Ilusa
Estaba por tirarse del acantilado, ya nada más importaba. ¿Aquello que llevaba día tras día, desde que abría los densos párpados pegados hasta que el último sollozo se fundía con los suaves ronquidos, podía acaso considerarse vida?
Él se había olvidado de ella, la había abandonado. Para él las distracciones eran la solución, pero ella había cerrado los ojos en el momento en el que lo había conocido. No había ni distracciones ni cosa alguna que pudiera recomponerla y cerrar aquel vacío que ocupaba el abandono en su corazón.
Cuando el viento soplaba tan fuerte sobre La Push, las olas se arremolinaban y la tormenta daba su inicio, las ganas de tirarse por aquel acantilado eran cada vez más fuertes. El ánimo aumentaba, y las ansias también. Todo era precipitado, rápido y furioso.
Los brazos se le aflojaban, la mente se ponía en blanco, el corazón se anudaba. El nudo en la garganta desaparecía, así también como aquella punzada de constante dolor en su pecho. La sensación de libertad era efímera, tanto que sentía que podía palparla con las yemas de los dedos.
Y, en esos momentos, la imagen de Edward diciéndole que la amaba volvía a su mente para suplicarle que no se matara. Y ella, como una ilusa, volvía a creer en él aunque sólo fuera una ilusión.
Otro más basado en Luna nueva, pero que puedo hacer es mi libro favorito de la saga y siempre me inspira. Espero que les haya gustado.
Besos, Mai
