Reto: Viñeta escrita en menos de 5 minutos.


Pareja: IwaOi.

Disclaimer: Los personajes de Haikyuu! pertenecen a Haruichi Furudate, yo los utilizo en esta historia sin fin de lucro.

Resumen: Forma 01 de —no— consolar a alguien, por Hajime Iwaizumi.


Hajime miró el reloj en el tablero de su auto. Hace media hora que Oikawa le había llamado diciendo que se sentía mal y que quería hablar con alguien, y eso sólo significaba una cosa: había cortado con una chica.

—Es la sexta del mes —comentó Iwaizumi, esperando a que el semáforo se pusiera en verde—. No deberías salir con ellas si no te interesan. La de la semana pasada me dio un poco de pena.

—Lo siento —habló Oikawa con voz apagada—, es sólo que… Ah…

Y es que, a pesar de haber sido una del montón, la sexta del mes —pues no sabía su nombre— podía decirse que había sido especial. Y por "especial", se referían a que había sido una total molestia.

Había hecho todo lo posible para evitar que el capitán fuera a los entrenamientos, y cuando lograba ir, lo sacaba a la fuerza. Y para el colmo, no habían terminado por culpa de Oikawa, que era lo habitual, sino por ella. Ya que la sexta del mes, había dejado al castaño para estar con otro.

No dañó sus sentimientos, pero fue un golpe bajo en su orgullo.

Oikawa empezó a jugar con el cierre de su chaqueta, viéndolo bajar y subir.

—Gracias por estar a solas conmigo, Iwa-chan.

Iwaizumi le dio palmaditas en la espalda a su amigo.

—Fui un idiota al salir con ella.

—Te lo dije.

Y mil veces. Una y otra vez le había dicho que esa chica le daba mala espina desde la primera vez que la vio, pero obviamente Tooru no le hizo caso.

—¿Qué tiene ese tipo que no tenga yo? —al ver que Hajime estaba por abrir la boca, lo detuvo—. No digas una palabra.

Oikawa suspiró, devolviendo su mirada al cierre. Sentía escozor en la garganta y ojos. Frunció los labios cuando sintió la primera lágrima correr por su mejilla.

—Hombre, no llores —Iwaizumi acarició su espalda.

—¿Por qué? —preguntó, con voz quebrada.

Hajime miró con pesar al otro.

—Porque cuando agachas así la cabeza, se te ve bien fea la papada.

Oikawa entró en una clase de trance, de la que no pudo salir hasta que Iwaizumi lo dejó en la puerta de su casa.


"Lo dejas en una clase de jaque mate, ya que no sabe si seguir llorando o darte un puñete."

—Hajime Iwaizumi, alguna vez en su vida.


Y esto es lo que sale cuando escribes algo súper apresurado.

¡Gracias por leer!