Fue la noche después del entierro de su amada.
No podía dormir, no tenía sueño. Grotescas fantasías desfilaban por su mente. Tenía miedo, todo estaba muy oscuro.
Recorrió su habitación con la mirada, todo estaba igual que siempre, pero no sentía que jamás nada fuera a ser igual.
Miro el cuadro frente a su cama, ella lo había pintado, en el se mostraba a una mujer muy hermosa sentada en la arena mirando al mar.
Miro más detalladamente.
Se sobre salto.
Por un momento había creído ver que la mujer respiraba, "es solo mi imaginación" pensó.
Volvió a mirar el cuadro, ella estaba quieta.
¿Era su imaginación o el mar azotaba las rocas de aquel cuadro?
Un suspiro se escucho repentinamente.
El se asusto hasta casi gritar.
Miro de nuevo el cuadro. La mujer en el le volteo a ver, el miedo que el sentía fue reemplazado por una enorme tristeza. El rostro de esa mujer era el de su amada muerta.
La mujer se levantó de la arena y comenzó a bailar una danza sin música y a jugar entre las olas.
El sintió la necesidad de acercarse.
Ella lo invitó con la mano, le sonrió.
Esa sonrisa, esa hermosa sonrisa suya logro que el olvidara por completo el antiguo miedo y hasta el dolor.
Se levantó de la cama, ella tendió su mano blanca.
Caminó lentamente hacia el cuadro, cada vez se sentía más feliz, por cada paso podía escuchar el sonido del mar más y más fuerte y la risa de su amada.
La mano blanca de la mujer asomó fuera del cuadro.
Cuando el estuvo lo suficientemente cerca la tomó y ella tiró de el.
Esa noche pudieron volver a estar juntos por siempre.
En la mañana, cuando el mayordomo entro para despertarle lo halló tendido en el suelo, muerto.
Justo arriba de el, se encontraba colgado en la pared un cuadro en el que dos amantes miraban juntos hacia el mar.
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Bien, base esta historia en el poema Annabel Lee, de Edgar Allan Poe, inspirándome en la canción del mismo nombre del grupo Nox Arcana y en un cuadro, jejeje.
Espero que les/le halla gustado.
