Digimon
La Guerra Santa
Prologo:
– Todos cometemos errores, todos hemos hecho algo de lo cual nos arrepentimos. Intentamos que los malos momentos queden atrás, renegamos nuestra oscuridad y pensamos que estamos seguros, a salvo. Sin embargo, la verdad no puede llegar a ser más distinta, pues nuestras equivocaciones están ahí, forman parte de nosotros. Esperan pacientemente el momento, nos golpearán como un huracán o como un auto que viene a una alta velocidad, el cual nos toma desprevenidos. No hay forma de estar preparados para ello –
En el principio, existió un Mundo Digital original, creado por dos supercomputadoras a principios del siglo XX. Estas se encargaron de crear los cimientos al reunir los datos borrados de la red global de computadoras, internet. Fue luego de la intervención de otros dos mundos que aquel Mundo Digital se dividió, de acuerdo en lo establecido por la teoría de tierras paralelas.
El primer Mundo Digital había quedado relegado y se convirtió en el mundo base donde los otros mundos digitales eran vigilados. Esa era la misión de un grupo especial de digimon, conocidos como los Caballeros de la Realeza.
– La anomalía ha sido confirmada – pronunció un digimon de blanca armadura y alas de dragón.
– He hablado con nuestro señor al respecto, nos ha dado el permiso para interferir –
El segundo en pronunciarse también tenía una armadura de color blanco pero difería del anterior en el uso de una capa, de contraste blanco y rojo, y la presencia de cabezas de bestias por manos, una azul y el otro naranja.
En total fueron seis miembros presentes, encontrándose en un espacio negro hasta donde alcanzaba la vista. El suelo de la dimensión difería con la presencia de líneas doradas, las cuales se distribuían como cables en un dispositivo electrónico de tamaño pequeño.
– ¿Esta resolución no es un poco extrema? – cuestionó otro, de capa roja.
Entre sus características más notables era su lanza sagrada, Gram, y su escudo Aegis. Además de la señal de peligro digital, gravado en su pecho.
En su voz denotaba preocupación por la criatura, un humano, al cual se estaban refiriendo. Simpatizaba, pues conocía que no se trataba de un ser malvado, todo lo contrario. Ese se había arriesgado por proteger a uno de los mundos digitales.
– Dukemon, su poder puede poner en riesgo no sólo al Mundo Digital del cual procede, sino también a todos los demás existentes – recalcó el primero – La estructura del mismo multiverso puede verse comprometida. Tu mismo fuiste testigo del caos que ocasionó –
– Pero se redimió. También fuiste testigo de como salvó todos los mundos, en compañía de sus camaradas, al destruir ese programa nocivo –
Empezó una acalorada discusión entre los caballeros sagrados. Dos de ellos apoyaron el punto de vista del guerrero dragón y el consejo de la entidad, a la cual se le había consultado; otro vio razón en las palabras de Dukemon, considerando que su existencia podría ser más benéfica que dañina. Solo fue el segundo interlocutor, Omegamon, quien permaneció en silencio.
Hasta que consideró que la discusión escalaba nuevos niveles de tensión.
– Basta ya – exclamó con autoridad, para luego dirigir su mirada a Dukemon – Entiendo tu proceder, sin embargo, en el fondo sabes que esto es lo mejor. Dynasmon tiene razón –
– Además no podemos desobedecer las ordenes de nuestro señor – añadió el guerrero dragón – Dudar de sus decisiones es un sinónimo de debilidad, ya no seriamos capaces de mantener el orden y la estabilidad. No podemos ir en su contra –
Eso último fue una advertencia más que otra cosa.
Dukemon tuvo las cosas claras. Las decisiones ya habían sido tomadas y no podía hacer nada para cambiarlas, ya no tendría caso interceder o defender a esa criatura, quien se supone era un riesgo para todos los mundos. Ir en contra de la resolución de su señor era contrariar a la Orden de Caballeros, al cual pertenecía. Esa no era una opción.
Sin más que añadir, los digimon presentes fueron retirándose, uno por uno. Los últimos que quedaron fueron Omegamon y Dukemon.
– Dukemon – Omegamon susurró, esta vez no usaría su tono de voz autoritario – Se que esta decisión no te agrada pero hacemos lo mejor para proteger a todos los mundos. No solo es por él, es también por los seres malvados que buscan aprovechar su poder –
En eso, su amigo y compañero de armas tenía razón.
Dukemon reparó en esto último y solo pudo sentir lástima por lo que le aguardaba a ese humano, pronto este desearía no haber nacido.
Una figura se paseó por la costa, mirando con rencor al lugar que se había convertido en su prisión. Este no era nada más que el mar de las tinieblas, el mundo que nació de los pecados de los seres humanos, el mundo que vio nacer a los digimon de su tipo, el vasto océano que gobernaba Dagomon y su séquito. Resultaba irónico que ahora su encierro actuara en su favor que en su contra.
El tiempo corría distinto que en otros mundos, así que no conocía si sus enemigos seguían con vida o, en cambio, habían perecido. Lo que si era cierto, era que había vivido una eternidad, una que no desaprovechó.
Motivado por la venganza, el Rey de los Demonios, Demon, se preparó y fortaleció sus poderes a límites insospechados. Hizo alianzas, destruyó rivales y aprovechó todos los recursos que el Mar de las Tinieblas tenía para ofrecer. Todo para el momento en el cual sería libre.
Del oleaje que rompía en la costa, vio un grupo de sombras emerger, dirigiéndose a su posición. Eran criaturas acuáticas de ojos rojos, digimon Antiguos que seguían un culto degenerado, la religión del Dios profano de las profundidades, Dagomon. Le traían un mensaje, ya estando en frente suyo, en una lengua que solo el demonio podría entender, sin llegar a enloquecer.
– ¿Han encontrado la esencia de esos espíritus? – Demon preguntó.
Uno de los digimon Antiguos habló, aunque la descripción más adecuada era decir que el digimon emitió un sonido casi susurrante, uno que no era re-producible por algún otro vocablo conocido.
Demon sonrió por su respuesta. – Llévenme hasta allá. Yo haré el resto –
Los mensajeros de Dagomon asintieron, sumergiéndose nuevamente en las olas, no sin antes hacer una seña para que el Señor Demonio les siguiera. El destino pareció ser un punto al azar, dentro del infinito mar, mas supo en el momento la diferencia. La concentración de maldad que sentía era lo que estaba buscando.
Demon usó los conocimientos prohibidos que había aprendido, magia negra muy poderosa y desconocida. El efecto en el cúmulo de maldad fue inmediato, ahora varios digimon malignos regresaban a la vida. Piedmon, Mugendramon, Puppetmon, MetalSeadramon, MetalEtemon, Vamdemon, Arukenimon, Mummymon, MarineDevimon, SkullSatamon, LadyDevimon y Devimon; todos ellos derrotados por un grupo de niños humanos y sus compañeros digitales. El odio y su sed de venganza habían sido los que retuvieron sus espíritus en el mundo de la oscuridad y había evitado que ellos renacieran detrás del Muro de Fuego.
– ¿Qué rayos sucedió? – MetalEtemon preguntó con confusión.
– Lo último que recuerdo fue esa pelea que tuve con esos condenados niños elegidos – Devimon comentó.
El ángel caído recordó con odio haber sido derrotado por el compañero del niño de la esperanza.
No es que a Puppetmon le fuera mejor con ello. – ¿Qué pasó con todos nosotros? –
Y el hecho de encontrarse en el Mar de las Tinieblas, no les ayudaba a todos ellos.
– Todos ustedes murieron – dirigieron su mirada a la fuente de esa voz, al demonio que ocultaba su cuerpo en una túnica roja – Todos fueron destruidos por unos niños, quienes arruinaron sus planes –
A ninguno de los presentes les gustó la forma en que se dirigió a ellos, sin embargo, encontraron razón en sus palabras.
– nuestro Lord Demon está en lo cierto – LadyDevimon reconoció a su señor – Cada uno de nosotros enfrentamos a los Niños Elegidos y fracasamos en nuestro intento –
– ¡Ya lo recuerdo! – MetalEtemon exclamó de forma estridente – Malditos Niños Elegidos, estaba tan cerca de destruirlos a todos... –
Fuera de la rabieta que estaba siendo protagonista el mono metálico, habían asuntos más importantes que atender.
– Si es cierto que todos nosotros estábamos muertos – Devimon, suspicaz, dijo – ¿Por qué razón nos devolviste la vida? –
Demon sonrió debajo de su túnica, convencido que todos ellos morderían el anzuelo. Después todo, se les prometería lo único que ellos habían perseguido con ambición. El control de todos los mundos estuvo a la vuelta de la esquina.
Esta historia continuará...
Próximo capítulo: Un encuentro inevitable.
Notas Finales:
* ¡Hola a todos! Les hago un saludo y les hago entrega de un nuevo Fanfic. La idea provino de una tarde de reflexión, pensando en los puntos inconclusos que quedaron en algunas temporadas. En Digimon Adventure 02, los niños encerraron a Demon, un enemigo de turno, en el Mar de las Tinieblas pensando que permanecería ahí por toda la eternidad. Fue por tan poco tiempo que su inclusión en la trama de esa temporada resultaba totalmente innecesaria, pero lo hicieron y su prematura derrota abría una posibilidad.
Piénsenlo, un Señor de los Demonios habitando en un mundo de oscuridad, con la motivación de regresar y vengarse de sus enemigos. Queda claro que no iba a poner a lamentarse de su suerte y se pondría a trabajar en sus planes. Por supuesto, esta idea ya ha sido abordada por varios escritores con anterioridad. Incluso yo lo utilicé en varios de mis relatos, aunque no como enemigo principal. ¡Tenía que añadir algo nuevo!
Fue entonces cuando pensé en Digimon Tamers, en otro de los puntos que consideré que no se habían desarrollado. No solo por los protagonistas, sino también por todos los demás personajes que aparecieron en la temporada y más allá. Por supuesto, también es atractivo pensar en la teoría de tierras paralelas, lo cual siento que aportaría mucho a esta historia.
Con esto en mente, nació el punto central que se tratará aquí. Se cometió un error que pareció quedar en el olvido, sin embargo, los poderosos (Los Caballeros de la Realeza) no lo pasaron por desapercibido y piensan hacer algo al respecto. Añadido a este problema, un ser maligno se muestra interesado en involucrarse. La combinación de estos factores dan como resultado un enfrentamiento sin igual, una Guerra Santa entre las fuerzas del "bien" y las fuerzas del "mal" , y con todos los otros que incluyan.
Como un crossover entre las cuatro primeras temporadas de Digimon, los humanos que pelearon por el Mundo Digital tendrán que sobreponerse a un nuevo periodo de crisis y enfrentar a sus propios demonios. Tal como dijo Takeru Takaishi en el epílogo de Digimon Adventure 02, el camino para llegar a un mundo pacífico nunca es fácil.
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