Le era imposible ver con aquel humo rosa cubriéndole, lo había hecho de nuevo, había caído en la bazooka de los 10 años y le rezaba a todos los dioses posibles que estos fueran solo 10 minutos, nada más, pero no esperaba ver lo que estaba frente a sus ojos
-¡Tsuna!-se escuchó tras la nube rosa con una voz femenina- ¡diablos lambo siempre con la misma tontería!
-l-lo siento, nee-chan!-se escuchó de parte del bovino de 15 años
Pronto la nube rosa se difumino y la vio, una mujer con suaves ojos anaranjados y con cabello negro preocupada tomando su rostro ardiente, sentada en el suelo junto a él, se veía hermosa y era mayor. Luego analizo el lugar y la vestimenta de ella, vestido blanco, flores y una iglesia, sus guardianes, sus amigos, algunos mafiosos, todos de traje y con elegantes vestidos
-¿Tsuna?-dijo la mujer preocupada- ¿estás bien?
-s-si... ¿dónde estoy?
-decimo-dijo el peliplata arrodillándose a su lado- ¿está bien?... Olivia-san es mejor dejarlo, en 10 minutos más volverá el décimo del presente
-de acuerdo -suspira algo molesta- bueno este es el tercer intento al menos no fue terrible como los otros
-¿los otros? ¿Dónde estamos?
-en una capilla en Francia...décimo esta es tu boda
-¿m-mi boda?
-sí...-dijo la mujer- ah, hace diez años aún no nos conocíamos, Tsuna... nos conocimos... creo que estas cerca de conocerme en Italia-se acerca y le besó levemente- recuérdame ¿sí?... ha sido difícil pero al fin lo logramos ¿sí?
-e-espera... pero...
-tenme paciencia-le acaricia el rostro- nos veremos pronto
La nube lo volvió a rodear, escucho ruidos y sonidos abrumadores, pero solo cerró los ojos, grabo la imagen de la mujer, cabellos negros como la noche y ojos como el amanecer pero más dudas nacieron con aquello. Se estaba casando con ella ¿y Kyoko? donde estaba, no pudo verla en ese momento, su sueño después de todo era casarse con ella, su primero amor, ¿qué sucedió? además ¿el tercer intento? quería saber que había pasado ¿los habían atacado? ¿O él le había dejado? ¿O ella le había dejado?
-decimo-dijo el peliplata sujetándole - ¿estás bien?
-Gokudera-kun
-estaba usted de 10 años en el futuro... y habló de una mujer, una mujer... que debes conocer
-la vi... era hermosa... -se levanta- pero no sé quién es... solo te escuche a ti del futuro decirle Olivia
-¿Olivia?-dijo pensando- ese nombre me suena familiar-chasquea los dedos- hay una Olivia, Olivia Bianchelli es una hija de un mafioso, creo que es una enemiga
-¿enemiga?
-al menos su familia está en contra de los Vongola, ha habido una rivalidad... algo sana
-¿desde cuándo una rivalidad es sana? ¿Cómo Yamamoto y tú, Gokudera-kun?
-podría decirse que si-suspira- es... como describirla, una buena tiradora...aunque no lo parezca, es una de las pocas futuras jefas de la mafia que aceptan su condición
-¿cómo?
-bueno usualmente cuando una mujer nace de un jefe, ella se casa con un aliado y el aliado se encarga de ambas familias. Pero en este caso ella será la sucesora como el ottavo
-ya entiendo, debe ser muy dura de llevar, a pesar de que en el futuro se veía muy amable
-¡Tsuna!-dijo el bovino con un ojo morado-¡vamos donde mama!
-claro, claro-dijo tomándole en brazos- creo que no debería preocuparme ahora
Pero cuando llego a casa sabía que todo cambiara. El Nono junto con su madre estaban charlando animadamente sus vacaciones habían comenzado en ese momento, así que el Nono fue para que pasara sus vacaciones en Italia con sus amigos para "relajarse" es lo que escucho su madre, "adaptarse" era la palabra que él había escuchado. Suspiro y su madre estaba tan animada de que su padre volvería ese tiempo para pasar tiempo de calidad con ella a solas. Mañana viajarán a Italia con todos sus amigos, su familia.
-¿Tsuna-kun?-dijo la castaña -te ves distraído
-¿hum? No, claro que no Kyoko-chan-sonríe- solo nervioso de ir a Italia
-es aquí donde naciste, no Gokudera?-dijo el pelinegro
-ah...también el décimo, su antepasado Primo
-con la mayoría de los guardianes-mira por la ventana- Italia es tan verde
-así es-dijo el anciano-tienes a muchas personas que conocer Tsuna-kun... tenemos días muy ocupados para ti y tus guardianes, para el resto pueden usar todos los servicios de la mansión Vongola que gusten
-abuelo-dijo el castaño- Hum ¿qué debemos hacer?
-debemos conocer a nuestros aliados y enemigos Tsuna-kun, te enseñaré todo lo que debes saber
-hum... de acuerdo
-no te preocupes, debes ser tú mismo y le agradaras a los demás pero debes mantenerte firme para que no te sobrepasen, Tsuna-kun, conocerás muchas damas así que lo más importante es aprender modales
-¿damas?-dijo sonrojado
-así es-dijo soltando una dulce risita- como Dino, él me ha pedido consejos porque interactuar con las mujeres es mucho más complicado de lo que parece-hay damas como Kyoko y Haru, pero también hay damas como Lal Mirch, no se debe olvidar que ambas son igual de femeninas y todos-mira a los guardianes -deben recordarlo
-es una lástima que Chrome-chan no haya podido venir
-no se preocupen por su guardián de la niebla, igual que la nube siguen su propio paso
Duros entrenamiento, más que duros, extremos para ellos, desde aprender a comer con servicio completo a como bailar, todos estaban más que agotados, una noche de salida no les haría mal después de un mes de entrenar cada día, cada uno se había dado su tiempo y lo único que quería el castaño era estar en paz. El Nono le dijo que fuera a un pequeño lago que estaba en el bosque, animado por la idea de tranquilidad camino hasta el lugar, se recostó en el césped soltando un suspiro aliviado hasta que escucho el sonido del agua, levantó la vista y vio a una mujer levantando levemente su vestido para que no se mojara relajando sus pies en la cristalina agua, cabello largo y negro como la noche escondiendo su rostro, soltando una risita juguetona, se sentó y la miró
-domo... d-digo ¿ciao?-dijo nervioso
-ciao-mira hacia el cielo- una buena noche ¿no?
-c-creo que si ¿eres de por aquí?
-sí, unos kilómetros de aquí-dijo girando en el agua-¿eres el Décimo?-dijo acercándose hasta él mirando sus pies en el agua
-a-aun no, mi nombre es Tsuna
-¿Tsuna?-se sienta frente a él sobre sus piernas- el Décimo Vongola-le mira- un placer
-ojos... naranjas-dijo mirándole
-extraño color ¿no? como dicen algunos, color del amanecer
-son bonitos-dijo con un leve sonrojo- ¿qué haces por aquí?
-¿lo dices por entrar a tus terrenos?-inclina levemente la cabeza, él se niega- es el desafío debo decir... es un lugar hermoso pero lo emocionante es el desafío de saltar por la reja de 2 metros, cruzar el enorme bosque Vongola y llegar hasta este lugar, mi antepasado solía venir aquí
-haces todo eso por llegar aquí...
-sí, este lugar llena un hueco en mi-sonríe
-¿cuál es tu nombre?
-ahora queda otra pregunta más importante ¿si te digo mi real identidad, me matarás?
-¿m-matarte?
-si-se levanta y le mira- quizás seamos enemigos o aliados... o quizás aún nuestras familias no se conocen, quizás somos de la misma-camina lentamente alrededor de él
-n-no q-quiero hacerte daño-dijo con la cara roja- y- y no importa que vengas aquí... si te gusta puedes venir cuando quieras
-Hum... así que es cierto-se acerca a su rostro tomándole de las manos parpadeando un par de veces- así que eres igual a Giotto
-¿te refieres a Primo?-dijo sonrojado
-ah -mira el cielo- ya es muy tarde, son las dos
-¿cómo lo sabes?
-lo veo en la luna-dijo riendo- ciao, Vongola Decimo, Tsuna
Trato de detenerla pero desapareció entre el espeso bosque, cuando toco su rostro, sintió un leve cosquilleo, como si recorriera su columna, era como si fuera especial y a la vez natural. Quizás era ella, era muy parecida a la mujer del futuro, se notaba en cada célula de su cuerpo que era italiana, y su saludo como si lo hubiera ronroneando, esa mujer era diferente, le atraía, se dio unos minutos para recuperarse de ese sorpresivo encuentro y se marchó a casa, con la promesa de que la próxima noche.
