Disclaimer: todos los personajes pertenecen a la semi diosa SMeyer, yo sólo juego con ellos un ratito.

N/A: wtf?! Exacto xD


Mi Gordita Bella

Capítulo I

"That's not my name"

Escuchaba la música tan alto como sus oídos se lo permitían. Iba de un lado a otro improvisando una cuasi coreografía que nadie más presenciaría, a la vez que cantaba tan fuerte que seguramente su garganta se lo reclamaría más tarde. Pero no importaba. ¡Nada importaba! Lo único que quería ahora era librarse un poco del medio despecho que tenía.

Medio despecho. Esa era nueva. Pero tampoco podía clasificar aquello dentro de otra categoría. Es decir, ¿cómo podías estar despechada por alguien con quien apenas cruzabas un par de palabras una vez a la semana? Claro, tampoco le era indiferente. Más bien, podría definirse como un pseudo enamoramiento platónico con ganas de convertirse en amor monopolar. Sí, eso mismo era, pero aún así le ardía un poco en el pecho la cuestión.

Es que ella era idiota. Por eso le pasaban las cosas. Sólo a ella podía ocurrírsele que alguien tan malditamente perfecto como Edward la mirara de forma diferente. Sólo en su mente un simple saludo, de esos con besito en la mejilla y abrazo casual, se transformaba en una declaración implícita de interés. Pero es que a veces él la miraba de una manera tan… tan él. Y ella quería creer que era sólo por ella, pero de seguro sólo era una forma de ser, sin otros agregados.

Si no fuera tan atolondrada se ahorraría bastante de lo que estaba pasando en este momento. Pero ¿cómo explicarles a los demás? Tendría que ir al principio. Suspiró mientras daba inicio otra canción en la laptop. Para empezar, su nombre es Isabella Swan, mejor conocida como Bella para sus amigos y los no tan cercanos. Tiene 20 años y estudia idiomas en una universidad respetable. Padres divorciados desde mucho tiempo antes de tener uso de razón. Aquello de relacionarse con las personas le cuesta un poco, pero sí tiene amigos. Y es algo torpe, le gustan los dulces, y se sonroja con facilidad.

Bien, datos acerca de ella, que no son muchos pero sí dicen algo más que bastante acerca de su persona. Pero, aún no llegamos al meollo del asunto. Bella se mudó de su ciudad natal hacía 2 años atrás para empezar la universidad. Vivía en un pequeño departamento alquilado; tan sólo le tomaba 10 minutos de manejo llegar al centro de estudios. Desde los primeros cursos entabló amistad con la chica más genial que alguien podría conocer: Alice Cullen. Tan bella, tan menuda, tan chispeante y extrovertida, que simplemente era imposible no caer deslumbrada por ella.

Alice danzaba en su propio mundo, tan grácil. Por el contrario, mientras menos notaran su presencia, Bella era más feliz. Hacía todo lo posible por pasar desapercibida. Había días en que le costaba demasiado levantarse de la cama. Era duro, doloroso, mirarse todos los días y ver aquella imagen que no la satisfacía en absoluto. No encajaba para nada en los dos preceptos actuales de chica hermosa. No tenía los 90-60-90 requeridos para ser Miss, pero tampoco tenía la delgadez de un palito chino tan cotizada y tan chic últimamente.

Todos sabían que cuando la rabia la arrebataba, lloraba. Sin embargo, para nadie era conocido que cuando pensaba en sus curvas nada sexys, en sus kilos demás, en ese cuerpo – su cuerpo – que tanto detestaba, lloraba como si ya no quedara nada por lo que valiera la pena seguir luchando. Pero también era muy orgullosa y testaruda, y se aferraba a cualquier cosa con tal de tener fuerzas y seguir. Alice la ayudaba muchísimo, siempre le daba ánimos.

Su celular empezó a sonar. Bajó un poco el volumen de la música.

- ¡Alice! ¿Qué tal? ¿Qué sucede? – su voz sonó tan maquinadamente normal, que era obvio que no estaba del todo bien.

- Bella, cariño, sigues de humor, ¿cierto?

- Ali, yo no estoy de ningún humor – gruñó.

- Entonces, ¿me vas a negar que estabas escuchando música a todo volumen y haciendo los pasos de "no me importa nada pero quiero matar a alguien"? – su voz no asomó grado alguno de sorpresa, tan psíquica como siempre.

- Eh, bueno, sí, sí estaba en eso – cada vez que Bella tenía algún problema sin aparente solución recurría a esa vía de escape.

- Malo, malo, señorita, te dije que eso de mi hermano va a durar menos de dos semanas – dijo Alice con toda la convicción del mundo -. Así que no tienes permitido estar triste.

- ¡Yo no estoy triste! – parecía más un grito que una simple negación.

- Ok, vamos a creerte – más sarcasmo, imposible -. Pero para asegurarme te voy a recoger en 20 minutos.

- Pero Alice, yo no quiero salir, por fa no me obligues.

- Pareciera que no me conocieras – Alice rió bajito -. Vamos a casa de Jazz. Sol, piscina, parrilla… ¿Qué te parece?

¿Sol? ¿Piscina? Ahora parecía que su mejor amiga era quien no la conocía. La idea de tener calor, ponerse roja como un carbón al fuego, realmente no le hacía gracia, pero eso era tolerable si la ponían a escoger respecto a la piscina. Alice no terminaba de entender que aquello de andar en actividades que implicaran mostrar innecesariamente su para nada favorecida anatomía, simplemente la incomodaban.

- ¡Ay, Bella! Ya sé lo que estás pensando y deja la estupidez. Vas a hacer lo que yo te diga. Agarras, te vistes, me esperas, nos vamos. ¿Entendido? – cuando se lo proponía, Alice podía ser todo un general.

- Sí… puedo hacer eso – Bella estaba pensando en un traje esquimal que no había estrenado todavía.

- ¡Ah! ¡Por supuesto! Ya te conozco, jovencita, así que te lo aclaro: acorde a la ocasión, entiéndase traje de baño, shorts rosados y una camisita blanca.

- ¡Alice! ¡Me niego rotundamente! ¡No, no y no!

- Bella, corazón, esta vez lo vamos a hacer a las buenas, que Jazz tiene rato esperándonos. A la final vas a terminar cediendo, lo sé.

- Está bien – suspiró resignada -. Te espero entonces.

- Eso, buena niña. ¡Te quiero!

Terminó la llamada. Joder, Alice sí que era cabeza dura, pero a la final siempre tenía razón con las cosas. Ojalá esta vez tampoco se equivocara.

Mientras se arreglaba y preparaba su bolso, no pudo evitar pensar en Edward. Alice los había presentado hacía más de un año. Bello como un dios, algo cerrado con su círculo de amistades pero caballerosamente simpático. Alice solía decir que estaban hechos el uno para el otro, que estaba escrito. Bella siempre se reía, ¡por favor! ¿Cómo Edward podría fijarse en algo como ella? Tantas chicas preciosas en la facultad de medicina, en todo el campus, en la ciudad, en el estado, en el universo, ¡y él se iba a interesar en la enana gordita mejor amiga de su hermana! ¡Seguro! Eso era tan seguro como que los vampiros existen.

Y aún así, como si alguien le hubiese puesto un hechizo, Bella decidió que iba a empezar a hacer sus movimientos. ¡Porque es tan obvio que cuando la gente te saluda quiere decir que te quiere en secreto! Se imaginaba que por obra de Merlín, Edward gustaba de ella. Y por esa razón, tan sólida como un merengue, ella había esperado con ansias el "encuentro" semanal en los pasillos de la universidad. Se imaginaba conversaciones ficticias, posibles coincidencias, una amistad que se fuera transformando en amor al más puro estilo de una novela de romance. ¡Hasta había escrito estupideces en su cuaderno de inglés!

Incluso Alice le dio su correo electrónico y lo había agregado a su cuenta de mensajería, aunque no se había atrevido a hablarle en el par de ocasiones que lo vio conectado. Tres días antes de enterarse de lo sucedido le había dado luz verde a Alice para que indagara más a fondo sobre la actual vida amorosa de Edward. No hubo necesidad de recurrir ella, es más, fue la misma Bella quien le dio la noticia bomba a Alice. ¡Tanya Denali!

¡Zorra desgraciada! Una vez habían hecho un trabajo juntas, por eso la tenía entre sus contactos. Y la muy hija de su madre se colocó un nick tan obvio como un cartel verde neón. Edward Cullen te quiero 19/06 corazoncito.

¡Uy! Cómo la detestaba. ¿Cómo? ¿En qué momento? Unas horas atrás Edward estaba soltero. Pero claro, es que ni siquiera había punto de comparación entra ella y Tanya. La despampanante Tanya. La sin un gramo de grasa Tanya. Entró en crisis cuando leyó ese nick. Llamó a Alice inmediatamente y en medio de sollozos y un llanto loco que no tenía explicación, le dijo. Media hora después Alice le devolvió la llamada con nueva información.

- Bella, toronjita, acabo de hablar con Edward – su voz sonaba apagada.

- ¿Qué te dijo? – ya había dejado de llorar.

- Fue así… - Alice empezó a relatar la conversación.

"En cuando me dijiste salí disparada a su cuarto y lo encontré sentado en la cama con la laptop prendida.

- ¡Hermanito! ¿Qué tienes allí tan escondido?

- Alice, se llama computador portátil, y el hecho de que lo tenga aquí a la vista de todos hace que no entre en la categoría de objetos escondidos.

- Muy gracioso – le saqué la lengua -. Bueno, préstame la laptop.

- ¿Para qué? Tú tienes una.

- Bueno, dame entonces la clave de tu msn.

- No, no va a suceder Alice, yo respeto tu privacidad así que tú respeta la mía.

- ¡Ajá! ¡Lo descubrí! Tienes novia nueva y no me lo habías dicho, hermano, ¿por qué tienes secretos con tu hermana preferida? – ya sabes, es más fácil sacarle información así.

- Para empezar, eres mi única hermana. Además, es algo muy reciente como para considerarlo secreto.

- Entonces sí tienes novia nueva.

- Sí. Es Tanya Denali.

- Ya sé quién es Tanya, pero no entiendo por qué ella. ¿Te gusta?

- Bueno, podría decirse que sí, algo.

- ¿"Podría decirse?" – hay que ser bien estúpido para tener eso como razón.

- Es bonita – comentó simplemente.

- Bella es más bonita que Tanya – ya, sí lo eres, punto.

- Quizá, si se arreglara más se vería mejor – hizo una pausa -. Tanya me buscó. ¡Y eso es todo lo que te pienso decir!".

Y así se habían hecho trizas las ilusiones que se había hecho. Nadie se fijaría en ella. ¡Menos que menos Edward!

Vio el reloj. Alice ya estaría por llegar. Recogió su bolso y salió del departamento. Sólo esperaba poder olvidarse de todo por un rato. Un poquito de paz para su cabeza. Hacer de cuentas que Edward y Tanya no existían. No era mucho pedir. ¿Cierto?


N/A: hola hola! Espero que hayan llegado hasta acá :) la verdad es que no sé, sólo se me ocurrió esto. Edward siendo tan perfecto se fijaría en una Bella gordita? xP que por cierto, el título viene de una telenovela llamada así… y no, obvio, el fic no tiene nada que ver realmente, pero es que me pareció cuchi, además que es gordita bella.. o sea, bella de adjetivo y Bella (léase "Bela") jejejeje

El título del capítulo es el nombre de una canción de The Ting Tings (los adorooo!), y realmente no tiene así como un por qué, era una de las canciones que estaba escuchando cuando escribí este cap, aunque bueno, seguro que Bella quería que fuera su nombre y no el de Tanya el que tuviera el Edward corazoncito xP

Eso es todo por ahora! Galletas con chispas de chocolate para todas! Nah sólo para las que dejen review xD