¿Quiénes son?
17 años después
Marshall Lee estaba en su ruta típica en la cual pasaba a la ex-casa de Fionna. Había repetido esta rutina desde que se enteró de lo que le pasó a Fionna. Era un día soleado y por tal motivo llevaba su capucha negra y gantes por si tenía que utilizar las manos. Llegó a la casa de Fionna y se quedó un rato sin moverse, solo contemplándola. En eso escuchó pasos y se volteó hacia donde los oyó. Vio a unas personas cubiertas con capas blancas viendo la casa.
-¡Oigan ustedes! ¿Quiénes son?- gritó Marshall a las personas quitándose la guitarra-hacha de la espalda. Las personas se dieron cuenta de la presencia de Marshall y desenvainaron unas espadas que se le hacían conocidas a Marshall, en eso se dio cuenta de por qué- Son las espadas de Fionna y el niño ¿De dónde las sacaron?- gritó Marshall más enojado.
Una de las personas tenía la espada de cristal y la de sangre de ángel y la otra persona tenía la espada de oro y la de sangre de demonio. Las personas no respondieron, pero corrieron a atacar a Marshall. A él no se le hacía fácil el pelear con las personas pero de un momento a otro pudo alejar a uno de ellos y tirar a otro… o más bien, otra. La persona que tiró no era nada más y nada menos que una chica rubia de ojos azules como el mar y piel blanca.
-Fionna- susurró Marshall
-¡Catherine!- gritó la otra persona corriendo hacia Marshall, en el recorrido se le bajó la parte de arriba de la capucha dejando ver el rostro del niño que le había arrebatado a su querida Fionna.
-¿Tú?
-¡Jacob!- gritó la chica levantándose rápidamente de debajo de Marshall- toma su arma- gritó dándole una patada a la guitarra-hacha de Marshall. El chico rubio la tomó y la chica golpeó la nuca de Marshall dejándolo inconsciente.
Cuando despertó tenía un horrible dolor de cabeza y estaba desorientado. Era de noche y estaba haciendo frio. Apenas se terminó de despabilar vio que se encontraba en la casa del árbol y en frente suyo estaba la chica rubia durmiendo, recargada en el hombro del rubio, con un sombrero negro cubriendo su rostro y él leyendo un libro. Marshall trató de zafarse pero no pudo. El chico rubio lo volteó a ver y cerró su libro sin hacer mucho ruido, para no despertar a la chica. Marshall iba a hablar pero el chico rubio le hizo una seña con el dedo índice de que se callara. Él no quiso hacer caso y cuando iba a hablar una alarma sonó y la chica despertó lentamente. Vio a Marshall y luego volteó hacia el rubio
-Dijiste que me despertarías cuando se despertara ¿Recuerdas?- dijo la chica con cara de reproche
-Se me olvidó- mintió el chico
-Fionna- dijo Marshall y los dos chicos lo voltearon a ver extrañados- ¿Estas viva? ¿Por qué no me dijiste?
-¿Fionna?- dijo la chica confundida
-¡Oye niño, déjame ir!- gritó Marshall a el chico
-¿Y por qué habría de hacerlo?- dijo el chico sacando una de sus espadas del estuche que colgaba de una pared.
-Jacob, no tratamos así a los invitados- reprochó la chica.- dime ¿Tienes hambre?- le dijo la chica a Marshall
-¿Qué? ¡No! Lo que tengo es ganas de que me contestes el ¿por qué fingieron morir? ¿Qué te dijo este imbécil cuando estaban de luna de miel como para que decidieras hacerte pasar por muerta y preocuparnos a todos?
-¿Fingir la muerte? ¿Luna de miel? ¿De qué hablas?- dijo la rubia confundida
-¡No te hagas la tonta, Fionna!- gritó Marshall- Estas casada con este bueno para nada.
-¿Casada? ¡No! Nosotros somos hermanos- dijo la chica aún más confundida. Marshall guardó silencio y luego siguió
-No puede ser tu hermano, yo fui su padrino de bodas. Yo estuve ahí cuando se casaron y Bubba dijo que no eran del mismo padre ni madre. No pueden ser hermanos.- dijo Marshall
-Tal vez nos estas confundiendo- dijo la chica
-¿Con que otros humanos los confundiría, Finn y Fionna?
-¿Finn y Fionna?- dijo la chica deteniendo como podía a su hermano antes de que se lanzara sobre Marshall por gritarle.- debes estarnos confundiendo con ellos. Dicen que nos parecemos mucho. Nosotros somos los hijos de Finn y Fionna. Somos Catherine y Jackson.- dijo la chica entendiendo el porqué él les llamaba de esa manera.- Y si lo que dices es cierto, esto es para ti.- dijo sacando un sobre de el morral que colgaba de la pared. Se acercó a él un poco pero el chico rubio habló.
-Cathy, no lo hagas. Es un vampiro. ¿Qué pasa si te ataca?
-No lo creo Jake.- dijo Catherine hincándose en frente de Marshall y poniendo el sobre en el suelo a pocos centímetros de él- ¿Cuál es el conjuro?- el chico no lo quería decir, pero luego de ver la cara de puchero de su hermana, suspiró y dijo.
-Ego dimittam vos a vínculis- en eso las ataduras de Marshall desaparecieron, dejándolo moverse libremente. Él tomó el sobre y lo trató de abrir. Tenía un conjuro.
-Típico de Fi- dijo sonriendo- ¿Alguna clave?- preguntó más tranquilo. La chica señaló un dibujo en el sobre que tenía la forma de una luna con una llama.- Hmp… Nocheosfera- dijo Marshall y el sobre se abrió. Dentro había una fotografía de Fionna y una carta que decía:
"Querido Marshall:
Si esto te llegó es que nuestros hijos al fin llegaron a la casa del árbol y seguirán con el legado de héroes. Tengo algo muy importante que decirte. Nos enteramos de que los reyes de los reinos de fuego del país de Aaa y Ooo se unieron y nos piensan atacar. Escondimos a nuestros hijos en una cueva del país de Eee. El lugar está desierto y estarán a salvo mientras que el Rey o la Reina del Reino de Fuego no los encuentren.
Te quiero pedir un gran favor. Entrénalos. Muéstrales lo que tienen que hacer y lo que harán por el resto de sus días. Sé que suena mal, pero lo sabrán manejar. No queremos que nuestros pequeños se sientan solos, pero, como no podrán estar siempre juntos, uno de ellos se irá a entrenar con Marceline. Ellos ya lo saben. Cualquiera que se quede contigo, cuídalo como me cuidaste a mí, por favor.
Con amor.
Fionna"
Cuando Marshall terminó de leer, una lágrima recorrió su mejilla y levantó la vista, pero la chica ya no estaba. Volteó a todos lados y el niño le dijo.
-Fue a buscarte algo de comer- estaba recargado en la pared con la espada en la mano- Quiero decirte que no me agradas…
-El sentimiento es mutuo, niño
-Pero, a mi hermana si le agradas y solo te digo una cosa. Llegas a romperle el corazón y te las veras conmigo- dijo poniendo la espada en el cuello del rey vampiro- ¿Quedó claro?- dijo el chico.
-Mira niño, no te hago nada solo porque respeto a la familia de mi amiga…
-¿Amiga? No soy idiota y se nota a leguas que te gusta mi hermana por parecerse a mi madre- el Rey Vampiro sintió un gran calor en su interior al recordar el amor que le tenía a su difunta amiga. En eso la puerta se abrió y el chico rápidamente movió su espada lejos del cuello del vampiro. La chica rubia entró con tres canastas, una en cada mano y una en la cabeza y cerró tras de sí.
-¿Y bien?- le preguntó a Marshall
-Gracias- dijo Marshall
-Yo no hice nada
-Hiciste bastante- dijo Marshall con una sonrisa
-Déjame ayudarte Cat- dijo Jacob acercándose a ella y tomando la canasta de su cabeza y la de su mano izquierda.
-Gracias Jack- dijo Cathy lanzándole una manzana a Marshall
-¿Ya sabias que comía el color rojo?
-Nos lo contó mamá en la carta.
-Ah!- dijo Marshall.
Konichiwa!
Bien, como verán este es el primer capítulo de la historia en sí. Espero les haya gustado. Bien, hoy y mañana van a ser los últimos días que tendré para escribir. Como dije, el lunes entro a clases de nuevo. La prepa es algo pesada y más para los repetidores, como yo. Pero espero que les guste el capitulo. La historia de versión Ooo empezará hasta el 4to o 5to capítulo de esta versión y se desarrollará paralela a la versión Aaa a partir de ello. Si se volverán a unir, no se preocupen.
Segundo. Como voy a estar echándole los kilos a la escuela haré lo posible para escribir los fines de semana así que no se desesperen. Solo por todo eso, hoy es día de 2X1. Hoy subiré los primeros 2 capítulos de esta historia.
Continuamos…
