¡Hola! Y aquí estoy de nuevo, esta vez con un nuevo fic.
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece, es propiedad de Level-5. Elsie River y Areli Stowborn son propiedad de ElsieRiver. Saly Girl, y el equipo de los Ángeles pertenecen a tqgirlxula23. Nuria Álbarez, Eileen Scott, y algún jugador más de la Royal Academy, son personajes originales creados por mí.
Espero que os guste este nuevo fic ^^ Sin más, os dejo leer tranquilos. Y recordar que los reviews son bien recibidos ;)
PASIÓN ABRASADORA
Capítulo 1.
Era principios del verano, ese mismo día acababan de finalizar las clases. Los jugadores de la Royal Academy se encontraban entrenando. Desde el estadio se escuchaban gritos de niños provenientes de la calle, celebrando el inicio de las vacaciones.
Caleb, David y Joe estaban en el banquillo, observando como el resto escuchaban atentos las órdenes de Jude. Jude había vuelto a la Royal Academy tras finalizar el Torneo Frontier Internacional, y nadie se había opuesto a que volviese a ser el capitán del equipo. Nuria se acercó a sus amigos, abrazando por la espalda a Caleb. El chico la miró malhumorado, no le gustaba que le abrazasen así. Pese a todo, no se quejó.
– ¿Qué estáis haciendo? – preguntó la chica, sonriendo y sin hacer caso a la mirada malhumorada de Caleb.
– Hablábamos del Torneo Especial de Verano – respondió Joe.
– ¿Verdad que es una idea genial? Vamos a estar un mes de vacaciones jugando un Torneo, en un área especialmente adaptada para ello... – comentó la castaña emocionada, como delataban sus ojos dorados.
– Pero no es un Torneo como los que hemos jugado hasta ahora... Aquí no habrá fases en los que se vayan eliminando los equipos, sino que tenemos que ganar puntos suficientes para estar entre los dos mejores, y después jugar la Final – explicó David, quien tenía la información sobre el TEV en la mano.
– ¡Eso lo hace aún más interesante! Será divertido – replicó la chica.
Jude se acercó al banquillo para beber algo de agua. Nuria se separó de Caleb y se acercó a él, sin dejar de sonreír. El estratega la abrazó por la cintura y juntó sus labios en un tierno beso, mientras los demás continuaban hablando.
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Mientras tanto, en la salida del Instituto Roselyn, en la Isla Miyako, un grupo de chicas conversaban animadas. Ellas formaban parte del equipo de Los Ángeles, uno de los mejores equipos de Miyako, por no decir el mejor. También ellas iban a participar en el Torneo Especial de Verano, y se mostraban emocionadas. Tenían en sus manos la lista de equipos llamados a participar en el Torneo.
– Parece que conocemos a la mayor parte de ellos.. Eso es bueno, ¿verdad, capitana? – comentó Sakura.
Sakura era una chica de pelo azul plateado, le llegaba por la altura de los hombros. Sus ojos eran rosa caramelo, y su piel era morena. Estaba al lado de Rosy Parker, una chica de pelo castaño con mechas blancas y ojos rojos, que se mantenía algo alejada de la conversación.
– Si... – respondió Saly, la capitana del equipo, sin mucho interés.
Saly no parecía tampoco muy centrada en la conversación. Sus ojos eran azul grisáceo, y su pelo era también azul, aunque un azul cielo, con reflejos blancos. La chica se había puesto pensativa cuando habían leído el nombre de La Royal Academy. Y Sara lo había notado.
Sara era la hermana de Saly. En realidad no eran hermanas de sangre, puesto que Saly era adoptada. Sara tenía el pelo verde largo hasta el final de la espalda, tenía también unas pequeñas y apenas visibles mechas negras. Sus ojos, negros como el azabache, denotaban preocupación.
– Tampoco pasa nada sino les conocemos... – comentó una chica pelirroja y rizosa cuyos ojos eran verdes claros, Elena – Les conoceremos durante el Torneo.
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Eran apenas las seis de la mañana, pero Nuria ya se había levantado. Ese día iban a viajar al lugar donde se quedarían el tiempo que durase el Torneo, y estaba algo nerviosa. Había quedado con Eileen a las ocho y media para esperar juntas al autobús del equipo.
La castaña se metió en la bañera y no salió hasta las siete, cosa que incluso a ella la sorprendió. Había estado todo el tiempo pensando... Recordando lo que había pasado antes del torneo internacional. Aún seguía sin creerse del todo lo que había pasado... Nuria decidió no pensar más en eso y acabar de prepararse, aún tenía mucho que hacer antes de que Eileen llegase.
Eileen llegó muy puntual, como acostumbraba. Tenía el pelo rubio que le llegaba por la mitad de la espalda, el flequillo de lado lo había recogido con unas horquillas. Sus ojos eran verdes muy claros, casi transparentes. Cuando Nuria salió, ambas se saludaron con un abrazo. Desde que Eileen había entrado en la Royal Academy nueve meses antes, ambas se habían hecho buenas amigas. Además, Eileen jugaba en la delantera junto con Nuria, lo que las había unido aún más.
Ambas caminaron en dirección a la parada, donde el autobús las recogería, sin prisas. Las dos vestían el uniforme de la Royal Academy, es decir, una falda marrón y una chaqueta verde con botones dorados. Llevaban unas medias también verdes. Eileen llevaba unos zapatos negros mientras que Nuria los llevaba marrones oscuros.
– ¿Nerviosa, Nuria? – preguntó la rubia.
– Un poco... Tengo muchísimas ganas de ir pero no sé, tengo un mal presentimiento...
– ¿Es por esa chica que conociste durante el TFI, la capitana del equipo de Los Ángeles? Pensaba que ahora os llevabais mejor...
– ¿Saly? No, no tiene nada que ver con ella. Es más, me alegro de volverla a ver, a ella y a Sara. Es simplemente que vamos a convivir durante un mes con distintos equipos, e incluso puede que más de los que conocemos... Va a ser complicado.
– Ya... Mira, ahí llega el bus – comentó Eileen señalando el autobús que aparecía por el inicio de la calle.
Ambas chicas se subieron al vehículo y saludaron a sus compañeros, antes de sentarse juntas. Nuria estuvo todo el viaje mirando por la ventana, distraída, mientras Eileen conversaba animadamente con los demás.
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El equipo de Los Ángeles fue el último en llegar al Campamento del Torneo Especial de Verano o CTEV, como lo habían abreviado. Su entrenadora, Karen Greenway, una mujer de pelo verde que le llegaba hasta la espalda y rizado en las puntas que tenías los ojos negros, fue a hablar con los organizadoras del TEV mientras las chica dejaban las maletas en su habitación.
Cada equipo tenía un edificio independiente, también llamado residencia, en el CTEV, en el que disponían de habitaciones, baños, un comedor, su propia cocina e incluso un gimnasio. Había un campo de fútbol para cada dos equipos, por lo que tenían que compartir. Saly fue junto con Elena a mirar con qué equipo les tocaba compartir a ellas. Saly sonrió al ver que les había tocado el Instituto Zeus, el equipo de su primo.
– Oye, Elena.. Voy a ir a ver a Byron, ¿vale? – dijo Saly.
La pelirroja iba a responder, pero su capitana se fue antes de que pudiese hacerlo. Elena se encogió de hombros ante la actitud de su capitana y volvió con el resto del equipo.
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Nuria caminaba por el CTEV tranquila. Aparte de los distintos edificios de los equipos y los destinados al entrenamiento, había un pequeño bosque en el que se podía pasear tranquilo y un río. En esa zona estaba la castaña.
Iba distraída mirando al suelo. Tanto, que no se dio cuenta de que iba a chocar contra alguien hasta que lo hizo y calló al suelo. La chica con la que había chocado la ayudó a levantarse.
– Lo siento, ¿estás bien?
Nuria se quedó mirándola unos segundos. Distinguió que pertenecía al equipos de Los Ángeles porque llevaba el uniforme del Instituto al que iban sus jugadoras: una falda y una camisa blanca con los bordes negros, un lazo alrededor de su cuello de color rojo y calcetines altos de color negros al igual que los zapatos. Tenía el pelo largo liso, de un color blanco grisáceo. Sus ojos eran de color fucsia.
– ¿Estás bien? – preguntó de nuevo Paula, haciendo a Nuria reaccionar.
– Sí, gracias.
La castaña se fijó en Paula mientras esta última continuaba su camino. No la conocía, pero había algo en ella que le resultaba muy familiar. Se encogió de hombros pensando que tal vez la hubiese confundido con otra persona y continuó su camino.
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Saly iba escuchando música mientras caminaba en dirección a la residencia del Instituto Zeus. Tenía la música muy alta, y no escuchó a la persona que se acercaba a ella y la abrazaba por detrás. Se asustó y pegó un bofetón al chico en cuestión, que era Claude.
– ¡Ouch! Menuda fuerza que tienes, Saly... – murmuró el pelirrojo tocándose la mejilla.
Bryce, que estaba al lado del pelirrojo no pudo evitar sonreír al ver a su amigo así. Saly, mientras tanto, se echó a reír. El pelirrojo la miró malhumorado, por lo que Saly dejó de reír. Al menos, externamente. En su interior la peliazul seguía recordando la cara de Claude cuando le dio el bofetón.
– Lo siento, Claude... Pero, para la próxima vez, ¡procura no asustarme! – replicó la peliazul, sin dejar de sonreír.
– Encima, ahora será culpa mía... – dijo el pelirrojo fingiendo indignarse.
– No te enfades, Claude...
Saly abrazó al pelirrojo por detrás y le dio un beso en la mejilla al chico, quien no pudo continuar más tiempo enfadado. Bryce, por otro lado, observaba la escena con algo de celos, aunque su rostro permanecía impasible. Saly se dio cuenta de que no estaba cómodo, y se acerco a él para saludarle. Le abrazo con fuerza y le dio dos besos, uno en cada mejilla. Bryce se sonrojo levemente, pero Saly no se dio cuenta.
– Así que vosotros también participáis en el TEV... – comentó la chica, mientras caminaba junto a ellos en dirección al edificio del Zeus.
– Así es... Será interesante jugar contra tu equipo – respondió el pelirrojo.
No tardaron mucho en llegar al edificio del Zeus. La peliazul se despidió de sus dos amigos y fue a buscar a su primo. Bryce la miraba irse embobado, mientras Claude sonreía al mirar a su amigo.
– Deberías decírselo de una vez... – comentó el pelirrojo, mientras comenzaba a caminar en dirección a su residencia.
– No te metas, Claude – respondió el albino, haciendo lo mismo que su amigo.
– Yo solo digo que estás perdiendo un tiempo muy valioso...
– No creo que tú seas el más indicado para dar consejos - le interrumpió el albino.
Claude apartó la vista, su expresión se volvió más seria. Bryce se dio cuenta de esto, pero prefirió no decir nada. El pelirrojo mantuvo su vista apartada. Ninguno de los dos dijo nada durante el resto del camino.
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Saly encontró a su primo antes de entrar en la residencia del Zeus. Salía de la misma acompañado de una chica de pelo añil largo hasta las rodillas y ojos del mismo color. La chica iba vestida con el uniforme del Raymond. La peliazul suspiró al encontrarse a Byron acompañado de su novia, Elsie.
– Hola Saly – saludó Elsie sonriendo cuando la vio.
Byron se acercó a su prima y la abrazó, mientras Saly respondía al abrazo. Elsie se despidió de ellos diciendo que tenía que irse a su residencia. Se despidió de su novio con un beso en los labios y se fue.
– Así que al final Los Ángeles van a participar en el Torneo... – comentó Byron mientras caminaba junto a Saly.
– Sí. No te va a ser nada fácil superarnos... – se burló la peliazul.
– Ya veremos quién gana cuando nos enfrentemos – replicó el rubio.
Saly sonrió. Le encantaba pasar tiempo con su primo. Era una de las personas en la que más confiaba. Podía contar con él siempre, sin importar para qué. El rubio siempre la había ayudado, con infinidad de problemas. Ambos continuaron su camino charlando animados.
Cuando ya llevaban un buen rato caminando, se encontraron con algunos jugadores de la Royal Academy. Saly dejó a su primo con la palabra en la boca y salió corriendo a abrazar a Jude. El chico al principio se mostró sorprendido, pero cuando vio quien era respondió al abrazo con normalidad. El resto de jugadores de la Royal Academy continuaron su camino dejando a ambos solos, aunque alguien no lo hizo de muy buena gana.
– Nuria, sólo están hablando – comentó una de sus compañeras, Areli.
Areli era una chica preciosa. Tenía el pelo violeta largo, y sus ojos eran naranjas. No hacía mucho, había descubierto que era la hermana de Caleb Stowborn.
– Ya lo sé, Areli... – respondió la castaña – Y, antes de que lo digas, no, no estoy celosa.
– Claro, Nuria... – replicó entre risas la pelivioleta, sarcástica.
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Jude miraba a su amiga impresionado. La chica iba vestida con el uniforme de su Instituto, su pelo azul cielo lo había recogido hacia atrás con unas horquillas.
– Me alegra mucho volver a verte, Jude – comentó la peliazul, sonriendo.
– Lo mismo digo, Saly. Hacía mucho tiempo que no hablábamos.
Y era cierto. Después del TFI, Saly había decidido centrarse en su equipo, Los Ángeles. Había comenzado a entrenar muy duro junto a sus amigas, y por ello había descuidado bastante a los amigos que había hecho en el Torneo.
– Sí... Lo siento – murmuró ella apenada.
– No es necesario que te disculpes – replicó el capitán de la Royal sonriendo – Me conformo con que no vuelvas a olvidarte de mí.
– Hecho – aceptó la peliazul entre risas.
Ambos estuvieron hablando un rato más, hasta que se dieron cuenta de lo tarde que era. La comida seguramente ya estaría en las mesas, y ellos llegaban tarde. Saly se despidió de Jude dándole un beso en la mejilla, y luego salió corriendo en dirección a la residencia de su equipo. Jude se quedó mirándola, para luego después salir también corriendo.
(Continuará...)
