Nota: Los personajes de la historia de Candy, Candy no son de mi autoría. Esta historia se ha creado sin fines de lucro y sólo para uso del Candy Mundo y nuestra diversión.
ATT
Autora
LABERINTO A LA FELICIDAD
INTRODUCCION
Después de que Albert hablara con Terry y le mostrara como Candy siguió con su vida por el camino por el que había escogido. Terry le pidió a Albert no decirle nada sobre su visita a Chicago ni sobre las condiciones en que lo había encontrado. Se ve caminando a Terry pensando que el debe retomar el camino que escogió y aquí es donde comienza esta historia.
CAPITULO 1
RETOMANDO EL CAMINO
Terry al volver a Nueva York con nuevas fuerzas y con gran decisión llego al teatro de la compañía Stratfford. Al estar esperando a Robert Hathaway en su oficina, recordaba como Candy continuaba con su vida por el camino que había escogido y pensaba:
"Candy, yo también debo ser fuerte y seguir tu ejemplo, mi pequeña pecosa te prometo que cuando retome mi camino y arregle los errores cometidos te buscaré solo espérame."
Tras su espalda escucho como se abría la puerta y entraba Robert.
Terruce!... que gusto me da verte bien, no sabes lo preocupados que estábamos - dándole un buen apretón de manos.
Gracias Robert, también me da gusto verte otra vez.
Dime Terruce, ¿en que puedo ayudarte? ¿Que a pasado contigo? ¿Por que te fuiste así? - dijo esto con voz tranquila pero firme mientras tomaba asiento en una silla frente a Terry.
Terry sintiéndose muy nervioso recordó a su pecosa dándole la fuerza necesaria.
Sabes que es difícil para mi pedir ayuda – Y bajando la mirada – pero necesito volver a actuar, quiero volver a tener el control de mi vida – Levanto la vista para mirarlo – Discúlpame si sueno exigente al pedirte mi trabajo de nuevo.
Robert era una persona que analizaba mucho a la gente, desde la primera vez que vio a Terry cuando llego a pedirle una oportunidad supo que el era muy talentoso al igual que su madre, pero con muchos demonios internos atormentándolo. Robert era un hombre paciente y esperaba poder ayudarlo con el tiempo.
Su mirada era tranquila y después de un momento de silencio que a Terry le parecieron siglos escucho:
Sabes que siempre habrá un lugar para ti en esta compañía.
Muchas gracias Robert no te defraudaré – con una gran emoción muy rara en el – pero antes de regresar quiero pedirte otro favor.
¿Cual es? – lo dijo sin perder la compostura y seriedad
Que primero me dejes ir a Inglaterra a arreglar unos asuntos pendientes allá.
Está bien pero… hay una condición – le dijo mientras cruzaba sus manos.
¿Cuál?... la que sea – dijo Terry un tanto sorprendido e inseguro.
Que me cuentes que es lo que paso y por que nos abandonaste así.
Está bien – dijo sacando un cigarrillo de su chaqueta, se acomodó en su silla y comenzó su relato.
Mientras Terry por segunda vez abría su alma a otra persona (la primera fue Candy), reviviendo todos los recuerdos buenos y felices así como los malos y dolorosos. Sintiendo como el gran peso que cargaba sobre sus hombros apareciera con mayor intensidad, sus palabras fluían mientras sus ojos azules se perdían en algún punto de la habitación.
Le habló de todo, su primer encuentro con Candy en el barco, del colegio San Pablo, su primera separación, el encuentro breve que tuvieron en Chicago, el accidente de Susana, la llegada de Candy a Nueva York, su segunda separación, la platica con Albert y a Candy en el pequeño sanatorio.
Cuando termino su relato bajo la cabeza hasta ponerla entre sus manos, para así ocultar un par de lágrimas que se le habían escapado.
Robert, después de un rato, como analizando la historia que Terry acababa de terminar se levantó y puso una mano en el hombro del muchacho.
No te preocupes Terry yo te ayudaré a recuperar tu camino – le dijo acercándose a la puerta, se volteó a ver a un muy confundido muchacho – tu ve a Inglaterra a arreglar lo que tienes pendiente allá.
Pero… Robert yo tengo que arreglar mis propios errores.
Todos necesitamos siempre de alguien que nos ayude, solo déjame hacerlo – y sin decir mas salió de su oficina.
Terry salió muy confundido de la oficina de Robert, no se esperaba esa reacción por parte de él. Se fue caminando hasta su apartamento y al llegar se recostó en la cama tratando de poner sus ideas en orden sin conseguirlo del todo porque una pecosa con enormes ojos verdes y cabello rubio se aparecía en su mente con una calida sonrisa.
"Candy: cumpliré mi promesa de ser feliz en el momento en que te tenga a mi lado otra vez" – pensaba hasta que el sueño lo venció después de un largo día.
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Robert quería ayudar a Terry. Lo apreciaba como al hijo que no tuvo, así que puso manos a la obra y se dirigió al apartamento de la Sra. Marlowe donde después de varios meses ya se encontraba Susana. Después de su intento de suicidio la habían retenido en el hospital para observación y ver que no volviera a intentarlo, pero ahora ya se encontraba en casa, estaba en la sala mirando la foto de un periódico con una pequeña nota.
"Todavía no se sabe nada del paradero del fabuloso actor Terruce Grandchester,
se cuenta que abandonó todo por el amor de una mujer."
Ella leía y leía la nota y sentía que en su alma algo se quebraba mientras pensaba:
"Donde estarás Terry, tú me dijiste que te ibas a quedar conmigo."
Cuando la sirvienta entro, anunciándole que el Sr. Hathaway venia a visitarla. A Susana le dio un vuelco el corazón.
A lo mejor Robert tenía noticias de Terry y venía a avisarle. Cuando entró Robert encontró a Susana sentada en un sillón con una gran sonrisa y ojos implorantes.
Buenas noches Sr. Hathaway me da mucho gusto verlo después de tanto tiempo.
También me da gusto verte Susana – tomando asiento al lado de ella – Te preguntarás por qué estoy aquí – Susana asintió – Me enteré que saliste del hospital y quise venir a saludarte y ver como seguías.
Muchas gracias Sr. Hathaway por preocuparse por mí.
Susana, siempre fuiste de mis actrices consentidas – ella con un pequeño sonrojo, y él con una pequeña sonrisa.
¡Sussy hija! Ya estas lista para….
¡Madre! El Sr. Hathaway vino a visitarme.
¡Oh! Discúlpeme pero no me avisaron que teníamos visitas.
Robert poniéndose de pié y con una inclinación de cabeza saludó a la Sra. Marlowe.
No, el que debe disculparse soy yo por venir sin avisar pero me enteré de la salida de Susana del hospital y quise venir a verla – volteándose hacia Susana – veo que están atareadas así que me retiro.
Despidiéndose de Susana y de su madre se encaminó hacia la puerta. Al salir Robert, la Sra. Marlowe se volteo hacia su hija.
¿Y bien que hacia él aquí? ¿Por qué desde el día del accidente no se había querido interesar en ti?
Eso no lo sé, pero después lo averiguaremos.
Es que se me hace tan extraño su comportamiento.
Madre, se me ocurre que podemos usarlo a nuestro favor – con una mirada maliciosa.
¿Cómo? – entrecerrando los ojos.
Ven siéntate aquí conmigo para que te cuente – palmeando el sillón al lado de ella.
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Robert al salir de ahí se sintió aliviado y aunque sabia que algo raro se traían entre manos, no tenía ni idea de lo que descubriría después, algo que podía liberar a Terry de ese absurdo compromiso.
Esto va a ser difícil, tendré que ganarme la confianza de ambas para saber cual es su juego – con una sonrisa de medio lado – esta será la mejor actuación de toda mi carrera.
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"Iba galopando como siempre lo hacia, le gustaba sentir el viento en su rostro con esa sensación de libertad que tanto añoraba, de aquél verano que quedó grabado en su piel como un tatuaje. Se detuvo frente al lago que él conocía muy bien, se bajó del hermoso caballo blanco y se acercó a la orilla. Repentinamente debajo de la sombra de un árbol oye esa voz que hace que su cuerpo se estremezca, voltea lentamente hasta encontrar a la dueña de esa voz, unos ojos verdes lo observan llenos de amor, su cabello rubio resplandeciendo con los rayos que llegan a pasar por entre las ramas. Como abeja a la miel, él se va acercando con una gran sonrisa.
¡Terry!
Mi tarzán pecosa.
No me digas así – haciendo un mohín.
¡Ja, ja, ja, ja! – Tendiéndole una mano con una reverencia – me podría complacer con esta pieza.
A un caballero como Ud. No puedo negarle nada – guiñándole un ojo.
El la ayuda a levantarse, la toma entre sus brazos y comienzan a bailar con una melodía que escuchaban en sus cabezas al unísono, Verde con azul perdiéndose como si nada más a su alrededor existiera.
Me recuerda tanto cuando terminó el último verano que pasamos aquí – dijo ella.
Candy… - en un susurró cerca de su oído.
¿Si? – con un leve estremecimiento.
Si volviera a hacer lo que hice aquella vez… ¿me golpearías otra vez? – en tono suave pero burlón.
Mmmm… creo que no lo sabrás si no lo intentas.
El se detuvo a mirarla, ella le sonreía, sus rostros estaban tan cerca que sentían sus respiraciones, cerraron sus ojos para por fin después de tanto tiempo volver a probar sus labios…"
(Knoc, knoc, knoc)
Un fuerte ruido en la puerta fue lo que despertó a Terry. Abriendo perezosamente los ojos.
Maldición, solo fue un sueño – sentándose en la cama – pero fue tan… lo sentí tan… real – pensaba mientras en la puerta el ruido seguía.
Un momento, ya voy – gritó un tanto molesto.
Al abrir la puerta se encontró con Robert.
Veo que todavía no se te ha quitado esa costumbre de levantarte tarde – mientras Terry le daba acceso a su departamento – parece que no descansaste lo suficiente, por que tienes una cara… – decía Robert en tono de burla mientras le entregaba una bolsa con algo de comida para él – me imagino que no tendrás nada para comer aquí ¿verdad? – Terry negando con la cabeza – por eso me tomé el atrevimiento de traerte algo.
Gracias – viendo dentro de la bolsa - ¿Qué haces aquí tan temprano?
¿Temprano? Pero si pasa del medio día y tú tienes un barco que abordar.
¿Cómo dices? – con una gran cara de sorpresa y totalmente confundido.
Si Terruce, aquí tienes tu pasaje, el barco salen en 2hrs. Así que debes apresurarte para no perderlo.
Terry miraba confundido el pasaje antes de posar su mirada en Robert.
No me mires así, quiero que salgas de Nueva York cuanto antes.
Robert no entiendo nada, primero me despiertas del más maravilloso sueño y ahora ¿quieres sacarme de Nueva York?
Terruce…
Dime Terry, mis amigos pueden llamarme así.
Esta bien, Terry… no quiero que Susana y la Sra. Marlowe sepan que estas aquí.
Tienes razón, pero tengo que avisarle a mi madre que me voy, no quiero que siga preocupada por mí.
Por tu madre no te preocupes, ya le avisé, no quiero que andes por ahí y que alguien te reconozca. Terry… deja de ser tan impulsivo ya vez en que problemas te has metido por eso.
Lo sé, lo sé, solo una persona ha podido controlar eso – bajando la mirada y soltando un suspiro.
Robert no pudo menos que reír ante tal comentario y solo vio a Terry meterse al cuarto de baño.
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Terry ya estaba por subir al barco.
No te preocupes muchacho, tú encargate de arreglar todo en Londres y yo me encargo de arreglar todo aquí.
No entiendo por qué haces todo esto Robert… pero gracias.
Todo con tal de ver feliz a mi actor principal – le guiño el ojo – anda ya súbete.
En eso Terry escucha que alguien grita su nombre, y al volverse para ver de quien provenía el grito ve a una mujer bajando de un carruaje y corriendo hacia el.
¡Mamá! – corrió hacia ella.
Hijo que bueno que te alcancé – le dijo recibiéndolo en sus brazos – Robert me avisó que te vas a Londres.
Si mamá, quiero ir a ver a mi padre – tomándola por los hombros para mirarla a los ojos – creo que ya es hora de arreglar algunas cosas con el.
Si hijo lo sé, y quiero que me dejes acompañarte, creo que yo también necesito cerrar ciertos capítulos con tu padre.
Claro mamá, nada me gustaría más que compartir este viaje contigo, es un buen comienzo para nuestra relación – sonriéndole y volviéndola a abrazar.
Entonces ayúdame con mi equipaje.
Robert que había visto la escena con mucha felicidad se dirigió hacia Eleanor.
Eleanor, ¿para mi no hay un saludo? – preguntó acercándose a ella.
Por supuesto que sí querido amigo – dándole un beso en la mejilla.
Eleanor que bueno que al final te decidiste a ir con él – con una mirada de complicidad.
Solo espero que todo lo que estás haciendo funcione.
Tu solo encárgate de que Terry por ningún motivo tenga noticias de América.
No te preocupes por eso, dalo por hecho – arqueando una ceja y una sonrisa de lado.
Después de un rato Robert veía como se alejaba el barco, mientras pensaba que tenía un eslabón suelto para completar parte de esa cadena de intrigas para así terminar con todos los problemas en los que Terry se había metido. Sin imaginarse que uno de esos eslabones lo observaba desde las sombras de un callejón.
Continuara…
Notas de la Autora:
Este es mi primer fic ojalá y sea de su agrado, espero sus opiniones.
Quiero agradecer a mis queridas amigas que me ayudaron en esta nueva aventura, Kokoro sin ti no me hubiera animado a hacerlo, gracias por apoyarme manita peque, Poule muchas gracias por ayudarme en la redacción ya sabes que tu amigo el alemán de repente no me deja en paz jajaja, Nely lo prometido es deuda aquí esta por fin el primer capitulo de nuestro fic, Loreley, Ivette y Angelysoul muchas gracias por sus porras y concejos, y a todas muchas gracias por ayudarme a encontrar el nombre perfecto para esta historia, las quiero mucho y cuídense.
Bell
P.D. Mosqueteras todas para una y una para todas.
