Entrometidos

Para Endeavor habían bastado unos cuántos años para (intentar) ponerse al día en todo lo concerniente a sus hijos, o eso era lo que él quería pensar.

Para el resto de los habitantes asiduos de la casa Todoroki, era obvio que jamás podrían jugar a ser la familia feliz, no cuando los rencores hacia su padre estuviesen presentes; no cuando aún les pesaba la ausencia de Tōya ni cuando aún su madre permanecía internada. Pero si había algo que podían valorar era lo permisivo que se había vuelto de pronto el padre de esa familia: ahí estaba Natsuo terminando su máster en gastronomía internacional, ahí Fuyumi concretando su noviazgo con Hawk, y Shōto invitando a sus amigos de la escuela a la casa -aún cuando Endeavor se preguntaba por qué después de dos años de haber egresado de la UA tenía que seguir soportando a ese particular grupo.

Que aguantara que esos cuatro héroes novatos ingresaran a su casa al menos una vez en el mes no significaba que él se quedaría para establecer alguna relación con ellos, así que apenas escuchó sus voces se dirigió a la puerta para salir rumbo a la agencia, sin siquiera saber qué iría a hacer al lugar.

- Buenas tardes, Todoroki-san -saludaron los jóvenes a los que Shōto había recibido, ya acostumbrados a verlo salir cuando ellos llegaban.

Endeavor sólo les hizo un movimiento con la cabeza mientras su vista, como siempre, se detenía en las quemaduras que Uraraka llevaba desde parte de su cuello y que sabía seguían por su hombro y brazo izquierdos. Como siempre, le dio un breve golpecito en la cabeza a la chica que ella había sabido reconocer como la única muestra de aprecio que Endeavor le daría a alguien que había demostrado tal preocupación por su familia en momentos en que él aún estaba aprendiendo a hacerlo. Como siempre, Shōto lanzó un suspiro al ver esa interacción preguntándose cuándo su padre sería capaz de agradecerle a Ochako correctamente lo que había hecho por ellos.


Los había extrañado y tenían mucho que contarse. Hacía un mes y medio desde la última vez que se habían reunido todos ya que la temporada de lluvia había dejado a una Tsuyu con mil cosas qué hacer en la región de los lagos, dejando a su novio y mejor amiga solos en el departamento que compartían; mientras que Iida se había tomado unas semanas de vacaciones en casa de sus padres debido a que su hermano estaba -por fin- haciendo progresos con su recuperación y había comenzado a caminar ayudado con máquinas que Hatsume había desarrollado; el resto del grupo había tenido una temporada alta de delitos en la ciudad que los había hecho verse solo en batalla y cuando sus agencias coincidían en el lugar; cualquiera creería que debido a que Ochako e Izuku vivían juntos no tendrían problemas, pero el turno nocturno al que la chica se había habituado les hacía verse apenas unos minutos al día.

Shōto se acomodó al lado de Uraraka en el sillón, mientras que esta le dedicó una de sus amplias sonrisas para luego hacer un movimiento y dejar sus piernas sobre las de él, una posición que habían adoptado desde los tiempos en que vivían todos juntos en la UA. Frente a ellos, Iida comenzaba a sacar unas fotografías de su periodo en casa con su hermano y sus intentos por evitar que Mei arruinara el lugar con sus inventos; al lado del dueño de casa, figuraba Midoriya con una muy cariñosa (y un poco somnolienta) Tsuyu, quien se encontraba sentada sobre las piernas del chico: se notaba que durante el periodo separados se habían extrañado.

- ¿Cómoda? -Bromeó Todoroki mientras ponía sus manos sobre las pantorrillas de la castaña. Esta le respondió estirándose un poco más.

- Como si fuera mi casa -agregó, estirando sus manos hacia Tenya, ansiosa de ver las fotografías que su amigo traía guardadas en su celular.

Fuyumi sonrió cuando traía té para ellos y escuchó los alegres saludos que le dedicaban. Adoraba a ese grupo de jóvenes que habían sido capaces de ver más allá de los ojos fríos de su hermano menor y habían logrado que este incluso riera. Sin contar que también para ella su presencia era un bálsamo a la sombría atmósfera siempre presente en el lugar que se empeñaba en llamar hogar. Sin embargo, no pudo evitar que sus ojos se detuvieran en la posición en que se encontraba su hermano, nadie mejor que ella (que había crecido con ese tímido y callado Shōto) para reconocer ese leve sonrojo que presentaba y una pequeña sonrisa de satisfacción. La mujer suspiró, esperaba que pronto tuviera noticias de esa relación.

- Natsuo está molesto porque no lo han ido a saludar -comentó la chica en tono de broma, llamando la atención de los presentes-, dijo que no iba a preparar nada y deberían conformarse con comer un trozo de konyaku. -Todos comenzaron a reír ante el comentario. Era tradición para ellos que Natsuo les mandara a decir eso con Fuyumi y ya todos se habían habituado a la alegre personalidad del joven como para tomar alguna vez en serio sus amenazas.

- Pues dile que no le va a doler por una vez ser él quien venga a saludarnos -respondió Tsuyu con voz somnolienta.

- O que tenemos mejores cosas que hacer que ir a meternos a la cocina con él -agregó Deku mientras soltaba el agarre sobre Tsuyu, que había decidido ir a sentarse a un sillón individual antes de quedarse dormida en los brazos de su novio.

- O que la conversación acá es mucho más interesante que la que él podría darnos -bromeó Ochako. Fuyumi solo asintió con una sonrisa y salió rumbo al sector en donde se encontraba su otro hermano una vez que dejó la bandeja que traía sobre la mesa de la sala.

- NO HAY NADA MÁS INTERESANTE QUE YO -escucharon desde la cocina y comenzaron a reír.

Hubo un par de comentarios en torno a las fotografías que Iida les mostraba. Todos demostraron su alegría al ver que su hermano había comenzado a dar unos pasos temblorosos; sabían que no volvería a trabajar como héroe en terreno, pero al menos sus avances le permitirían tener una vida más independiente que antes.

- ¡Exijo una explicación! -Exclamó de pronto Ochako y les mostró a todos la fotografía que estaba viendo: ahí estaban Mei y Tenya con ropa de playa y abrazados frente al mar.

- ¿Por fin? -Preguntó Shōto mirando en dirección a un ruborizado joven de lentes que negaba con la cabeza.

- Era mi pago por lo que hizo por mi hermano -respondió.

- Ustedes siempre están teniendo citas porque le estás "pagando algo" -comentó Izuku- me pregunto qué tendrá que hacer la pobre Hatsume para que por fin le pidas ser tu novia formalmente.

- Déjenme en paz -murmuró Iida recibiendo el celular de vuelta de manos de la castaña- eso solo nos incumbe a Mei y a mí.

Un par de risas extra y otros comentarios sobre esa relación que llevaba un tira y afloja durante años, hasta que Tsuyu salió al rescate con sus comentarios:

- ¿Cómo van las cosas con Bakugō-kun? -Preguntó directamente a Uraraka, haciendo que tanto ésta como Todoroki se tensaran.

- Difíciles -fue el escueto comentario que hizo la chica. Dio un sorbo a su taza de té e inspiró profundo-. En realidad, no sé, aún no me atrevo a dejar los turnos de noche porque no sé si quiera verme…

- Deberías, te he dicho muchas veces que Kacchan no es alguien que se quede estancado. No le resultó contigo, es probable que ahora esté buscando formas para olvidarte -comentó Midoriya, el único que tendría más conocimiento de causa al haber convivido desde su infancia con el mencionado.

- Extraño luchar a su lado -agregó la chica-, pero no quiero darle falsas esperanzas…

- Cámbiate de agencia -fue la solución que presentó Todoroki-, yo también extraño luchar a tu lado. Deberías estar conmigo.

Las cejas de Midoriya e Iida se alzaron en sorpresa, no esperaban que su amigo fuese a ser directo alguna vez, sin embargo, era obvio que Uraraka también era densa en esos temas (por algo Bakugō había tenido que gritarle en su cara durante una batalla que quería salir con ella) para que fuese a interpretar de otra forma las palabras de su amigo.

- No huiré de Bakugō -le respondió la mujer con el ceño fruncido y quitando sus piernas del cómodo lugar en que las había dejado-, él no hizo nada malo, pero yo tampoco como para que tengamos que separarnos de agencia. No nos veré como pareja amorosa, pero como compañero de batalla es lo mejor que podría pedir, no quiero separarme de él. -La determinación en las palabras de Ochako hizo que en los ojos de Todoroki brillara el enfado: detestaba cada vez que ella sacaba a colación el hecho de que Bakugō la reconoció antes que ellos como una gran heroína.

- Vas a tener que hablar con él claramente, entonces -Tsuyu intervino, buscando calmar un poco la atmósfera que se había formado. Un nuevo suspiro por parte de Ochako y un intento por parte de Shōto de ponerse de pie. Rápidamente la chica a su lado le tomó la mano y apoyó su cabeza en el hombro derecho de él.

- Ya dije todo lo que debía… le toca a él decidir qué quiere hacer -respondió la chica-. Porque en mi caso, hace años que sé qué es lo que quiero -agregó mirando directamente hacia el rostro del hombre que tenía a su lado. El resto de los presentes asintieron levemente, mientras que Todoroki le dedicaba una mirada confundido.

Un estruendo desde la cocina y un par de maldiciones se escucharon venir desde ese lugar, interrumpiendo abruptamente la conversación que estaban teniendo.

- SI NO VAN A VENIR A SALUDARME, AL MENOS ALGUIEN VENGA A AYUDAR -escucharon un nuevo grito desde la cocina. Deku, tan diligente como siempre, se puso de pie para ir a ayudar, pero Uraraka lo detuvo con tomando su brazo.

- Iré yo… parece que está en modo bestia -le guiñó un ojo y partió hacia la cocina: era obvio que todos conocían bastante bien la casa a esas alturas.

- Okey -murmuró el chico volviendo a tomar asiento.

- Si comienza a ser muy molesto, golpéalo y me llamas -agregó el dueño de casa poniendo una mano sobre el hombro de la chica, esta le dedicó una sonrisa.

- Como si no supiera cómo manejar a los Todoroki -dijo despreocupadamente, revolviéndole el cabello al chico haciendo que éste se ruborizara levemente.

- Tienes que admitir que llevamos muchos años conviviendo con esta familia como para no saber cómo manejarlos -agregó Tsuyu cuando se percató de que el hombre iba a hacer algún comentario al respecto.

A Shōto no le quedó más que soltar un suspiro y ver a la castaña partir hacia la cocina con una mirada de anhelo que no pasó desapercibida para nadie en el grupo.

- Estás más indeciso que cuando aceptaste la declaración de Yaoyorozu -comentó Midoriya, logrando que el interpelado le diera una mirada de enojo.

- Es distinto…

- Pues si no te apuras, tu hermano se te va a adelantar -como siempre Tsuyu libre de sutilezas.

- Natsuo no está interesado en…

- Pero por molestarte lo haría.

- No es que realmente quiera intervenir, pero llevas demasiado tiempo con lo mismo -comentó Iida-, a este paso ella se cansará de esperarte.

- ¿Esperarme? -Preguntó con sorpresa. Deku soltó un suspiro de frustración y le hizo señas a su amigo para que se sentara.

- ¿Enserio? -Fue todo lo que le dijo- ¿ENSERIO? -Repitió.

- Shōto-kun -le llamó Iida al ver la cara de confusión que presentaba a las preguntas casi histéricas del peliverde-, ¿no te has dado cuenta de los sentimientos de Ochako-san? -Por supuesto que el más joven de los Todoroki no dijo nada, solo les mantuvo la confundida mirada.

- Ochako-chan rechazó a Bakugō, acaba de decir expresamente que tenía a alguien más en mente desde hace años MIRÁNDOTE y tu estás ahí, ¿sin enterarte? -Incluso Tsuyu parecía estar a punto de perder los estribos cuando Fuyumi, ingresando nuevamente al salón, intervino.

- Y es el genio de esta familia -comentó, dando a entender que había escuchado parte de la conversación que estaban teniendo-. En lo personal me da lo mismo con quién de ustedes establezca una relación, solo la quiero a ella dentro de esta familia.

- Será mejor que te pongas en acción -agregó Iida. Estaba un poco harto de llevar tantos años siendo el consejero amoroso de la chica como para seguir expectante de cómo se desarrollaba la situación entre ellos.

- No voy a aceptar ese consejo de ti -le respondió el interpelado medio en broma medio en serio.

- Entonces de mí sí -respondió Tsuyu ya desperezada-. Ve y ¡haz algo!

Para la sorpresa de los presentes, la chica sacó su lengua y lo empujó en dirección al pasillo que llevaba a la cocina.

¿Por qué si quiera tengo que aceptar que me den órdenes en mi propia casa? Se preguntó, pero aún así caminó en dirección hacia donde lo enviaron. No que fuese a declararse en ese momento, tan solo iba a dar una mirada y vigilar los pasos de Natsuo… no fuese a ser que él demostrase algún interés por la chica.

Caminó por el pasillo tranquilamente y sin hacer ningún ruido, podía escuchar las voces de su hermano y amiga con un tono alegre y relajado, así que sin ninguna preocupación ingresó a la cocina… ya inventaría el por qué de estar ahí.

Tanto Ochako como Natsuo se dieron la vuelta sorprendidos, ambos estaban frente al fuego de la cocina, observando una olla a la que el hombre estaba revolviendo; sin embargo, no era eso lo que le incomodó al menor de los Todoroki: Ochako tenía la espalda apoyada en el pecho de su hermano y este tenía uno de sus brazos aferrado a la cintura de la chica.

- ¿Qué estás haciendo? – Era obvio que la pregunta iba dirigida solo a su hermano, en su mente jamás cabría la posibilidad de que Ochako hiciera algo con una doble intención, pero sus alarmas mentales estaban sonando debido a la situación. Las palabras que momentos antes le había dicho Tsuyu resonaron en su cabeza.

- Ochako-chan quería ver qué estaba cocinando -respondió despreocupadamente el joven, pero con una sonrisa pícara que denotaba que sabía lo que estaba pasando por la cabeza de su hermano menor; mientras que la chica le dedicaba una sonrisa.

- Natsuo prometió enseñarme más tarde a hacer algún postre con mochi -agregó con su entusiasmo característico, soltándose del agarre del mencionado y acercándose al recién llegado.

Shōto observó cómo su hermano cambiaba su mirada y ahora le dedicaba una desafiante -una que se parecía tanto a la de Dabi- y él, por toda respuesta, envolvió a la mujer frente a él entre sus brazos y la acercó a su pecho. Entre la sorpresa y la fascinación, Ochako se permitió sentir brevemente los latidos del corazón del hombre frente a ella.

- M I A -moduló sin emitir ningún sonido mirando directamente a los ojos a su hermano, este soltó una risa y se encogió de hombros.

- Deberías ser más claro, hermanito -le dijo como respuesta-, si no haces algo pronto me quedaré con Ochako-chan.

- ¿Eh? -La mencionada alejó su rostro del pecho de Shōto e intentó volverse a mirar a Natsuo para pedir una explicación sobre lo que estaba diciendo, pero el agarre del hombre se hizo más fuerte a su alrededor. No le respondió nada, tan solo -y sin soltar a la chica- salió de la cocina dando unos pasos que rayaban en lo ridículo por llevar a Uraraka entre sus brazos.

- Shōto-kun -le llamó. Su voz se notaba preocupada, pero cuando éste bajó la mirada y se encontró con sus ojos, se pudo dar cuenta de que la chica tenía un sonrojo que llegaba hasta sus orejas-. ¿Estás bien?

- No -fue la escueta respuesta que le dio. Soltó su abrazo y comenzó a caminar en dirección a la sala, silenciosamente la chica le siguió. Sin embargo, antes de llegar y de abrir la puerta hacia la sala, el hombre volteó hacia ella.

EEEEEEEEH. Gritos en su cabeza y una sensación que fluctuaba entre lo cálido y frío sobre sus labios. La sorpresa no le permitió dejarse llevar y, por lo demás, el contacto duró muy poco como para que ella alcanzara a hacer algo más.

- Yo… -se notaba que el hombre frente a ella estaba hecho un manojo de nervios, era la movida más desesperada que hubiese llevado a cabo alguna vez, pero aún así Uraraka le dedicó una mirada dulce.

Un nuevo contacto entre sus labios, esta vez iniciado por ella.

Dulce. Fue el pensamiento que tuvo, permitiéndose tocar el cabello de la chica y atraer un poco más sus labios hacia él para hacer el contacto más duradero.

- Deberíamos… -nuevamente el hombre intentaba hablar, pero la castaña frente a él negó con la cabeza.

- Mañana… hay gente esperándonos -susurró en respuesta.

- AY, POR FAVOR -gritos desde el interior, por supuesto que no solo los estaban esperando, sino que los estaban espiando.

- LLEVAMOS SIGLOS ESPERANDO ESTO -la voz de Midoriya venía fuerte y clara desde el interior.

- NO SE ATREVAN A ENTRAR POR ESA PUERTA SI NO ES PARA DECIRME QUE YA SON PAREJA -gritó Iida de vuelta, haciendo que ambos se sonrojaran pero que también soltaran una risa nerviosa.

- Mañana -susurró nuevamente la chica y abrió como si nada la puerta de papel, dejando a Todoroki pasmado en la puerta esperando algo más, pero con la promesa del día siguiente.


¿Qué más pasó ese día? Bromas. Jamás se había sentido más molestado en su vida, pero eso al menos le había permitido deleitarse con las mejillas sonrojadas de la mujer que estaba a su lado y que tocaba sus manos de vez en cuando.

Para suerte de Shōto, una llamada de emergencia desde la agencia de Endeavor había interrumpido la tarde juntos y habían tenido que separarse antes de lo presupuestado. En susurros se pusieron de acuerdo para verse al día siguiente y hablar de la situación, mientras que Iida los apresuraba para llevar a los demás a su casa.

Natsuo despidió a los chicos desde la entrada de la casa, su hermano menor venía detrás, arreglando su traje para salir rumbo a la dirección que el padre de ambos le había enviado.

Ay, la familia.Eso era lo bueno de no haberse criado tan apegado a Endeavor: no había heredado la densa personalidad del héroe y eso le permitía ayudar a su hermano menor de la forma en que Tōya le había encomendado.

- Más te vale hacerme un lugar de honor para el día de la boda. -Le dijo antes de que él saliera de la casa.

- ¿O sino?

- Me raptaré a la novia.

La amenaza estaba hecha. Las otras tendrían que correr por parte de Endeavor.