demasiado joven como para ser capitán."

El Capitán Anderson entrecerró los ojos por un momento antes de que sus rasgos se suavizaran de nuevo en un modo Oficial Amigable de nuevo. "Suele ocurrir."

Kurt se dio cuenta rápidamente de que había cometido un error y trató de regresar la situación a una conversación más casual y ligera. Cargó su peso en un pie y cruzó los brazos sobre su pecho. "Hrmph, sabes, yo quería pedir algo de comer, pero ella insistió." Se rió y rodó los ojos como diciendo que el Capitán completamente entendería como eran las chicas.

Dios mío estas como en un 11, bájale de tono, como un 5. Uhm, es demasiado lindo, que sea 6.

Anderson sonrió, nada más que un reflejo cortés, para nada igual a la sonrisa tonta que Kurt sabía que tenía estampada en el rostro. El bombero sacó su walkie talkie de su cinto y lo sostuvo contra su boca. "Entendido, comunicado. Terminamos aquí, vamos de regreso." Apagó el aparato y le dijo a Kurt, "Bueno, de todas formas es bueno saber que tus detectores de humo funcionan, verdad? Asegúrate de cambiar las baterías cada

"Cada cambio de horario, no lo olvidare! No quisiera quemar todo el lugar y no darte la oportunidad de salvarme. Salvarnos. Salvarnos, quiero decir,. Obviamente." ¿Que está mal conmigo? Kurt pensó para sí mismo. No podía ayudarse, esos malditos rizos estaban rogándole que los recorriera con sus dedos.

El capitán carraspeo y miró sus botas. "Solo asegúrese de ventilar el lugar esta noche, el humo debe desaparecer con eso." Miró a Kurt serio, cualquier rastro de sonrisa desaparecido. "Y a primera hora de mañana, compre un extinguidor."

"Oh. Si. Primera hora. Lo hare de inmediato," Kurt balbuceó, sonrojado por un momento. Quería patearse a sí mismo por actuar como una mocosa; ¿no había superado eso en Lima? Probablemente el Capitán Anderson era hetero y tenía una hermosa mujer esperándole en casa. Claro que no iba a pasar que un apuestísimo bombero, que también fuera gay, fuera a su rescate, y se estuviera en su casa, dispuesto a cortejarlo.

Kurt necesitaba aterrizar. Aparte, podía imaginarse a Capitán Sexy en su tiempo libre, en lugar de estarse poniendo en ridículo en frente del dicho Capitán con su patético intento de coquetear.

Compórtate.

"Gracias, a todos!" Kurt se aseguró de estrechar la mano de todos, no solo del capitán, mientras guardaban sus cosas de regreso al camión.

Rachel se paró rápidamente frente a los escalones, estrechando sus manos también, arreglándose el cabello tras la oreja y sonriendo discretamente a uno de los bomberos, ahora que solo traían el uniforme, una playera de FDNY y los anchos tirantes rojos. Kurt sintió que apretaba su brazo, pero estaba demasiado ocupado mirando al Capitán Anderson brincar a uno de los lados del camión, hablando a la estación por su walkie.

Kurt miró a un lado, recordando que Rachel existía.

Ella entrecerró los ojos, y después le preguntó al capitán. "si alguien quisiera mandarles galletas como forma de agradecimiento, ¿a qué estación deberían ir?"

Kurt se congeló, esperando para pellizcarle el brazo por ser tan obvia.

El Capitán Anderson enganchó su walkie talkie en su cinto y aventó la chaqueta a la cabina del camión. Santa Maria Madre de los Bíceps. Una familia de 4 podría vivir en esos brazos." Anderson se balanceó acomodándose en el camión y señaló su casco. "Compañía 204"

El camión empezó a retirarse. El capitán miró a Kurt y con una sonrisa amigable dijo, "Y a los muchachos realmente le gustan las de pasas y avena."

Uno de los otros bomberos gritó, apenas sonando sobre el camión, "Hey, no! No nos gustan!"

Kurt casi se dejó caer en los escalones de hormigón, jalando a Rachel junto a él. "No sé si matarte o darte un beso."

"Ahórratelo. Necesitamos conseguir los ingredientes, porque tenemos que asegurarnos de entregar esas galletas antes de que cambien de turno mañana."

El la miró. Agitó las cejas y dijo, "Hey, David también estaba bastante lindo."

Kurt parpadeó por un momento. "¿David?"

Rachel rodó la mirada. "Tu sabes, uno de los otros chicos que estaba aquí. Dios! Realmente te puso mal. Ya era tiempo," bromeó, levantando a Kurt. "Anda Romeo, vamos a dejar las ventanas abiertas, o nunca podremos deshacernos del olor a soya chamuscada de este lugar."

Kurt estiró los brazos por encima de la cabeza, queriendo liberarse algo de la tensión en sus hombros producida por la adrenalina. "Tú tienes que limpiar la cocina. Y no hay forma en el mundo que te deje hornear nada después de lo que hiciste esta noche. También, vamos a usar mantequilla de verdad en esas galletas, no esa cosa de basura de semillas que intentas hacerme comer. Van a pensar que estamos drogados.

Rachel se paró en la cocina, sus manos en su cadera y con una expresión amarga en el rostro, mientras veía el desastre esperándola. Había rastros de polvo por toda la estufa y manchas de humo en la pared.

"Te lo mereces Rachel Berry. Sigue con el flambeado."


Rachel insistió en empacar las galletas – 2 docenas de galletas de avena y pasas con otra docena de galletas de chocolate y mantequilla de cacahuate para mezclar - en una canasta arreglada con una servilleta bordada. Rachel había parloteado por una hora después de que los bomberos se habían ido, acerca de lo amable y heroico que era David. Se lo tuvo que describir 3 veces antes de que Kurt decidiera que mejor iba a pretender que sabía de quien le estaba hablando.

Solo había tenido ojos para una persona esa noche, y todavía se sonrojaba pensando en lo obvio que se había visto, prácticamente arrojándose al bombero. Kurt-cool-y-objetivo-Hummel había desaparecido en el humo, literalmente. Bueno, tendría que dejar los futuros actos de vergüenza para Rachel.

Rachel se puso su suéter rojo sobre la blusa sin mangas a rayas blancas y negras, y revisó la canasta la próxima vez.

"Te vas a ver como una versión trastornada de Caperucita roja entrando a la estación con eso Rach."

"Oh, yo no me voy a ver como nada. Nosotros nos vamos a ver como ciudadanos agradecidos, apreciando a los héroes desconocidos de la ciudad de Nueva York."

Kurt resopló y giró en el banco antes de continuar hablando con Rachel, que seguía arreglándose en el espejo del baño. "Tú solo quieres que ese bombero te revise," hizo señas de comillas en el aire, "'Posible inhalación de humo' y que vea tus maravillosas dotes hogareñas."

Rachel fue saliendo hacia a la puerta y se quedó viendo a Kurt con una expresión rara. "¿Quieres seguir con eso Kurt? Porque puedo seguir" Sacó la cadera y apuntó a Kurt con su cepillo. "Por que fuiste tú el que dijo que quería que regresara a salvarte."

Kurt tartamudeó. "No lo hice! Yo decía que… oh Dios!" Kurt se cubrió el rostro con ambas manos y gruñó. "Lo hice? No sé qué demonios me pasó…el solo… no actúo como damisela en peligro, eso no es lo mío. Es que… los rizos! Y esos pantalones. Y esa sonrisa, por favor dime que te diste cuenta de esa sonrisa."

Rachel apagó la luz del baño y cruzó el pequeño espacio para darle a Kurt un fuerte abrazo. "Era realmente lindo, y se veía amable. No te culpo para nada."

Kurt se restregó la cara con ambas manos, gruñendo. "No puedo aparecerme nada más. Voy a verlo con su hermosa y vibrante novia, y se besaran frente a mí, y probablemente le proponga matrimonio justo frente a mí, y eso solo será otra prueba del terrible habito que tengo de que me atraigan hombres que no puedo tener."

Finn, Sam, el guapo y atractivo chico español de su primer año en NYADA, el increíblemente sexy hombre de Wyoming con ese acento espeso y dulce como la miel, y ahora un bombero. Deportistas, un extranjero en motocicleta, un vaquero y ahora un bombero. Pongan a un nativo-americano y un policía y podía coleccionar a todos los Village People.

Rachel le pegó en la rodilla despacito. "Nop, nada de eso. Ha pasado mucho tiempo desde que demostraste interés en alguien después de Thomas. Solo necesitabas salir un poco más. No te vas a detener ahora que está ocurriendo algo!"

Thomas había sido su primer novio real, si salir por 5 meses contaba como una relación real. Thomas había sido el manager de la cafetería favorita de Kurt cerca del campus de Tisch, y había perseguido a Kurt por varias semanas antes de que él finalmente aceptara salir en una cita. Había sido emocionante al principio; alguien lo deseaba, alguien que era inteligente, divertido y amable. Pero después de unos meses oyendo de la familia de Thomas y nunca conocerla, Thomas finalmente admitió que no había salido del closet con su familia y no planeaba hacerlo pronto.

Kurt no estaba dispuesto a ser el secreto de nadie. Necesitaba alguien que estuviera orgulloso de quien era, y lo más importante, orgullos de la persona con la que estuviera. Le deseaba lo mejor a Thomas, pero sabía que tenía que superarlo. Un año había pasado y habían pasado coqueteos casuales, una noche caliente bailando con un extraño bastante guapo que no había pasado de ahí, y un montón de no salir con nadie en especial.

Kurt había sentido que se estaba metiendo en otro fracaso. Rachel lo levantó de la silla, agarró la canasta y las llaves de la casa, y lo dirigió a la puerta. "Honestamente, dudo mucho que tenga una hermosa y vivaz novia."

"¿Por qué demonios podrías saber eso?"

Rachel respondió con una enorme sonrisa. "Porque te dijo a ti que galletas le gustaban a él."

Ella tenía un punto. Se revisó de nuevo el cabello en el espejo cerca de la puerta antes de ser arrastrado a la calle.


Era un día de verano hermoso y brillante en la ciudad. La humedad de la noche anterior había sido borrada por una brisa ligera, que había añadido el beneficio de limpiar el aire que siempre parecía tan cargado en junio y parecía quedarse así hasta el otoño. Caminaron las 3 calles y media hasta la estación de bomberos, Rachel platicando sin detenerse mientras Kurt se daba cada vez mas cuenta de que era una terrible idea.

Kurt Hummel no perseguía a los hombres. Había aprendido esa lección a la mala en la preparatoria, y se había graduado con honores en la materia de no perseguir hombres. Se había dicho que actuar de esa manera, obvio y coqueto, solo había sido causado por la emoción de la mudanza y el potencial de obtener quemaduras de tercer grado. Estaba aburrido, un poco solitario, y su casa había estado llena de fantasía gay #4 , por supuesto que iba a actuar ridículamente. Eso era todo. El solo iba a ir a la estación para agradecerles, y eso sería todo. Era lo educado. Ni siquiera le importaba si alguien estaba ahí o no. Kurt se agachó para checar su reflejo en una ventana, asegurándose que sus ropas siguieran viéndose limpias y que su cabello estuviera en su lugar. No que eso importara. Mucho.

Dieron la vuelta en la esquina y se pararon en las enormes puertas del garaje, que estaban marcadas como Compañía 204/Batallón de la estación 18.

Dos hombres en unos desafortunados pantalones cortes de una tela de poliéster azules y una playera azul de manga corta, lo que parecía el uniforme reglamentario, estaban limpiando con mangueras las llantas de uno de los camiones.

"Disculpen!" Rachel se hizo notar. "Queríamos agradecerles a los caballerosos bomberos que fueron a nuestro rescate anoche con unas deliciosas galletas recién horneadas.

Uno de los hombres volteó, era considerablemente más grande que los otros y con un grueso bigote plateado, las sienes canosas y un rostro profundamente marcado. Entrecerró los ojos viendo a Rachel. "Son de chispas de chocolate o nada mas de azúcar?"

Ella se preocupó. "N..No, son de pasas y avena."

El hombre resopló y palmeó a Kurt en el hombro, casi tirándolo. Miró a Kurt, moviendo su cabeza hacia el interior de la cochera, diciendo. "El capitán debe de estar adentro; vayan por la izquierda hasta la habitación de descanso."

Rachel siseó a Kurt mientras caminaban por la enorme cochera. "Ves? Te dije que no habría ninguna novia bonita!"

"Hmm. Novio bonito, entonces. No hay forma de que…Oh hola!"

Kurt se detuvo en corto mientras uno de los bomberos de la noche anterior,(David, por la forma en que sonreía masivamente Rachel), se acercaba a ellos.

Rachel casi brillaba al acercarse. "Te horneamos galletas"

David le sonrió de regreso, y ahora que Kurt no tenía ninguna distracción, podía ver que David era guapo también. Alto, delgado pero marcado, con un corte de cabello que parecía popular en los hombres áfrico-americano, y una hermosa sonrisa. Una sonrisa que era toda para la única señorita Rachel Berry, al parecer.

"¿Lo hiciste verdad?"

Rachel se inclinó para decir conspiradoramente, "Se que tu capitán dijo que de pasas y avena, pero no pude evitarlo. Puse algunas de mantequilla de cacahuate y chocolate también. Espero que este bien."

David se rió un poco y respondió, "Mientras me dejes comérmelas todas, y lo dejemos como nuestro secreto, por mi está bien."

Asintió a Kurt, que estaba parado ahí, sintiéndose tonto y entrometido. David se movió para que lo siguieran al cuarto de recreación.

Rachel rápidamente se deslizó a su lado, pasando su brazo por el hueco del brazo del bombero. "Sé que nada mas tuvimos un tonto accidente de cocina, pero, honestamente, hacer lo que hacen, por elección, es bastante admirable."

Kurt se mantuvo unos pasos detrás de ellos para poder rodar los ojos libremente. Hablando de ser discretos. Estaba contento de que ella finalmente estuviera superando el fuerte golpe a su corazón que había sido terminar la relación con su hermanastro Finn, pero no quería estar tan cerca de ese proceso. Les dejó tener un poco de privacidad mientras iba viendo las relucientes maquinas. Terminó en una enorme habitación que tenía una gran cocina en una orilla, una larga mesa de comedor y varios sofás y una mesa de billar en la otra orilla.

Rachel estaba arreglado artísticamente las galletas en una bandeja que David había sacado de la cocina. Kurt se dio cuenta de que al menos de la mitad de las galletas ya habían desaparecido y David estaba masticando muy felizmente una de ellas. Parecía que la mayoría de los bomberos estaban fuera trabajando en los camiones, o simplemente en otro lado. No había señales del Capitán Lindo por ningún lado.

Kurt se inclinó para susurrarle a Rachel, una sonrisa pintada en el rostro, "ok, esto es increíblemente incómodo. Me voy a ir para que puedas seguir jugando a apretarle el bíceps al bombero en paz."

David se tragó la mitad de una galleta y se movió hacia él. "El nuevo de la noche pasada está en clases, y el capitán esta fuera de este mundo. Ha tenido 3 turnos de 24 horas seguidos, así que siempre se intenta dormir cuando se pueda. Yo me aseguro que sepan que viniste con esto."

Kurt gruñó internamente. Había estado nervioso por nada al parecer. Ciertamente no iba a regresar cuando Anderson estuviera despierto solo para que Kurt pudiera ver sus atractivos brazos y torso y su rostro y su cabello y la manera en que parecía llenar esos pantalones de rompe vientos, porque dios! Quien se veía bien en esos pantalones. Kurt luchó para quitarse el sonrojo que sabia estaba subiendo por su cuello y le sonrió a David.

"Oh, no hay problema. Solo, nos sentimos mal por arrastrarlos a algo tan pequeño. Um, Rachel, yo le prometí al buen capitán que iba a conseguir un extinguidor hoy mismo, así que voy a poner manos a la obra en esa tarea tan importante y tú te puedes quedar aquí, asegurándote de que esas galletas sean de la completa satisfacción de estos caballeros?"

David le sonrió agradecido mientras agarraba otra galleta. Kurt vio antes que David el pedazo de papel con el número del celular de Rachel escrito en una nota con una estrella dorada, escondido en una esquina bajo las galletas. Se tuvo que aguantar la risa y se despidió con un gesto medio burlón de Rachel. Se dio la vuelta para salir por las puertas de la cochera y se paró de pronto.

"¿Galletas?"

Cabello revuelto por la almohada. Ojos adormilados enmarcados por pestañas gruesas. Una desgastada playera con el escudo de la FDNY estirándose en un atractivo y musculoso pecho.

Kurt no pudo hablar por un momento, después se sacó solo de ese estado cuando el capitán bostezó profundamente, estirando los brazos por encima de la cabeza de tal manera que su playera rodó lo suficiente para darle a Kurt un vistazo de un abdomen marcado y un rastro de vello oscuro que bajaba directo…

"Galletas! Si! Les trajimos. Algunas. Las galletas. Hicimos galletas y las trajimos pero me tengo que ir," Kurt tartamudeó sabiendo que se estaba sonrojando profundamente, "porque hice una promesa y yo mantengo mi palabra. Eso."

Kurt cerró a boca, mirando apanicado a Rachel, tratando de pasar a un lado de ese hombre que estaba convirtiendo a Kurt de su habitual tranquila y compuesta manera de ser en un idiota balbuceante. Trató de mantener la cabeza en alto y sacarse la mirada de horror del rostro mientras cruzaba la cochera cuando una voz lo detuvo por un momento.

"De pasas y avena! Gracias… Oh, no escuche tu nombre."

Kurt soltó el aire, cerró los ojos un mini segundo intentando recobrar la compostura, se giró y sonrió al capitán esperando verse calmado, tranquilo y ligeramente disponible. "Kurt."

El capitán levantó un dedo mientras tragaba un gran pedazo de galleta; Kurt miró como trabajaban los músculos de su garganta, repitiendo la forma en que el capitán tragaba"

"Soy Blaine. Mucho gusto en conocerte , Kurt."

Kurt asintió ligerísimamente y respondió suavemente. "Igualmente." Dio un paso hacia atrás, señalando por encima de su hombro y dijo, "pero, tengo cosas que hacer así…"

Blaine le gritó, "Gracias por las galletas! Están deliciosas" Blaine tuvo la audacia de cerrar los ojos y casi gemir la última palabra para enfatizarlo.

Cualquiera gemiría por esas galletas, les puse canela recién molida en la mezcla, pero Dios! Tiene que verse así cuando come? Me pregunto cómo se verá cuando… Kurt se tambaleó contra la orilla de una de las escaleras que colgaban en los camiones y alcanzó a decir, "No hay problema! Las horneo todo el tiempo, es como una extraña obsesión, mis ganas de hornear. Ahora voy a dejar de hablar."

Con el rostro completamente rojo, huyó de la cochera. Aborta! Abortaabortaabortaaborta! Le acabas de decir que tienes obsesiones extrañas. Ahora va a pensar que eres alguna clase de fetichista de los hornos. Realmente bien. Maravillosamente ágil en momentos de peligro. Pasando por las gigantescas puertas de las cocheras a la calle, aun continuaba regañándose mentalmente. El hombre mayor que supervisaba el lavado de los camiones le llamó en voz alta, "También le gusta el panque de plátano."

Kurt le sonrió, confundido y apenado, y preguntándose si en el mercado cercano venderían plátanos junto con los extinguidores.


"Y canta, Kurt! Estaba en el coro de su preparatoria también. Puedo decir desde ahora que esa encantadora voz de tenor se mezclaría perfectamente de fondo para mi poderosa y aun así sentimental voz de soprano."

"Mm," Kurt murmuró, pasando las páginas de la nueva edición de la Elle italiana, uno de los muchos beneficios de vivir en la mejor ciudad del mundo. Rachel había estado hablando sin parar de David cerca de una hora desde que había regresado al apartamento. Gracias a todos los cielos que tenia la edición doble.

Rachel se detuvo en el mostrador, diciendo con un tonito, "Estaba en el coro con Blaine. No que sea algo que te interese."

Kurt, sorprendido al punto de que casi rompía una página de la revista, preguntó sin aliento. "¿Él canta?"

"Mm para ti. Solista principal de la Escuela de Brooklyn, de acuerdo con David."

Kurt se desplomó en el sofá. "No hay forma de que sea real. Es guapísimo, es amable, dedica su vida a ayudar a los otros, es gay.."- miró a Rachel para asegurarse, suspirando cuando a vio asentir entusiastamente –" y ahora me dices que canta. Tiene que ser un asesino serial. O amar obsesivamente la polka. Una persona no puede tener tantos atributos sin tener algo seriamente mal." Una mirada de horror cruzó su rostro. "¿Y si nada mas viste ropa Ed Hardy cuando esta de civil? Soy un hombre capaz de apreciar el brillo en la ropa, pero no de esa manera."

Rachel rodó los ojos. "Estoy segura de que si fuera así, podrías enseñarle el camino de Tom Ford."

Kurt se mordió el pulgar, considerando las posibilidades mientras Rachel seguía hablando, "…así que me invitó a acompañarlos en su salida a media semana al bar."

"Eso está bien."

Rachel tiró la toalla con la que limpiaba el mostrador y brincó al sofá, pegándole a Kurt en el pecho. "Tonto, tu vienes también."

"No, no, no! Me porte como un complete idiota hoy. Claramente no puedo confiar en que me puedo comportar como una persona en posesión de sus facultades cuando…ese hombre está cerca."

Rachel entrecerró los ojos al ver a Kurt, recordándole cada vez que se habían enfrentado en sus "diva-off" en la preparatoria. Ella le dio con un dedo justo en la mitad del pecho, diciéndole cortante. "Vamos a ir al bar, no vamos a tener más fiestas de miseria entre nosotros, y vamos a encontrar hombres que nos hagan felices y que también vivan donde nosotros vivimos, ok?

Con los ojos abiertos y casi temblando, el asintió. Rachel tenía sus momentos aterrorizantes. "Ok."

Se sentó sobre sus talones de nuevo, desinflada. Kurt se estiró para tomar sus dos manos entre las suyas. Había pensado que este nuevo interés significaba que ella había superado a Finn, pero ocho años era mucho tiempo en una relación, incluso en una tan tumultuosa y con tantas idas y venidas como la de ellos.

Habían pasado dos años cuando terminaban la universidad cuando Rachel y Finn ni siquiera se hablaban. Ambos habían hablado de vivir juntos, pero esta vez parecía realmente definitivo. No había más esperanzas de que uno de los dos cambiara sus sueños para seguir al otro, no cuando Finn realmente se estaba haciendo una vida en Lima y Rachel seguía su camino al estrellato en Nueva York.

"Siento mucho que no funcionara, Rach. Realmente lo siento. Pero sabes que es lo mejor; lo sabes."

Rachel miró hacia el techo y parpadeo unas cuantas veces, un pequeño truco que tenía para que no le rodaran las lagrimas. "Lo sé, el fue mi primer amor, y fue un buen primer amor. Pero tienes razón. Es mejor así. Demasiadas separaciones y demasiados corazones rotos." Dejó salir un pequeño suspiro y miró sus manos entrelazadas. "El es realmente feliz ahí, verdad?"

Kurt la jaló para abrazarla fuerte, trazando circulitos en su espalda. "Si, si lo es. Encontró algo en lo que es realmente bueno, y es una gran ayuda para mi papá. ¿Sabes que van a abrir otro taller?" Rachel suspiró, enterrando su rostro en el frente de su camisa mientras el continuaba. "Mi papá va a llamarla Hummel & hijos." Kurt le dijo orgulloso, dándole un apretoncito. "Creo que es la primera vez que Finn está orgulloso de si mismo desde la preparatoria. Él está feliz de que estés aquí, siempre ha creído que vas a triunfar."

Ella dejo salir un sollozo pequeñito, y él la abrazó más fuerte. "Pensé que habías dicho que no íbamos a tener más fiestas de miseria entre nosotros, Srita. Berry?

Ella murmuró contra su cuello. "¿Solo una fiesta de despedida para ellos, entonces?"

Él se rió y abrazó fuerte a su mejor amiga. "Hey." Le dio un beso en ambas mejillas y la hizo un poco hacia atrás, solo lo suficiente para que lo viera a los ojos. "Se han estado moviendo en esta dirección por bastante tiempo. Ni siquiera han vivido en la misma zona horaria desde hace mas de 7 años."

Ella sintió, limpiándose las lagrimas con la manga de su suéter. "Lo sé, nos aferramos mucho tiempo a lo de tener una relación a larga distancia, pero él nunca quiso esto, Nueva York, solo que… es definitivo ahora."

"Si, ya lo es, así que no hay razón para que no sigas avanzando, verdad? No es lo que me has estado diciendo todo el año pasado. ¿Qué saliera más? Y Srita. Berry, usted hizo un gran trabajo hoy. Es bastante atractivo."

Rachel rió, con esa risa contagiosa que él amaba. "Realmente lo es, verdad?"

Levantó una ceja, y dijo bromeando, "Digo, es guapo pero no lo suficiente como para ser capitán"

Pasaron el resto de la tarde, poniendo la casa en orden, ambos emocionados por el futuro frente a ellos, felices de compartirlo.


Más notas

Espero que esta historia les guste tanto como a mí, realmente me enganché con el estilo de escribir de esta maravillosa autora, así que espero seguir su tono con la traducción, como siempre dejo los links, nada más, quítenle los espacios

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Ya saben dudas, comentarios, reclamaciones y anexos, con mucho gusto son recibidos aquí o en el tumblr q es del mismo nombre. Quiero saber que opinan de fireman!Blaine!. Me encanta oír de ustedes!

Besos

Sam