Saint Rockers.

Por Melpómene de Cáncer.

Discleimer: Este fic es una adaptación mega libre de School of Rock, tan libre que sólo mantengo unas ideas centrales en relación a la película y el resto es mi lado oscuro de la fuerza manifestándose. Surgió después de ver por enésima vez School of Rock y de escuchar Pegasus Fantasy interpretado por Nobuo Yamada, Hiroshi Kitadani, Animetal (mi favorita), Angra, y Iron Maiden. Y antes de que lo olvide no, y repito de nuevo NO es un songfic, y estoy segura que va para un mal fic, pero es un desvarío del cual me dieron ganas de escribir por mis depresiones excesivas. Los personajes no son míos sino de Masami Kurumada, yo sólo distorsiono realidades.

Capitulo 1: Metido en Problemas.

Han pasado varios años después del término del ciclo de Guerras Santas, todos los caídos en batalla gracias a la magnanimidad de Zeus, regresaron a la vida, y por fin reinó la tranquilidad sobre la tierra, Atenea, en vista de que los dioses decidieron dejar en paz a los humanos, decidió como en otros fics abandonar el cuerpo de Saori Kido, dándole por fin la libertad de amar a un mortal como cualquier otra chica. Saori feliz por ello decidió al fin tener una vida con el caballero que había robado su corazón, el problema es que no sabía a cual elegiría ya que todos eran muy atractivos, los Santos Dorados, poco acostumbrados a la vida fuera del Santuario, decidieron quedarse en aquel lugar, con la excusa de que no se podía confiar en los dioses por que tenían las mismas fallas de los seres humanos, y siempre había que estar alerta, la Orden de Atenea jamás bajaría la guardia.

De esta manera Saori se marchó a su mansión en Japón llevando consigo a los Santos de Bronce, de entre los cuales se decidiría por uno pero la pregunta era ¿Cuál?, Seiya le había interesado desde niña, pero Atenea en otra vida se había enamorado de su Caballero de Pegaso, tal vez sus sentimientos por Seiya no provenían directamente de Saori sino del hecho de que Atenea hubiera estado dentro de su cuerpo, Shun era bastante dulce y siempre era el encargado de cuidarla la mayor parte del tiempo, Shiryu era tan inteligente, un hombre muy culto digno de una chica con clase como ella, Hyoga era muy sexy, e Ikki era el típico chico rebelde que todas sueñan con cambiar, en vista que le gustaban los cinco y que no podía decidirse por ninguno, tomó la decisión de esperar a que crecieran y maduraran, y sólo así encontraría al indicado. Sin embargo, todo cambió cuando los cinco chicos descubrieron que estaban saliendo con Saori al mismo tiempo, durante cinco años, es decir, todos eran novios de Saori, sin haberse dado cuenta.

Tras descubrir la burla de la indecisa muchacha, los chicos se pelearon, y no sólo rompieron su amistad, sino que también abandonaron la Orden de Atenea, y la mansión Kido, tomando cada uno la parte de la herencia que como hijos de Mitsumasa Kido les correspondía, y así se dedicaron a hacer su propia vida por separado, Saori por su lado, se marchó a su Santuario para vivir con los Caballeros que le quedaban, que por cierto eran bastantes, sin ningún remordimiento por lo sucedido, ya que se había dado cuenta finalmente que no le interesaba ninguno de ellos, de estos hechos han pasado exactamente dos años.


¿Cómo les explicaría el lío en el que estaba metido?, ¿Cómo les explicaría cuál era la solución que había encontrado?, y lo más importante, ¿Cómo haría para reunirlos después de dos años sin dirigirse la palabra?

Esto era lo que se preguntaba Seiya mientras marcaba el número telefónico de la oficina de Shiryu, desde la cabina de un teléfono público.

Después de varios intentos fallidos, por que tenía miedo al rechazo de su antiguo amigo, al fin logró armarse de valor y no colgar antes de que le contestaran.

- Kido y asociados ¿En qué puedo ayudarle?- dijo una voz femenina.

- Busco al señor Kido- habló Seiya poniendo voz ronca.

- ¿Quién le busca?- preguntó la voz.

- Dígale que le busca su amigo Dohko- respondió el chico nuevamente con voz ronca.

- Esta bien, espere unos segundos, enseguida le atiende- Luego de eso se escuchó una música de espera, la Suite para orquestra Nº 3 (Air) de Johann Sebastián Bach, Seiya deseaba que Shiryu contestara antes de que la llamada se le acabara, pero parecía que la melodía no terminaba nunca.

- Hola maestro ¡Qué milagro que me esté llamando!- se escuchó decir a Shiryu, Seiya, conciente de que tenía poco tiempo, dijo con voz grave:

- ¡Shiryu! ¡Me mueroooo! ¡Necesito verte!- y luego de esto colgó el teléfono.

- ¿Seiya? ¿Eres tú? ¡Seiya espera!…- Shiryu iba a hablarle y pedirle que no lo molestara más, pero Seiya ya había colgado- ¿Qué le pasa a ese loco? Tal vez es una de sus tontas bromas.

El ocupado y exitoso empresario iba a continuar con su trabajo, pero la duda se apoderó de su mente.

- ¿Y si de verdad se está muriendo? Será mejor ver que pasa- tomó la chaqueta de su traje, y salió de su oficina.

- Ayumi, me tomaré la tarde libre-

- Esta bien señor Kido, cancelaré todas sus reuniones- contestó la joven secretaria, mientras el ex Caballero del Dragón se iba a recoger su automóvil.

Seiya mientras tanto, utilizando su cosmos, golpeó el teléfono para sacar las monedas y poder seguir haciendo llamadas, después de Shiryu, vinieron tres veces más, en las cuales habló con Hyoga, Shun e Ikki, de esa manera todos estaban en conocimiento de que el ex Caballero de Pegaso moriría, sólo faltaba que llegaran al barrio donde el chico alquilaba un par de habitaciones, y su objetivo de reunirlos se vería cumplido, con un último golpe al teléfono Seiya recuperó sus monedas y se marchó a su casa a esperar a sus viejos amigos.

La vivienda de Seiya, se ubicaba en un pequeño edificio antiguo de cuatro pisos, frente al mar. El chico vivía en el tercer nivel, donde alquilaba un par de habitaciones. En apariencia, el lugar tenía un aspecto muy occidental, pero dentro de cada departamento, las clásicas Shoji o correderas japonesas le daban un toque totalmente distinto.

Mientras Seiya subía las escaleras que lo conducirían a su hogar, se encontró con una arrugada anciana que llevaba una escoba en sus manos.

- ¡Al fin te encuentro vago bueno para nada!- gritoneó apenas vio al chico.

- Señora Asakura ¿Cómo está?- respondió Seiya cínicamente, a sabiendas del motivo por el cual lo estaban buscando.

- ¡Hasta que me pagues el alquiler estaré mal!- dijo la anciana de malos modos.

- Lo haré pronto, tenga paciencia- rió nerviosamente Seiya.

- ¡Eso lo llevo escuchando hace seis meses holgazán! ¡Quiero que me pagues ahora o te saco a patadas!- la anciana girando su escoba se veía amenazante.

- Pero no puede hacer eso señora Asakura…-

- ¡Yo soy la dueña de este edificio y la administradora! ¡Así que hago lo que se me da la gana!- gritó salpicando con saliva a su arrendatario, luego lo acompañó hasta el tercer piso, justo frente a su puerta- ¡Abre esa puerta! ¿Qué esperas?

- Pero ¿Qué quiere hacer?- Seiya no comprendía nada, pero la anciana le daba miedo, así que sin pensarlo mucho sacó sus llaves y abrió la puerta, la Señora Asakura empujó al chico y entró a su departamento, el cual estaba repleto de diversos instrumentos, bajos, guitarras, teclados, incluso una tuba.

- Veo que sólo tienes basura, ninguna de estas porquerías sirve para empeñarla- comentó la ignorante viejecilla de mala gana, sin el menor cuidado comenzó a curiosear entre las pertenencias del ex Pegaso.

- Espere, tenga cuidado con eso, no, no toque eso otro, no tire eso es delicado- suplicaba el pobre Seiya, mientras le arrojaban la tuba por la cabeza, le había tomado mucho tiempo, esfuerzo y dinero comprar todos sus preciados instrumentos, y esa horrible vieja, los destruiría en tan sólo unos segundos.

- ¡Ajá!- sonrió triunfante la desdentada dueña del edificio, al parecer había encontrado algo- esto parece valioso.

Dentro de la colección de guitarras de Seiya, había una Gibson Les Paul, modelo Custom "Black Beaty", que si bien es cierto era una guitarra costosa, llamó la atención de la vieja, por que su clavijero era dorado.

- ¡No! ¡Llévese todo menos esa Gibson!- suplicó Seiya alarmado y pálido, ya que esa guitarra había sido regalo de su hermana Seika, quien se encontraba viviendo en Grecia.

- Por la cara que pones, esta porquería debe ser valiosa, ¡Oh! ¡Mira esto! Parece que es oro- la anciana había clavado los ojos en el clavijero del instrumento- me darán un buen precio por ella, pero si no cubre tu deuda, regresaré por otra de tus baratijas.

Y tras decir esto, la abuela se marchó de la habitación dejando a Seiya al borde de un infarto.

- Se… se… ha llevado mi Gibson- decía todavía sin poder creerlo, luego perdió el conocimiento.


Hyoga fue uno de los primeros en llegar al edificio donde vivía Seiya.

- Más le vale que sea importante, interrumpió la grabación de mi programa- decía molesto, mientras subía las escaleras. Al llegar al tercer piso se encontró con Miho.

- Hola Miho, que sorpresa ¿Seiya también te llamó?-

- ¿Llamarme? ¿De qué hablas? Vine a entregarle el cheque por las clases de música que hace en el orfanato- contestó la chica de muy mal humor.

- Ya veo, y ¿hace mucho que estás aquí?- preguntó el ruso.

- Llegué hace diez minutos, pregunté a la dueña si Seiya estaba y ella me dijo que sí, pero he estado tocando el timbre y no abre.

- Pues a mi me llamó diciendo que se estaba muriendo, tal vez le pasó algo- Hyoga se preocupó, al parecer Seiya había dicho la verdad.

- ¡Qué! Seiya abre la puerta ¿Estás bien?- gritaba Miho golpeando la puerta con fuerza, en ese momento llegó Shun.

- ¿Qué sucede?- preguntó al ver a la chica llamando a Seiya como loca.

- ¿Qué haces tú aquí?- dijo indignado Hyoga.

- Vine a ver a Seiya, y ¿Qué haces tú aquí?- respondió huraño Shun.

- También vine a ver a Seiya-

- Oigan ¿Qué está pasando?- se oyó la voz de Shiryu.

- ¿Tú también viniste a ver a Seiya?- hablaron Shun y Hyoga al mismo tiempo.

- Así parece, pero ya me voy- el ex Dragón iba a dar la vuelta para marcharse.

- ¡No! El que se va soy yo- dijo Shun.

- Ustedes quédense, el que se va soy yo- objetó Hyoga.

- ¡Yo lo dije primero, así que me voy!- les gritó Shiryu.

- ¡No, yo me voy! ¡Yo estoy sobrando!- gritaba más alto Shun.

- ¡Yo llegué primero así que me largo!- alegaba a todo pulmón el ruso.

Mientras los tres seguían peleando por quien se iba primero, jugando piedra, papel o tijera, Miho continuaba llamando a Seiya y golpeando la puerta, el escándalo fue tan grande, que en sólo segundos apareció la señora Asakura con una kusarigama girando sobre su cabeza.

- ¡Cállense vagos perezosos!- la hoz del arma rozó las cabezas de los tres chicos, y estos muertos de susto, más por la misteriosa aparición de la vieja que por el arma, se callaron inmediatamente.

- Así me gusta- dijo la abuela, y se marchó de regreso a su habitación en el primer piso.

- ¿Quién es esa vieja?- preguntó Hyoga casi en susurros.

- Es la dueña y administradora de este edificio- respondió Shiryu tan bajo como había hablado Hyoga- tiene muy mal carácter.

- Debe ser por falta de sexo- comento muy despacio Shun- a su edad debe extrañarlo.

Casi por arte de magia, en ese momento apareció una docena de Shuriken volando por el aire, dirigidas directamente hacia el ex Andrómeda, mejor dicho, hacia sus zonas pudendas. De no haber sido por que logró saltar a tiempo, se hubiera quedado sin masculinidad en una fracción de segundo.

- ¡Fuera de vagos igual que ese Seiya, son unos pervertidos! ¡A la próxima no saldrán con vida!- gritó la vieja desde el techo del pasillo en donde se encontraban, cómo había llegado hasta allí, y en qué momento, era la duda de todos.

- Es una demente, ¿Cómo salió del techo si vi claramente cuando bajó por la escalera?- Shun permanecía pálido viendo lo enterradas que habían quedado las cuchillas en el muro.

- No lo sé, pero dicen que es descendiente de ninjas o algo así- comentó Shiryu.

- Tiene un oído muy fino para estar tan decrépita ¿Cuántos años tiene?- preguntó inocentemente Hyoga, pero apenas terminó de formular su interrogante, otra docena de Shuriken salió desde una de las paredes del pasillo, en dirección hacia él, afortunadamente el ruso recordó su técnica "Polvo de Diamante" a tiempo para detener las cuchillas, las cuales con el frío se desintegraron por completo.

- Esto me huele mal, ahora si me largo- el ex Cisne iba a retirarse indignado, pero Miho lo tomó del brazo.

- ¡No! ¡Esperen! Seiya no abre, quizás se suicidó o se murió de hambre, ayúdenme- dijo con desesperación.

Los tres hombres, conmovidos por los nublados ojos de la muchacha, decidieron ayudarla y ver qué sucedía con el ex Pegaso.

- Tranquila, todo estará bien- Shiryu tomó las manos de Miho para que se calmara.

- Miren, esta puerta está abierta- dijo Shun observándola con detalle.

- Y entonces, ¿Por qué no se abre?- preguntó Hyoga.

- Parece que hay algo que la está bloqueando desde el otro lado- el peliverde empujó la puerta con fuerza varias veces, pero siempre chocaba con algo.

- Abra que echarla abajo- pensó en voz alta el ruso.

- ¿Y que venga esa anciana ninja? ¿Estás loco?- se quejó Shiryu.

- Yo lo haré- se escuchó decir a una voz que provenía de la escalera.

- ¡Ikki! ¿Qué haces aquí?- preguntó Shun observando con molestia a su hermano.

- Lo mismo que todos ustedes, el idiota de Seiya interrumpió mi importante trabajo- contestó el peliazul- ¿Necesitan derribar esa puerta? Yo lo haré.

- Pero hay una vieja que…- Hyoga no pudo terminar su explicación.

- ¿Te refieres a ésta?- dijo Ikki mostrando a la señora Asakura inconciente y atada con una soga, tenía los ojos en blanco y babeaba.

- ¿Qué le hiciste a la vieja?- preguntó Shiryu preocupado, más por juntarse con un criminal agresor de abuelas ninja, que por que realmente le importara la anciana.

- Entré al edificio y esta vieja al ver mi cicatriz pensó que era un delincuente, iba a atacarme con una kusarigama, pero mi puño fantasma fue mucho más rápido- dijo el ex Fénix con orgullo.

- ¡Qué bruto eres! Veo que no has cambiado, supongo que a todas las mujeres las conquistas de esa manera- comentó con desprecio Shun.

- A Saori le parecía bien, no se quejaba demasiado en ese sentido, pero si en otros- se burló Ikki.

- ¡Y te atreves a decirlo delante de nosotros!- Hyoga, Shiryu y Shun estaban listos para pelear con Ikki, pero la voz de Miho los interrumpió.

- ¡Se escucha algo tras la puerta! ¡Seiya! ¿Eres tú? ¿Estás bien?- preguntó la joven profesora del orfanato.

- ¡Ay! ¡AAAAyyyyy! ¡Gibson! ¡Mi Gibson!- se escuchaba, pero la inocente Miho que no sabía nada de guitarras eléctricas, no entendió lo que Gibson significaba.

- ¿Gibson?, ¡Parece que alguien llamado Gibson atacó a Seiya!-

- Entonces no hay tiempo- de un puñetazo Ikki derribó la puerta de entrada al departamento de Seiya, pero al ingresar en la habitación principal no encontraron a nadie.

- ¿Dónde está Seiya?- preguntó Shun.

- ¿Lo habrán secuestrado?- agregó Hyoga.

- Estoy aquí, aquí- se escuchaba débilmente una voz.

- ¡Es la voz de Seiya!- Shiryu empezó a seguir el sonido hasta dar con el ex Pegaso.

- Ikki ¿puedes bajarte de la puerta?- preguntó finalmente.

- ¿Por qué?- dijo este último molesto.

- Por que estás aplastando a Seiya- contestó el ex Dragón.

En efecto, cuando la señora Asakura se llevó la guitarra del joven profesor de música, éste se desmayó a la entrada de su casa bloqueando la puerta.

- ¿Qué haces metido ahí idiota?- regañó el peliazul, bajándose de donde estaba, Shun y Hyoga ayudaron a Seiya a salir, y Miho fue por un botiquín para auxiliar al muchacho.

- Amigos, me alegra verlos nuevamente- sonrió el ex Pegaso débilmente antes de volver a desmayarse.


Cuando Seiya abrió sus castaños ojos, lo primero que vió fue el preocupado rostro de Miho, rápidamente abrazó a la chica dispuesto a no dejarla ir.

- ¡Miho! ¡Viniste por que me amas y te preocupas por mí!

La joven profesora del orfanato, sin pensarlo dos veces, sacó un spray de pimienta que siempre traía consigo y lo arrojó a los ojos de Seiya.

- Ni lo sueñes, sólo vine a dejarte el cheque del orfanato por tus clases de música- diciendo esto, le tiro el papel y se fue del departamento.

- ¡Miho! ¡No te vayas!- decía Seiya, buscando a la chica a ciegas, mientras gateaba por toda la habitación y chocaba con todo, el spray hacía bien su trabajo, mientras tanto Ikki, Shun y Hyoga se reían divertidos de la situación.

- Ya basta, no se rían, Seiya por lo visto nos has llamado a todos con la excusa de que te ibas a morir, ahora te exijo que nos digas la verdad- reclamó Shiryu hastiado de la situación.

-¿De verdad eres Shiryu?- dijo Seiya tratando de abrir sus lastimados ojos.

- Sí, soy Shiryu- contestó de mala gana el pelinegro.

- ¡Shiryu! ¡Mi querido amigo! ¡Cuánto te extrañaba!- el ex Pegaso se pegó como adhesivo al ofuscado Shiryu.

- ¡Ya quítate! Cuando te metiste con Saori no pensaste en que yo era tu amigo- protestó empujando a Seiya.

- Pues tú tampoco lo pensaste lagartija bigotuda- contestó Shun.

- Mira quien lo dice, de todos ustedes, tú eres el peor por que te metiste con la novia de tu hermano- respondió Ikki.

- ¡Eso es mentira! ¡Tú te metiste con mi novia pajarraco desadaptado!- se quejó Shun, Hyoga sólo miraba divertido la pelea entre Ikki, Shiryu y Shun.

- Y tú de qué te ríes cosaco cornudo, también éste te vió la cara- reclamaba Shiryu mirando a Ikki.

- ¿Cómo que cosaco cornudo? Ahora te voy a descuerar lagartija- así el ex Cisne también se unió a la pelea, mientras que Seiya, en vista de que estaban destrozando su hogar, sacó una manguera de quien sabe donde, y les arrojó agua a todos.

- Ya basta, no se peleen, menos por esa bruja- trató de calmar los ánimos.

- ¡Todo esto es por tu culpa Seiya!- se quejó Hyoga empapado.

- Si no nos hubieras llamado, esto no habría pasado, además estropeaste mi camisa- continuó Shun, mientras se quitaba la prenda para estrujarla.

- Mas te vale que de verdad te vayas a morir o yo mismo me encargaré de borrarte del mapa- Ikki con su cosmos había evaporado toda el agua que le había caído.

- Dejé mi importante trabajo por ti idiota- reclamaba Shiryu.

Seiya se puso pálido, ahora todos venían en contra de él, tomando mucho aire, se arrodilló delante de sus "amigos" y entre lágrimas les contó su problema.

- No les mentí, de verdad que me estoy muriendo, me estoy muriendo de hambre, desde que salí de la universidad no he conseguido trabajo, intenté por todos los medios de crear mi propia banda, de trabajar como compositor, pero me han rechazado en todos lados, lo mismo como profesor de música, dicen que soy un pésimo ejemplo para la juventud, y Miho por lástima me consiguió trabajo en el orfanato, pero me pagan muy poco, y le debo seis meses de alquiler a la señora Asakura, mi tarjeta de crédito esta sobregirada y mi parte de la herencia del viejo Kido la perdí apostando en las carreras en el Hipódromo, creí que un caballo llamado Pegaso sería mi salvación, pero al muy maldito le dio un infarto justo al iniciar la carrera.

- Te advertí que estudiar Pedagogía en Música era un pésimo negocio, no es muy rentable, pero no me hiciste caso- comentó Shiryu.

- Si quieres dinero prestado, olvídalo- se escuchó decir a Ikki.

- Si estás tan pobre ¿Por qué tienes tantos instrumentos musicales?- observó Hyoga.

- Es mi material de trabajo- se defendió Seiya.

- Oye, mira estas fotografías del palacio de Nagoya, y estas de Kyoto, aquí hay también de Kobe, Okinawa, Sapporo, Hiroshima y son de estos dos años, no tienes dinero para sobrevivir, pero si para darte pequeños viajes de placer- Shun lo miró con desconfianza, con un álbum de fotografías en sus manos.

- Lo de Nagoya es justificable, después de enterarme que mis mejores amigos y medios hermanos andaban con la misma chica que yo, tuve que alejarme de Tokyo por un tiempo, el resto de las ciudades las visite por razones de trabajo que no resultaron- argumentó el ex Pegaso.

- ¿Tu novia no era Miho y le ponías los cuernos con Saori?- le recordó Shiryu.

- ¿Y tú no hacías lo mismo con Shunrei?- dijo Hyoga.

- Tú no eres el más indicado para recalcarme eso, tú y Eris terminaron por lo mismo que Shunrei y yo- el ex Dragón nuevamente estaba listo para pelear con el ex Cisne.

- De todas formas, no les llame para pedirles dinero- intervino Seiya, para que su departamento no terminara de cabeza.

- ¿No? ¿Entonces para qué nos llamaste?- preguntaron los otros cuatro.

- Es que…quiero pedirles un favor- dijo el profesor Seiya con timidez.

- ¿Qué favor sería ese?- preguntó Ikki con desconfianza.

- Bueno yo…- Seiya no sabía cómo explicar lo que quería.

- Habla pronto que se me acaba la paciencia- dijo Shiryu.

- Tengo una cita y no quiero llegar tarde- Shun se veía serio.

- Yo…-la frente de Seiya sudaba.

- Debo estar en el observatorio a las 21:00- agregó Hyoga.

- Yo…- los ojos de Seiya brillaron como si hubiera fuego dentro de ellos- ¡Quiero que formemos una banda de rock y que participemos en el concurso "Japón, país de rockers" de Toei TV que se realizará dentro de tres meses, el premio será un millón de yenes, un contrato con una empresa discográfica y todos los instrumentos musicales que necesites, por un año, completamente gratis!

Todo esto lo dijo sin siquiera respirar, mientras los demás lo miraban con cara de sorpresa.

- ¡Estás loco!- Ikki fue el primero en responder.

- ¿Para eso nos llamaste?- Shun se llevo la mano a la cara en señal de tragedia.

- Hasta que te cambies de sexo me parece mejor idea- comentó Hyoga.

- Seiya, de todas tus ideas, esta es la más tonta que he escuchado ¿Por qué no le pides ayuda a Seika en vez de molestarnos?- regañó Shiryu- ya tuve suficiente, vámonos.

Antes de que pudieran llegar a la salida de la habitación, ésta quedó bloqueada por el propio Seiya, quien se plantó delante de ellos con los brazos cruzados.

- Seika no me habla, hace un mes la llamé a Grecia para pedirle dinero y me dijo que mientras fuera un vago bueno para nada no me ayudaría, que primero consiguiera un trabajo y después le hablara- el joven se veía triste recordando la voz de rechazo de su hermana.

- Ella sí que es inteligente, creo que debemos seguir su ejemplo-dijo Hyoga.

- Quítate Seiya- habló Ikki amenazante.

- ¡No! ¡De verdad los necesito! ¿Recuerdan aquellos tiempos en que peleábamos hombro con hombro para proteger la paz y la justicia, y a la entonces cuerda Saori?- los ojos del ex Pegaso lloraban de emoción.

- Otra vez con ese discurso, yo me largo, unas trillizas muy interesantes me están esperando para entrar en mi Harén- sonrió Shun con picardía.

- Está bien, no quería recurrir a esto, pero…- el músico esbozó una sonrisa siniestra- Aún no has podido reconquistar a Shunrei ¿Verdad Shiryu?, escuché rumores de que estaba saliendo con su representante, un hombre multimillonario que en su tiempo libre practica deportes extremos y toca música retro, una modelo tan exitosa y linda como ella, no volvería a fijarse en un tipo aburrido como tú.

Shiryu apretó sus puños, pero no hizo nada más.

- Hyoga, tu programa "Conspiración MarXiana" nadie lo ve, lo transmiten los lunes en un horario absurdo, además los ovnis y las conspiraciones están pasados de moda y en el observatorio donde trabajas, todos creen que estás loco-

- Yo sólo muestro la verdad, allá los demás si me creen o no- contestó el ruso ofendido.

- Sí, sí, sí como tu digas Hyoga, como tu digas- dijo Seiya como tratando con un niño pequeño.

- Shun, he seguido todos tus Dorama durante los siete años que has estado en la televisión, y créeme que ya no actúas como antes, además tu carrera está cayendo en picada por que tus fans están aburridas de verte como un eterno niño bueno que sufre por amor, ellas quieren verte como un hombre rebelde, malo y atrevido, además me enteré de buena fuente que no te darán el protagónico para el dorama de Primavera y no te renovarán contrato en el canal donde trabajas-

- ¡Eso es mentira! Sólo son chismes de periodistas inescrupulosos- se defendió el actor, con su elevado ego destrozado.

- Y tú Ikki… te expulsaron de la policía por quemar siete patrullas en la persecución de unos yakuza, y ahora trabajas como guardia de seguridad en un supermercado- concluyó Seiya.

- ¿Tenías que recordarme eso?- gruño el ex Fénix.

- Escúchenme y piénsenlo, a todos nos ha ido mal este último tiempo, tal vez si nos reunimos de nuevo, la suerte nos vuelva a sonreír- Seiya se veía muy optimista- Shiryu, tú tocabas el Shamisen cuando éramos niños, creo que serías un buen bajista, Hyoga, no he olvidado lo bien que tocabas la guitarra, Shun, en uno de tus dorama, vi que tocabas el piano, y tú Ikki…tu rompes todo lo que tocas, no se para que me servirías, pero alguna cosa encontraré.

- Búscate a otros idiotas- contestó el peliazul.

- ¡Pero Miho no me dejó hacer una banda con los niños del orfanato! ¡Las ardillas sólo cantan con David Seville! ¡Y nadie me hace caso con excepción de ustedes!- Seiya empezó a hacer pucheros, pero lo ignoraron por completo.

- Ese es tú problema- dijo Shun, mientras el pobre músico se salía de la puerta, todos se marcharon del departamento de Seiya, mientras este se había quedado sólo.

- Por lo menos lo intenté- trató de sonreír, pero sin resultado, cayó de rodillas mientras su estomago rugía de hambre.


Shiryu había llegado a su elegante departamento, en el último piso de un costoso y moderno edificio, cenó tranquilamente, luego tomó una duchay se fue a su cama a ver una maratón de "Grandes Partidos de Ajedrez de la Historia", estaba muy cómodo en su cama, listo para disfrutar del programa en su Home Theater plasma del tamaño del muro, cuando el recuerdo de Seiya suplicante le hizo perder la concentración.

Intentó ignorar aquella imagen de su amigo triste, pero su cerebro se negaba a pensar en otra cosa que no fuera Seiya. Shiryu se puso de pie, en vista de que ya no podría disfrutar tranquilamente de su programa y se dirigió a la cocina, una vez allí movió el refrigerador y detrás de él sacó una sucia fotografía donde se veían los rostros de Seiya, Hyoga, Shun, Ikki y él mismo.

- Qué tiempos aquellos, a pesar de tantas peleas, siempre nos divertíamos cuando se podía, y también nos ayudábamos, si no nos hubiéramos dejado engañar por Saori, todavía seríamos como una familia, y Shunrei estaría conmigo- pensó mientras miraba la fotografía.

- ¿Pero qué estoy haciendo? Si no ayudo a Seiya de verdad no me lo perdonaría, a pesar de todo es mi medio hermano, y me salvó la vida, no permitiré que suceda lo mismo que con Shunrei- y sacando comida de su refrigerador, se marchó en dirección al departamento de Seiya.


Hyoga llegó a tiempo al observatorio astronómico donde trabajaba, su escritorio estaba lleno de figuritas coleccionables de diversas razas alienígenas, además tenía todos los libros de J. J Benítez y un manual de "Aprenda a Hablar Klingon en 5 segundos mientras es Abducido", dejó su chaqueta en una silla y se acercó al telescopio, el lugar al parecer estaba completamente vacío.

- ¿Dónde se fueron todos?- se preguntó. En vista de que no había señales de ningún ser vivo, salvo el conserje en la entrada del edificio, el ruso aprovechó para usar el telescopio en sus investigaciones.

- ¿Dónde están extraterrestres? Sé que se esconden por ahí y sus amigos yankees los encubren- hablaba en voz alta, como si algún alienígena lo escuchara, pero en toda su observación de la bóveda celeste no ocurrió algo fuera de lo común, aburrido, regresó a su escritorio, antes de sentarse, tropezó con la figura de un Reptiloide que estaba en el suelo.

- ¿Qué haces tú aquí?- Hyoga se agachó para recogerlo, y al hacerlo encontró dos cosas, la primera, una nota escrita a mano, y la segunda, un portarretrato afirmando una de las patas de su escritorio que era más corta que las demás. Tomó ambas cosas con aire de curiosidad, y después de regresar la figura del alien al sitio que correspondía, tomó asiento y leyó la nota.

"Sputnik, todo el equipo fue a una importante reunión de trabajo al karaoke, si los E.T no aparecen ven con nosotros".

- Qué lindo gesto, gracias por avisarme Fler- Hyoga detestaba los sobrenombres que le ponían sus compañeros de trabajo, molesto, arrugó la nota y la arrojó a un papelero de Mars Attack junto a su escritorio, luego tomó el dichoso portarretrato, estaba sin vidrio y tenía la misma fotografía que Shiryu escondía tras su refrigerador, posó su vista por unos segundos en el alegre rostro de Seiya, daba lástima ver lo bajo que había caído.

- Buen viaje- dijo tirando la fotografía al papelero, pero la triste mirada de Seiya no lo abandonaba.

- Maldito manipulador- se puso de pie, y se fue del observatorio.


La radio en casa de Shun sonaba escandalosamente fuerte, mientras el actor cantaba a todo volumen en la ducha.

- ¡Hageshiku Lady!, ¡Ah! ¡Give your love!, ¡Ayashiku Lady!, ¡I need your love!, ¡Tama ni miseru samishige na me ga!, ¡Uso ka hontou ka wakaranai! - estaba completamente emocionado, ya que esa noche vendrían unas trillizas a cenar a su casa, y evidentemente a algo más. Salió del baño, y muy animado sacó de un enorme armario varias zungas de distintos colores, debía prepararse para la "noche del harén de Andrómeda" como él la llamaba.

- Leopardo, Cebra, Tigre, ¿con cual hará más bulto?, mmm…creo que el de Leopardo- dijo poniéndose la prenda, después de mirarse en el espejo se puso desodorante y perfume por todo el cuerpo, y continuó vistiéndose.

- Ahora que recuerdo, se me acabó la caja de preservativos, ya es la segunda del mes, creo que dejé una de repuesto por ahí- el ex Caballero de Andrómeda buscó en el armario.

- Aquí estas- sonrió triunfal, en ese momento algo cayó sobre su cabeza.

- ¿Qué es esto?- cogió entonces un portarretrato, el cual había saltado de la parte más alta del armario, estaba sucio por todos lados, Shun lo limpió un poco y vió la fotografía de sus amigos.

- Había olvidado esta fotografía, nos vemos todos muy felices- reflexionó- creo que fui un poco egoísta con Seiya, las mujeres pasan, pero los amigos quedan.

Y diciendo eso, canceló su cita con las trillizas, tomó un poco de dinero de un cajero automático y se fue a ver a Seiya.


Ikki veía la lucha libre en su pequeña y poco aseada casa, estaba muy tranquilo bebiendo cerveza y comiendo pizza cuando escuchó que tocaban el timbre, ¿Quién sería tan inoportuno de interrumpir justo durante su programa favorito?, fue hasta la entrada y abrió la puerta de mala gana, sin embargo, no había ninguna persona, la calle parecía estar completamente abandonada.

- ¡Malditos niños, otra vez jugando al Rinrraja! Cuando los encuentre, trituraré sus tiernos huesos y haré una alfombra con la piel de cada uno- gritó furioso, luego regresó a ver la lucha libre, pero para mala suerte, el programa ya había terminado. Ikki iba a resignarse a simplemente terminar de comer y cambiar de canal para ver una maratón de "Asesinatos sin Resolver", cuando un estrepitoso ruido provocó que el ex Fénix se sobresaltara, rápidamente fue a ver que sucedía y con horror se dio cuenta que una pelota de fútbol había roto el vidrio de una de sus ventanas y de paso el único espejo que había en la casa, lo había comprado Shun hace tres años atrás para poder verse a sí mismo mientras almorzaba con su hermano, Ikki no acostumbraba a usar esas cosas ya que creía que era un objeto de vanidad y tenía suficiente con su hermano menor, pero este insistió tanto que finalmente se quedó con ese enorme pedazo de vidrio de dos metros de alto por ochenta centímetros de ancho.

- Lo que me faltaba, otra vez siete años de mala suerte, y justo se habían acabado los siete por romper el espejo del baño de Saori- gruñó, iba a traer una escoba para sacar los pedazos, cuando el timbre volvió a sonar, molesto y con cara de pocos amigos, abrió la puerta.

- Se…señor…me…podría devolver…mi pelota- dijo un indefenso niño, que hablaba casi sin voz, de puro miedo que le causaba estar delante del ogro del barrio que se comía a los perros y gatos vagos, y también a los niños que se portaban mal, al menos eso le había dicho su mamá sobre la persona que estaba delante de él.

- ¿Te refieres a esta?- Ikki sonrió con maldad mientras sostenía el balón tan alto, que el niño no lo podía alcanzar.

- Ssss…sí- murmuró el pequeño, temiendo que arrojara la pelota al techo de su casa, donde según sus otros amiguitos le habían dicho, había un cementerio de pelotas desinfladas.

- Aquí la tienes- el ex Fénix iba a pasarle el balón al pequeño, pero justo cuando ya casi estaba en sus manos, Ikki la apretó tan fuerte que la pelota se reventó.

- Cuanto lo siento- dijo cínicamente y luego cerró la puerta de golpe frente al pobre niño.

Después de eso, a Ikki se le habían quitado los ánimos de ver televisión, dando un portazo al entrar en su habitación, se recostó en su cama mirando al cielo casi por media hora, fue entonces cuando sus ojos encontraron algo que le causó curiosidad, se trataba de un trozo de madera que estaba en una esquina del techo.

- ¿De cuando está eso ahí?- pensó, y para salir de la duda, tomó una silla, se subió sobre ella y sacó el trozo de madera, el cual resultó ser la fotografía donde salían Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun y él, aunque estaba completamente llena de musgo, aún se notaban sus rostros.

- ¡Ya lo recuerdo! Había una gotera en el techo y puse esta cosa ahí, será mejor que lo deje donde está, tal vez llueva y no tengo tiempo para reparar el tejado- mientras volvía a acomodar la fotografía, el odioso timbre volvió a sonar, Ikki con los ojos casi inyectados en sangre la abrió de golpe.

- ¡Vete al infierno niño!…- no alcanzó a completar lo que iba a decir, ya que delante de él no estaba el niño del balón roto, sino Shun en persona.

- ¿Sabías que envejecerás más pronto si te la pasas gruñendo?- le criticó mientras entraba en la casa- ¡Qué rayos le hiciste a mi espejo!

- Unos niños lo rompieron, eso te pasó por que no te lo llevaste cuando te marchaste hace dos años ¿A qué viniste mocoso?- dijo con aspereza, ya que no estaba de ánimo para soportar uno de esos escándalos de divo que a veces le daban a su hermano.

- Vine a pedirte que le ayudaras a Seiya- respondió el actor, olvidando lo del espejo, después de todo tenía otro mucho más grande en su casa.

- ¿Por qué? Yo no le debo nada, ni el a mí- respondió de malos modos Ikki.

- Por que nos guste o no, es nuestro medio hermano y nos necesita- Shun pasó el dedo por la cocina de la pequeña habitación, la cual olía terrible, Ikki no se caracterizaba precisamente por ser muy limpio y ordenado.

- ¡OH sí estoy muy interesado en ayudar a mi querido medio hermano Seiya, en especial después de que se acostó con mi novia!- se burló el ex Fénix.

- No seas irónico Ikki, creo que tal vez si ayudamos a Seiya podamos reconciliarnos todos nuevamente- Shun parecía estar convencido de ello, siempre conseguía lo que quería, de eso Ikki estaba seguro.

- No me interesa, pero veo que estás empecinado en que vaya- regañó el ex Fénix.

- ¿Eso es un sí?- preguntó Shun.

- No tengo elección, no quiero que divulgues otra vez esos videos donde me pongo los vestidos de Saori para imitarla con unas pelotas de playa en el pecho- contestó derrotado el peliazul.

Finalmente ambos partieron al departamento del ex Pegaso.


Seiya estaba sentado en la escalera que daba con el piso donde vivía, por fortuna, aún tenía electricidad y agua, pero se había quedado son dinero, ya que la señora Asakura se recuperó rápidamente del ataque de Ikki, se desató y al ver el cheque del orfanato tirado en el suelo del departamento de Seiya, se lo quitó para aminorar la deuda.

- Me muero de hambre, tendré que beber sólo agua otra vez- se quejó mientras su estómago gruñía con furia, intentó ponerse de pie, pero estaba tan débil que perdió el equilibrio. Por un instante pensó que moriría, pero alguien lo sujetó a tiempo.

- ¡Cuidado! Nuestro guitarrista no puede lesionarse tan pronto- escuchó una voz bastante familiar.

- ¡Shun regresaste!- dijo emocionado Seiya.

- Ikki también me acompaña- sonrió el ex Andrómeda- me he perdido una de las noches más excitantes de mi vida, las trillizas regresan mañana a Francia, así que más vale que esto funcione.

- Y que no se te haga costumbre que nosotros resolvamos tus problemas- dijo Ikki, pensando en el espejo roto en su casa y de que estaba seguro de que sus siete años de mala suerte recién estaban comenzando, el hecho de que hubiera regresado al departamento de Seiya era la prueba.

- Gracias- sonrió débilmente Seiya, mientras Shun le ayudaba a entrar a su habitación.

- Toma, te traje algo de dinero, no es mucho, pero te ayudará por un par de semanas- el actor le entregó un fajo de billetes.

- Shun eres mi salvación, lo esconderé de la señora Asakura- Seiya tomó un cerdito alcancía y metió el dinero ahí, luego lo guardó dentro de una guitarra falsa que estaba en mal estado, de esa forma la vieja dueña del edificio no lo encontraría.

- Esperen, yo también traje algo, aunque no es dinero-

- ¡Shiryu! ¡Tú también volviste!- Seiya corrió hacia las bolsas con comida que traía el ex Dragón.

- Claro, no podía dejar abandonado a mi hermano- respondió el pelinegro, mientras Shun e Ikki lo miraban de soslayo y se reían.

- Y a ustedes ¿Qué les pasa?- preguntó Shiryu cuando notó que era el centro de las miradas de los tres.

- Que gustos tan infantiles tienes- dijo Shun con vergüenza ajena.

- ¿Saliste así de tu departamento?- preguntó Seiya.

- Sí- respondió Shiryu sin entender cual era el motivo de esos comentarios.

- No puedo creer que seas tan tonto como para salir a la calle con un pijama de dragoncitos- se burló Ikki, quién sacaba su celular para tomar unas fotografías a Shiryu.

- ¡Oh no! Olvidé que estaba en pijama- el ex Dragón estaba avergonzado hasta las orejas.

- Eso es raro en ti Shiryu- se escuchó otra voz familiar.

- ¡Hyoga!- Seiya estaba feliz, todos habían regresado para ayudarle.

- Me encontré con Miho cuando venía hacia acá, me pidió que te entregara esto- el ex Cisne le pasó una bolsa con comida casera hecha por la chica.

- Miho, te preocupas por mí- pensaba el ex Pegaso engullendo todo lo que Miho le había enviado, ante la mirada de asco de todos los demás.

Una vez que el profesor de música hubo calmado su apetito de quien sabe cuando, Shiryu se atrevió a preguntar.

- Y bien ¿Qué es lo que hay que hacer Seiya?

- Para poder entrar al concurso, debemos ir a un casting, el cual será en dos meses más, debo componer una canción e interpretarla con una banda de rock, y es ahí donde entran ustedes, por la canción no se preocupen, pero necesito de todo su entusiasmo para que ganemos- Seiya se escuchaba como el capitán de un regimiento.

- Cuenta con nosotros- dijo amablemente Shun.

- Excelente, desde mañana comenzaremos con los ensayos- dijo Seiya emocionado, todo saldría bien, su sueño se haría realidad.

Continuara…

Me ha gustado la personalidad depravada de Shun del fic Te mataré de Alyshaluz, agradecimientos especiales para ti por que me has permitido utilizar ese personaje para mi fic, la canción que canta es de la banda japonesa The Yellow Monkey, se llama Tactics que fue el ending de mi otra serie favorita Rurouni Kenshin, y mas o menos dice así "Apasionada señorita, ¡AH! dame tu amor, misteriosa señorita necesito tu amor, lo que muestran tus ojos tristes, será mentira o verdad, no lo sé."

Por último agradecimientos a mi editor Tayiro-kun suki para ti, a Fabianus Morrison y a mi querido Otouto, este fic es para ti, mi músico favorito.

Para el que no sabe qué significa:

Kusarigama: Arma ninja compuesta de una hoz atada con una cadena, la cual al final tenía una bola de acero.

Shuriken: Estrellas o cuchillas que se esconden bajo la manga, antiguamente eran fabricadas de madera, pero finalmente se adopto el metal por ser más efectivo en ataque

Yakuza: Mafia japonesa.

Dorama: Telenovela japonesa, que dura alrededor de tres meses, entre 9 a 12 capítulos.

Shamisen: Instrumento japonés similar a un banjo, pero su mango es mas largo y delgado, así como su caja es cuadrada, y posee tres cuerdas, además de una especie de uñeta gigante.

Rinrraja: Juego que consiste en tocar la puerta o el timbre y salir corriendo, sin que el tonto que fue a ver quien era se de cuenta, en otros países puede tener otro nombre, pero en Chile es el Rinrraja (para mayor información escuchar la canción de Juan Tastico)

Nos vemos en el próximo capitulo ^^.