Ímpetu de Posesividad
Saint Seiya ni sus persaonajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.
La verdad no se de donde saqué esto, estaba intentando escribir la actualización de un capítulo de mis multichapter, pero las ideas no fluían del todo y al final terminé escribiendo un drabble con algo de lemon.
No es mucho, pero quise publicarlo.
Besos, caricias, toqueteos, gemidos…, una sinfonía sin fin de exclamaciones producidas por los atisbos de pasión que estaban generándose, un solo suspiro de satisfacción por parte de uno de los ocupantes de la habitación. Como uno solo las cabelleras azulada y lavanda se entrecruzaban generando un solo y hermoso tejido. En un arranque de posesividad Saga había tomado desprevenido a un Mu que conversaba animadamente con Milo durante la fiesta que había organizado Athena. Los celos habían abrumado al gemelo y había actuado en consecuencia. Como cavernícola tomó a Mu y lo sacó del templo principal, lo llevó hacia géminis donde tomó posesión de él.
Mu correspondió los impetuosos besos del gemelo y con la misma vehemencia se abrazó a su cuello, implorando por más. Con pasión Saga devolvió los besos.
Sin importarles ni el espacio ni el tiempo sucumbieron a sus instintos, en la habitación de géminis unieron sus cuerpos en el más antiguo ritual conocido por el hombre. Se dejaron llevar sin importar mucho más, no pensaron en lo que dirán sus compañeros, en lo que el maestro de Mu pudiera opinar, ni siquiera pensaron en la extraña y nada habitual relación que estaban conllevando. Desde hacía unos meses que los coqueteos, las caricias y las insinuación se venían llevando acabo. Pero estos habían acabado en una vorágine de pasión debido a los celos y posesividad del gemelo.
—Saga… —gemidos ahogados venían desde a garganta del lemuriano, quien caído en un sopor por la lascivia de los toques del griego se dejaba llevar por las sensaciones de su cuerpo.
No era distinta la respuesta del heleno, quien ensimismado por la exquisita piel nacarada besaba y recorría cada centímetro con una devoción y expectación naciéndole de lo más profundo de su pecho.
El calor en ambos sumado a la irracionalidad de su pasión los conllevó a someterse al deseo primitivo de la unión. Saga sin esperar mucho más preparó a su acompañante, quien en tensa espera deseaba con anhelo el momento de permaneces atados.
La expectación cesó en el momento de la intrusión. Mu ahogó un gemido de incomodidad y satisfacción, con Saga todo era dualidad, podía sentir el más profundo dolor el cual era inmediatamente paleado por el más grande amor.
Suspiros, gritos, gemidos, el clímax estaba cerca, Saga preveía el exquisito éxtasis que era sucumbir ante Mu, su organismo no podía más, sin más miramientos ni cordura su esencia se derramó sobre el interior de Mu, quien en un corto gemido dio conocimiento de su propio delirio.
Al final de todo y ya satisfechos el lecho cálido fue el mayor calmante para sus sentidos, donde cayeron rendidos ante los brazos del sueño producto del cansancio y su arrebato de pasión, lo que pasaría después de despertar solo sería el comienzo de lo que ellos ya preveían.
