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Okey… hoy estaba escribiendo esto… xD Esto se supone que era para un prompt del fic "Request" el de pedidos, pero esta idea tomó vida propia y mutó en algo más largo que un One Shot y por tanto tengo que darle su propio fic. xDD
En fin…
¡Alguien que me detenga!
¡Que lo disfruten! NwN/ Sus reviews son más que bienvenidos.
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Pedido de:
Bluewater14
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Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece. Pertenece a Hiro Mashima.
Referencias De Lectura:
Diálogo.
«Pensamientos»
Narración.
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SERENDIPIA
― Uno ―
Lee Libros Con Calma.
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No hubiese cometido ese error de novato si un par de cosas hubiesen sido diferentes.
O tal vez más de un par.
Si no se hubiese distraído de la lectura que ya había empezado, para empezar.
¿Pero cómo evitarlo?
La hermosa bibliotecaria había captado toda su atención desde el primer día en que había puesto un pie en esa biblioteca, era ella y su cabello escarlata lo que había hecho que su trabajo, que normalmente tardaba un par de semanas es ser completado con éxito, ya se hubiese extendido por tres meses.
¿Por qué había sucedido esto?
Por ella, por la hermosa mujer que cargaba una pila asombrosa de libros en sus delicados ―pero obviamente fuertes― brazos. Erza Scarlet, como rezaba la placa que ella utilizaba todos los días en su día laboral, Erza Scarlet, quien había captado la mirada de él que estaba perdida en ella y que además de apenarlo por ser atrapado en la indiscreción, le sonrió abochornada, una sonrisa que lo hizo devolverle el gesto con el sonrojo de mejillas incluido, además de latidos de corazón acelerados extra cuando ella dio un paso hacia él con una emoción creciente en la mirada.
Una emoción que él creía identificar aunque se negaba a darle ese nombre que creía que era.
Cuando pensó que su corazón no soportaría más, pues su corazón parecía acelerarse directamente proporcional a los pasos que ella daba hacia él, Erza fue detenida por una persona que se le acercó a preguntarle algo y terminó llevándosela lejos de él no sin antes dirigirle una mirada de disculpa a él.
Como si ella supiese lo que él deseaba hablar con ella.
Jellal soltó un suspiro.
Apenas hacía un mes y dos días había comenzado a hablarle realmente, ella se había encargado personalmente de llevarle todos y cada uno de los libros que él llegaba a pedirle, cosa que le avergonzaba en parte porque los títulos de esos libros iban desde recopilatorios de nanas y viejas canciones de cuna, hasta ejemplares viejos de revistas sobre temas femeninos o enfermedades venéreas.
Cruzaba los dedos para que ella no creyese que esos temas eran para su uso personal.
La cuestión era que Erza Scarlet muchas veces se quedaba a hablar con él sobre cosas tan diversas que él perdía la noción del tiempo y el sentido de responsabilidad; y, aunque, estaba seguro que sus superiores y compañeros no estaban nada felices por su tardanza, no le importaba en lo absoluto el preferir ver el brillo en los ojos color chocolate de ella, que ver las letras en las páginas de los libros que todos los días llegaba a pedir.
¿Y cómo evitarlo?
Ella, además de hermosa, era amable, inteligente, bondadosa y tenía una manera de ver la vida con la que Jellal, al escucharla, no podía más que sonreír cuando ella apenada le contaba alguno de sus ideales o valores morales, aunque se sonrojaba más cuando le confesaba sobre sus debilidades, como el pastel de fresa, los disfraces y algo que murmuró abochornada pero que Jellal no captó bien, aunque estaba seguro que tenía que ver con libros, una confesión que tuvo que hacer luego de escoger "Verdad" en un improvisado juego de "Verdad y Reto" un día en que estaba especialmente frío y ella le llevó una taza de chocolate caliente que obviamente era considerado contrabando dentro de esas paredes repletas de libros pero que Erza pareció muy feliz de entregarle a él.
Volvió a suspirar.
Eran las seis con cuarenta y siete de la tarde, la biblioteca cerraba a las siete y de seguro ya no podría verla más ese día, además, probablemente ese era uno de sus últimos días en ese lugar porque ya había encontrado todo lo que había llegado a buscar, bueno, a excepción de un tomo curioso de nivel cuatro que debía estar en esa última media docena de libros, que Erza ―la siempre hermosa y amable Erza, aunque bien sabía, gracias a un idiota que intentó propasarse con ella, que podía inutilizar a un hombre en el piso con un par de movimientos―, le había traído hacia dos horas.
Pero…
Quería seguir conociéndola más.
Quería seguir a su lado.
―Tal vez solo deba pedir una extensión en el periodo de investigación… ―su murmullo fue interrumpido cuando la risa de Erza lo distrajo, ella venía por el pasillo de libros históricos con un hombre al lado que le decía algo tan divertido que ella misma había roto su regla de no hacer bulla en la biblioteca, la observó atento sin ser capaz de oír lo que hablaban, le gustaba verla así de feliz aunque apenas la conocía y de pronto recordó su situación y entendió que no importaba cuantos días más le dieran, él jamás podría tener algo con ella, ni mucho menos hacerla así de feliz. De sus conversaciones había averiguado que ella deseaba una familia, hijos, mascotas y un lindo hogar, y definitivamente él no podía ser parte de algo así.
Eso era imposible.
Apretando el puño al darse cuenta de lo ridículo que había sido el disfrutar los minutos con alguien como ella con quien no podría tener una vida a futuro, Jellal tomó otro libro, colocó su mano sobre el texto y miró las letras con el ceño fruncido mientras las leía, el murmullo de la voz de Erza al pasar volvió a robar su atención y su corazón perdió dos latidos cuando ella solo pasó de largo y sin voltear a verlo ni a avisarle que ya faltaban pocos minutos para el cierre como hacía desde el primer día en que lo vio casi enterrado en libros en esa misma mesa.
Bien, al parecer el solo se había creado ese sentimiento que ahora dolía dentro de él.
―Mejor termino esto pronto… ―decidido a investigar lo que pudiese antes de que los de seguridad hicieran su ronda antes de cerrar, Jellal pasó hoja tras otras con rapidez pasmosa, ni siquiera le dio importancia al dedo que se cortó al pasar rápido las hojas, sin cuidado y sin la precaución usual, sus dedos se movieron por las líneas de las páginas y las mancharon debido al corte, su frente comenzó a doler por su manera despreocupada de actuar; pero, fue cuando volvió a escuchar la risa de Erza a un par de pasillos de distancia que sus labios se movieron para murmurar las líneas que lo tenían confundido por la desconcentración al pensar en ella y que no le permitía entender lo escrito en esas nuevas letras rojas.
Parpadeó un par de veces cuando sus ojos comenzaron a ver las letras de manera difusa.
―Oh, maldic…
…No terminó de maldecir porque de pronto todo se puso negro….
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[ J & E ]
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Sus ojos se abrieron poco a poco.
No recordaba que había pasado luego de sentir su vista borrosa pero ahora estaba acostado en algo suave y con una frazada encima, y además, olía muy bien.
A fresa y vainilla.
A Erza.
―Hey… ―Jellal pestañeó repetidas veces al escuchar la voz de ella― Ya despertaste… ―ella llenó su campo de visión y su corazón se aceleró al verla arrodillada frente a él con la cara llena de preocupación y ¿ternura? Su camisón de dormir de seda verde dejaba al descubierto gran parte de su escote y sostén y él desvió la mirada apenado―. Te encontré inconciente cuando fui a cerrar la biblioteca ―Jellal intentó hablar pero su garganta se sintió rasposa―. ¿Tienes sed?
―Sí, un poco… ―ella le sonrió y su mano se apuró a acariciarle la cabeza.
«Oh, qué bien se siente eso.»
―Eres muy lindo… ―Jellal sintió calor en su cuerpo al escucharla decir eso «¿Acaso me morí?» pensó para sí―. ¿Recuerdas en dónde vives? ―él asintió con la cabeza―. Puedo llevarte ahí mañana, hoy ya es muy tarde, ¿te importa dormir conmigo esta noche? ―Jellal se pasó las patas por la cara pensando que estaba alucinando.
«¿Dormir con ella?»
«¿¡Qué demonios pasa!?»
―Hey… ―Erza le miró preocupada―. ¿Te pasa algo?
―A mí no, pero, esto, Erza… ―Erza rió y él frunció el ceño.
―Lo siento ―ella se levantó con la mano en la barbilla―. Tal vez solo estás confundido por estar en una casa extraña…
―¡ESTOY CONFUNDIDO POR QUÉ DE LA NADA ME PIDES DORMIR CONTIGO! ―casi chilló y Erza volvió a reír y lo dejó solo en la habitación― ¡HEY! ―la llamó pero ella ni se inmutó, aún más frustrado se pasó una pata por la cabeza y…
«Un momento…»
Parpadeó de nuevo incrédulo.
«¿¡PATAS!?» sus ojos se clavaron en las mullidas patitas que tenía enfrente y su corazón se detuvo por un instante.
―¿¡POR QUÉ DEMONIOS TENGO PATAS!? ―gritó y se bajó de lo que era una cama, con desesperación observó que ahora era pequeño, mucho más pequeño que antes y con desesperación corrió hacia el espejo de cuerpo completo al lado de una puerta, y fue allí donde lo comprobó.
Se maldijo así mismo.
Pelo azul-grisáceo.
Ojos de pupila larga.
Garras.
Una cola larga.
Y bigotes.
¡Ah, y una marca rara color rojo en el lado derecho de su rostro!
―¡SOY UN GATO! ¡UN GATO! ―dejó caer su cabeza al suelo de madera y se la golpeó contra el suelo en repetidas ocasiones― ¡ME CONVERTÍ EN UN GATO! ―su cola golpeó el suelo con fuerza― ¡Y DE TODAS LAS PERSONAS ELLA ES QUIEN ME ENCUENTRA!
―Hey… ―la voz de Erza llegó de lejos pero al momento Jellal sintió como ella lo alzaba y lo apegaba a sí misma con cariño y le sobaba la cabeza―. No hagas eso… ―le regañó con ternura y Jellal solo podía pensar es que estaba casi enterrado entre sus pechos.
Que desafortunada fortuna.
―Erza… ―dijo tratando de respirar―, no deberías…
―El veterinario dijo que estabas bien, pero igual no deberías lastimarte ―le interrumpió ella luchando contra el gato azulino que se quería liberar―, aunque dijo que tenías una pequeña calentura ―ella acercó su frente a la de él y presionó su nariz contra la de Jellal, en ese momento él dejó de luchar porque su cerebro quedó congelado al tenerla tan cerca de su rostro―. Parece que aún la tienes…
―¡N-no tengo fiebre!
―Umm… tal vez deba usar el termómetro, aunque preferiría no usar el que me dieron en la veterinaria ―le miró apenada―. No creo que sea buena idea usar uno rectal…
―¡CLARO QUE NO! ―Jellal se zafó de sus brazos lleno de pánico, lo último en que quería pensar era que mientras dormía le insertaron un termómetro por el…― ¡OH, CLARO QUE NO!
―Entiendo, entiendo ―Erza subió las manos de manera conciliadora―. Yo tampoco quiero hacerlo, por eso le dije al doctor que también me vendiera el que usó él, el de oído.
Jellal suspiró en alivio.
Un objeto introducido por el oído era mejor que uno introducido por… otro lugar.
―Debiste empezar diciendo eso… ―le miró con el ceño fruncido pero luego dejó salir el aire.
―¿Eso significa que ya me puedo acercar otra vez? ―preguntó con una pequeña sonrisa― Hace tiempo que no tengo mascotas, y las que he tenido son muuuuy diferentes a un gato ―apuntó medio apenada.
―¿No te asusto? ―preguntó él asombrado pero Erza solo ladeó la cabeza.
―¿Eso es un sí? ―suspiró―. Creo que no soy buena interpretando maullidos… ―y claro que no lo era, aparte de Happy, la mascota de su primo Natsu, esta era la primera vez que lidiaba con un gato, aunque se alegraba de que fuese tan adorable como ese minino de hermosos ojos avellana que parecía aturdido en frente de ella.
―Oh, por toda la magia de Earthland… ―Jellal volvió a golpear con su cabeza el suelo, era obvio, cuando él hablaba lo único que escuchaba ella eran maullidos, necesitaba averiguar qué demonios le había pasado, y debía averiguarlo lo más pronto posible.
―¡Hey, la cabeza! ―autoritaria, la mujer de cabellera escarlata recogida en una cola de caballo lo alzó de nuevo y lo acunó en sus brazos―. Basta de eso… Mejor vamos a comer. ¿Qué dices? ―la sonrisa de ella lo dejó embobado, más aún cuando le depósito un beso detrás de una de sus ahora puntiagudas orejas.
Pues bueno, en realidad si tenía hambre.
―Miau…
…Fue lo que él dijo, y lo que ella escuchó…
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¿Comentarios?
Sus comentarios animan la escritura.
NwN
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Aclaraciones:
Serendipia: Es una palabra que indica un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. En términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidentes.
Información De La Petitoria:
Solicitante: Bluewater14
Solicitud: A estando en una biblioteca encuentra un libro, lo lee y se convierte en un animal. B lo encuentra y lo cuida sin saber que es A. El Resto va por la cuenta de la escritora.
Rincón De La Escritora En Proceso:
El bosquejo de ideas dice que serán tres caps, así que esperen cinco. (¿) :Okno: Trataré de que sean solo tres. Dx Me voy a morir… lo siento… no soy yo, son las ideas, si no salen exploto… ¡Lo siento!
¿Qué teorías tienen? xD
*Corre a esconderse*
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Gracias de corazón por leer.
Gracias mil por comentar.
¡Adieu!
NwN/
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