Primer encuentro.

Durante mucho tiempo, había despreciado al débil. Le había considerado un ser que debería ser eliminado, que de esa forma se llegaba a la justicia. El fuerte oprime al débil, eso dicen las leyes de la naturaleza. Eso le decía su instinto, su conciencia y su creencia. La justicia se logra por la opresión del más débil por el más fuerte.

Pero ahora, todo eso se le hace completamente ajeno, ahora no es capaz de creer en esas palabras. Ahora piensa contradecirlas, piensa que el fuerte debe proteger al débil. Ya no quiere ser la persona sádica y cruel que fue una vez, ya no quiere ser esa persona. La causa de sus pensamientos le mira atento, como si esa persona que estuviera enfrente de él fuera un extraño. Lo es… se acaban de conocer, pero lentamente le sonríe. Una sonrisa tranquila y sumamente alegre. Ángelo de Cáncer, anteriormente el sádico caballero Mascara Mortal de Cáncer, ya no es capaz de creer que esa persona, ese ser, sea capaz de causarle semejante sensación de paz y arrepentimiento. Ese ser que acaba de conocer, que le mira con atentos ojos celestes y no para de sonreírle. Una sonrisa se presenta en sus labios también, una que no solía embozar, una que contrasta bastante con su sonrisa sádica de los últimos años. Toma con cuidado la mano de esa persona, una mano sumamente suave. Es tan diminuta su mano en comparación con la suya, grande y áspera. No para de sonreírle no quita de sus labios esa sonrisita infantil. Desea en lo más profundo de su ser jamás olvidar esa pequeña sonrisa.

Con cuidado toma al pequeño en sus brazos, es tan frágil tan débil. Anteriormente esas cualidades le hubieran hecho que le aborreciera, que deseara matarle. Pero no desea matarle, desea protegerle. Con cuidado se acerca a la cama, donde ella le ha estado observando atentamente, ese hombre ya no es el mismo que entro por la puerta hace 15 minutos. No es quien se asomó a la cuna a mirar al pequeño niño que ahí reposaba, no es un hombre nuevo. Es un padre. Ángelo con cuidado, besa la palma del bebe mientras se sienta junto a ella en la cama.

Mese al bebe en sus brazos, ese niño aun no borra su sonrisa. Parece quererse quedar eternamente en sus labios. Pero algo ha cambiado, ahora le mira fijo a los ojos. Sus ojos parecen expresar alegría. Alegría de verle, él se tardó dos días en presentarse para conocer a su hijo. El miedo se había apoderado de él apenas le anunciaron su nacimiento. No supo por qué pero abandono la sala de espera y el hospital… Estuvo vagando por las calles, solo tuve que ver a un hombre meciendo un cochecito en la parada de un micro. Miro la forma en que el hombre miraba a la criatura recién nacida que dormía ahí.

Nada le podía asegurar que el fuera un buen padre, dado que no había tenido un modelo a seguir, pero… podía intentarlo podría ser un buen padre. Ahora estaba seguro que lo seria, sería un buen padre para él.

-Te cuidare… y te daré el amor que necesitas para crecer fuerte-Miro atento al bebe-Mi pequeño Lucían.-Beso con cuidado la frente del recién nacido, de esa criatura que solo tenía dos días de vida, la frente de esa persona que ahora deseaba proteger. Beso, la frente de su primer hijo.

Fin.

Nota.

Otro fic corto que se me vino a la cabeza, como no podía integrarlo a Cuestiones del Destino, pues lo hice como unitario o one shot.

Espero que les haya gustado.

Para quien tenga dudas: Lucían, es hijo de Mascara Mortal en Cuestiones del Destino, solo por quien no sabe de dónde salió este pequeñín. La única diferencia es que en esa historia tiene 23 xD.