A Un Minuto De Ti
El día que la vi por primera vez fue un 15 De Septiembre, lo recuerdo perfectamente, porque por entonces el tipo que tenía por padre falleció a causa de una riña callejera, ese día recuerdo estar en la escuela cuando mi madre fue papel cualquiera a Yamada un viejo amigo de ella, llegó a mi conversación con mi maestra y me llevó con ellos al hospital, al parecer no se podía hacer nada por mi padre, porque estaba gravemente herido se había metido una sobredosis y ahora agonizaba en una de las camillas de la sala de urgencias, de ese mediocre hospital.
Aquella vez fue la primera vez y la única que tuvo sentido por mi padre, algo diferente al odio o el rencor, sentí lastima, al ver que alguien más que otras veces me había usado como su saco de boxeo personal, agonizante y con el miedo ante la inminencia del final de su vida plasmado en sus oscuros ojos.
Recuerdo que solo allí, en su lecho de muerte me dio, lo único que aún lo conservo de él ... Un concierto o mejor dicho un sueño, Aún recuerdo con toda tu vida de sus palabras "Escúchame bien Natsuki, si quieres sobrevivir en este mundo, no hay nadie dentro de tu corazón o mejor aún no entregues tu corazón a nadie, pues si lo haces es como entregarle a esa persona un revolver y esperar que no sea el gatillo ", nunca esperé que mi padre de entre todas las personas me dijera esas palabras ni que yo decidiera tomar su concejo.
Cuando falleció luego de un tortuoso ataque de tos, mamá pasó un raudales envuelto en un abrazo por parte de Yamada, pero yo, no fui capaz de derramar una sola lágrima, por ese hombre solo que me hizo un padre.
Yamada invirtió gran parte de sus ahorros para que mi padre tuviese un entierro en uno de los más dignos cementerios de esta ciudad, lo cual vi como algo innecesario, pero que agradeció secretamente pues me brindó la oportunidad de verla por primera vez.
A pesar de haber decidido tomar el lugar de mi padre, me fue imposible fijarme en la belleza que había sido posada frente a mis ojos.
Justo al lado de la tumba de mi padre otra persona era sepultada ese día, entonces fue cuando la vi, cabellos castaños, piel blanca, tanto que parecía casi efímera, un poco más baja, aunque por su apariencia debía rondar por la misma edad que tenía yo en ese entonces, 12 años, tenía un rostro hermoso al igual que su cuerpo y unos ojos rojizos tan tristes, que casi se venía opacados por las grandes bolsas negras que colgaban bajo ellos, que llevaran a una vida fuera de la habitación y otros tanta entre lágrimas, ya que sus ojos se venían muy hinchados e irritados.
Durante solo un segundo su mirada se fijó en mí y yo, me quedé paralizada que ciervo frente a las luces de un auto.
Y es que ni las lágrimas ni la fuerte lluvia que azotaba la tierra del día, la opacar la innegable belleza de la portadora de aquellos ojos que más adelante serian mi perdición ...
En los siguientes días lo único que rondaba por mi cabeza era la nítida imagen de aquella hermosa chica, y en vez de preguntarme cosas como ¿Por qué estoy tan interesada en una niña? ¿Es eso normal?, el único interrogante que parecían surgir en mi pequeña mente, era ¿Alguna vez, la volveré a ver?...
Por muchos años esa pregunta giró en mi mente como si de un círculo vicioso se tratara, una y otra vez, parecía que desde aquel día que cruzamos mirada había caído perdidamente en el embrujo de esos bellos ojos rojos.
La segunda vez que la vi ya tenía yo 14 años, después de la muerte de mi padre, Yamada se había convertido en un gran apoyo para mi madre quien aunque había querido a mi padre a pesar de ser lo que era, nunca lo había amado. Y siendo así Yamada, con detalles y cuidados, poco a poco se fue haciendo con el corazón de mi madre y con el mío, pues en el encontré el padre que siempre anhele pero nunca tuve.
Así pues el concejo de mi padre termino convirtiéndose solo en un viejo recuerdo.
Desde los diez años había demostrado, un gran interés por todo aquello que llevara un motor, pero en especial por las motocicletas y Yamada quien había aprendido primero a manejar y reparar una motocicleta que a cocinar. Decidió transmitirme sus conocimientos, así que yo iba a la escuela en las mañanas y en las tardes me dedicaba a aprender del mejor.
-Mamá iré a correr un poco- avise mientras sentada en el porche amarraba los cordones de mis viejos tenis, eran tan cómodos y el primer regalo que me dio Yamada, así que no quería cambiarlos a pesar de lo desgastados que se veían, lo mismo sucedía con mi sudadera.
-A dónde vas vestida de indigente cachorra?-pregunto mi fastidiosa amiga Nao una pelirroja de picaros ojos verdes, más baja que yo y con un bizarro sentido del humor.
-Cierra la boca araña, que más decente que tu si estoy- y llevaba toda la razón mientras yo estaba correctamente cubierta, Nao iba en un par minúsculo de Shorts que no dejaban mucho a la imaginación, sandalias y una delgada camisa de tirantes.
-Ca-cállate!, es que está haciendo mucho calor!-se quejó sonrojada hasta las orejas, cosa que aun a pesar de los años de amistad seguía sorprendiéndome, ya que Nao solía ser tremendamente descarada y aun no entendía que era lo que hacía que se sonrojase con mis comentarios…
-Tienes razón pero no es razón para que andes por allí contribuyendo con el calentamiento global- intervino Mai haciendo referencia a la vestimenta de Nao y las reacciones que provocaba en las personas, era una peli naranja pechugona, de carácter maternal a quien conocimos una mañana en la escuela mientras dos niños uno Tate y otro Takeda ( Dos estúpidos sin remedio) le molestaban por el tamaño de sus pechos, Nao y yo terminamos dándoles una paliza lo cual nos dio una suspensión de dos semanas, y una nueva e inseparable amiga, desde entonces siempre habíamos sido "Las tres mosqueteras" solía llamarnos mi madre.
-Hey pechugas-chan, que no se supone que ayudarías a Saeko hoy?-dijo Nao cambiando el tema.
-oh! Cierto! Hoy me enseñara a hacer lasaña!-dijo emocionada, era una loca amante de la cocina.
-lasaña dijiste?-pregunte con ilusión.
-exactamente, será la más sabrosa de todas!-dijo con orgullo.
-Si es lasaña yo te acompaño- dijo Nao ingresando a mi casa con toda naturalidad- si tardas mucho no te quejes si me como tu parte!-grito ya segura tras la puerta.
-Cómetela y no vives para contarlo araña sarnosa!-le grite pero la muy cobarde ya debería estar en lo más profundo de la casa-
-Jajajajajaja ustedes definitivamente no son felices sin una discusión al día-dijo divertida- bueno Nat, iré con tu madre y no te preocupes te guardare una súper porción y haré mayonesa cacera para ti-dijo con una sonrisa.
-Hablas en serio?- pregunte casi babeando.
-claro que si!, solo tienes que correr dos horas mínimo- dijo seria, era muy estricta con nuestros hábitos saludables.
-Por tu comida te corro un maratón-
-mejor no mes ideas Nat~ y ve a correr de una vez-dijo dando una palmada a mi espalda.
-Jajaja está bien, entonces nos vemos en dos horas-dije antes de empezar a correr.
Mientras corría por mí ya tradicional ruta, decidí dirigirme a un nuevo parque el cual hace solo meses habían construido, y si era sincera la primera impresión que me lleve al verlo, fue que era hecha por ricos y para ricos, mis desgastada sudadera y mis viejos tenis, parecían resbalar completamente de aquel pintoresco paisaje, así que decidí irme de allí lo antes posible, pues no me gustaría que alguno de esos riquillos quienes me veían casi con asco me arrojaran algún tipo de desinfectante o intentaran sacarme a patadas de allí 8aunque probablemente serian ellos quienes recibieran las patas si lo intentaban).
Pero entonces allí estaba ella, nunca imaginé que una persona pudiera cambiar tanto en tan solo dos años, era cierto que había crecido bastante pero aún seguía siendo más baja que yo, su cabello también había crecido y parecía brillar con aquel sol de verano, su frente estaba un poco perlada con sudor lo cual le daban un toque atrayente, se había hecho más hermosa haciéndome pensar que con tanta belleza era imposible que se hiciera aún más bella.
No pude evitar notar que no era la única que parecía idiota viéndola, pues todos aquellos que me veían cual bicho raro cuando llegue a ese lugar ahora se hallaban más interesados en babear por la bella adolecente a escasos pasos de ellos… espera, si estaba a escasos pasos de ellos eso quería decir que literalmente la tenía frente a mí.
Así que si miraba hacia al frente me iba a topar con todo su esplendor de bruces, tragando saliva di un paso hacia atrás, aun sin entender por qué me ardía la cara…de seguro me había quemado con el sol, sep, eso tenía que ser.
Cuando mire hacia al frente casi me caigo de la impresión al tenerla tan cerca, como era posible que siendo una niña fuese tan bonita!?, si todas las niñas que conocía eran feas y con F de Foca!.
Mientras la ardilla que hacia funcionar mi cerebro, parecía tener un ataque por la impresión al tenerla tan cerca, note que me miraba con curiosidad, casi analizándome con su roja mirada que parecía la de un león hambriento descubriendo a una jugosa presa, y no la de una niña rica que se topaba con otra que llevaba el aspecto de un indigente, a su vista.
Mientras que su amiga, la cual no noté hasta que por cosas del universo me cayó una basurilla en el ojo y tuve que desviar obligatoriamente mi mirada de la otra chica, era rubia y bajita pero tenía la apariencia de ser fuerte físicamente y me veía con cara de perro rabioso casi como si yo me fuera a robar algo de allí.
-Ara, no te había visto antes?-dijo y como cayendo en cuenta de algo pregunto, con mucho más interés- cómo te llamas?-dijo con voz aterciopelada y un extraño acento muy agradable por cierto.
No quería que notara lo idiota que me dejaba su presencia, así que entre en mi modo….como lo llamaba Nao?... Tempano de hielo o algo así, en fin, una vez me tranquilice le respondí con voz más ronca de lo normal.
-Natsuki-de seguro debía ser por lo seca que sentía la garganta.
-Ara, que bonito nombre Nat-su-ki-canturreó - Yo soy Shizuru y ella es mi amiga-no le dejó ni terminar.
-Haruka! Haruka Suzushiro! Apréndetelo bien delincuente-escuche bien? Acaba de llamarme delincuente?- ella es Yukino-señalo a la otra chica la cual se veía tan introvertida y hasta temerosa de mí, que ni la había notado.
-Oye! Porque me llamas delincuente? Si yo no te he hecho nada!-le recamé antes de que se me olvidará.
-Porque eso pereces, una delincuente!- gritó nuevamente con su ruidosa voz de pito.
-"pareces" Haruka-chan- le corrigió con voz suave la chica agarrada fuertemente a su camisa.
-E-e-eso drje- rezongó en voz baja mordiéndose la lengua
-Ja! Cállate monstro gritón ni siquiera hablas bien-
-Ca-Cállate Tru!-dijo mordiéndose la lengua
-ja..JAJAJAJAJA, no puedo creerlo enserio te mordiste la lengua?! Jajaja cuántos años tienes?-dije burlándome.
Y es que hasta Shizuru quien se había mantenido en silencio divirtiéndose con la situación se moría de la risa a su muy elegante modo.
Antes de poder terminar el pequeño escándalo que habíamos montado, principalmente la ruidosa y yo, pues Shizuru solo intervenía para echarle más leña al fuego y luego reír a costa nuestra, y La otra chica solo corregía los errores de su rubia amiga, el teléfono de Shizuru sonó haciendo que se marchara de inmediato con apenas aun "hasta luego", como despedida.
En los siguientes días a pesar de que había reemplazado mi tenis y mi sudadera favorita por unos nuevos, y fui al mismo parque todos los días durante dos semanas no la volví a ver.
En aquel entonces aunque no era consiente, lo encantos de Shizuru ya habían empezado a caer por ella.
Tuvieron que pasar 4 años más para que volviéramos a encontrarnos, ya me había hecho a la idea de que quizás nunca más me la cruzase en el camino, además en aquellos caños yo había cambiado bastante, la vida no había sido muy buena conmigo, las únicas personas en las que confió y me permito ser yo misma son mis tres únicas amigas, mi madre y Yamada, Mikoto la chica gato fue la última en unirse a nuestro reducido círculo social, bastante aniñada y de una poderosa familia quien había decidido vivir humildemente con su madre luego de la separación de esta de su padre, tiene un hermano a quien solo Mai ha visto, y es una persona muy alegre quien vive perdidamente enamorada de nuestra peli naranja pechugona, quien ni se enteraba de nada, es que hasta yo la más densa de las tres se daba cuenta, en fin me había hecho de una fama de lobo solitario y témpano de hielo, apodo esparcido amablemente por Nao, como siempre.
Habíamos optado por asistir a la misma universidad, una de las mejores en el país la cual había decidido abrir un paquete de becas completas así que optamos por apostarlo al todo o al nada, estudiamos como si no hubiese mañana e hicimos la respectiva evaluación para dos universidades, una nuestra meta y la otra nuestro plan B, con mucho esfuerzo logramos pasar y así ingresamos a Fukka Gakuen, una de las más prestigiosas universidades de Japón.
Su director Fujino Shiro nos recibió personalmente e inscribió a cada una en la carrera por la que habíamos optado, Nao Mikoto y Yo, optamos por Ingeniería Mecánica con postgrado en diseño automotriz mientras que Mai eligió Gastronomía.
No fue hasta la segunda semana de estudios que nos encontramos de nuevo y esta vez fueron Aquellos ojos rojos los que me encontraron.
Aquella tarde me encontraba tomando un descanso mientras leía un pequeño libro de relatos, leer se había vuelto uno de mis más apreciados pasatiempos, estaba tan sumida en mi lectura que no pude notar su presencia hasta que ella misma se manifestó.
-Nat-su-ki~-susurró en mi odio haciendo que sorprendida me pusiera de pie de un salto.
-Q-Q-ue!? Shizurú?!-no podía creerlo.
-Fufufu la misma que viste y calza- Dijo sonriendo, provocando que sintiera la sangre subir a mis mejillas-
-P-P-P-ero tu- como es que-no sabía ni siquiera como empezar a preguntar el por qué que de su presencia allí.
-Parece que hubiese visto un fantasma-dijo con un infantil puchero, ni en mis más locos sueños hubiese imaginado una actitud tan infantil de su parte.
-L-lo siento, es solo que no esperaba encontrarte de nuevo, mucho menos aquí-
-Bueno, lo cierto es que yo tampoco esperaba encontrarte aquí, pero ya ves, las coincidencias si existen-dijo sonriendo nuevamente y entonces sin siquiera darme cuenta, encontré el que se convirtió en mi pasatiempo favorito, hacerla sonreír.
Con la oportunidad de haberla encontrado nuevamente, empezamos a coincidir con más constancia, a veces nos topábamos en los pasillos a pesar de tener carreras bastante distintas y que ella estudia administración de empresas con posgrado en contabilidad, así que no sería muy común encontrarnos con tanta constancia.
Como coincidíamos tanto, nuestro círculo de amigos se hizo uno solo, yo les presente a Nao, Mai y Mikoto y ella a Haruka y Yukino a quienes yo ya conocía, y a Reito Kanzaki, quien resultó ser el hermano mayor de Mikoto.
Todos congeniamos muy bien a pesar de las continuas discusiones amistosas entre Nao y yo, o Haruka y yo… al parecer era yo la más problemática del grupo, jej, éramos un grupo bastante poco común, los más agraciados y famosos de la academia, y nosotros los becados, por así decirlo la plebe entre aquella comunidad de riquillos estirados, llevándonos bien, paseando por allí, comiendo juntos, etc.
Realmente un grupo bastante disparejo.
Con el tiempo los lazos se hicieron mas fuertes, la pareja de Haruka y Yukino se hizo oficial en el penúltimo semestre de universidad, Reito quien iba tras Mai, al final perdió la carrera contra su hermana Mikoto, al parecer Mai siempre había gustado de Mikoto pero era lo suficiente tonta para no darse cuenta de que la chica gato "babeaba pos sus huesitos", en palabras de Nao.
Así pues los solterones del grupo éramos: Nao, yo, Shizuru y Reito. Los dos últimos no por falta de pretendientes pues eso, les sobraba. Pues Nao era demasiado libre como para atarse con una sola pareja, en palabras de la misma y yo….pues yo era muy yo como para atreverme a intentar algo con Shizuru, de quien aunque al principio me costó horrores aceptar, estaba más que perdidamente enamorada, había ignorado por completo el concejo de mi padre.
Porque si, yo había sido lo suficiente tonta como para enamorarme de la estrella más inalcanzable de este enorme firmamento…
-Natsuki, que estás haciendo?-me pregunto aquella mañana de febrero, era el último año que pasaríamos en aquella universidad, luego de ello todos tomarían su propio camino.
-Trabajo en el diseño que planeo entregar-dije tratando de centrarme en los trazos frente a mí y no en la hermosa Shizuru y su perfecto vestido color crema.
-oh! Te refieres a aquel concurso que están elaborando en tu facultad? Preguntó curiosa, tomando asiento a mi lado, a la suficiente distancia como para que pudiera percibir a la perfección el característico perfume de su cabello.
-Sep, esa exactamente Mikoto, Nao y yo, estamos planeando ganar el cupo directo a esa empresa-dije centrando mis ideas en algo más productivo, que mi babeo seguro ante la presencia de la chica a mi lado.
-lo sé, han estado trabajando como locas en ello desde la mitad del año anterior-dijo acercándose un poco más, hay… si seguía así un día de estos me iba a matar.
-Bueno es que no lográbamos ponernos de acuerdo en cuál sería la carrocería perfecta para el pequeño monstruo que tengo aquí-dije mientras le ensañaba con orgullo el modelo del motor y las partes internas de la motocicleta en la que estábamos trabajando, tenía un poco de cada una.
-vaya! por lo que logro entender, lo que estas terminando allí no es ningún "pequeño" monstruo, es un monstruo en todo el sentido de la palabra, pero he de admitir, que aun sin carrocería se ve bastante atrayente, has mejorado mucho-dijo con orgullo, lo cual me lleno de confianza.
-jeje supongo que tienes razón-sonreí nerviosamente el que ella me elogiara valía mucho para mi.
- y como la tiene!-intervino Haruka sorprendida, quien apenas hacia acto de presencia.
-Vaya, Natsuki-san es increíble-agrego Yukino acercándose para observar mejor la estructura dibujada en los planos.
-Jamás imagine que aquellos dibujos tan burdos pudieran involucionar de esta manera –dijo la rubia apreciando las suaves pero bien trazadas líneas.
-"Involucionar"?-me pregunte mientras buscaba algún error en los trazos.
-Es "Evolucionar" Haruka-chan-corrigió Yukino, haciéndome soltar un suspiro de alivio, al notar que solo era el terrible problema de vocablos en Haruka.
-Haruka-han, el señor director preguntaba por la sustentación del ultimo taller-menciono Shizuru a lo que Haruka pálida cual papel, se llevó a rastras a su novia gritando una especie de rara disculpa, mientras disparada corría hacia su aula.
-y luego dicen que la olvidadiza soy yo-gruñí.
-Fufufu es que Natsuki ha crecido mucho- dijo sonriente mientras se recostaba en mi hombro
Suspire feliz ante el gesto-mucho trabajo?-pregunte mientras guardaba el plano ya finalizado-
-El taller de posgrado ha sido todo un martirio-se quejó
-ya me imagino debe ser todo un dolor de cabeza –
-y que dolor- concordó y es que a los pobres estudiantes de Administración les habían puesto a hacer diversos proyectos y tesis, literalmente todos había tenido que exprimirse los sesos hasta el ultimo minuto.
- y dime, desayunaste ya?-le pregunte mientras tomaba una botella de té y una bolsa de papel que tenía preparadas, adelantándome correctamente a su respuesta.
-No tuve tiempo, el plazo para entregarlo era esta mañana así que no me quedo de otra que saltarmelo-puse la bolsa y la botella frente a ella.
-toma, cómelo antes de ir a clase, iré con Nao y Mikoto para terminar los últimos detalles del diseño-dije mientras esperaba a que ella se moviera de mi hombro, sentía que si me quedaba un segundo más junto a ella mis defensas contra su encantador aroma caerían.
-Shizuru?-pregunte extrañada al no recibir respuesta de su parte.
-umm…. No puedes quedarte un poco más?-preguntó en un susurro.
Era injusto, ella sabía que no podía negarme a sus caprichos, suspirando me acomodé mejor en el asiento Nao y Mikoto tendrían que esperarme un poco más.
-Okini, Natsuki…-me agradeció relajándose a mi lado, luego de unos minutos sentí todo su peso en mi costado, era enserio? La gran Shizuru Fujino, se había quedado dormida?, en un lugar público y a plena luz del día?, Wao su agotamiento debía ser demasiado.
Si por mí fuera la hubiese dejado dormir cuanto quisiera allí mismo, sin moverme ni una pulgada, pero debía ir urgentemente a encontrarme con esas tontas, de lo contrario estaríamos en problemas, así con todo el dolor en mi alma, me moví suavemente haciendo lo imposible para no despertarla, tome mi mochila y luego a ella en brazos, por suerte estaba tan agotada que solo se acurruco mejor en mis brazos sin despertar, aliviada, caminé hacia la enfermería, allí Youko le dejaría descansar cuanto necesitara.
A paso tranquilo caminé por los pasillos siendo el obvio centro de atención, no todos los días podías ver a la gran Shizuru Fujino durmiendo como si no hubiese un mañana en brazos de quien según Nao era la persona más gruñona y fría de toda la academia, con un ligero sonrojo avance lo más rápido que pude sin descuidar mi valiosa carga dando con la enfermería en minutos, al ingresar se hallaba vacía así que intenté depositarla en la camilla más cómoda que encontré, pero ella se aferraba a mi chaqueta sin dejarme ir, así que con un suspiro, lentamente y con toda la paciencia que para ella tenía, la cual era infinita al parecer, me despojé de mi preciada prenda logrando así por fin posar a Shizuru en la camilla una vez lograda la Azaña, observe como se aferraba a mi chaqueta y dormía de manera placida con una dulce sonrisa.
Se veía tan bonita… A estas alturas ya era inútil negar lo obvio, estaba perdidamente enamorada de la chica frente a mí, lo que había empezado con una tonta atracción se había convertido en aquello a lo que tanto temía "Amor", había sido una tonta, al saberme enamorada de su cuerpo, baje la guardia ante la tonta idea de que posiblemente nunca me la volviera a topar, y heme aquí después de años juntas en esta academia, conociéndola poco a poco pasito a pasito, me descubrí tontamente enamorada de esa hermosa forma de ser y pensar que tenía, allí es donde me supe perdida y sin salida, había caído mi corazón en la telaraña de sus encantos, suspire nuevamente, siempre que ella estaba junto a mí, se me hacía imposible no suspirar como la idiota enamorada que era.
Mientras la veía allí tan bella… tan grácil… pensé en como nunca tendría un oportunidad con ella, tan perfecta y hermosa que lo tenía todo en esta vida!, nunca se fijaría en una don nadie como yo… ya suficiente suerte había tenido como para que ella hubiese decidido ser mi amiga, no podía pedir más que eso, no tenía derecho a pedir más que eso.
Si solo yo fuera mucho y ella muy poco, quizás lo intentaría, si ella fuera muy poco y yo lo poco que soy, lo intentaría también, pero como ella es mucho y yo tan poco… jamás tendría oportunidad alguna.
Agh… mi padre tenía razón enamorarse era como darle un revolver cargado y esperar que no apretará el gatillo haciéndome el corazón añicos… corazón, maldito traidor como te atrevías a revelarte contra la obviedad de la razón, que acaso no te diste cuenta de que cuando ella nos presente a la pareja que elija en el futuro, será cuando presione el gatillo y a quema ropa nos perfore?, maldito masoquista me resultaste.
Mientras reñía con mis sentimientos dentro de mi cabeza, mi celular vibro anunciándome la llegada de un mensaje de Nao donde me pedía entre palabras no muy aptas para el público, que me apresurara.
Así que guardando mi teléfono, le di una última mirada mientras me levantaba del banquillo donde me encontraba.
Entonces una idea atacó mi mente, al principio me negué a ella, pero entre el corazón y la razón nuevamente gano aquel maldito traidor, así que aprovechando que parecía que nadie vendría en un rato, me incline a su lado, con delicadeza, aparte el castaño cabello esparcido en su frente.
"Ah… es tan bonita…" pensé y lentamente me acerque a aquellos rosáceos labios que parecían atraerme como abeja a la miel, cuando ya me encontraba a escasos centímetros de mi meta, un leve movimiento en ella me alarmó, pensando que la había despertado me aleje asustada, pero por suerte, parecía ser solo una reacción del sueño que debía estar teniendo.
Aliviada, me decidí a alejarme, por culpa de un tonto capricho casi había hecho algo de lo que luego me arrepentiría, prefería quedarme como amiga por el resto de mi tonta vida guardar estos sentimientos en lo más profundo de mi, a que ella se alejara de mi o me odiara.
Si quería permanecer a su lado, entonces debía guardar este sentimiento en lo más profundo de mi corazón y permanecer simplemente como su "amiga", aun si cada día me torturara un poco más el innegable amor que por ella sentía prefiero una vida a su lado aun si no es en el lugar que anhelo, a el eterno sufrimiento que para mí significaría el odio que pudieran reflejar a mi causa sus lindos ojos.
Así que con un nuevo suspiro, la arpía con la sabana a su lado y la chaqueta, todas las formas era imposible recuperarla, me daba la vuelta y me enviaba el libro con Nao y Mikoto, el diseño y la mantendría distraída de estos sentimientos que me agobiaban ...
Mientras un paso rápido la peli azul se alejaba, una joven castaña abría sus ojos, susurrando una sola palabra.
-Cobarde ... - mientras entre brazos brazos estrujaba aquella prenda en la que perduraban la fragancia y la calidez de aquella torpe chica.
