¡Hola!

Lo prometido es deuda.

Pero, lo primero de todo: Si no has leído Harry Potter y las Reliquias Mortales, ni se te ocurra seguir leyendo. Dale al botoncito de atrás que para algo lo inventó el Gates XD

Aunque si te gustan los Spoilers, pues adelante, el fic es tuyo :D

Primero de todo, estoy muy cabreada con fanfiction, sí sí. Porque yo vine ayer con toda mi ilusión (era mi cumpleaños) para publicar el fic, y va y no dejaba... meleït ¬¬

Pero por lo menos está publicado, con retraso pero publicado. Quería que hubiese sido el 12 pero va a ser el 13 xD Y quería celebrarlo, de alguna manera, con todos vosotrs :D (cumplo 16 por si a alguien le interesa ;) )

En este fic, las preciadas vacaciones de Navidad para Ron se van a convertir en una tortura. Porque mi querido Scorpius se va a presentar a la familia Weasley. Y no veáis el lío que monta.

Pero eso, ya lo descubriréis vosotros ;)

¡Os dejo con la lectura!

Musiké: No se, ninguna en especial. Pero probad con Open your eyes de Snow Patrol


Papá, te presento a Malfoy

- Me va a matar.

- No te va a matar Scorpius, no seas pesado.

- ¿Cómo que no me va a matar? Si tu padre y mi padre se llevan a muerte desde siempre no creo que yo cause un efecto muy distinto.

- ¡Te digo que no! Y camina más deprisa que así no llegaremos nunca.

- ¡Es que no quiero llegar Rose!

- ¿Y tú te haces llamar Malfoy¿Dónde quedó tu orgullo y tu altanería?

- Es que esto es diferente que en el colegio Rose. No todos los días el padre de tu novia está preparado en su casa con un machete del calibre 24 esperando a que pases por la puerta.

- ¡Pero si ni siquiera sabe que eres tú! No digas tonterías.

- ¡¿Cómo que no sabe que soy yo¿No se lo habías dicho¡Ahora va a ser peor!

- Lo sabe mi madre y Hugo, claro. Espero que le estén preparando psicológicamente porque…

- ¿Ves? Tú también crees que esto es un suicidio premeditado. Y además, seguro que tu hermano se ha ido de la lengua.

- No, de eso estoy segura. Le tengo amenazado.

- ¿A sí¿Y qué ha hecho el pequeño Hugo para que esté en esa situación?

- Pues nada. Un día con un sortilegio de mis tíos se le ocurrió hacer una broma pesada. Pero le salió mal y se cargó un libro de mi madre, y como ella los tiene todos tan memorizados pues se daría cuenta de que le falta uno. Pero le ayudé y ahora pues está amenazado por si dice algo.

- Qué cruel que eres.

- Más lo eres tú y no digo nada.

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Rose sacó las llaves de su bolso con las manos temblando. La búsqueda se hizo más difícil, pues casualmente, las farolas de su calle no funcionaban. Se estaba poniendo más nerviosa de lo que estaba. Scorpius entrecerró los ojos, molesto y sacó su varita.

- Accio llaves.

Rose por poco no le lanza el bolso a la cabeza.

- ¿Pero estás loco de la cabeza o qué? – murmuró enfadada. Él le echó las llaves a su regazo – Por Merlín Scorpius, estamos en un barrio de muggles. No todo los días se ve que un bolso escupa las llaves – Malfoy sonrió.

- Pero si no hay nadie - le replicó mirando a ambos lados de la calle. Pronto se tragó sus palabras. En la casa de al lado, una mujer vestida con un albornoz rosa y con rulos en la cabeza les miraba por detrás de sus gafas de culo de vaso.

- Elige tu muerte Scorpius Malfoy: por cuchillo, por maldición imperdonable o por golpe fortuito en la cabeza – murmuró furiosa Rose mirándolo con odio. Scorpius sonrió débilmente – Buenas noches señora Meller – le saludó cordialmente cambiando el tono de voz - ¿Hace frío esta noche, verdad?

- Pero cómo va a tener frío si está debajo de esa marabunda de pelo rosa – escupió Scorpius. Rose le arremetió con un codazo en el estómago. Malfoy entrecerró los ojos y aguantó el dolor sonriendo con ironía.

- ¿Quién es este jovenzuelo, Rose? – preguntó la mujer acercándose cada vez más a la valla para poder verlo mejor. Scorpius retrocedió dos pasos por miedo a que le mujer atravesara los matorrales y saltara encima de él. Le estaba mirando fijamente.

- Oh, es un amigo… de mi hermano Hugo, que ha venido a pasar las Navidades – mintió Rose bajando el tono de voz. Pero la señora Meller no se vio muy convencida con esa respuesta. Se le movían hasta las aletas de la nariz.

- ¿No es demasiado mayor para ser el amigo de tu hermano? – indagó la mujer. Weasley se encogió de hombros.

- Bueno – dijo dirigiéndose a un asustadizo Scorpius - ¡Deja de hacer el tonto! Voy a entrar, y tú te vas a quedar aquí hasta que vuelva a salir¿de acuerdo? – Malfoy ni siquiera le miró. Tenía los ojos fijos en esa mujer, por si de repente se transformaba. Ni siquiera le inmutó que Rose le diera un beso en la mejilla, pero cuando ella abrió la puerta, Scorpius se movió ágilmente y se puso a uno de los dos lados de la puerta, para que no le vieran desde dentro de la casa.

Si esa tarde todo acababa bien, jamás volvería a exponer su pellejo a tales peligros como enfrentarse al cabeza de familia de los Weasley-Granger. La guerra había empezado.

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Rose entró a su hogar como otras veces. Se quitó el abrigo y lo dejó en la silla de la entrada. Dejó las llaves encima de la mesa pero no puso la varita como siempre. Se la guardó por si acaso.

No sabía si se estaba arriesgando demasiado. Vale, sí, era una locura hacer lo que iba a hacer. Pretender que un Weasley aceptara a un Malfoy era un poco descabellado. Pero oye, ella era Weasley y lo había hecho. El caso es que su padre era más difícil: hacer que rechazara a sus ideas de su adolescencia no le iba a resultar tan fácil. No había pasado en el colegio ningún día en que Ron no quisiera matar a Draco. Y si ahora le presentaban a su hijo en bandeja seguramente no iba a desaprovechar la ocasión.

Se frotó las manos con el fin de calmar su nerviosismo, pero eso no era suficiente. Se giró al oír un ruido proveniente de la ventana, y vio a Scorpius alzando un dedo hacia arriba y enviándole un beso al aire. Rose sonrió, y eso le dio fuerzas para entrar al comedor y enfrentarse a su padre.

Respiró hondo por última vez y pasó por al lado del árbol de Navidad en dirección al salón. Había muchos regalos en el suelo, hasta para los hijos de Harry y para todos sus primos. Dio una vuelta al enorme abeto, rozando con la mano las bolas y los adornos de esa primera Navidad que pasaba con Scorpius.

Entonces salió su madre de la cocina sonriendo como si ya supiese lo que iba a pasar.

- Mamá¿el papá está…?

- Sí, está leyendo el profeta e intentando ver la televisión, pero creo que eso se le resiste – respondió Hermione. Rose le abrazó buscando consuelo en ella, porque sabía que de su padre esa noche solo iba a recibir reprimendas.

- ¿No es tan complicado, no? – le preguntó Rose. Hermione encogió los hombros.

- Es un Malfoy, y tu padre es un Weasley. Están destinados a odiarse, pero estoy segura que podemos hacer que simplemente se aguanten – Ambas sonrieron.

- Allá voy – anunció Rose mientras entraba en la habitación del pánico. En efecto, su padre estaba repantigado en el sofá leyendo el profeta y por lo menos intentaba, dando golpes al mando de la televisión, encender el dichoso aparato.

- Hola papá – murmuró Rose.

- Rose, hija ¿Qué tal las compras con tu amiga Hellen? – preguntó su padre al pasar una página. Esa era la excusa que le había dado a su padre, que había ido con Hellen a comprar al centro. Pero en realidad, había ido a buscar al joven Malfoy y a traerlo a la casa de la tortura.

- Bien, muy bien. Oye papá, verás,… tengo diecisiete años y creo que… - miró a Hermione y asintió con los brazos cruzados – bueno, que ya es hora de decirte esto.

Ron dejó el periódico a un lado y su cara empezó a ponerse blanca.

- ¿No estarás embarazada? – exclamó Ron.

- ¿Qué dices papá¡No, no tiene nada que ver! Espera a que te lo diga y no empieces a sacar conclusiones, que casi nunca aciertas – le replicó malhumorada. – Verás, lo que intento decirte es que…

- Empieza la fiesta – gritó alguien desde las escaleras. Su hermano Hugo bajó corriendo desde su habitación solo para visualizar el espectáculo que se iba a dar pronto. Rose lo miró con furia.

- Hugo, te juro que como menciones una sola palabra¿me oyes? Una sola, me encargaré de que todo Hogwarts se entere de que todavía duermes con tu osito Poh¿me has oído? – Dijo Rose apuntando con un dedo a su hermano. Estaba segura de que se le escaparía algo. Hugo respondió con un saludo al modo general. La joven Weasley entrecerró los ojos y prosiguió son su discurso.

- Papá, no le hagas caso – dijo al ver la cara de perplejidad de su padre – Verás, lo que intento decirte es que, tengo una edad en que… bueno, tú estuviste saliendo con mamá a los diecisiete, y… creo que ya me toca a mí.

- Rose no me tienes que pedir permiso para salir con un chico – dijo Ron a regañadientes, sabiendo que en el fondo si que le molestaba que su hija pequeña saliera con cualquier desgraciado.

- No si no lo ha hecho – dijo Hugo desde el otro lado de la habitación. Hermione le tapó la boca enseguida y le amenazó en voz baja diciéndole al oído algo que ni Rose ni Ron oyó. El caso es que funcionó, ya que la cara de Hugo se volvió blanca.

- ¿Así que sales con un chico? – preguntó Ron dejando el profeta a un lado y centrándose en la conversación. Rose asintió cerrando los ojos.

- Y, por lo que veo, todo este jaleo es porque, has decidido presentarlo a la familia – indagó Ron nuevamente. Rose movió la cabeza de arriba abajo temiéndose lo peor.

- Y, me atrevería a decir, que está ahora y en este momento cerca de nuestra casa – murmuró mirando a Hermione.

- Sí, papá – dijo Rose.

Unos segundos de silencio que para Rose se hicieron una eternidad fueron suficientes para que Ron cavilara y asimilara los acontecimientos. Se levantó con cuidado del sillón y fue hasta la chimenea, donde se quedó mirando al fuego otro rato más. Entonces, sin previo aviso, exclamó por todo lo alto.

- ¿¿Dónde está ese muchacho?? – Pero, al contrario de lo que Rose se había esperado, su padre no gritó con furia y con ganas de matar al desgraciado que estaba con su hija, sino que había gritado con una sonrisa y abriendo los brazos como esperando para recibir al nuevo miembro de la familia. Rose no sabía qué era peor, que su padre quisiera matarlo de primeras, o si al ver que era Scorpius su novio quisiera matarlo con más fuerza.

- Voy a… fuera, está…Voy a buscarle – dijo al fin Rose.

- ¿No es genial Hermione? Nuestra pequeña Rose con novio. Y se lo tenemos que presentar a la familia de Harry y a Ginny. ¡Y a todos tus tíos, Rose¡¡Y que no falten los abuelos!! Haremos una cena especial el día de Navidad, y si avisamos a tiempo hasta podrá recibir regalos de la familia. Y dime, Rose¿de qué familia viene¿No será el hijo de Finnigan o de Thomas? Bueno, es igual. Si lo has elegido tú, seguro que es el mejor partido de todo el mercado adolescente – dijo Ron de carrerilla mientras abrazaba a Hermione quien sonreía forzosamente. Ni iba a haber cena, ni regalos ni presentaciones. Estaba segura.

A Rose, quien había escuchado todo desde la entrada, se le cayó el alma a los pies. Nada de lo que su padre se esperaba de ese chico concordaba con Scorpius.

Abrió la puerta de la calle y ahí estaba Scorpius igual que como lo había dejado. La cara que llevaba Rose fue suficiente para que Scorpius supiera que las cosas no habían ido muy bien, así que prefirió callar y apretar con fuerza la varita bajo su chaqueta.

Pasó un brazo por su cintura. Si iba a morir de todas formas, mejor que fuera cogido de la persona a la que amaba. Por Merlín, el mundo iba al revés.

Lo hecho, hecho estaba.

Todo el sermón que estaba dando Ron en el salón cesó al ver a las dos personas que habían entrado por la muerta, casualmente, bajo el muérdago. Lo siguiente fue como un partido de ping-pong. Hermione, Hugo y Rose miraban como en un partido de ese deporte muggle la lucha de miradas asesinas que se estaba disputando frente a ellos. Ni Ron se iba a dejar vencer tan fácilmente, ni había nada que pudiera frenar el orgullo de todo un Malfoy.

Nadie hablaba, solo se oía el crepitar del fuego. Rose tragó saliva y reunió todas sus fuerzas para poder decir una sola frase.

- P-Papá, te presento a mi n-novio: Scorpius.

Y aquello fue como si un balde de agua congelada hubiera caído sobre el pelo pelirrojo y canoso de Ronald Weasley. No iba a permitir que ningún Malfoy rastrero pisara su casa y mucho menos iba a dejar que sus limpias manos tocaran ni un solo pelo a su hija.

- Fuera de mi casa – dijo solamente.

- Señor Weasley, si usted dejara que pudiera… - intentó decir Malfoy.

- ¡He dicho que fuera de mi casa! No hay nada que decir ni que discutir. Rose, si este… oxigenado es tu… novio o como lo quieras llamar, ya puedes ir despidiéndote de él, porque te prohíbo que si quiera le mires a los ojos – exclamó con fuerza. Rose ya no pudo aguantar las lágrimas, y su madre acudió a su lado para ayudarla.

- Ron, por favor, escúchales – dijo Hermione.

- ¿Tú lo sabías? – Su mujer asintió – ¡Hermione¡Es nuestra hija! No voy a permitir que mi hija este anclada con ese…

- Malfoy – atajó Rose - ¿Te crees, papá, que no me he dado cuenta de lo que es?

- ¡No sabes ni quien es! Rose, es un Malfoy. Es el hijo de Draco Malfoy, y te quedas tan a gusto viniendo aquí y presentándomelo en las narices – miró desafiante a Scorpius – He dicho fuera de mi casa. No me hagas repetirlo más veces.

- Señor Weasley¿sabe una cosa? No me voy ir de esta casa hasta que usted me acepte. Y no se preocupe, mi padre vendrá a recogerme cuando yo le diga – dijo con socarronería. La cara de Ron hervía. No iba a consentir que dos Malfoy entraran en su casa sin su consentimiento. Se acercó peligrosamente a Scorpius y sacó la varita.

- ¡FUERA DE MI CASA, SANGRE LIMPIA¡AHORA!

- ¡Papá, espera! – dijo Hugo cogiendo a su padre por detrás para que no golpeara a Malfoy.

- Ron, por favor – murmuró Hermione intentando frenar a su marido.

- Papá, no me voy a separar de él porque tú me lo digas. Esto lo he decidido yo y voy a seguir adelante, te parezca bien o no – tartamudeó mientras Scorpius cogía su mano para darle fuerzas, y decirle mentalmente "estoy aquí, no te preocupes". Pero eso no bastaba cuando se trataba de su padre.

- Vamos a ver Rose, hija, sal un momento del salón. Iros tú y Scorpius fuera un momento. Yo hablaré con tu padre – dijo Hermione al ver que la situación se volvía demasiado tensa. Rose miró con tristeza a su padre y sin decir palabra salió del comedor llevando consigo a Scorpius de la mano. Hugo no tardó en desaparecer de la discusión entre sus padres. Scorpius no tardó en abrazar a Rose. Y el matrimonio Weasley Granger no tardó en ponerse a gritar otra vez.

- ¿Qué hay de malo en ese chico, Ronald Weasley? A ver si dejamos la mentalidad del siglo pasado. Rose también es mi hija, y si estás pensando en la familia de Scorpius, por lo que he visto no se parece ni un pelo a su padre – chilló con todas sus fuerzas.

- Hermione, no lo entiendes. ¡Es igual que Malfoy padre! Son clones, y ese tal… Scorpi o como se llame es igual que él. Créeme – dijo con resignación sentándose de nuevo en el sillón – Si hasta tiene nombre de insecto el condenado – Hermione negó con la cabeza.

- Ron, Ron – cogió la cara de su marido y obligó a esos ojos azules ojerosos a mirarle fijamente – No te dejes llevar por las apariencias. La realidad está ahí. Si fuera como su padre, jamás, y escucha, jamás se habría atrevido a venir a esta casa y a presentarse como novio formal de Rose. ¿Crees que Draco Malfoy hubiera hecho lo mismo¿De verdad lo crees? – murmuró. Ron desvió la mirada. Él solo quería proteger a su hija, y le estaba costando demasiado. ¿Es que no había más chicos en este planeta¿Por qué algo aparentemente sencillo tendría que volverse tan complicado?

- Haced lo que queráis. Después de todo, las mujeres siempre salís ganando.

- Ron, esa no es la cuestión. Rose quiere que mires a Scorpius y le digas que te parece muy bien que ellos dos estén juntos. ¿Es tan difícil Ronald?

- ¡Pero es que no lo voy a hacer! Sería como tirar por la borda toda mi juventud, Hermione. Es difícil.

- Más difícil es lo que está sufriendo ahora tu hija Ron. Haz un esfuerzo por favor – le suplicó.

Pero antes de que pudieran decir ambos nada, la chimenea empezó a emitir una luz verde. Eso significaba solo una cosa: que alguien venía. El matrimonio se levantó y no tardó mucho en aparecer un Harry empapado de polvo por la boca de la chimenea.

- ¿Qué haces aquí? – le preguntó Ron todavía cabreado.

- Creía que era mejor recibido en esta casa – se quejó Harry quitándose el polvo. Hermione se acercó y le dio dos besos en la mejilla.

- No le hagas caso. Vienes en un mal momento – murmuró cruzando los brazos.

- Bueno, solo venía a contaros una cosa de lo más extraña que me ha pasado hoy. Seguro que os va a hacer hasta gracia, o me diréis que lo he soñado. O incluso que estoy loco – dijo Harry emocionado.

- Será algo bueno – indagó Hermione. Harry se encogió de hombros.

- Depende de cómo lo mires – Ron alzó una ceja – Veréis, estábamos Ginny y yo en la cocina cuando de repente aparece James. Y estaba muy nervioso, así que pensamos que ya había hecho una de las suyas. Pero empezó a soltarnos un discurso del amor y de la juventud, y de las parejas y… - para entonces Ron ya estaba ruborizado. ¿Iba a aparecer Scorpius hasta en la sopa? – Total, que cuando acaba, aparece por la puerta de casa una chica, que resulta ser que es la novia de James, de mi James.

Ron no aguantó más tiempo de pie y tuvo que sentarse rápidamente. Parecía mareado, y tenía la cara blanca como anunciando que se iba a desmayar en poco tiempo.

- ¿Te ocurre algo? – preguntaron Harry y Hermione. Ron negó con la mano y Harry continuó contando la aventura.

- Total¿a qué no sabéis de quien es hija la novia de James? – Y no supo por qué, pero Hermione se temía lo peor. Ron ya no podía ni retener las palabras de Harry.

- ¿De quién? Por Merlín, Harry me estás asustando – murmuró Hermione. Harry sonrió ampliamente.

- ¡Es hija de Blaise Zabinni!

Ron ya no pudo más con su alma y se desmayó sobre la alfombra roja del comedor. Hizo tal ruido que no tardó en aparecer Hugo bajando por las escaleras con la varita en mano, aun sabiendo que todavía no podía hacer magia fuera del colegio.

Pero no sólo apareció él. Rose y Scorpius también lo habían oído desde fuera de la casa y entraron sin pensárselo dos veces a ver lo ocurrido. Casi tiran al pobre árbol de Navidad en su intento de llegar al comedor.

De pronto, la situación de volvió de lo más graciosa.

- ¿Papá? – preguntó la joven Weasley al ver a su padre tendido en la alfombra. Entonces vio a su tío. - ¿Harry?

- ¿Malfoy? – preguntó Harry incrédulo mirando al rubio.

- Scorpius Malfoy – le contestó educadamente el rubio ofreciéndole una mano.

- ¿Rose? – preguntó de nuevo Harry. Ella enseguida se ruborizó mientras intentaba reanimar a su padre - ¿Rose… Malfoy?

- Sí, Harry – dijo Hermione - Y cuando le has dicho lo de James y esa chica, Ron ya no ha podido aguantar la situación. Tan fuerte para algunas cosas y tan débil para otras.

- ¿Qué ha dicho de James? – inquirió Rose levantando las piernas de su padre para lograr reanimarlo. Scorpius fue enseguida a ayudarle.

- Que está saliendo con una chica que casualmente es la hija del compañero del padre de Scorpius: Blaise Zabinni.

- ¿Qué James está saliendo con una Slytherin? – preguntó alocadamente Rose.

- Cariño, tu también – dijo Scorpius mirándole a los ojos.

Y entonces Ron abrió un poco los ojos y sólo vio a dos personas: la cara de porcelana de su preciosa hija Rose, y la cara de ese engendro desgraciado y oxigenado que tendría que ver hasta el resto de su vida.

Lo que iba a ser una Navidad feliz y en compañía, para Ronald Weasley se había convertido en un infierno profundo y sin salida.

Y lo peor de todo todavía no había llegado…

… ¿y cuándo tuviera que conocer a los suegros de Rose?

FIN


¡!

¿Qué os ha parecido?

A mi me ha encantado XD Pobre Ron, no se lo merece. Y cuando dice lo de "total, si las mujeres salís ganando siempre" XDDD

Por si a alguien le suena, está basado en un dibujo que refleja la parte de "fuera de mi casa sangre limpia" que dice Ron. Es un dibujo que circula por internet, no se la autora ni nada, pero está en HarryMedia, por si lo queréis ver.

Tengo pensado hacer la otra versión, es decir, Rose yendo a la casa Malfoy.

Mi cabecita ya empieza a pensar

Enviadme un review navideño y me decís qué os ha parecido: si es una bazofia, una obra maestra o lo que queráis.

Muchos besos desde aquí

SilianMo0Re

PD¡Gracias nedia por el mensaje que me has enviado! En serio Este fic va por ti, ya que has sido la primera en el mundo de fanfiction que me has felicitado XD ¡Muchos besos guapa!

PD2¿No os parece que Scorpius es un trocito de pan:D

PD3: Tengo otro fice navideño de Tom Ryddle por si a alguien le interesa

PD4: Ya paro de poner postdatas XD