Aquí estoy de nuevo. Otro año más "sufriendo" con el maravilloso reto anual de este increíble Foro. A ver que tal sale éste nuevo fic.

Para empezar, me he inspirado en una película (y su secuela): Battle Royale, Ganadora del Festival de Sitges 2001... Si alguien no las ha visto, buscadlas por Internet, porque a estas alturas están descatalogadas en los videoclubs y demás sitios donde vendan/alquilen DVD.

Y en la fascinación y morbo que representa para muchos el ver en directo cómo sufren otros seres humanos. Así como el ánimo de lucro de algunos desalmados que sacan provecho del dolor, muerte y demás miserias de unos pocos. Vamos, una mezcla de Gran Hermano, Battle Royale, Los Juegos del Hambre y alguna que otra película o libro que ha quedado registrado en mi subconsciente pero del que no recuerdo título en estos momentos.

Pues lo dicho. Intentaré seguir la esencia de Battle Royale, pero con el encanto y el juego que puede dar el mundo potterico.

Eso sí, el infame "19 años después…" que cierra la saga de Harry Potter no existe en mi mundo. Confieso que, después de leerlo la primera vez, las veces que he releído los libros, lo he ignorado completamente. En mi opinión, estaba de más y da la sensación que JKR quería liquidar la historia a como diera lugar y decidió añadir esas páginas.

SINOPSIS:

"El Mundo Mágico deja de ser un secreto cuando la seguridad falla en los Mundiales de Quidditch de 2010 y un video grabado por muggles llega a manos de una Multinacional Muggle.

El Ministerio de Magia hace todo lo posible por recuperarlo, pero ante las amenazas de los Directivos de dicha Multinacional, acceden a su propuesta: un único programa con visionado global en el que participaran muggles y magos por igual. 40 personas en un todos contra todos en el que el último objetivo es salir con vida. El premio: conservar el Secreto si gana un mago. Repetir el evento si gana un muggle. La pega: sólo puede quedar uno vivo."

DISCLAIMER:

El mundo de Harry Potter pertenece a la magnífica J.K.R

Battle Royale y su secuela son de Kinji Fukasaku.

ESTE FIC PARTICIPA EN EL "RETO ANUAL 2.0" DEL FORO LA NOBLE Y ANCESTRAL CASA DE LOS BLACK

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PROLOGO

Percy Weasley estaba a punto de cometer un asesinato. Llevaban más de ocho horas encerrados en la sala de juntas del Ministerio de Magia y no habían encontrado solución alguna al PROBLEMA (sí, en mayúsculas y enfatizando el significado de la palabra). Se quitó las gafas para frotarse los ojos y preguntó por centésima vez:

-¿En qué carajo estaban pensando los responsables de la seguridad? En toda la historia del Quidditch nunca, NUNCA, hubo una metedura de pata como ésta.

-Se despistaron, señor ministro.

Sí, Percy Weasley era el Ministro de Magia. Subió al cargo las Navidades de 2005 y, hasta el instante que estaba viviendo, se había jactado de ser el mejor ministro que el Mundo Mágico había tenido la suerte de poseer. Y ahora… no sólo su puesto y su apreciado pellejo estaban en juego. No. Todo el Mundo Mágico estaba en peligro. Y esta vez no era culpa de un mago con aires de ser supremo. No. El peligro eran ellos mismos.

-¿Despistaron? Perder unas llaves es un despiste. Olvidarte a tu hijo en la guardería, puede considerarse un despiste. Dejar al gato fuera un día de lluvia es un despiste. Pero olvidarse de los hechizos de ocultación en la Final del Mundial de Quidditch 2010… ¡NO PUEDE CONSIDERARSE UN DESPISTE NI EN ESTE MUNDO NI EN MARTE!

El Comité de Emergencias Mágicas dio un bote en pleno ante el último grito del Ministro. Decir que estaban asustados era quedarse corto. La crisis a la que se enfrentaban era, por decirlo de una manera suave, de proporciones bíblicas. Percy tomó asiento en un intento de calmarse.

-Si sólo tuviésemos que lidiar con los muggles que grabaron el encuentro, y la fiesta pre-partido. Y la posterior fiesta por la victoria de Irlanda… no tendríamos de qué preocuparnos. No sería la primera vez que se realiza un obliviate masivo. Pero estamos hablando de chantaje. A nivel mundial. Esto ya no va de ellos y nosotros. Esto es una declaración de guerra en toda regla –agitó un sobre tamaño D-A4 con fuerza- Hemos tenido la mala suerte de joderla ante una de las Multinacionales más poderosas del mundo muggle. Estos tíos no son unos cualquiera. Mueven los hilos en más de cien cosas diferentes: energía, ocio, electrónica, medicina, investigación, armamento… Y eso son sólo las cosas buenas. Si os cuento las malas, cometéis suicidio en masa. Y ahora, por favor, dejadme solo unos minutos. Tengo mucho en qué pensar.

La sala se vació en menos de minuto y medio. Percy no pudo evitar ver a sus ayudantes y consejeros como ratas abandonando el barco cuando éste se está hundiendo. Soltando su enésimo suspiro, abrió el sobre. Nada más ver el membrete de la carta sintió una migraña monumental.

-Jodida multinacional, jodidos aparatos muggles y jodidos encargados de la seguridad mágica. Con lo bien que estaría yo ahora con mi mujer celebrando nuestro aniversario…

Vació el sobre. Cuatro folios y un DVD. Mentalmente hizo el apunte de dar las gracias a Hermione por haber introducido la tecnología muggle en el mundo mágico. Decidió leer primero la carta.

Querido Ministro de la Magia.

No dudo en pensar que estará sorprendido ante esta misiva. Puede tomarla como un acto de buena fe o como lo que es realmente, un ultimátum. A nuestras manos ha llegado una grabación un tanto curiosa (por llamarla de alguna manera). Al principio creímos que se trataba de una película, o de un spot publicitario de alguna marca desconocida. Pero, cuando uno de nuestros empleados susurró la palabra "quidditch", creímos oportuno abrir nuestras mentes y ampliar nuestros horizontes.

Cabe decir que sometimos a nuestro empleado al más riguroso interrogatorio. Y se estará preguntando cómo es que este hombre sabía de su… deporte preferido. Fácil. Uno de sus hijos estudia en ese colegio suyo para fenómenos como ustedes… ¿Howgarts?

Nos contó todo lo que sabía a cerca de la magia, de su mundo, de sus costumbres y otros pequeños detalles que nos llamaron poderosamente la atención.

Luego, tras indagar en mayor profundidad, descubrimos eso que ustedes llaman el "Estatuto de Secreto Mágico", por el cual tienen prohibido realizar cualquier tipo de actividad mágica ante humanos normales (o muggles, como parece ser que nos llaman a los que no somos fenómenos de feria como los llamados magos).

Después de adquirir este conocimiento sobre su secretismo, las imágenes grabadas por uno de nuestros subordinados de confianza nos llevaron a pensar que algo (o alguien) hizo que fallara la seguridad o el sistema de camuflaje que usan para que eventos como el visto hace poco no se den a conocer al ojo ajeno a la magia.

Se estará preguntando a qué viene tanta palabra y divagación. Fácil. Nuestra empresa abarca un amplio espectro de actividades lucrativas, entre las que se encuentra el ocio. Es un negocio que mueve millones al año. Y dentro de esa máquina de hacer dinero, la gallina de los huevos de oro es la tele realidad. Si no sabe qué es, búsquese a un mago de origen muggle y pregunte. Se sorprenderá.

Y como nuestra finalidad es hacer todo el dinero posible sin importar el coste o las cabezas que rueden en el proceso de conseguirlo, tenemos una proposición que hacerle no sólo a usted, sino al Mundo Mágico en general.

Queremos llevar a cabo un show. En directo. Un programa de tele realidad brutal, de esos que dejan al personal pegado a la pantalla de su televisor casi las veinticuatro horas del día. (Consulte a su mago muggle si tiene más dudas)

¿Qué podemos sacar los magos de todo esto? Muy sencillo. Seguir en el anonimato. Además de hacer dinero, nos gusta arriesgar. Nos gusta apostar si algo va a salir bien o va a resultar un tremendo fracaso. Nuestros analistas de mercado han estado haciendo tanteos y han llegado a la conclusión de que el programa que tenemos en mente será un éxito al cien por cien.

¿Y en qué consistirá dicho programa? El planteamiento, de lo sencillo que es, resulta hasta brillante. Una isla. Cuarenta personas. Como los magos tienen ciertas ventajas por sus "dones", la proporción sería treinta y cinco muggles y cinco magos. Los detalles de su estancia en la isla se irían desvelando según se desarrollara el programa. Y el objetivo: mostrar ante las cámaras un todo contra todos. Una lucha por la supervivencia del mejor. El premio: seguir con vida. Sencillo. Impecable. Inimitable. La idea no está pulida del todo, pero la cosa iría por esos derroteros. Eso sí, sólo podrá haber un vencedor. Y ahí estaría la segunda parte del trato.

Si acceden a que cinco de los suyos participen en nuestro programa, si alguno de ellos ganase, guardaríamos el secreto de su mundo. El acuerdo estaría firmado, sellado y avalado por las leyes de ambos mundos. Y no tema nada. Somos gente que mantiene su palabra hasta las últimas consecuencias.

Como iba diciendo, si gana un mago, mantenemos el secreto. Se diría que esas cinco personas con habilidades especiales eran actores contratados para dar mayor emoción al programa que se habrían comprometido a luchar hasta el final. Si gana un muggle, el programa se repetiría el año siguiente, con el mismo formato y con las mismas condiciones. Así hasta que la audiencia se aburra o ustedes ganen. Lo que primero suceda.

Tiene una semana para pensarlo. Si deciden que mantener su forma de vida es lo principal, daremos por sentado que aceptan participar en el programa. Si consideran inhumana la temática del show y no quieren sacrificar ninguna vida, mandaremos una copia del DVD que usted tiene en sus manos a todas las televisiones del mundo. También lo colgaremos en todas las redes sociales y demás medios de comunicación internautas. Y su mundo dejará de ser secreto y tendrán que hacer frente a algo mucho peor que una lucha a muerte en una isla aislada de todo y de todos.

En sus manos dejo el futuro de su mundo.

Atentamente;

Consejo Administrativo de INTERBOSS."

Alucinar era poco si lo comparaba con lo que estaba sintiendo en ese momento. Aquella gente o estaba muy mal de la cabeza o no sabían lo que eran los escrúpulos. Y si analizaba la carta a fondo, podría asegurar sin temor a equivocarse que ambas opciones se aplicaban en ese caso. Jugueteó unos minutos con el DVD. No quería verlo. No hacía falta. Sabía perfectamente lo que se iba a encontrar: cientos de tiendas de campaña a cada cual más rara e imposible, centenares de personas vestidas de manera rara o ridícula, escobas voladoras, rayos de colores, y un estadio de proporciones y diseño imposible para la arquitectura muggle. Por no mencionar lo de catorce personas volando en escobas a una velocidad de vértigo persiguiendo y esquivando pelotas que se mueven solas. Sí, de lo más normalito.

Mirase por donde mirase, sólo había una solución si quería salvar ya no su puesto, sino su mundo. Tenía que aceptar las condiciones de aquella gente y rezar para que Merlín metiera mano en el programa y alguno de los pobres magos en sacrificio ganara. Porque aquella gente le tenía cogido por los huevos. Muy bien cogido. Y no había escapatoria posible. Y ellos lo sabían. Y sabían que, una vez leída la carta, él llegaría a la misma conclusión.

Apretó el botón del interfono y con voz cansada, le dijo a su secretaria:

-Por favor, di a esos inútiles que vuelvan a pasar. Tenemos mucho que pensar y muy poco tiempo para hacerlo.