La música lenta sonaba con suficiente volumen como para seguir su ritmo si se daba una conversación, pero eso todavía no sucedía. El menor se dejó guiar por la destreza con la que su acompañante hacía que la melodía fuera fácil de seguir; él nunca se había interesado en aprender a bailar y hasta esa noche jamás lo había lamentado. Se sentía torpe e inadecuado, como un corderito antes de ser capturado aunque no se quejaría tanto, el cazador hacía ver aquel encuentro como algo inocente, una cena entre amigos había dicho, y él no había podido decirle que no. Kanon, ¿por qué era tan difícil mantener el temple y la máscara de adulta seriedad ante él?
El aludido bajó la mirada como si hubiera escuchado su nombre y sonrió de medio lado causando que el corazón del menor diera un vuelco dentro de su pecho y que su cuerpo temblara levemente, y él rogaba que el temblor de sus extremidades fuese suficientemente discreto como para que el mayor no se percatara de ello...
—¿Tienes frío? No pensé que el jardín fuera tan helado de noche, pero podemos entrar, puedo preparar un café para ti, o quizá algo un poco mas fuerte.—
—Estoy bien, no te preocupes, estoy bastante acostumbrado al clima helado.—
Casi dejó escapar una carcajada al decir aquello, cualquier cosa referente al frío le recordaba a Camus. El francés era serio e impenetrable, siempre guardando su distancia, siempre receloso de la cercanía que buscaban los demás. No lo necesitaba decía, y aquello había sido el detonante que había acabado por abrir una enorme brecha entre ambos, las visitas del griego dejaron de ser tan frecuentes, pues era obvio que el serio acuariano no correspondía los sentimientos que se habían acumulado en su ardiente corazón desde hacía tiempo atrás. Sí que había sido un golpe enorme a su ego, por un momento se había hecho a la idea de ser el orgulloso ganador del amor que Camus guardaba, pero después había sido tristemente decepcionado, descubrió que Camus tenía un témpano de hielo por corazón y después de eso había decidido no pensar más en enamorarse. Hasta que Kanon llegó y le hizo dudar de aquella decisión.
De pronto los pasos se detuvieron aunque la música no había terminado. Milo subió la mirada con curiosidad para encontrarse con las esmeraldas del mayor que lo veían con un poco de preocupación.
—¿Dije algo que no debía?—
—No, no, claro que no, no es nada de eso— dijo la vocecita del menor intentando restarle importancia a algo que a pesar de haber sucedido hacía varios meses atrás, seguía siendo como una espinita que se había clavado en su dedo y le causaba un leve dolor porque aun no conseguía sacársela. —Estoy un poco fuera de practica; bueno... de hecho nunca he bailado en mi vida.—
—No es muy difícil, un par de piezas más y serás todo un experto.—
Milo sonrió inevitablemente. Aquel hombre era sumamente encantador, debía ser cauteloso y recordarse que ambos eran solamente amigos o se dejaría llevar por aquel encanto tan poco común y terminaría ilusionado de nuevo. Le parecería un poco extraño bailar así con alguien, pero ambos eran sólo amigos, sólo buscaban socializar un poco más, eso se había dicho en todo el camino de llegada a la casa de Kanon. Y al parecer el mayor también pensaba de esa manera al no intentar siquiera insinuar algo que pudiera llevar a Milo a creer que habían intenciones ocultas tras el lazo de fraternidad que se había creado entre ambos.
Así pasaron ambos unas cuantas piezas mas hasta que Kanon le ofreció una bebida caliente y pastel antes de concluir la velada, Milo aceptó con renuencia porque aún no quería que aquel contacto terminara, aunque procuró que aquello no se reflejara en su rostro. Ambos entraron a la salita y Kanon le pidió que se acomodara mientras él preparaba las bebidas.
—Puedo ayudarte, es lo menos que puedo hacer— dijo como si aquello fuera natural en él; si Aioria estuviera presente seguramente se burlaría de él después de criticarlo por no colaborar en nada si no le rogaban con antelación. Pero Kanon no tenía que saber nada de eso, ¿para qué? Esa fue suficiente excusa para ponerse de pie y seguirlo a la cocina.
¡Vaya que eran bastante distintos! El lugar era pequeño pero impecable. Kanon se excusó por no tener todo en su sitio aun, pero acababa de mudarse apenas unos meses atrás y no había tenido tiempo de traer todas sus pertenencias todavía.
—Vi el anuncio en el periódico y supe que era un llamado divino.— decía con un poco de vergüenza al semtir que exageraba. —Necesitaba un cambio en mi rutina y este trabajo pareció la oportunidad perfecta para empezar de cero.—
Milo quiso indagar en ese comentario pero se detuvo, no debía permitir que la curiosidad se llevara lo mejor de él y lo hiciera quedar como un tonto. Prefirió dejar que el mayor se desahogara y así supo que había vivido en Atenas toda su vida y que su interés era escribir, por ello el trabajo de profesor de literatura le quedaba perfecto, le daba el tiempo suficiente para dedicarse a terminar el boceto en el que trabajaba desde hacía unos meses. Milo calló y trató de grabarse todo lo que podía para repasarlo después, aunque no hubo mucha información luego de eso, Kanon torció el cuello levemente en un gesto que al menor le pareció encantador y preguntó por él.
—No hay gran cosa que contar de mí, tengo el puesto en la biblioteca desde hace dos años, heredado de mi madre que se ha tomado vacaciones permanentes en algún lugar de Europa. Aún no empiezo el doctorado, mi madre seguramente me va a desheredar por eso.—
—¿Tienes mas familia, pareja, algún prospecto... ?—
—Familia aquí no, solo mi madre y una tía que vive en Europa. Pareja... no, no en realidad; hace algunos años intenté que una relación amistosa cambiara para más pero no funcionó, desde entonces decidí que estar solo es mas conveniente para mí por ahora, ¿qué hay de ti?—
—Tengo un hermano mayor que vive en Atenas, no tengo pareja, ambos estamos en la misma situación, aunque en mi caso logré que la relación amistosa cambiara para más, pero luego todo empezó a volverse monótono, empezamos a distanciarnos, apareció alguien más en nuestras vidas y la balanza se inclinó a su favor, para entonces ya no quedaba nada de nosotros y decidimos separarnos por acuerdo mutuo. Estamos mejor así, al menos yo estoy mejor así.—
—¿Fue una relación larga?—
—No lo se.— Kanon suspiró y bebió un par de sorbos de su taza dejándola vacía. —Nos conocimos en la universidad y nos casamos justo al graduarnos, al menos para mí no fue lo suficientemente larga.— El mayor esbozó una sonrisa divertida al ver la cara estupefacta de su invitado e inmediatamente cambió el gesto fingiendo uno de exagerada tristeza —Oh si, estas tratando con un pobre y triste divorciado.—
Milo dejó escapar una carcajada y Kanon se le unió de inmediato haciéndole ver que no había problema con ello. El menor terminó su bebida y decidió que lo mejor era marcharse, no quería incomodar a nadie por quedarse más tiempo del necesario. Kanon lo acompañó hasta su auto y le dio un par de rápidos besos en ambas mejillas asegurándole que esa no sería la última velada que compartirían. Con aquella ilusión y una enorme sonrisa en los labios el mas joven se marchó.
—¿Y bien? ¿Que pasó? —
—Nada en realidad.— el pelilargo se marchó hacia la cocina para librarse del interrogatorio de su amigo pero aquello fue en vano.
—¡¿Nada?!— el castaño soltó una carcajada —No seas mentiroso, no dejas de sonreír como estúpido, ¿acaso terminaron en alguna situación comprometedora? ¿Te arrastró a su habitación y...?—
—¿Podrías dejar de gritar Aioria?— Milo suspiró y se sirvió un vaso de agua helada, lo necesitaba. El aludido se recostó en el umbral de la puerta con los brazos cruzados y el ceño fruncido y esperó a que el recién llegado terminara de beberse el agua para escuchar la respuesta. —Fue una velada entre amigos, comimos, bebimos café y hablamos de nuestra patética vida amorosa.—
—Querrás decir de tu patética vida amorosa, dudo que él no tenga mil chicas o chicos desesperados por salir con él. Le gustan las chicas ¿verdad?—
—No tengo la menor idea, no pregunté, aunque mencionó haber estado casado antes.—
—Vaya, eso es interesante, tu amor platónico es sexualmente activo, eso es una buena noticia, ojalá Camus hubiera sido igual de claro— Aioria escuchó el suspiro molesto de su amigo pero lo ignoró —eso quiere decir que tienes una oportunidad con él, si es que le gustan los chicos claro, si no es mejor saberlo antes de tiempo para que no termines deprimido como cuando... —
—Ví a Shaka por la mañana— aquello hizo callar al castaño de inmediato, Milo suspiró satisfecho y se sirvió otro vaso de agua, le desagradaba utilizar a Shaka para hacer callar a Aioria pero no quería escuchar nada que le recordara a su ex mejor amigo, había pasado una cita perfecta y no quería que los fantasmas del pasado lo arruinaran.
—Y... ¿te dijo algo?—
—Oh, no mucho, sabes que no es un gran conversador a menos que se trate de Buda, pero preguntó si la biblioteca estaría abierta temprano el lunes, está interesado en buscar unos ejemplares en sánscrito y me pidió ayuda con eso.—
—¿Ne-necesitas ayuda el lunes por la mañana? Tengo clases hasta las diez.—
—Claro.— Milo dejó el vaso vacío en el fregadero y se despidió dando por concluida la noche. Otro comentario de Aioria podría arruinarlo todo.
Nota del Autor.
Saludos desde el Inframunfo :)
Hace un par de horas estaba viendo una película de Al Pacino que se llama "Perfume de Mujer", es una excelente película, él hace de un ex militar ciego que quiere pasar un día de lujo en Nueva York y termina con un chico de lazarillo que impide que se suicide. Hay una escena en la película donde él baila un tango con una chica y en el momento en el que ví esa parte se me ocurrió el inicio de esta historia.
Me gusta mucho esta ship, mucho más que Milo con cualquier otro santo dorado, creo que Camus debe ser de Surt y Milo es perfecto para Kanon.
No le auguro muchos capítulos a esta historia pero le daré un giro un poco dramático, saldrá Radamanthys (mi segundo favorito para Kanon) Saga, Surt Pandora, Aioria será el mejor amigo de Milo que estará loquillo por Shaka (viva esa ship también) y Camus será el personaje odiado aquí.
Veremos que tal va todo, saludos y gracias por pasar :)