Un cuento de hadas
Érase una vez una hermosa princesa de cabellos azules y ojos perlados que fue secuestrada por una malvada bruja en su guarida llena de sus malvados súbitos. La hechizo haciéndole perder la fluidez del habla dejándola tartamuda. Sus fieles hadas madrinas habían llegado a su rescate y la ayudaron a escapar, pero tuvo que separarse de ellas y aventurarse sola a un bosque encantado.
La joven princesa caminaba temerosa entre esa oscuridad. De repente las ramas, como manos sosteniéndola, la retenían e impedían llegar a su castillo. Un enano muy mal encarado apareció de la nada gruñéndole y agarrándola por el brazo. La joven se soltó y quiso escapar, pero otra bruja la detuvo. No era nada agradable, parecía enojada porque había atrevido a entrar en su bosque encantado. Salió corriendo con prisa, pero tropezó y cayó. Cuando volteo a ver, esas personas extrañas avanzaban hacia ella y parecían querer matarla. Se sentía perdida.
De repente un caballero valiente salió de la nada, parándose enfrente de ella, protegiéndola. Solo pudo notar su apuesta espalda y sus cabellos rubios. El apuesto caballero amenazó a todos aquellos que querían lastimar a la damisela. Después ahuyentarlos, volteo hacia ella y se arrodillo para preguntarle cómo estaba. Al saber que se encontraba bien, se paró muy gallardo y le extendió la mano para ayudarla a levantarse. Al ver que estaba lastimada de su tobillo la tomó entre sus brazos y la llevó al castillo. Al despedirse de ella hizo una reverencia y le dijo que jamás se había enamorado tanto de alguien, que era amor a primera vista. No dejaba de hablar de su belleza y de unir sus vidas con ella por siempre. El apuesto joven se despidió y se fue en su caballo blanco.
Al día siguiente la princesa perla tenía que ir al castillo de un príncipe, pero ella ya estaba enamorada de aquel caballero que la había salvado. Lo que no sabía es que aquel príncipe era el mismo rubio que la había salvado. Al verla, el caballero le sonrió, llevaba puesto un hermoso traje blanco. Después de decirles varias cosas a sus hombres de confianza y de pasear por todo el castillo junto a ella, el joven príncipe la llevó a una hermosa sala en donde había un buffet de manjares. El príncipe se exclamó con voz suave:
-Princesa…dime… ¿cómo hiciste para que se te quitara la resaca tan rápido?
-¿Huh? - La sonrisa de Hinata se borró de golpe y en su cara solo podía leerse confusión. El rubio repitió.
- Que como has hecho para que se te quite tan rápido la resaca... Ayer estabas igual de borracha que yo...
Hinata bajó los hombros derrotada. Tenía la mala costumbre de embellecer las cosas un poco demasiado, pero había veces en que simplemente era imposible seguir soñando.
La chica clavó su mirada en los ojos azules del rubio y suspiro, no podía seguir mintiéndose a ella misma, tenía que ver la cruda realidad.
...
Regresemos todo como cinta de video acelerado a la noche anterior de la chica:
Hinata se despidió de sus amigas. Desgraciadamente, tenía que tomar un rumbo diferente ya que ninguna vivía por su casa. Ya eran las 11h35. Su padre le había dejado bien claro que tenía que llegar a casa a las 12, si no, no le volvería a dar permiso de salir con ellas.
En el antro se había encontrado una pelirosa muy desagradable. Una verdadera bruja. Hinata nunca buscaba problemas, siempre había sido muy tímida. De niña, tartamudeaba mucho pero con el paso del tiempo había logrado controlarlo. Ahora, solo tartamudeaba cuando estaba demasiado nerviosa o demasiado enojada. Y esa noche esa pelirosa la había dejado en ridículo en frente de todos en la entrada del antro y la había echado a perder su velada.
Sin querer la joven había tropezado con ella y esa bruja la había empujado e insultado. La peliazul intentó defenderse, pero estaba tan molesta que tartamudeo impidiéndole decir cualquier cosa coherente haciendo que la otra se burlara aún más de ella. Al final, sus mejores amigas, Ino y Tenten, tuvieron que defenderla y después de gritarle e insultarle hasta el cansancio a esa loca histérica se llevaron a Hinata a sentar. Aunque intentó olvidar el incidente, no pudo divertirse en toda la noche.
Ino, Tenten y ella eran amigas de infancia. Cuando entraron a la Universidad, se mudaron a un departamento juntas, pero Hinata había regresado a casa de su padre poco después de haber empezado la Universidad y ellas tomaron otro departamento más chico. Desgraciadamente quedaban en polos opuestos. Después de despedirse, Hinata miró su reloj. ¡Era tardísimo! Su padre seguro se iba a infartar si llegaba demasiado tarde. A pesar de ser mayor de edad, él se preocupaba demasiado por ella, por más que había intentado convencerle que estaría bien, simplemente no entendía y ya que vivía en su casa prefería apegarse a sus reglas, aunque de todas formas no le gustaba hacerle preocupar. La joven tenía que dar una gran vuelta para evitar un barrio de mala muerte que estaba entre el centro y la colonia donde ella vivía. Estaba lleno de cantinas, borrachos y mujeres de la vida galante, pero solo tenía dos opciones: O contornaba ese barrio y llegaba muy tarde, haciendo que su padre le impidiera salir por el resto de su vida o se aventuraba en aquella calle oscura con semblante de bosque encantado y ganaba tiempo suficiente para que su padre no se preocupara, así no le armaría ningún escándalo y podría seguir saliendo con sus amigas sin problemas. Después de todo, quería tener una vida normal, como cualquier chica de su edad.
Respiró profundo para armarse de valor, la primera opción no era viable. No a su edad. Era bastante tonto decirle a la gente que no podía salir porque su padre no le daba permiso. Además no podía perder la confianza que él había depositado en ella después de tanto tiempo, le había costado mucho trabajo ganársela. Empezó a caminar, uno que otro borracho le extendía la mano para pedirle dinero. Uno de ellos, incluso, se abalanzó sobre ella atrapándola del brazo. Espantada intentó correr, pero una mujer, con un vestido muy provocativo y maquillaje exagerado, la detuvo.
-¡Oye chica esta calle es mía, así que vete a trabajar a otro lado!
Hinata salió corriendo, pero su tacón se quebró y cayó, lastimándose el tobillo. Se sentó y vio como el borrachito y la mujer venían hacia ella. Su corazón empezó a latir rápidamente, esto no iba nada bien…estaba a punto de entrar en pánico, no le había dado un ataque desde hacía mucho tiempo, cuando de repente un cantinero saco a patadas a un rubio que estaba completamente borracho. El chico gritaba e insultaba a todos los que veía.
-¡Hijos de **********! ¿Acaso quieren pelear? ¿He? ¡Vengan y verán cómo les parto su ****! ¡Montoneros!
- ¡Deberías agradecer que no mandó a traer a la policía, ni siquiera traes dinero para pagarme todo lo que te has bebido esta noche! ¡Mejor lárgate antes de que me arrepienta!
-¡Claro que tengo dinero! Muuuucho diinero... ¡Mucho!..- el rubio perdió el equilibrio y tropezó cayendo enfrente de la joven que estaba sentada en el suelo sobándose el tobillo.
-¿Aaah?… ¿ti también te han sacado a patadas del bar? – preguntó divertido.
La chica lo miró sin decir nada, parecía estar en otro mundo.
- A veces no alcanza el dinero para seguir ahogando nuestras penas… ¿No crees? Ven vámonos a otro lado donde ¡SI ACEPTEN CARTAS DE CRÉDITO! – esto último lo grito a todo pulmón, para que el cantinero lo escuchara. El rubio se paró ayudándose de la chica que estaba en el suelo y ella se levantó ayudándose del borracho para no tener que apoyar demasiado su pie que aún le dolía.
Por suerte, el bar al que según se dirigía aquel chico alcoholizado era más o menos rumbo a su casa. Hinata aprovechó la oportunidad, solo lo desviaría un poquitito, no se daría ni cuenta de lo borracho que estaba y así por lo menos le serviría de compañía para llegar a salvo a su casa. Esa noche ya había tenido más que suficiente. Tuvo que soportar una loca histérica en el antro, a un borracho que la perseguía pidiéndole dinero y una prostituta peleando su calle con ella... no definitivamente, era más de lo que podían soportar sus nervios.
Durante todo el camino el rubio solo repetía:
- Es una desgraciada, dejarme HOY, justamente HOY…. Eso no se hace… eso no se hace… ¿no crees? ¿Por qué? … ¿Dime porque? Si yo la amo... la amo… con todo mi corazón… Jamás me había enamorado así, deberás… deberítas... es la mujer más hermosa que he visto… la más hermosa…
Al llegar a su casa Hinata suspiro, tuvo que aguantar los lamentos de un pobre borracho despechado, pero por lo menos pudo pasar la calle aterradora sin ningún otro contratiempo y llegar a salvo. Lo mejor del caso, aún no eran las 12.
Hinata subió las escaleras de su casa, pero antes de entrar, volteo a ver al rubio. La miraba con sus ojos triste color azul cielo y no pudo sentirse mal por él. El chico se tapó la boca, era claro que quería vomitar.
-¡no aquí no! –grito la peliazul, pero era demasiado tarde, rodó los ojos, no quería pensar en el escándalo que su padre le armaría al día siguiente. La joven pensó en llamar un taxi, pero como por arte de magia, paso uno justo en ese momento. El carro era blanco, se detuvo en cuanto el rubio le hizo la parada.
Hinata se levantó al día siguiente un poco cansada, lo único bueno de no tomar alcohol era que al día siguiente no tenía que soportar el dolor de cabeza, ni las náuseas. Se vistió y se fue. Ese día empezaría su servicio social en el hospital. Pronto se recibiría de doctora, siempre había sido su sueño y ahora, a pesar de todo lo que había tenido que pasar, lo había logrado. Tenía que demostrar que era buena en lo que hacía, se recibiría al fin y con suerte podría quedarse trabajando ahí.
Al llegar al hospital les presentaron a los doctores que tendría como supervisores, cuál fue su sorpresa cuando vio que uno de los tutores era el borracho de la noche anterior. El rubio no dejaba de cuchichear con otro de ellos y volteaba a verla con una sonrisa de lado mientras la miraba de reojo. Después de enseñarles todo el hospital, llegó la hora del almuerzo y el doctor se acercó a ella, invitándola a la cafetería del hospital. En la fila, para comprar el almuerzo, el joven doctor empezó hablar.
-Oye ¿eres la chica de anoche anterior cierto?…dime ¿cómo hiciste para que se te quitara la resaca tan rápido?
-¿Huh? – Hinata salió de su mundo de fantasía en ese momento y por eso la confusión en su cara.
Naruto le volvió a repetir lo que había dicho, definitivamente esa chica parecía vivir en otro planeta. Después de un momento, la joven empezó a servirse varias cosas de la cafetería, huevos fritos, tocino, pan, café…
-Vaya tiene buen apetito- pensó Naruto. La joven suspiro.
-No importa cuánto lo intente, los sapos no se pueden convertir en príncipes – dijo volteando a ver al rubio.
Naruto no tenía ganas de discutir con mujeres en ese momento, ni tenía la más mínima intención de entenderlas tampoco, nunca más se preocuparía por hacerlo, no sería más el chico bueno….eso se había acabado para él.
...
Ahora, regresemos todo, una vez más, como cinta de video acelerado a la noche anterior del chico:
Naruto había pasado días planeando esa noche. Al fin, le demostraría a Sakura cuánto le importaba. Llevaban mucho tiempo siendo novios y él estaba completamente enamorado. Era hermosa y de carácter fuerte. Esa mujer realmente lo traía loquito. Aunque parecía bastante cliché, reservo con anticipación el restaurant más caro de la ciudad que estaba situado en la mejor zona y había todo tipo de antros, bares, restaurantes, cine, museos, paneles gigantesco que pasaban publicidades como gigantescas televisiones y de actores de la calle, de esos que hacen mimos y músicos callejeros.
Se había vestido como a ella le gustaba, con traje y zapatos de vestir de colores neutros, ya que a su amada no le gustaban los colores demasiado llamativos, menos el naranja, ella realmente odiaba el naranja. Hasta le había hecho tirar su chamarra favorita, porque era de ese color. El rubio había comprado flores, chocolates, un hermoso y costoso anillo de compromiso… ¡Sí! Era bastante cliché, pero era lo que se hacía en San Valentín por una persona especial y más si ese día había decidido pedirle matrimonio. Ya habían hablado del tema, parecía interesada, pero nunca fijaban ninguna fecha.
Llegó primero al restaurante y espero. Su novia llegó bastante tarde, tenía una cabellera rosa y unos ojos verdes jade hermosos que lo hacían trastornar. Al verla llegar, la mirada de Naruto se iluminó, estaba nervioso, se paró para besarla, pero ella lo detuvo con la mano.
-Tenemos que hablar – dijo secamente.
-Euh... si claro… - La ayudo a sentarse como hacen los caballeros y después se sentó en frente de ella, se veía bastante seria, se preocupó.
-Escucha Naruto, sabes que no me gusta darle vueltas a las cosas, así que lo diré de una vez, conocí a un chico hace unas semanas y nos hemos estado viendo. Me he enamorado de él desde la primera vez que lo vi… hoy me pidió ser su novia y acepte… lo siento, pero… todo terminó entre nosotros - Sin más, la pelirosa se paró y se fue sin ni siquiera voltear a ver hacia atrás, dejando al pobre rubio pasmado.
Naruto intentaba procesar lo que acaba de escuchar… Se paró y salió del restaurante como energúmeno, vio a aquella pelirosa dirigirse a uno de los antros más IN de la cuidad, abrazada a un chico de cabello negro. Vio rojo y se dirigió hasta allí.
-¡Eres una desgraciada! ¿Me cortas el día de San Valentín? ¿A quién demonios se le ocurre hacer eso? ¿Hubieras podido cortarme cualquier otro día, pero decidiste hacerlo hoy? ¿Para qué? ¿Para que no se me olvide nunca la fecha en que me hiciste el hombre más desgraciado? ¡Después de que hemos sido novios por más de dos años simplemente llegas y me dices que conociste a otro y que se acabó todo entre nosotros! Eres una ****** – el rubio gritaba de hasta lo que se iba a morir en frente de toda la gente que lo miraba, a él con cara de lastima y a ella como si fuera la peor de las mujeres. Naruto podía ver como Sakura iba enojándose y entre más la veía enfadar más le gritaba, pero la pelirosa optó por ignorarlo y se metió al antro. El rubio vio como una chica tropezó con ella en la entrada y recibió todo el veneno que llevaba en ese momento por la rabia que él mismo le había causado a su reciente ex novia.
-¡JA! ¡Por lo menos hoy te la pasarás igual de mal yo! – grito antes de dirigirse fuera de esa zona.
Llegó a un barrio de mala muerte y entró a una de las cantinas. El, normalmente no tomaba, porque odiaba tener resaca, pero ese día solo quería olvidar lo ocurrido. Por lo que se puso a beber…y a beber…y a beber… ya no sabía muy bien qué horas eran. El cantinero le dijo que mejor se fuera a su casa, que ya estaba demasiado pasado de copas. Él era necio y borracho lo era aún más. Se puso a discutir con el cantinero que terminó por pedirle que le pagara los tragos y se largara, desgraciadamente, Naruto no tenía suficiente dinero en la cartera para saldar la cuenta por lo que el cantinero enojado lo saco a patadas.
Definitivamente no era su día. Después de insultar a medio mundo, tropezó y cayó enfrente de una chica que seguramente estaba igual de borracha que él, ya que estaba botada en el piso. Después de convencerla de seguir la fiesta en otro lado en donde aceptaran cartas de crédito se alejaron de ese lugar, aunque la chica de ojos perla parecía tener otra cosa en mente.
-Por aquí no es… es por allá, no seas necia – decía Naruto señalándole el camino a seguir para ir al bar que tenía en mente.
-No, es por aquí… - repetía amablemente la otra.
Naruto la miró, tenía buenas curvas, empezó a reírse interiormente y decidió seguirla, tenía razón su abuela, jalaban más un par de tetas que dos bueyes.
Llegaron a una casa, el chico iba de tras de ella como perrito faldero, pero sintió ganas de vomitar. Eso no lo hacía ver nada bien y esa chica seguía sonriéndole amablemente, no podía descifrar exactamente lo que estaba pensando… era bastante rara… que tal que era una loca psicópata, por suerte un taxi pasó y Naruto decidió retirarse.
Al día siguiente, despertó con tremendo dolor de cabeza, sed y parecía que le habían dado una paliza. Se apuró, no podía llegar tarde al trabajo, tenía que atender a los nuevos. Había perdido en One Ten Pon contra su colega y mejor amigo, así que él tendría que hacerse cargo de ellos esa mañana y enseñarles el hospital.
-¿Por qué no me hablaste? – Le pregunto su amigo.
-Ah no tenía ganas de hablar con nadie…
-No entiendo… Sakura parecía estar enamorada de ti… ¿cómo pudo?
-¡Pudo!….. bofff….da igual. Lo único que me interesa ahora es quitarme la resaca que me está matando…te juro que no vuelvo a tomar… ¡nunca más! ¡y menos por una mujer!… se acabó el chico amable, seré de ahora en adelante un desgraciado con todas… no volveré a enamorarme ¡deveras!… deveritas que nunca más le daré mi corazón a nadie. – Naruto noto a la chica que intentaba esconderse detrás de los demás y sonrió de lado.
-¿Qué sucede?– preguntó su amigo.
-Esa chica… es la de ayer… la borracha que te dije que me encontré. – su amigo volteo a verla.
-¿Estás seguro? No parece estar mal por la resaca como tu…
-Si es ella, sabes que yo no me olvido de nada, aunque esté borracho siempre recuerdo todo…
-Si aunque sueles distorsionar los recuerdos…
-mmm a medio día le preguntaré que tomo para no sentirse tan fatal hoy en la mañana….- y así lo hizo, llevó a la chica de ojos perla a la cafetería del hospital tal como lo planeo.
-Oye, eres la chica de anoche… ¿dime como hiciste para que se te quitara la resaca tan rápido?
-¿Huh? – al ver que no parecía entender lo que decía, repitió su pregunta y le contesto con algo completamente absurdo.
-Bueno, en realidad no me interesa convertir a ningún sapo en príncipe, me conformo con que me digas como quitarme la resaca y quedar tan fresco como tu…
-Doctor… mmm - Hinata volteo a ver el nombre que traía puesto en su blusa blanca – Uzumaki. Yo no estaba borracha ayer y no tuve ninguna resaca esta mañana…
-Vamos, no le diré a nadie que te encontré tirada en el piso – dijo Naruto con una sonrisa maliciosa.
-Q-Que no estaba b-borracha! – Contestó molesta, respiro profundamente para poder continuar– pero si lo que quiere es quitarse la resaca… tome – extendió la charola con todo lo que había agarrado en la cafetería – ¡Coma un buen desayuno y tómese un gran café negro Doctor Uzumaki! ¡Algo tan simple y no lo sabe! ¿Qué clase de Doctor es?
Naruto tomo la charola y vio como la chica de ojos perla se fue, parecía realmente molesta.
- pff! Tonta - pensó.
...
Naruto cumplió su palabra, era un desgraciado mujeriego y no se tomaba nada en serio. A pesar de que todas en el hospital sabían que solo era un jugador, no faltaba quien le hiciera caso. Era joven, guapo, fuerte y encantador.
-Hola Hina-chan, sabes…hoy me levante con ganas de ver tus hermosos ojos perla… nunca había visto unos ojos tan hermosos, realmente son únicos – Hinata no pudo impedirse sonrojar levemente.
- g-gracias…- tartamudeo.
-¡Hinata! puedes venir por favor – interrumpió el amigo de Naruto, la chica aprovechó para escaparse del chico de ojos azul cielo.
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A la hora del almuerzo, Ino la esperaba en la cafetería, las dos habían estudiado medicina, pero querían especializarse en cosas diferente. Hinata quería ser pediatra y ella quería ser cardióloga. Naruto vio a la hermosa rubia y se acercó a ella.
-Hola preciosa, no pude dejar de ver tus hermosos ojos color zafiro, sabes nunca he visto unos tan hermosos como los tuyos… - Ino le sonreía coqueta, sabía la reputación de Naruto, pero eso no le impedía jugar un rato, Hinata estaba parada atrás de él y no se había perdido ni una sola palabra de la conversación.
-Con permiso… pero tendré que llevarme a la chica de ojos zafiro…- dijo intentando no dejarle ver que estaba molesta por toda la sarta de estupideces que podía decir al minuto para ligarse a una chica. Jalo a su amiga.
-¡No te enojes conmigo chica perla! No es mi culpa que tengas amigas tan guapas…además tengo suficiente amor para todas – dijo Naruto burlándose.
-¿Enojada? ¡No eres tan importante idiota chico azul! – Y le guiño el ojo antes de voltearse y desaparecer.
-Pff tonta – pensó.
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Después de unos meses se volvió costumbre. Naruto la llamaba la tonta chica perla, y ella, el idiota chico azul. De vez en cuando escuchaba llorar a una que otra enfermera que había caído en sus redes de seductor incorregible. Era realmente un imbécil jugador, y eso la hacía enfadar. Se creía el dueño del mundo, rompiéndoles el corazón a todas las chicas con las que salía, era un desalmado y no había vuelta de hoja.
Ese día Hinata había tenido que consolar a una pobre secretaria que estaba llorando sola en el baño. El estúpido de Naruto solo la había usado y al cabo de unos días la había dejado plantada para ahora mandarle un mensaje diciéndole que ya se había aburrido de ella.
Hinata llegó molesta a la oficina del mejor amigo del blondo, él era completamente lo opuesto al idiota chico azul, era simpático y amable. Muy respetuoso con todas las mujeres con las que trabaja y jamás, jamás hacía nada indebido. Realmente era un buen hombre y ella estaba contenta de poder tenerlo cerca. Siempre se sentía tan orgullosa cuando escuchaba a las chicas hablando de él como el hombre perfecto que era y sonreía feliz. Ojala un día alguien como él se enamorara de ella, sería sin duda su príncipe azul.
-¡Tu amigo es un imbécil! – gritó Hinata al entrar a su oficina, parándose en frente de su escritorio, el doctor levantó los ojos de la pantalla de su computadora.
-No es tan malo… él realmente ha sufrido mucho, no deberías de juzgarlo sin saber... – Naruto llego justo en ese momento y nalgueo a Hinata haciéndola sonrojar hasta las orejas para después sentarse en el sillón que tenía su amigo en la oficina y reír como idiota al verla tan roja.
-¡Olvida lo que te dije! ¡Es un verdadero imbécil!
-¡Olvidado! – contestó y se despidió de él. Salió de ahí apresurada antes de que le ganaran las ganas que tenía de estrellar lo primero que le caería en las manos en la cabeza al idiota rubio.
Neji se giró hacia su mejor amigo.
– Naruto, no te metas con ella – dijo serio viéndolo a los ojos y después regreso su mirada a su computadora para seguir sus reportes, el blondo solo rió sin humor.
- ¡No lo puedo creer!… ¿te gusta la tonta chica perla? - Su amigo apartó de nuevo la mirada de su pantalla para verlo nuevamente sin entender porque había llegado a esa conclusión.
-¿Habría un problema si me gustara? – replicó.
-No, no, claro que no…
-A mí me parece una buena chica, es guapa, inteligente, sencilla, amable…
-Vale, vale… no me meteré con ella si te gusta tanto…
-Gracias. – dijo el moreno regresando a su computadora para seguir escribiendo. De repente se paró de un salto y salió de la oficina, el rubio no despego la mirada de su amigo, ni perdió detalle de sus movimientos.
-Hina! ¿Quieres que vayamos al cine mañana? Hay una peli que quiero ver… - dijo el moreno sonriendo con cara de tonto.
-¡Sii! – contestó ella, seguramente sonriendo, Naruto lo supo por el tono de su voz.
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Naruto se le pegó a su mejor amigo esa tarde con el pretexto que él también quería ver esa película desde hacía mucho tiempo y no tenía con quien ir. Neji no estaba seguro si era esa realmente la razón o si era porque justo ese día se cumplía un año de que Sakura lo había dejado. Los jóvenes doctores pasaron por ella a casa.
Al salir, Neji se acercó a la resplandeciente chica y le dio un beso en mejilla. Naruto no sabía que eran tan íntimos, su amigo nunca se fijaba en las mujeres, lo único que le interesaba era su trabajo, era un excelente médico, pero muy malo en relaciones interpersonales. Era raro verlo tan apegado con una mujer.
-Va hacer frio en la noche, deberías de ponerte un suéter…- dijo tiernamente el moreno.
-¿Tú crees?- Hinata regresó por un suéter, su padre salió tras de ella.
- Le dije que se llevará un sueter pero no me hacía caso… - Hinata rodó los ojos - Neji por favor cuida bien de ella.
- Claro Hiashi-san!- contestó el moreno.
¡WOW! Naruto no podía creer que su amigo ya conociera al padre de la tonta chica perla…. ¿Tan serio era el asunto?
Neji tenía razón, era bastante sencilla, llevaba puesto un jeans y una playera que moldeaba su figura, pero no demasiado, tampoco tenía maquillaje exagerado y había regresado a ponerse un suéter que al parecer no había tomado mucho tiempo en escoger ya que era un suéter naranja deslavado, pero que se veía bastante cómodo, y a pesar de todo, se veía bastante bien.
Hinata subió al carro al lado de Neji dejando a Naruto en la parte de atrás.
-Vamos, no sean así, parezco su chaperón… ¡chicos! Déjenme ir adelante… – se quejaba el rubio, pero ella solo reía.
Al llegar al cine, después de comprar los boletos y sus palomitas, se sentaron en la sala, Hinata reconoció la voz de la odiosa pelirosa de un año atrás.
-¡Es ella! ¡Es esa Neji! La que te conté… esa pelirosa desgraciada que me insulto en el antro el año pasado…- dijo Hinata haciéndole ojos de odio.
El moreno volteo a ver a la chica, el rubio había escuchado todo y también volteo a ver. Neji intentó cambiar la conversación, pero era demasiado tarde, su amigo ya había visto aquella chica que le había roto el corazón un año antes. La pelirosa estaba acompañada por el mismo azabache. Naruto perdió su sonrisa y su buen humor de golpe, se hundió en su silla y no se movió hasta que terminó la película. Salió de ahí como si lo estuvieran correteando, iba tan cabreado que quería matar a cualquiera que se le atravesara, por suerte nadie lo hizo.
A pesar de ser un idiota, Hinata sabía que esa no era la forma en la que el rubio bobo se comportaba usualmente.
-Que pasa Neji?
-La pelirosa…Es su ex novia…recuerdas lo que me contaste de como conociste a Naruto?… bueno ese día… ella termino con él porque se había enamorado de otro…y por eso Naruto se emborrachó…
-Oohh… ya veo… pero…ese día… ¡era San Valentín! ¿Lo dejó el día de San Valentín?
-Si… el realmente estaba enamorado de ella, había planeado una noche estupenda, pero ella llego y le dijo que se había enamorado de otro, que se había acabado todo entre ellos y sin más se fue… sabes él no era así… era un buen chico… creo que en realidad está sufriendo y que aún no supera lo que pasó esa noche…
Hinata no podía impedir sentirse mal por él. Ser dejado el día de los enamorados, era algo realmente cruel, ni la más malvada bruja hubiera hecho algo así… Hinata sintió como la rabia iba subiendo en ella mientras caminaban hacia la salida y escuchaba los detalles de la noche de Naruto.
El rubio los estaba esperando en la entrada del cine, la pelirosa iba con su novio, Hinata se dio cuenta que llevaba un anillo en su dedo…ay no si ella le decía que estaba comprometida con ese chico… seguro le partiría el corazón una vez más al idiota chico azul…No, ella no podía permitir semejante atrocidad, esta vez, no sería la princesa a la que vendrían a rescatar. Esta vez, y solo por ese día, se pondría la armadura y sería un valiente caballero, Hinata se alejó de Neji, apresurandose a la salida.
-¡Naruto!? – dijo la pelirosa al verlo parado en la entrada del cine, la chica tenía una gran sonrisa, mientras que el aun seguía sufriendo por ella.
-¡Un milagro! Necesito un milagro que me salve de esta humillación…- rogaba el rubio en su interior.
-¡Amor! ¡Te estaba buscando! - dijo una chica melosa y sonriente. Al mismo tiempo le planto un beso suave y delicado en sus labios, beso al cual Naruto correspondió de la misma manera, aunque estaba totalmente atolondrado por ese repentino y delicioso beso.
La pelirosa vio a su ex y a la chica que estaba prendida de él. El rubio volteo a verla.
-¡Sakura! Hola … ¿que tal?
-Es tú…- Hinata la corto.
-Soy su novia, llevamos justamente un año juntos… ¡fue bastante gracioso, tropezamos esa noche y fue amor a primera vista!
-¿De verdad? – cuestionó la pelirosa un poco incrédula.
-Sí ¿acaso no es romántico? Conocer al amor de tu vida el día de San Valentín…creo que tenemos la historia más romántica del mundo, por lo tanto este día es el más hermoso de nuestras vidas. Y lo mejor del caso – dijo emocionada la joven doctora enseñando su mano izquierda - ¡me acaba de pedir matrimonio! – Hinata llevaba un anillo que ciertamente parecía un anillo de compromiso en su dedo anular y lo mostró con tanto orgullo y emoción que si hubiera sido nominada, se hubiese llevado el Oscar de mejor actriz.
El azabache se veía muy serio, apresuró a Sakura que se despidió rápidamente antes de que la dejará abandonada. No parecía ser muy caballeroso con ella. Naruto volteo a ver a su amigo que había visto toda la escena y los miraba atónico.
- ¡Oh no, Neji! ¡No pienses mal! ¡No era un verdadero beso! - El moreno pasó al lado de ellos sin hablar, se dirigió rápidamente al estacionamiento enojado.
- ¡Hinata! ¡No debiste hacer eso!…- regaño Naruto.
-¡Solo! ¡Da las gracias idiota chico azul! – dijo Hinata molesta, lo venía de salvar de la más grande humillación de su vida y él ni siquiera le daba las gracias.
-¡No! ¡Digo sí!… Sí te estoy agradecido, pero…no quiero romperle el corazón a Neji… él es mi mejor amigo… ¿porque lo hiciste? – La culpabilidad lo carcomía - ¿Que no sabes que Neji se preocupa siempre por ti porque te ama? – La chica bufo.
-Ya veo, no te ha dicho nada. Sí sé muy bien que Neji me ama y yo lo adoro…pero tú necesitabas que alguien te rescatara y no podía ignorar a un damiselo en apuros…- dijo en tono burlón - y menos si este damiselo es el mejor amigo de mi muy, muy amado hermano mayor… - Hinata se alejó de Naruto y siguió a Neji al estacionamiento.
-¿Huh? ¿Tu hermano mayor? Pero ni siquiera tienen el mismo apellido…
Así es, Neji era el hermano mayor de Hinata y sentía por él la más grande admiración. Contrariamente a ella que había tenido que esforzarse mucho para llegar a donde estaba, él era un genio. Neji, que siempre velaba por ella, había hablando con sus superiores para que hiciera su servicio en el hospital en donde trabajaba, nadie sabía de su parentesco ya que no tenían el mismo padre y por lo tanto, no tenían el mismo apellido.
El blondo llego al carro y se subió atrás refunfuñando.
-¿Son hermanos? – dijo Naruto al entrar.
-Si idiota… así que no te metas con mi hermana menor o te rompo la cara, aunque seas mi mejor amigo.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-No creí que fuera necesario.
-¿Ó sea que preferías que siguiera pensando que estabas interesado en ella?
-Si eso hacía que te alejaras de ella, sí.
-¡Ja!... no lo puedo creer…sí que me han visto la cara…
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Naruto cambió drásticamente su comportamiento con la chica perla, nada de nalgadas, nada de piropos, ni de comentarios desplazados. Respetaba demasiado a su amigo como para comportarse como un imbécil con su hermana menor, además…ella había sido su caballero valiente y lo había rescatado de quedar como imbécil en frente de Sakura.
Desde ese día, como si hubieran roto un hechizo, empezó a sentirse mejor, se había estado portando como idiota con todas las mujeres con las que salía, sabía que no podía hacer nada para reparar los daños que ya había causado y que sería difícil componer su reputación, pero Hinata había logrado deshacer el encantamiento de la malvada bruja de ojos jade y le estaba agradecido. Ya no sería más un horrible sapo.
-¿Porque siempre llevas ese anillo de compromiso? – Hinata miró su mano y se notó un destello de tristeza en sus ojos.
-No es un anillo de compromiso….- dijo simplemente – tengo que irme, tengo que pasar hacer revisión a los niños - Se alejó.
No importaba lo que dijera, él estaba seguro que ese era un anillo de compromiso. Naruto se dirigió a la oficina de su amigo. Tenía que saber que era ese anillo. ¿Acaso tenía novio? No, no era posible, se habían vuelto buenos amigos y jamás le hablaba de un novio.
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-¡Vamos Neji dime! – insistía el rubio.
El moreno seguía escribiendo en su computadora intentando ignorarlo, pero insistía tanto que no podía concentrarse.
-¡Aaah! ¿No me dejaras en paz cierto? - Naruto negó enérgicamente con la cabeza.
-Está bien… te lo diré… pero por favor no le digas que te conté… - Escuchó con atención cada palabra que pronunciaba su amigo. El moreno suspiro y trago duro para poder seguir hablando – bueno, ahora ya lo sabes todo…
Naruto pasó por pediatría y vio a Hinata sonriéndoles a los niños mientras jugaba con ellos, sintió un pinchazo en el corazón.
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-¿Te gustan mucho los niños cierto?
-¡De hecho me encantan los niños! Por eso mismo decidí especializarme en pediatría…
-ya veo… ¿y quieres tener hijos cuando te cases? – la chica perla lo miró fijamente y después de uno segundos sonrió.
-Claro… ¡quiero mínimo unos ocho hijos!
-¡Ocho! ¡Wow!… tendrá que ser un caballero muy, muy valiente, el que se case contigo – Hinata rió divertida.
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-Dime Hinata, ¿alguna vez te has enamorado?
-Hmm… pero… él no era el príncipe que pensaba…
-¿Qué sucedió?
-El…solo resultó ser… un sapo más del estanque…
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-¡Hinata deberías de rentar tu propio departamento!
-¿Porque haría algo tan tonto? Con mi padre no pago renta, además él siempre cuida de mí, al igual que mi hermano cuida de mí en el trabajo….
-¡Pero ya tienes 28 años! Podrías salir con tus amigas sin tener que pedir permiso, ni tener hora de entrada…
-Cierto, pero… me siento más segura así…
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-Hinata, ¿algunas vez ha pasado algo realmente malo?
Hinata volteo a ver al que ahora era uno de sus mejores amigos… sus ojos perla brillaron por la tristeza que los atravesó un instante, pero no se veían lágrimas.
-Si así fuera… para que recordarlo… no puedo cambiar nada…
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-Hinata ¿porque te gustan tanto los cuentos de hadas?
-Bueno siempre tienen un final feliz…hacen soñar y pensar que a pesar de todas las adversidades habrá algo realmente bueno para nosotros al final...
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Ya habían pasado tres años desde que Hinata lo había besado para salvarlo de la bruja de ojos jade. El rubio pasó buscándola a su casa, irían al cine en ese día del amor y la amistad. Ninguno de las dos tenía pareja y Neji, les había sorprendido haciéndose novio de nada más y nada que de su mejor amiga Tenten. A ella siempre le había gustado su hermano, pero él siempre la ignoraba. Hacían bella pareja, aunque ahora Neji tenía mucho menos tiempo para su mejor amigo y su hermana menor.
Por lo que en este San Valentín, por primera vez después de muchos años, Neji no saldría con su hermana, dejando a Naruto a cargo de su seguridad. El moreno siempre la acompañaba especialmente en ese día y si realmente le era imposible estar con ella esa noche, sabía que podía contar con Tenten e Ino para cuidar de ella, pero Ino también saldría con su novio Sai y Tenten, bueno, era su primer San Valentín juntos, quería hacer algo especial para ella… por lo que solo dejaba al tonto rubio disponible, a pesar de todo, sabía que podía confiar en él para cuidarla.
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-¡Bien! ¿Cual veremos hoy? – dijo Hinata muy animada, la chica perla siempre tenía ese exagerado buen humor en ese día. Naruto sabía la razón así que solo seguía el juego.
-Mmmm… esa del zombie enamorado se ve buena….- dijo el rubio.
-¡Si! ¡Tienes razón, veámosla!
Después de la película, los dos amigos se dirigieron a un restaurante que estaba cerca de ahí. Estaban platicando muy amenamente cuando llego la mesera.
-Están listo para… ¿Naruto? – volteo a ver a la mesera, que tenía una panza de embarazada de más o menos cinco meses.
-¡S-sakura!
-¡No puedo creerlo! – la pelirosa ignoro por completo a la acompañante del joven doctor dándole la espalda - Dime sería bueno que saliéramos uno de estos días…- coqueteo.
-Euuh…bien… pero ¿y tu novio?…- pregunto el blondo.
-¿Novio? ¿Hablas de ese imbécil chico malo? No, él ya pasó a la historia…me dejo en cuanto se enteró que estaba embarazada… ¡sabes! Realmente me gustaría que nos viéramos… he estado pensando mucho en ti, creo que extraño al chico amable y lindo…
- Pero… - Naruto volteo a ver su panza sin querer.
- Oh no te preocupes por esto… de todas formas… lo daré en adopción, no tengo la intención de echar a perder mi vida con un hijo a mi edad… ¡apenas tengo 30 años! ¡Esto solo sería un estorbo!
Hinata se levantó sin decir palabra con la cara sombría y salió del restaurante sin voltear hacia atrás. El blondo se levantó para seguirla, Sakura lo detuvo.
-Vamos… ¿no me digas que ya no recuerdas nada de lo nuestro?... – dijo seductora.
-Sakura - corto Naruto quitando la mano de la chica de su pecho – Lo siento, pero mi corazón ahora le pertenece a otra…y sabes, no deberías de decir cosas tan frías en frente de la gente. – El rubio salió del restaurante.
-¡Hinata! ¡Espera! ¿Te encuentras bien? – dijo al alcanzarla, la chica tenía lágrimas en los ojos, la estrecho en sus brazos.
-Naruto… lo siento, no debí salir así… hmm… deberías de regresar, seguro te estará esperando, quizás las cosas puedan resultar bien ahora entre ustedes…- decía la tonta chica perla.
-¿Regresar con Sakura?… ¿estás bromeando? No. No regresaría con ella por nada del mundo…además, yo me he enamorado de otra persona…
-¡Oh?!… ¿deberás?... ¡qué bien!…eso es… ¡fantástico!… espero que las cosas funcionen entre ustedes… – dijo girándose para irse, pero él la detuvo por el brazo.
– Tonta chica perla… ¿Acaso no te das cuenta?...Que eres tu…
Hinata volteo hacia él con sus ojos cristalinos – ¿y-yo? – él tomó su rostro entre sus manos.
-Sí, Tú.
-¡No seas tonto!… no puedes enamorarte de mí… yo…– la voz de Hinata se quebró, recuerdos dolorosos llegaron a su mente como un relámpago – yo… – Naruto la tomó en sus brazos y la abrazó con fuerza.
-No me importa… Neji me lo contó todo y no me importa… ¡Te amo!
-P-pero…
-Hinata…se lo doloroso que es este día para ti, pero tú no tuviste la culpa de nada de lo que paso y él fue un imbécil que no lo supo entender y ¡si no podemos tener hijos no me importa! Podemos adoptar… ¡10 si quieres! ¡O 12! No lo dicen en la película ¿que sale más barato por docena?...- una sonrisa leve apareció en su rostro empapado, esas palabras reconfortantes las había anhelado tanto de él, palabras que Kiba jamás pudo pronunciar a pesar de sus esfuerzos, ya que jamás había podido superar lo que le había pasado - Hinata…Solo quiero estar contigo y hacerte feliz.
Empezó a sollozar en los brazos del rubio antes de que él tomara una vez más su rostro y la besara dulcemente.
-Mama me dio este anillo después de lo que pasó aquella noche… yo ya no quería vivir, me sentía la más sucia de las mujeres, solo de recordar las manos de esos hombres sobre mi cuerpo…mi madre, aun estando muy enferma, se preocupaba y sufría más por mí que por ella…no quería dejarme sola, cuando me lo dio me dijo que su princesa…también tendría un final feliz.
Los ojos de Hinata se volvieron a llenar de lágrimas…pero Naruto la cubrió de dulces y delicados besos.
El rubio había estado planeando todo durante meses con la ayuda de Neji, Tenten e Ino. Quizás era cliché, pero ese tipo de cosas era lo que hacían los hombres por el amor de su vida.
...
Hinata llegó a la cita, él aun no llegaba. No era su costumbre llegar tarde. La chica esperaba en la esquina que la había citado en la zona IN de la cuidad. Su teléfono sonó y Naruto le pidió que lo disculpara que llegaría un poco tarde pero le prometía que sería la primera y última vez que la haría esperar.
-Diviértete echándole monedas a los actores de la calle – propuso para que su novia no se aburriera mientras esperaba.
-Tienes suerte de que Ino me diera todo su cambio hoy….- contesto, sin saber que él sonreía del otro lado del teléfono.
Hinata se acercó a una muchacha que llevaba un hermoso vestido, parecía una princesa, no se movía, una niña se aproximó y le echó una moneda y la princesa se movió con gracia y terminó su pose viendo a Hinata la cual decidió poner una moneda más para que la chica se volviera a mover. Le gustaban los mimos.
La joven mimo volvió a moverse con gracia y señaló uno de los paneles luminosos del centro. Hinata la miró extrañada, pero volteo a ver hacia donde señalaba…
ERASE UNA VEZ… UNA HERMOSA PRINCESA DE CABELLOS AZULES Y OJOS PERLA...
Hinata no estaba segura si era solo coincidencia, volvió a poner una moneda… Ella se movió una vez más y al mismo tiempo llego otro personaje, estos volvieron a detenerse. Hinata volvió a mirar el panel publicitario para salir de la duda.
QUE FUE ENGAÑADA POR UN MALVADO TROLL Y ABANDONADA POR SU CABALLERO EN EL MOMENTO EN EL QUE MAS LO NECESITABA.
Hinata echo otra moneda intrigada por saber lo que seguía. La princesa mimo se tiró al suelo desolada y abandonada. Hinata miró el panel.
ELLA SUFRÍA MUCHO, PERO…
Otra moneda. Un nuevo personaje estaba al lado de la princesa que aun seguía en el suelo, le tendió la mano y la ayudo a pararse. Miro el panel publicitario.
SU HADA MADRINA LE DIO UN AMULETO DE LA SUERTE, LA AYUDO A ESCAPAR DE ESE SUFRIMIENTO Y ASÍ LA PRINCESA CONFIÓ EN QUE SU PRÍNCIPE AZUL LLEGARIA Y ESPERO.
El sonido de la moneda resonó una vez más, apareció otro mimo disfrazado de sapo espantando a la princesa.
LO QUE LA PRINCESA NO SABIA ES QUE SU PRÍNCIPE HABÍA SIDO CONVERTIDO EN HORRIBLE SAPO POR UNA MALVADA BRUJA Y ABANDONADO A SU SUERTE. ERA TAN FEO QUE ESPANTABA A LA HERMOSA PRINCESA PERLA.
Une sonrisa apareció en sus labios y echó otra moneda. Los personajes se movieron y ahora estaban la princesa, el sapo y una bruja.
LA BRUJA VOLVIÓ A APARECER Y QUISO DARLE EL GOLPE DE GRACIA AL POBRE SAPO, PERO LA PRINCESA ERA DE TAN BUEN CORAZÓN QUE NO LA DEJO, Y AUN SIENDO ÉL UN HORRIBLE SAPO, LO SALVÓ. ESTABA MUY FELIZ POR ESE GESTO GENEROSO, DECIDIÓ QUEDARSE A SU LADO, AUN SABIENDO QUE ERA DEMASIADO FEO. NO TENÍA EL VALOR DE DECIRLE CUÁNTO LA AMABA Y DEJÓ PASAR EL TIEMPO, HACIENDO QUE UNA HERMOSA AMISTAD CRECIERA ENTRE ELLOS.
Al voltear a ver a los mimos, seguía ahí la bruja junto al chico sapo y la princesa, ahora ella fingió querer salir corriendo.
LA MALVADA BRUJA APARECIÓ DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO E INTENTÓ LASTIMAR UNA VEZ MÁS A LA HERMOSA PRINCESA QUE QUISO ESCAPAR TEMIENDO SALIR HERIDA, PERO EL SAPO LA SIGUIÓ.
Los personajes volvieron a moverse al escuchar un sonido metálico, la princesa besó al sapo.
LO QUE LA PRINCESA NO SABÍA ES QUE LA ÚNICA FORMA PARA DESHACER COMPLETAMENTE EL HECHIZO DE LA MALVADA BRUJA ERA QUE EL SAPO RECIBIERA UN BESO DE AMOR DE LA BELLA DAMISELA.
Al voltear a ver a los mimos, la princesa besaba al sapo, y él se sacó su máscara de sapo convirtiéndose en príncipe.
ES ASÍ, COMO LA HERMOSA PRINCESA DE OJOS PERLA SALVO AL POBRE PRÍNCIPE ENCANTADO. ENTONCES, FELIZ, SE DIO CUENTA QUE QUERÍA PASAR EL RESTO DE SU VIDA AL LADO DE ELLA….POR LO QUE ESE DIA LLEGARIA A BUSCARLA Y SE LO DIRÍA:
Hinata miraba a los mimos, todos ellos señalaban la calle, Hinata se giró y vio una limusina blanca. Del sunroof, salió Naruto con un enorme ramo de rosas. El auto se estaciono a su lado, el blondo salió saltando por el techo, al llegar a su lado le extendió el ramo que llevaba y señalo el panel mientras le sonreía, el corazón de Hinata latía rápidamente.
¿QUIERES CASARTE CONMIGO MI HERMOSA PRINCESA PERLA? – la pregunta apareció en todos los paneles del lugar.
Hinata tenía los ojos grandes abiertos de la emoción, no pudo contener las lágrimas brotando de ellos, Naruto estaba arrodillado en frente de ella, en su mano sostenía una cajita con un hermoso anillo de compromiso. Apenas pudo tartamudear con una voz ahogada.
– ¡S-Si!
Naruto se paró enfrente de ella, tomo su mano y colocó el anillo en su dedo.
-Creo que…aquí empieza nuestro: felices para siempre. – Dijo sonriendo.
-FIN-
Bueno espero que no haya sido demasiado cursi y que les hayas gustado hehehe...muchas gracias por leer :) y mil Gracias por sus reviews!
Si es la primera vez que me leen, les recomiendo dos fics míos, A través del espejo y Un mundo en color gris pálido.
Que pasen un lindo dia o una feliz noche, según donde se encuentren en estos momentos en el planeta!
Sayonara! =)
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Decidí revisarlo, espero haya quedado mejor con las pequeñas correcciones que hice, sé que sigo teniendo faltas de ortografía, pero he hecho lo mejor que he podido. =)
