¡Hola!

Esta es mi segunda historia, se basara en lo acontecido después de la saga de Hades (Omitiendo Omega y Overtura del cielo) habra de todo, asi que preparense.

Disclaimer: Saint Seiya no me pertenece.

Capitulo Uno: Hera, la soberana de los Dioses.

Dioses

¿Que es un dios?

Son tan solo seres con un nivel superior de poder, con el cual deberian proteger a los mas debiles, a aquéllos que depositan la fe y la esperanza en ellos, sin embargo, no todos tienen en su alma el sentido del bien común...

Más allá de la cordillera de los Balcanes, elevandoese hacia el cielo, en un mumdo de nubes y rayos destellantes de uno de su habitantes, se encuentra el Olimpo, refugio de los dioses y un sueño imposible para los mortales.

Un lugar donde esto seres llamados dioses, desempeñan su labor por la cual son venerados, aunque no todos residan en este lugar.

Hera, es la cónyuge del todopoderoso Zeus, la segunda al mando en el Olimpo y una diosa egoísta que no le importaría matar a su propia familia con tal de ver sus ambiciones cristalizadas.

Sentada en su trono de mármol con finos detalles de oro puro, observa a la Tierra protegida por Athena y su temible orden de Caballeros. Esa mocosa era la que robaba el aliento a Zeus, su hija predilecta, la heredera de todo lo que se extendia mas alla de las estrellas, era su pesadilla de cada dia.

El dios Padre de mitología del Monte Olimpo, sufria al ver a su hija, descartarse por los mortales desagradecidos, que en mas de una ocasión, habia levantado su puño sobre los dioses.

Y a Hera era un tema que le desagradaba, segun ella, Athena no era digna del control de la tierra, su forma blanda de ser con los humanos habia causado el terror y la guerra en mad de una de sus rencarnaciones.

Era hora de cambiar todo eso, haría que Zeus la amara mas que esa mocosa.

- Hebe - Llamo la diosa a la diosa de la Juventud, que al mismo tiempo era su hija y una de las doncellas mas importantes del Olimpo.

- Si, Madre - Respondio la joven rubia arrodillandose a Hera.

- Trae la vasija sellada por Athena que Hermes trajo de la tierrra, se encuentra detras de mis aposentos y por favor Hebe, que nadie te vea -.

La mujer que se encontraba areodilada ante la reina de los dioses, la miro extrañada a esta última, ¿Acaso pensaba en otra conspiración contra Zeus?

Al no saber que contestar, decidio obedecer las órdenes de su madre. -Como desees madre - Dijo antes de irse, no antes de hacerle una reverencia a Hera.

Hera volvio a firjar su vista en la tierra, que descendia por debajo del Olimpo, aquel planeta azul, por fin conocería el esplendor de los Dioses.

- Perséfone - Llamo de nuevo Hera a una de sus doncellas.

- ¿Desea algo Majestad?- Respondio al llamado la joven de cabellos naranjas.

-Prepara mi carro y después, esperaremos a Hebe para dirigirnos a los Campos Elíseos-.

- Como usted ordene mi señora -. Obedecio Perséfone, para después retirarse.

La joven doncella rubia apareció con la vasija en sus delicadas manos femeninas, se volvió a arrodillar ante su progenitora. - La vasija que pediste Madre-. Dijo Hebe, mientras le ofrecia la vasija a Hera.

Hera sonrió con sombria, pensaba que Athena seria lo suficientemente sumisa para aceptar su castigo.

- Mi reina, su carro - Dijo Perséfone apareciendo sujetando los caballos del carro de Hera.

- Bien, subanse, las necesitare a ambas -

Hera comenzó a conducir su hermoso carro que anteriormente su hijo, Hefesto, le había construido.

-Madre- Llamo en un susurro Hebe. - ¿A donde iremos?

-A los Campos Elíseos- Contesto Hera, mientras miraba al horizonte.

Hera recordaba los Campos Elíseos tal como y los estaba apreciando, no pudo evitar suspirar su arire fresco y limpio. Mientras tanto, Hebe y Perséfone, tan solo se limitaban a admirar a a quel lugar tan paradisíaco, al cual nunca habian entrado.

Lo primero que busco Hera con su mirada azul, fue el templo que desde la era mitologíca, se usaba como lugar de reposo para aquéllos dioses derrotados.

A lo lejos diviso la s tipicas columnas de la arquitectura griega, no podía ser nada mas que el templo a los Dioses Caídos. Camino lentamente, mientras Hebe y Perséfone jalaban del carro.

Al llegar al templo, busco la lapida de Hades, ls cual no fue difícil de encontrar. Se arrodilló ante ella y comenzo a desempolvarla, la miro con nostalgia y pequeñas lágrimas cristalinas en sus orbes azul zafiro.- Hades..- Susurro el nombre de Hermano. Tomo la vasija de las manos de Hebe, y la sostuvo en frente de la tumba, mientras permanecia arrodillada.

- ¡Oh poderoso señor del Inframundo! Hermano del todopoderoso Zeus, verdugo de los difuntos e hijo de Cronos y Rea, tu hermana Hera, Reina de los dioses, esposa del todopoderoso Zeus y también Hija de Cronos y Rea; te invoca para que regreses al esplendor de tu reino llamado Inframundo y recibas la disculpa de la diosa Athena por su atrevimiento-. Recitó Hera para poder revivir a su hermano, mientras abria la vasija al mismo tiempo que Perséfone abría la tumba de Hades.

Y fue asi, como el alma de Hades regreso a sus cuerpo, al principio su alm se fue incorporando a su cuerpo inerte del suelo. Abrió sus ojos azul turquesa, se levanto y miro a su alrededor. Lo primero en visualizar fue el rostro angelical de su hermana Hera, llevo su mano fria a la cara de la diosa y le dio una suave caricia en su mejilla.

-Hera..- Susurro Hades.

-Hermano mío- Dijo entre los mismos susurros Hera. Sus ojos desplazaban suaves y tenues lágrimas, que se negaban a ser descubridas.

-¿Para que me reviviste?- Preguntó el dios del Inframundo.

Hera le dio una mirada suave, lo ayudo a levantarse de aquella tumaba que lo había aprisionado durante un tiempo.

-Te he regresado a la vida, para poder castigar a Athena de sus pecados-. Contesto mientras caminaban hacia Perséfone y Hebe.

Hades sonrió con malicia, esta vez no lucharía solo contra Athena, su querida Hermana le ayudaria. Miro hacia las jóvenes que estaban junto al carro de Hera, pudo observar que una de ellas era Hebe, la hija de Hera, sin embargo la otra joven no podia reconocerla, sin duda era hermosa.

Llegaron hacia las dos doncellas, quienes estaban recogiendo flores del suelo para poder decorar el Olimpo.

-Hades, ella es mi hija Hebe ¿La Recuerdas? - Pregunto Hera señalando a su hija. En cambio Hades asintió en respuesta.- Y ella es Perséfone, es la hija de Demeter.

Perséfone

Que hermoso nombre, penso Hades.

No sabia que Demeter tenia una hija...-Dijo Hades.

- Yo estaba igual que tu hace poco- Comento Hera.

- Es in placer conocerla, Perséfone - Dijo Hades, mientras le hacia una reverencia y besaba su mano.

Perséfone, se limitó a sonrojarse, el era atractivo, tenía unas orbes azul turquesa que Poseidon quisiera tener ese color tan hermoso en sus océanos. - Un gusto- Contesto para no verse grosera.

Hades y Hera subieron al carro de esta última, tenian mucho que hablar, asi que su próxima parada seria el mismísimo Olimpo.

Al llegar al Olimpo, Hera le pidio a Hebe que buscará la armadura y esoada de Hades, mientras tanto ella y Hades se encontraban en la sala del trono.

- ¿Donde esta Zeus? - Pregubto Hades al notar la ausencia de su hermano menor.

Hera, quien miraba de nuevo la tierra desde su imponente trono, miro de reojo a Hades.- Le pedí a Morfeo que lo hundiers en un sueño profundo- Dijo mientras observaba el Santuario de Athena.- Sin embargo, su efecto no durará mucho, necesito al mismo Dios del sueño-.

- Ya se adónde va esto, quieres que reviva a los Dioses Gemelos ¿Verdad?-

Hera rió descaradamente, se levanto de su trono y fue en dirección a Hades.

-¿Y que creías? ¿Que Zeus nos dejaria castigar a su querida hija? - Pregunto en tono de sarcasmo.

- Tendre que regresar a los Campos Elíseos, para revrevivirlos, pero antes ire al Inframundo-.

Hera lo miro extrañada, ¿Tenía pendientes o algun tema que resolver?

Hades al mirar la expresión de su hermana, decidió decirle su objetivo.

- El Inframundo necesita protección y yo necesito a mis espectros, asi que les daré la dicha de volver a servirme-.

En ese momento Hebe y Perséfone entraron a la sala se trono con la renovada armadura de Hades.

Hades miró a Perséfone y esta le devolvió una mirada soñadora que sonrojó a rey del Inframundo, era hermosa, tenia la delicadeza y educación de una reina...

Su reina.

- Hera, antes de irme quiero hacer una pregunta - Dijo Hades.

La recién mencionada, asintió en forma de aprobación.

- Como rey del Inframundo, necesito a mi reina-. Dijo mirando a Perséfone.- ¿Que te parece Perséfone?

Hera miro divertida la escena, su hermano no sabia en lo que se habia metido. El matrimonio no estan hermoso como se ve.

Perséfone no sabía aue decir, era atractivo, sin embargo queria estar involucrada lo menos posible ennla guerra que estba por venir. No pudo contenerse y acepto la propuesta del dios de los muertos. Camino hacia el para hacerle una reverencia y por último tomar su brazo.

- Bueno Hera, me llevo a tu hermosa doncella y por favor dile a Demeter que puede visitarla cuando quiera-. Dijo mientras le sonreía a su nieva consorte.

- Le dire a Hermes que te avise cuando vayamos por Athena-.

Hades camino con Perséfone de la mano hacia el inframundo, mientras Hera y Hebe los miravan partir.

¡Primer Capítulo listo!

Se que aqui no aparecio ni Saori ni sus caballeros, pero este capítulo intorduce personajes que seran parte fundamental de la Saga.

Adema se que cambié oa historia de Perséfone y Hades, sin embargo queria darle un toque mas profundo y que Perséfone tubiera un poco de peso.

Sobre los caballeros dorados, solo les dire que llegaran para quedarse.

Sin mas que decir, nos leemos luego!