Disclaimers: Naruto no me pertenece es propiedad de M. Kishimoto. Solo la historia es de mi autoría.
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Espero que disfruten de la lectura.
Dejarte ir, dejarme morir
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¿Por qué las personas se empeñan en preservar vivo algo que hace tiempo se ha desvanecido?
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Un mes ha pasado desde que la cuarta guerra ninja terminó. La aldea de Konoha ha empezado a reconstruirse poco a poco con la ayuda de todos, desde el más pequeño habitante hasta el más grande aportaba algo a su pueblo. Ahora el mundo estaba en armonía, no más sangre, sufrimiento ni lágrimas, todo había acabado. Era un nuevo principio para cada una de las personas que habían sobrevivido, era unión y paz para la nueva generación ninja.
El equipo Kakashi, no, mejor dicho, el equipo siete había acabado con la amenaza, ellos habían destruido a Madara Uchiha, habían ganado la guerra pero habían perdido batallas en el transcurso. No todo brillaba ni tampoco era color rosa, la esperanza se había apagado en las pupilas, las lagrimas en cada uno de ellos, sin excepción, habían brotado desde su interno sufrimiento; tarde fue para gritar victoria.
Los niños jugaban a las escondidas, dibujaban, sonreían y saltaban de un lado a otro, disfrutaban en todo su esplendor del nuevo día. El sol brillaba fuerte y los árboles de cerezos desprendían sus pétalos, creando una mágica lluvia ante los ojos de los aldeanos, quienes los miraban con orgullo, agradecimiento y tristeza, era normal después de todo.
Aunque no todos lo aceptaban, su dolor y desesperación superaban la realidad.
º.º.º.º.º
—¿Qué haces despierta? –Preguntó un chico de cabellos color azabache, mientras tallaba sus ojos, para observar mejor después de haber despertado.
La muchacha sólo lo contempló un instante, antes de responder, con una sonrisa en su rostro.
—Nada, sólo que ya es demasiado tarde, Sasuke-kun. —Lo miró con su típica mirada brillante, aquella que detonaba luz.
—¿Qué hora es, Sakura? —Su voz ya no era gélida y seca, él había cambiado, al menos ante ella lo había hecho.
—Son las diez de la mañana, ¿irás a entrenar hoy? —Interrogó, admirando desde la ventana el exterior. Donde se podía admirar el paisaje de su hogar, como éste se volvía a levantar poco a poco con la fuerza de la unión de cada ser humano. Sonrió ante aquello.
—Hmp, ¿vienes conmigo? —Solamente necesitaba de ella para ser fuerte, no del poder que en un pasado se obsesionó con buscar. Ella era su todo ahora, siempre lo había sido, la diferencia era que antes no lo quiso ver.
—Claro, vamos. —Pronunció con calma y dulzura, para luego depositar un beso en la mejilla del chico y salir de la habitación.
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Cerca del campo de entrenamiento, donde en un pasado entrenaban juntos, se encontraba Sasuke. Como cada monótono día; entrenando arduamente, golpeando árboles hasta hacer sangrar sus puños, agotando su chakra casi hasta el límite. La guerra había acabado pero el seguía como si tuviera que enfrentarse aún al más poderoso enemigo.
—Ahí está otra vez. Siempre es igual, ya no sé qué hacer, Kakashi-sensei. —Hablaba con resignación un chico rubio de ojos celeste mar, mirando desde lejos a su amigo.
—Aún no quiere verlo, Naruto. Le llevará tiempo, sabes que es algo difícil de afrontar, mucho más para él. —Respondió con dolor en su voz, el hombre de cabellos color plata.
—Es duro, incluso lo es mucho para mí, pero… No soporto ver a Sasuke en ese estado.
—No es fácil, no lo es muchacho —no recordarlo cada misero segundo, era imposible, ellos le debían la vida—, él no puede perdonarse, son demasiadas cargas para ambos, siente que fue su culpa. Él no quiere la lastima ni el perdón de nadie, cree que no lo merece por todo el sufrimiento que le causó.
—Sasuke, grandísimo idiota… —Murmuró con voz quebrada Naruto. —Deberíamos estar superando esto juntos, no tienes porque destruirte solo. —Soltó con preocupación. —Ella no quería que volvieras a la aldea y vivieras de esta forma. —Mordió sus labios, ahogando el dolor que le transmitía ver a su mejor amigo, destruirse de esa manera.
ººº
La chica de ojos jade lo detuvo antes de que siguiera gastando su chakra en vano. Justo ahí, entre sus brazos parecía tan frágil, tan inocente y vulnerable.
—Todavía no es suficiente, tengo que seguir, no podré hacer nada con esta fuerza. —Susurró exhausto, intentado levantarse nuevamente, de entre aquellos cálidos brazos, que lo rodeaban con desmedida ternura.
—Sí, Sasuke-kun, ya es suficiente. —Hablo en el mismo tono Sakura. —Ven, vamos para poder curar tus heridas. —Dijo, al momento de tenderle la mano, para que se levantará del suelo donde aún yacía recostado.
—Bien, vamos. —Concedió con resignación. Podía negarse a cualquier petición de otra persona, pero no a la de la persona frente a él.
Tomó su mano, y con calma se dirigieron al lugar donde una vez estuvo el gran barrio Uchiha. Ahora sólo había una casa en aquel apartado sitio, pero a él poco le importaba la situación, siempre y cuando Sakura se mantuviera a su lado, aquello era lo de menos.
Una sonrisa surco sus labios ante el pensamiento, Sakura era el hogar de él después de todo.
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—El baño ya esta preparado, ve, yo iré haciendo la cena. —Pronunció con infinita dulzura y atención la joven, acabando mientras tanto su labor de cerrar sus heridas, con una gran rapidez y precisión. No por nada era una de las mejores en la rama de medicina.
—¿Haras la cena? —Interrogó sorprendido, alzando una ceja. Nunca hacía la cena, siempre terminaban comprando comida preparada. A ella no se le daba muy bien las habilidades culinarias, o al menos, eso era lo que comunicaba a la hora de almorzar o cenar.
—No me mires así. —Reprochó, inflado sus mejillas en un dulce puchero. —Sí, hoy haré la cena. —Respondió medio ofendida. —Su mirada se oscureció de repente, preguntando sería. —¿Qué deseas, Sasuke-kun? —Su mirada enigmática se mantuvo fija sobre él.
—A ti, a mi lado. —Dijo serio, sin medir las palabras que habían salido de su propia boca, quedando estático en su sitio.
Los ojos de Sakura se llenaron de una mezcla de entre ternura y dolor, para luego responderle con sencillez: —Eres irremediable Sasuke-Kun, ahora ve a bañarte. —Cuando ella terminó de hablar, su estado de parálisis desapareció.
Ante lo ocurrido, y sus bochornosas palabras, se dirigió sin esperar más hacia el baño.
º.º.º.º.º
Una hora después ambos estaban sentados en el comedor, degustando la cena que ella misma había preparado aquella noche.
Él miraba el plato y la miraba a ella, en su interior sentía una sensación cálida, agradable, se sentía como en su niñez, en casa.
—¿Qué sucede, no tienes hambre? —Exclamó con inocencia la chica.
—No es eso, sólo estaba pensando en mi… —la frase quedó inconclusa, atorada en su garganta.
—Entiendo, también suelo pensar en la mía. —No mentía, cada minuto que pasaba extrañaba el no poder abrazarlos como antes. Que tonta había sido por no aprovechar el tiempo, pero no se arrepentía. Definitivamente no lo hacía.
—Es diferente, ellos…
—Lo sé. —Lo interrumpió a media oración. —Come, Sasuke-kun, sino se enfriará.
—Hn.
Luego de un largo y ameno silencio ella volvió a observarlo. Cuanto lo lamentaba, él ya había sufrido demasiado, pero el tiempo no estaba en sus manos, debía parar todo aquello ¿Por qué simplemente no la apartaba como lo hizo en un pasado? ¿Por qué se aferraba con desesperación a su persona?
—¿Por qué, Sasuke? —Rompió el silencio que habitaba en la sala, y como si sus mentes estuvieran conectadas, él respondió a su pregunta.
—Porque eres el único lugar al cual volver. No tengo nada más. —Sí, ella era su oxígeno, su pilar para estar –después de todo– en pie, era la única persona que le brindaba la luz y paz que necesitaba su cuerpo y mente. Era la calidez y el amor que había perdido en su oscuro pasado. Todo lo que él necesita, Sakura lo depositaba en su ser.
Ella no dijo palabra alguna hasta que ambos se encontraban acostados a punto de dormir, para esperar en la inconciencia un nuevo despertar, un día diferente.
Removiéndose un poco, Sakura se giró en la cama que compartían para quedar cara a cara con el muchacho de cabellos azabaches. Sus miradas al instante se conectaron, perdiendo a ambos en el otro, Sakura bajo sus parpados y sonrío, no podía perderse en aquella mirada otra vez. Él le respondió al gesto sonriendo de lado, típico de Uchiha.
Escondiendo su rostro en el cuello del chico, susurró las últimas palabras de aquella noche, antes de caer en los brazos de Morfeo.
—Sasuke-kun… —En ese momento que su nombre retumbó en las paredes de la habitación, una sensación de angustia asaltó su pecho y los recuerdos se estamparon con fuerza en su mente, rompiendo poco a poco el cristal que reflejaba un engaño. —Gracias por todo. —Sakura, ella no podía, ella no debió irse nunca, ella no.
Sus ojos se abrieron desmesuradamente por la impresión, sus lagrimales expulsaban el dolor de aquella verdad que intento enterrar, viviendo una mentira. Se había autoengañado ante la desesperación.
Siempre fue su culpa, desde el principio nunca tomó en cuenta que ella no lo estaría esperando por siempre. No porque ya no lo amara, sino porque sería ella. La chica de cabellos rosas y ojos esmeraldas; la niña que lo perseguía por la aldea, quien le confesó sus sentimientos. La chica que después de tratarla mal y menospreciarla, decidió buscarlo y traerlo de nuevo a la aldea. Ella fue quien se sacrificó para salvarlo de la oscuridad, del inminente vacío que generó la locura en su ser. Sakura le dio una oportunidad para vivir en paz, para sentir de vuelta la sensación de felicidad.
Dio su vida a cambio de que él pueda ver un nuevo mundo. Uno sin venganza como tela que nublara sus ojos.
Sakura murió en sus manos y no pudo rescatarla de su oscuridad. Las frías manos de la muerte se la llevaron.
El enemigo le quitó su aliento de vida con aquel brutal golpe que recibió y que él presenció quieto, a pesar de su velocidad, era tarde para hacer algo.
ººº
—¡Idiota! ¡Despierta, maldita sea! —Gritaba a punto de un colapsó nervioso Naruto. —Sabía que a ese paso esto sucedería.
—¿Qué sucede aquí? —Preguntó una enfermera, la cual había escuchado los gritos desesperados del muchacho entrando a la carpa-hospital.
—Este idiota no despierta, lo he encontrado tirado en el suelo de su habitación…yo… —La respiración del chico se volvía cada vez más pesada.
—Tranquilízate, enseguida llamaré a Shizune-san. —Informó la mujer, mientras con ayuda de otra enfermera, depositaba el cuerpo de Sasuke en una camilla para revisarle el pulso.
Naruto observaba la situación con angustia, no soportaría perderlo a él también, no era justo, eran un equipo.
El estado en el que lo había encontrado era deplorable, su piel estaba más pálida aún, tenía ojeras y había bajado de peso. Su casa siempre pulcra estaba sucia, en ella no entraba la luz del día ni el aire, su vestimenta estaba enchastrada de lodo de hace días, el cabello le había crecido y lo tenía alborotado. Ese no era Sasuke, era sólo un despojo de lo que alguna vez había sido él.
Debimos detenerte con Kakashi-sensei aquel día.
—No reacciona, su pulso…—Shizune había entrado ante la mirada perdida del chico, él nunca se percato de su presencia. —No esta. —Terminó la oración bajando lentamente su cabeza.
Lo sabía, siempre lo supo, quedaría el solo. Sasuke no se lo había perdonado, ya no podía superar más perdidas. Su mirada la última vez que lo vio en el campo de batalla, se lo había dicho todo, "lo siento, Naruto". No lo culpaba, él también llegó a odiarse, pero eso no era por lo que ella se había sacrificado; ella los salvó a ambos para que pudieran vivir la vida que les habían arrebatado de pequeños, era su regalo. Quería que ellos vivieran en paz, que forjaran su felicidad en aquella nueva era, sin maldad, sin odio, sin guerras… Fue su forma de agradecer el estar con ella, por protegerla.
—Sasuke… Lo siento, debí protegerla. —Murmuró. Sus ojos celestes estaban llenos de lágrimas, cayendo lentamente por sus mejillas. —Debí a ver sido yo… Tuve que hacer más, pero no lo hice. —Los había perdido para siempre, el equipo que una vez fueron, se disolvía.
—No te culpes, Naruto. Él la amaba demasiado. —En cuanto se había enterado, Kakashi había acudido corriendo al lugar, comprobando que su alumno –dolorosamente– dejaba la vida terrenal.
—Lo sé. —Fue lo único que pudo expresar. No tenía palabras para describir sus pensamientos; sólo hubiera deseado que todo eso solamente fuera una horrible pesadilla. No era justo haberlos perdidos en ese punto de la vida, nunca sería justo que ellos no vivieran, que no pudieran estar juntos, creando su propia felicidad, después de todo el sufrimiento y toda la lucha que habían dado.
Era la injusticia más grande que ellos no pudieran estar juntos por fin, después de todo el dolor que pasaron, que se hicieron mutuamente. Esa era de paz, esa era tenía que haber sido de ellos dos, de su amor también… La vida había sido tan cruel con ambos.
—Ojalá puedan estar juntos allá. —Expresó después de un rato. Su maestro lo escuchó atento, él deseaba lo mismo para sus queridos alumnos. —O, tal vez, en otra vida. Sólo espero poder estar ahí para verlos.
Las palabras de Naruto fueron arrastradas por la brisa del viento, acompañadas de varias hojas que se desprendían de los árboles. Viajando, haciendo ondas hacía el atardecer que se escondía entre las altas montañas de la aldea.
El rubio cabeza hueca, era un ser tan especial, que podía hacer realidad cada deseo que anhelaba. Tal vez la unión de sus compañeros no fuera la excepción, en un fututo tal vez sus caminos volvían a encontrarse una vez más.
ººº
[…] ¿Quieres saber por qué? Porque es difícil olvidar lo que nos dio vida estando muertos mientras respirábamos, lo que alumbró nuestro camino cuando todo parecía estar perdido, cuando nadie más ve tu dolor y no acepta lo que eres. Cuando ese alguien ama todo de ti, cada una de tus cicatrices y tus defectos. Sientes que ya no puedes dejarlo ir, que lo necesitas cerca cada segundo, para sentirte en equilibrio, cuerdo, amado… Pero sólo vives y ves lo que quieres, lo que tu corazón simplemente desea; es tarde pero tienes que aceptarlo.
Guarda su recuerdo pero no lo intentes amarrar a tu lado, ellos necesitan ser libres, necesitan descansar, necesitan paz al igual que tú. Déjalos marchar; frases, sólo eso, pero nunca pude y tampoco quise renunciar a lo último que me quedaba. Al grano de felicidad que me pertenecía; no dejaría que me lo arrebaten, que la brisa del viento lo aleje de mí. Nunca más perdería a alguien importante en mi vida, jamás. Sin ella lo terrenal no tenia sentido, tendría un hermano pero no llenaría todo el vacío, el formaría una familia, tendría hijos, cumpliría sus sueños, en cambio yo, yo quedaría viviendo en el ayer, en lo que pudo a ver sido pero no fue.
Nunca fui de las personas que se arrepiente de sus acciones, pero esta vez sí me arrepiento, me arrepiento de haberte dejado aquella noche. Me arrepiento de no aprovechar el tiempo que tenía para estar a tu lado y amarte, como en silencio siempre lo hice. Me arrepiento de todo el sufrimiento que te cause, pero sobre todo me arrepiento el permitirte haber sacrificado tu vida por mí… Sakura, sólo tú eres ese hogar al cual quiero regresar, y si no estas aquí, hmp, tampoco quiero estarlo, porque no encontraría ni en un millón de años tu calor en esta desierta tierra."
Hola, he vuelto con otra de mis trágicas historias haha XD. Espero que haya sido de tu agrado, ya saben pueden dejar un review que no es mucho esfuerzo, su opinión es un estimulo para el escritor ;)
-Enigma07-
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[EDITADO 081818]
